La globalización y los trabajadores

09/07/2007
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  • Opinión
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Santo Domingo

La globalización es un proceso, que pretende eliminar todo debate ideológico, para que todo sea centralizado en la economía, el mercado, la competitividad, la privatización y la eficacia.

La globalización plantea un nuevo sistema, con una nueva agenda, para hacer olvidar los problemas de las clases sociales, las diferencias entre el norte y el sur, las tensiones entre países pobres y ricos, entre el primer y el tercer mundo, la deuda exterior y otros problemas que afectan a los sectores más pobres del mundo, mientras los países ricos son cada vez más ricos.

La globalización desea que exista «un pensamiento único», y que los que pueden pensar sean los que detentan el poder económico y controlan el mercado.

La historia demuestra que los trabajadores, y en especial los sindicalistas, tenemos nuestra propia visión de los problemas sociales, políticos, económicos y morales, además tenemos principios, valores y ética.

Y en estos momentos no vamos a renunciar al derecho a pensar por nosotros mismos; tampoco vamos a quedarnos en la trampa del « pensamiento único », porque es lo que está de moda, y se titula de moderno.

Busquemos con el afán de encontrar, y encontraremos con el deseo de buscar aún más.

Nos negamos a aceptar el concepto del « pensamiento único en la economía », ésta ciencia es también el campo de realización de la actividad humana.

Es necesario orientar los esfuerzos de reflexión y elaboración ideológica y estratégica, las políticas de formación de afiliados y cuadros ; así como toda su acción sindical ; en la dirección de potenciar su convicción y capacidad de que es POSIBLE Y NECESARIO, construir un PROYECTO ALTERNATIVO, desde la realidad cotidiana y de base, fundado en las aspiraciones reales, los derechos y la dignidad de las mayorías trabajadoras y populares, instrumentando racionalmente para ello los recursos de la economía y un desarrollo científico-técnico sin precedentes ponen a disposición de esos proyectos de vida alternativos

Ese PROYECTO ALTERNATIVO frente a la GLOBALIZACION debe inspirarse en una concepción HUMANISTA INTEGRAL, teniendo como bases:

n LA PERSONA HUMANA.
n EL BIEN COMUN
n LA JUSTICIA SOCIAL.

Pero es necesario aclarar que elaborar un proyecto alternativo desde el sindicalismo, no se puede reducir solo a declaraciones o principios universales, sino que debe partir de realizaciones concretas, teniendo como punto de partida las necesidades, problemas y aspiraciones de los trabajadores, especialmente los más necesitados y pobres.

Un punto de partida puede ser la mejor distribución de tierra, para los hombres que trabajan, así se puede reactivar la reforma agraria, brindar mayores posibilidades trabajo al sector agrícola y la seguridad alimentaria.

La Globalización pretende limitar el papel del mundo político, reducir el rol del Estado.

El Estado es únicamente parte del cuerpo político, cuya función específica consiste en mantener la ley, en promover la prosperidad común y el orden público, y en administrar los negocios políticos; El Estado es una parte especializada de los intereses del todo. No es un hombre o un grupo de hombres: Es un conjunto de instituciones que se combinan para formar una máquina reguladora que ocupa la cumbre de la sociedad.

El sindicalismo no es un ciego defensor de los partidos políticos, ni de los empleadores, tampoco de los gobiernos. La historia del sindicalismo ha sido una lucha constante por mantener AUTONOMIA E INDEPENDENCIA frente a los partidos, los patronos y los gobiernos; sin embargo, debemos reconocer que parte de la democracia que hoy disfruta una gran parte del mundo, se debe en alguna forma al mundo político, como también muchos de los errores.

Es cierto que en el pasado reciente la guerra fría llevó a muchos gobiernos poderosos a la carrera armamentista y la competencia ideológica, donde los partidos políticos se identificaron con alguna de esas formas; por otra parte el mundo se dividió en dos poderosos bloques, que se dividieron el mundo.

Hoy día la geopolítica de la guerra fría ha sido superada por la geo-economía de la globalización, que sostiene que la seguridad comercial es más importante hasta que la seguridad militar.

