El caso de Carmen Aristegui:

Crear una radio nacional pública

15/01/2008
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La salida de la comunicadora Carmen Aristegui de W Radio no debe quedarse en motivo de enojo, sino generar acciones concretas que defiendan la libertad de expresión y que permitan ciudadanizar el acceso a los medios de comunicación, coincidieron en señalar los analistas Denise Dresser y Germán Dehesa.

Ante una audiencia que sobrepasó la capacidad del espacio en la Casa Lamm, los articulistas cuestionaron los motivos por los que la estación, que pertenece por partes iguales a Televisa y al grupo español PRISA, “no renovaron” el contrato de la periodista el pasado 4 de enero. Compartieron la indignación de su auditorio pero hicieron hincapié en que el asunto no se quede en protesta, sino que genere propuestas.

Denise Dresser invitó a las y los presentes a tomar parte en dos acciones. La primera es enviar cartas a las y los diputados federales para que se trabaje en una nueva Ley de Medios, más apegada a la realidad y más justa que la que está vigente. La otra es demandar la creación de una radio nacional pública que incluso se sostenga a través de suscripciones, pero que garantice que la ciudadanía pueda construir sus contenidos.

Por su parte, Dehesa convocó a estudiar las acciones legales que se podrían tomar en defensa de Aristegui. También invitó a que este hecho dé pie a “procesos creativos”, como los que en su momento dieron origen a la revista Proceso o al diario La Jornada, los cuales “fueron vehículos más eficaces que los espacios a los que estábamos constreñidos”.

El problema con el duopolio en los medios electrónicos de comunicación, afirmó el escritor, es que “jamás nos toman en cuenta” como audiencias. Los concesionarios, agregó, no tienen ningún interés en el objetivo de la comunicación, que es el servicio a la sociedad. No obstante, consideró que “vamos a salir adelante” de este hecho de censura y que debe ser “no solo por Carmen, sino por todos los que se han quedado sin trabajo por decir en un micrófono lo que piensan”.

Dresser, por su parte, opinó que lo que le ocurrió a Aristegui la trasciende, y que su futuro sería un síntoma de la democracia mexicana. “Lo que le ocurrió de la un sistema político que sigue operando con las prácticas del pasado”, acusó la articulista. “Es un secreto a voces que Felipe Calderón ha criticado a Aristegui”, afirmó, por lo que “seguro él y otros están de plácemes”.

Es necesario, dijo, que a los círculos de poder les quede claro que este hecho tiene un costo y que lo van a tener que pagar, por lo que desea que “el sacrificio de Carmen” sea un motor para la acción.

Al concluir el foro, algunos de los asistentes recolectaron firmas para agregarlas a una carta dirigida al embajador de España en México, Carmelo Angulo Barturen, en protesta por la salida de Aristegui de la empresa que tiene inversión española.

El programa radiofónico de Carmen Aristegui destacó por el seguimiento abierto de temas como la Ley de Medios o Ley Televisa; las acusaciones de pederastia contra sacerdotes católicos; el proceso legal contra el cardenal Norberto Rivera por presunto encubrimiento de un pederasta; la muerte de la indígena Ernestina Ascencio, presuntamente violada por militares, y la aparente colusión de las autoridades de Puebla en contra de la periodista Lydia Cacho, entre otros temas polémicos.

Source: Notiese, México D.F.
https://www.alainet.org/es/articulo/125237
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