Potencialidad de la economía solidaria en una civilización en crisis

06/04/2014
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Vivimos una crisis de civilización. El sistema económico capitalista en su etapa globalizada sufre del síndrome del crecimentismo. Está estructurado de tal forma que, si para de crecer, muere. Y creciendo, mata los medios de producción y reproducción de la vida. Una paradoja fatal que hace del capital globalizado un sistema fuertemente inestable, altamente entrópico y, por lo tanto, insostenible.
 
La sociedad humana es un subsistema del medio natural. El sistema que promueve una especulación financiera sin riendas y la explotación intensiva de los bienes naturales sin consideración con la capacidad de recuperación de los ecosistemas, genera deudas impagables y cantidades de residuos de alta entropía. Produce en realidad una economía antieconómica, en la que los costes para el conjunto de la sociedad son más grandes que los beneficios.
 
A la vez, el sistema tiene vitalidad. Empresas privadas en varias partes del mundo tratan de cambiar de actitud y de modo de actuar en la socioeconomía. Y gobiernos comienzan a adoptar políticas compensatorias, reguladoras y mitigadoras de los efectos perversos del modo de desarrollo económico dominado por las corporaciones y centrado en el lucro a cualquier coste.
 
En ese contexto, emergen prácticas innovadoras de economía, de tecnología y de relaciones sociales en el seno mismo del sistema del capital. Múltiples formas de economía solidaria se expanden en los varios continentes. Igualmente, se amplia la consciencia de los límites del sistema del capital y de los ecosistemas de la tierra.
 
Hay alternativas!
 
 
Marcos Arruda es Socioeconomista y educador del Instituto Políticas Alternativas para el Cono Sur – PACS (Rio de Janeiro), y asociado al Instituto Transnacional (Amsterdam).  
 
Massa Crítica, No. 66, abril 2014 
https://www.alainet.org/es/articulo/84630
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