El 14 de septiembre de 2007, la Asamblea General de la ONU aprobó por 143 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones, la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas del mundo, unos 370 millones de personas de todos los continentes, algo que para ellos reviste una importancia similar a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada hace 59 años en París.

Lo vergonzoso de este episodio, fue que Colombia, haya sido el único país de toda América Latina en abstenerse de votar afirmativamente la Declaración, pisoteando nuestra Constitución, que como postulado fundamental en su preámbulo proclama el compromiso de “impulsar la integración de la comunidad Latinoamericana”.

En igual sentido, en el artículo 7 de la Constitución, se establece “reconocer y proteger la diversidad étnica y cultural” de los colombianos y en el 8 afirma que: “es obligación del Estado y de las personas proteger la riquezas culturales y naturales de la Nación”.

La única explicación posible frente a semejante actitud, es que la abstención intencional, apunta a abrirle campo a las grandes multinacionales, en especial del petróleo, el carbón, el gas, etc.

Este hecho que viola preceptos Constitucionales, hace que la CUT exija al Gobierno Nacional rectificar su votación y actuar en el marco del Estado Social de Derecho y no en función de las multinacionales.

Bogotá, 20 de septiembre de 2008


Carlos Rodríguez Díaz

Presidente de la CUT Colombia