La corrupción y el ejemplo de España

12/01/2010
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Se ha dicho, y quizá lleve buena parte de verdad, que los mexicanos importamos la corrupción de España; en este sentido debemos señalar, en días pasados, en la llamada madre patria, se han descubierto escándalos de corrupción impresionantes, relacionados con hombres públicos; verbigracia, el famoso caso Gürtel, donde sale a la luz toda una avalancha de comisiones ilegales y contratos amañados, viéndose inmiscuidos altos funcionarios ibéricos, alcanzando inclusive al núcleo central de la segunda fuerza política española, el Partido Popular, donde su ahora extesorero Luis Bárcenas, aprovechando la influencia que tenía en varias comunidades españolas, cobraba sumas exorbitantes que iban a parar en bancos suizos. En similar tenor, la podredumbre tocó de lleno a los gobiernos de Esperanza Aguirre, de Madrid, y Francisco Camps, de la Comunidad Valenciana.
 
En la trama de Gürtel, se puntualiza que un total de diecisiete políticos, vinculados con el Partido Popular, presuntamente “se embolsaron” cinco y medio millones de euros, tanto en especie como en efectivo.
 
Sin embargo, el caso Gürtel no es un suceso aislado, muchos otros burócratas hispanos se han visto involucrados en sinnúmero de pillerías; no obstante, lo interesante de todo ello es que allá sí se está procediendo contra esa caterva de impresentables, a riesgo del gran desprestigio que tales medidas de carácter legal puedan significar para los estadistas españoles en general.
 
Cabe hacer mención, también en España se han dado procesos contra el famoso juez Baltasar Garzón; por un lado se le acusa de evasión fiscal, en actividades supuestamente académicas; empero la imputación más grave es que pretende actuar contra el régimen del dictador Francisco Franco, cuando ya se había declarado que tales hechos de la propia Guerra civil española no debían tocarse. Sin duda, Baltasar Garzón es protagónico, empero lo cierto es que hoy se encuentra en el banquillo de los acusados.
 
    Lo que acontece en España, innegablemente constituye, como ya apuntamos, una situación riesgosa para su política interna, pero al final de cuentas la misma saldrá fortalecida, puesto que se demostrará que la justicia debe ser pareja; por ende, es aquí donde nos cuestionamos: ¿En México cuándo?
 
    Como desafortunadamente todo el orbe sabe, nuestra República rebosa de dirigentes inmorales; salvo contadas excepciones, difícilmente hallamos gente recta, esto es, que no haya robado durante su desempeño en algún cargo público; en ello no existe distinción de partidos políticos ni de categorías; de tal suerte, los sátrapas están en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), como muestra histórica de indecencia; sin quedarse a la zaga los reaccionarios del Partido Acción Nacional (PAN), y los hipotéticos izquierdistas del Partido de la Revolución Democrática (PRD); estos últimos aseveran y se jactan de tener la clave para un cambio, pero son tan deshonestos como los demás. De los partidos denominados “enanos”, mejor ni hablamos.
 
    Lo real es que la podredumbre en la política azteca está a nivel municipal, estatal y federal; la encontramos a su vez en el ámbito del Poder Ejecutivo y Legislativo, donde la venalidad se ha vuelto el pan de cada día.
 
    Por lo que hace a los jueces, para nadie es secreto, tanto en el renglón federal como local, venden las resoluciones al mejor postor, ahí la consigna resulta afrentosa por evidente; procuradores de justicia imponen delitos a inocentes y exoneran de cualquier responsabilidad a poderosos y familiares, ejemplos de esta naturaleza abundan, por lo que sería maratónico, amén de inútil, enumerarlos. Reiteramos, hay dignas excepciones, por desgracia se cuentan con los dedos de las manos.
 
    El planteamiento es claro, mientras en otras latitudes se procede contra esos elementos aviesos, en México andan libremente infinidad de políticos descuideros, quienes sólo buscan el beneficio propio, así como el de sus consanguíneos, afectos e incondicionales, entes que causan severos daños a una nación y cuya simple presencia provoca repugnancia a toda la sociedad.
 
Fuente: Forum en línea
https://www.alainet.org/es/active/38090
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