Los mercados reducen todo, incluidos los seres humanos (mano de obra) y la naturaleza (tierra) a mercancía.

Podemos tener una economía de mercado, pero no podemos aceptar una sociedad de mercado. Aquellos sindicalistas que piensan que sólo la unidad es la solución, se equivocan, si esta no va acompañada de las ideas, los principios y los valores.

Además de los mercados, la sociedad necesita instituciones que sirvan a fines sociales como la libertad política y la justicia social. Esas instituciones existen en países concretos, pero no en la sociedad global.

El Estado ya no desempeña el papel que desempeñaba antes. En muchos aspectos esto es una bendición, pero algunas de las funciones del Estado están sin cubrir. No disponemos de instituciones internacionales adecuadas para las libertades individuales, los derechos humanos, y el medio ambiente, o para el fomento de la justicia social.

Ahora tenemos un solo Orden Liberal Global, que pretende imponer su modelo a todo el mundo e integrar a todos los sectores, dirigidos por las leyes del mercado.

Dentro de ese nuevo orden existen dos países que controlan la política, la economía, los armamentos y ahora el sindicalismo internacional, que son Estados Unidos e Inglaterra. Ellos no respetan ni siquiera las decisiones de las Naciones Unidas, como pasó con la invasión a Irak.

Hoy día las organizaciones sindicales internacionales están controladas por los ingleses. Ellos tienen la cultura del sindicalismo único, y lo están implantando en todo el mundo.

La autonomía e la independencia sindical tienen un precio, y es que los que detentan el poder son precisamente los sectores de empleadores, los partidos políticos y los gobiernos; y el sindicalismo autónomo e independiente debe confrontar sus posesiones con estos poderes.

Por otra parte, la autonomía permite que los propios trabajadores puedan elaborar sus planes de trabajo, su política y estrategia sindical, además de elegir sus dirigentes, sin injerencias ni tutelas de otros sectores. Ese es el papel protagónico de los trabajadores.

La globalización tiene una concepción del SER HUMANO, diferente a nuestros criterios, pues limita a los hombres y mujeres a su capacidad de generar beneficios económicos, exalta el individualismo, y para la globalización la PERSONA HUMANA es solo un instrumento productor y consumidor, pero nosotros somos más que eso, estamos hechos a SEMEJANZA DE DIOS, y eso vale más que el dinero y el mercado.

Para el sindicalismo, la PERSONA HUMANA posee valores materiales y ESPIRITUALES, no es una mercancía que se compra y se vende, es el eje de la sociedad.

El hombre es una individualidad que se completa a sí mismo en la inteligencia y la voluntad. No sólo existe de una manera física, se sobreexiste espiritualmente en conocimiento y amor, de tal manera, que es, en cierto modo, un universo en sí.

Las organizaciones sindicales deben participar en todas las acciones políticas y culturales en las que el HOMBRE, la PERSONA HUMANA sea el centro, por encima del dinero, el mercado o el capital.

¿Dónde se elabora la política mundial?

Existen grupos gubernamentales que tienen poder de decisión, que son:

- El Grupo de los ocho ( G-8), que agrupa a los países más fuertes del mundo, que son Estados Unidos, Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Canadá, Italia y recientemente Rusia.

- La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países industrializados.

También las Instituciones financieras:

- El Fondo Monetario Internacional- FMI.

- Banco Mundial (B.M.).

Y un organismo de las Naciones Unidas, que es La Organización Mundial del Comercio (OMC).

Estas son actualmente las instancias donde se deciden las políticas económicas, financieras, y culturales. Los Organismos de las Naciones Unidas lo que hacen es aplicar esas « políticas » en sus respectivos sectores.

Las organizaciones internacionales tienen el cometido urgente de contribuir a promover el sentido de la responsabilidad respecto al BIEN COMUN, para lograr una sociedad más equitativa y una paz más estable en un mundo que se encamina a la GLOBALIZACION.

Pero para esto, es preciso no perder jamás de vista la PERSONA HUMANA, que debe ser el centro de cualquier proyecto social.

