México DF

Para prevenir la trata de mujeres, cuyas principales víctimas tienen entre ocho y 16 años, es importante que los padres hablen con sus hijas sobre su cuerpo como algo propio, que no debe ser usado como mercancía. Así lo dijo Lydia Cacho, periodista y feminista que actualmente se encuentra investigando las redes de trata de mujeres en México y otros países.

Es lamentable, explicó, que las niñas aprendan desde pequeñas, a través de la televisión o las revistas, que su cuerpo es una mercancía a través de la cual pueden obtener bienes si saben ofrecerla hábilmente. Por ello, son las mismas sobrevivientes de trata a las que ha entrevistado las que piden que los padres y madres tengan más comunicación con sus hijas respecto a la propiedad que cada mujer debe ejercer sobre su cuerpo y su sexualidad.

Al conversar ayer con un grupo de mujeres en la sede de la Sociedad Mexicana pro Derechos de la Mujer, Semillas, Cacho narró el maltrato sexual y psicológico al que son sometidas miles de mujeres que son sacadas de sus hogares con engaños, o bien, vendidas por sus propias familias, en busca de mejorar sus condiciones de vida. No son sólo mujeres pobres, comentó, también hay muchas de familias solventes y protectoras que se dejan llevar por promesas de superación para la joven.

La trata de personas se diferencia del tráfico porque éste último sólo consiste en trasladar a una persona de un lugar a otro a cambio de dinero, pero la trata va más allá y mantiene a esa persona cautiva con el fin de explotarla, ya sea laboral o sexualmente, privándola de su libertad y, con frecuencia, de sus derechos humanos.

De acuerdo con la periodista, México es uno de los cinco primeros países que se encuentran en la mira por la alta actividad de trata de mujeres. Entre los principales expulsores de víctimas de este delito están El Salvador, Guatemala, Venezuela, Nicaragua y Argentina. Las redes que funcionan en México, dice la autora, lo hacen al amparo de autoridades migratorias, federales y municipales, así como de poderosos empresarios.

El papel de los medios de comunicación

La también escritora considera que desde su trinchera, la información, puede contribuir a frenar la trata de mujeres, y criticó a los medios de comunicación que al abordar el tema repiten los esquemas patriarcales y lo ven desde un punto de vista amarillista. “Si el medio no cuestiona, es cómplice”, aseveró.

Actualmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación está llevando una investigación sobre la posible responsabilidad del gobernador de Puebla, Mario Marín, en la detención ilegal de la periodista en diciembre de 2005. Este proceso, informó ella, puede culminar hasta septiembre y será sólo para determinar si la Cámara de Diputados tiene elementos para emprender un juicio político contra el mandatario estatal. La investigación también involucra al pederasta Succar Kuri y al empresario Kamel Nacif, además de los colaboradores de los tres personajes, buscando cuáles son los actos de corrupción que han impedido que se haga justicia en el caso.

Cuestionada por NotieSe, Lydia Cacho lamentó el clima de impunidad que se ha generado alrededor de los ataques y asesinatos de periodistas y consideró “gravísimo” el reciente asesinato de Amado Ramírez, corresponsal de Televisa en Acapulco. “Mientras el Estado mexicano no nos proteja a las y los periodistas que hacemos este tipo de trabajo, los delincuentes van a encontrar más fácil deshacerse de nosotros, matarnos, que tratar de actuar por la vía jurídica”.

Sobre el caso, calificó de “irresponsables” las declaraciones del presidente Felipe Calderón congratulándose porque se había capturado a los presuntos culpables y criticó que “por un lado tenemos casos como el mío donde tenemos todas las pruebas y no necesitamos fabricar culpables, y el Estado dice que no hay pruebas suficientes, y por otro lado hay casos como el de Acapulco donde queremos que se investigue a fondo, pero se está tomando a la ligera y se están fabricando culpables”.

Fuente: Agencia Notiese
http://www.notiese.org