Sólo de este modo las Naciones Unidas pueden llegar a ser una verdadera « familia de Naciones ».... El desafío es asegurar una GLOBALIZACION en la solidaridad, una GLOBALIZACION sin dejar a nadie al margen.

El sindicalismo debe trabajador en coordinación con algunas Organizaciones No gubernamentales (ONG), que defiendan los intereses y derechos de los trabajadores y del sindicalismo.

Todo este trabajo es como base para la creación de un MOVIMIENTO SOCIAL Y SINDICAL, con organizaciones susceptibles de fomentar acciones ALTERNATIVAS A LA GLOBALIZACION, fundadas en el valor supremo de la solidaridad y del humanismo.

La globalización es un fenómeno que establece prioridades y que considera que la alta movilidad, las transacciones comerciales son sus bases.

Esto es contrario a nuestros criterios sindicales, que proponen otras valoraciones. Para nosotros una organización de ALTA MOVILIDAD, es aquella que tiene buen CAPITAL HUMANO, entendido esto como RECURSOS HUMANOS. Para el sindicalismo la información, el capital y la tecnología son meros instrumentos materiales, que nunca pueden superar a la supremacía de la PERSONA HUMANA.

La globalización sitúa a los principios y la soberanía en último lugar, y los califica como inmóvil, sin embargo, para el sindicalismo tanto los principios como la soberanía de los países son valores, que debemos defender.

Por esto es necesario crear una ALTERNATIVA, que pueda diferencias claramente los intereses de los trabajadores frente a los intereses de la globalización.

Uno de los primeros pasos debe ser el « DISTINGUIR PARA UNIR », o sea descubrir cuales son los intereses de algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONG), asociaciones sociales y otros grupos, y cuales son nuestras coincidencias frente a la globalización, para poder realizar unidad de acción y trabajar juntos en las posibles alternativas.

Esto es una reafirmación del carácter HUMANISTA Y ESPIRITUALISTA DEL SINDICALISMO.

La existencia del ser humano y su destino no se limitan al bienestar material individual. Uno de sus principales objetivos es la promoción de los más pobres y los más desheredados.

Globalización del Sindicalismo

Para el sindicalismo enfrentar el poder de la Globalización debe convertirse en un poder social, que tenga como centro al sindicalismo, donde puedan participar otros sectores y actores sociales como son Organizaciones No Gubernamentales ( ONG), asociaciones que defienden los derechos humanos, la sociedad civil y grupos sociales.

Pero el verdadero punto de partida es el fortalecimiento del sindicalismo, con principios, valores y ética, la globalización del sindicalismo no debe ser como la globalización del mercado. No debemos dejarnos engañar, cuando nos inviten a olvidar las ideas, ni siquiera en el sindicalismo.

Históricamente el sindicalismo se ha desarrollado en los países industrializados, pero en los momentos actuales es necesario renovar esa tendencia y tratar de organizar la mayor cantidad posible de trabajadores en todas partes y a todos los niveles; asalariados o no, del campo y la ciudad, trabajadores públicos y privados, de las industrias y las profesiones, el sector informal, cooperativas y otras expresiones de los trabajadores.

También es necesario revisar la conducta de las organizaciones sindicales y sus dirigentes, para que sean organizaciones eficaces con líderes capacitados, que conozcan la realidad del mundo cambiante de hoy y hacer los reajustes que requiere el sindicalismo.

Frente a un sistema, como es la globalización, el sindicalismo debe mantener los principios que dieron su origen, o sea la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores y al mismo tiempo tener una presentación de contestación a los males de la globalización, con argumentos sólidos, reales, demostrables, contundentes. Sólo así podrá representar y defender las aspiraciones y los intereses de los trabajadores.

Crear un poder social es tarea de muchas organizaciones, buenos líderes, con principios y valores humanistas, duraderos y realistas.

Una contestación sindical a la GLOBALIZACION solo es valida si responde a peticiones concretas, a problemas de trabajadores en las empresas y en los sectores profesionales

- José Gómez Cerda es Presidente de la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores (ADPE)
https://www.alainet.org/es/articulo/122145?language=en
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