El nuevo paradigma es estudiar la riqueza
Recordemos siempre, parafraseando a Karl Marx, que los ricos no crean riqueza, sino que son los explotados por los ricos es decir los trabajadores los que la generan.
- Opinión
Con el mayor respeto les solicito a mis colegas geógrafos y de todos los miembros de las ciencias sociales en general que ya no se aboquen más a los estudios sobre la pobreza.
Estos, si bien no debemos abandonarlos completamente, es sabido que cualquier nuevo aporte sobre el tema que se intenta escribir termina siendo, lamenta lente, en un “refrito “de cosas que ya se han dicho.
El verdadero desafío a las Ciencias Sociales es estudiar e investigar acerca de la RIQUEZA: el monto de sus fortunas , el precio de sus pertenencias, sus orígenes, su proceso de gestación, crecimiento y desarrollo, la diversificación y multiplicación de sus capitales, la integración de sus representantes al paquete accionario, directorios y conducción de grandes empresas industriales, de servicios y especialmente financieras, sus negociados y mecanismos diversos de evasión fiscal, su incorporación en empleos públicos para ganar la diaria a efectos de no gastar su capital entre otros muchos temas.
Es imprescindible no solamente conocer sus fortunas líquidas y patrimoniales sino también conocer donde viven con localidad y domicilio y los nombres de hasta el último de sus bisnietos. Recordemos siempre, parafraseando a Karl Marx, que los ricos no crean riqueza, sino que son los explotados por los ricos es decir los trabajadores los que la generan.
Es necesario conocer no solamente en términos generales como alcanzaron sus posiciones de privilegio en nuestra sociedad sino que hay que saberlo familia por familia. Respecto a la vieja y siempre vigente oligarquía investigar su rol: saber porqué mientras me hubiera gustado morir en las calles de Buenos Aires ellos pretendían entregarles sus hijas a los oficiales ingleses; porqué no estuvieron en la Plaza el 25 de Mayo de 1810; sabotearon e hicieron fracasar la Asamblea Constituyente del año XIII; se opusieron a la declaración de la Independencia en 1816 alcanzada porqué San Martín y Belgrano pedían a gritos su promulgación; le retacearon apoyo al Padre de la Patria para conformar su ejército libertador porque sabían que era el plan perfecto para terminar con sus ilusiones de clase de continuar formando parte del Reino de España; lo mismo hicieron oponiéndose al General Martín Miguel de Güemes y colaborando con la emboscado que puso fin a su vida; construyeron y abonaron las luchas fratricidas entre unitarios y federales; Intentaron hacer fracasar la Asamblea General Constituyente de 1853; auspiciaron y concretaron las campañas al Desierto para apropiarse ilícitamente de millones de hectáreas repartiéndose el país donde podemos encontrar su acumulación originaria; se opusieron al matrimonio civil; apoyaron con sus mejores hijos a la cabeza los proyectos oligárquicos y elitistas de fines del Siglo XIX y principios del XX; asesinaron y persiguieron a miles de compañeros anarquistas; y socialistas; conspiraron y derrocaron a Hipólito Irigoyen; endeudaron al país; pintaron” viva el cáncer” en su obsesión contra la mujer más importante de la historia argentina; se opusieron firmemente a la Constitución filo revolucionaria de 1949; combatieron con todas las armas a su alcance al gobierno del General Perón; a partir de 1955 hicieron retroceder al país en sus conquistas sociales y logros económicos 70 años; casaron a sus hijas con militares para convencerlos que habían alcanzado un muy ansiado ascenso social; fueron cómplices y financistas de todos los golpes de Estado, siendo el de 1976 el de la definitiva restauración oligárquico-conservadora a través de la persecución, la tortura y el aniquilamiento de miles de compatriotas; entregaron a nuestros hermanos en Malvinas; se opusieron al retorno de la democracia, al divorcio, a los intentos de mejorar la distribución del ingreso a la modernización del país, al matrimonio igualitario a la ley de identidad de género, al desendeudamiento; a los juicios a los genocidas; a los incontables progresos de la década ganada y como si todo esto fuera poco se inventaron un candidato y un gobierno que no cometió ningún error, como muchos suponen, ellos hicieron exactamente lo que vinieron a hacer, destruir el país, esclavizar y empobrecer a los trabajadores y poner a la patria al borde mismo, de su disolución institucional y territorial.
No conformes con todo esto ahora combaten en las calles y en los medios con periodistas sin vergüenzas que funcionan a sobres y en un manejo sin precedentes en la historia social de la humanidad convencieron a una triste e ignorante clase media de su pertenecía a una pseudo aristocracia a la cual nunca pertenecerán y que además los desprecia.
Después están los otros, los que no tienen alcurnia pero que son ricos. A estos también es necesario estudiarlos con los mismos objetivos y criterios que a los anteriores, aunque debemos reconocer que son un poco más complicados como objeto de investigación. En tanto los miembros de la vieja oligarquía son cultos, poseen enormes bibliotecas y reconocidas obras de arte, son a su manera solidarios, detestan ostentar sus riquezas, sus hijas hacen excursiones de clase pero en general terminan casándose entre ellos, viven en lugares muy precisos, envían a sus hijos a los mismo colegios, los cuales no son necesariamente los más caros pero sí los que les garantizan que su reproducción de clase estará asegurada , organizan sus reuniones sociales siempre en los mismos lugares y aprenden disciplinadamente sus ademanes y hasta su forma de hablar.
Los nuevos ricos en cambio aunque mueren por pertenecer a la oligarquía rara vez lo consiguen y sólo lo alcanzan mediante alguna picardía matrimonial. Son berretas, de mal gusto, ostentosos, les encanta mostrar sus casas, sus autos y sus fortunas en revistas de actualidad. Siempre compran y pagan lo más caro que encuentran. Como no son poseedores de grandes campos los reemplazan con deslumbrantes casas en un Country. La oligarquía estudia en las grandes Universidades Públicas, esto les garantiza un primer contacto poli clasista y les permite obtener diplomas de centros de estudios reconocidos internacionalmente. En cambio los nuevos ricos contribuyen a la creación y sostenimiento de instituciones a las que también denominan Universidades de dudosa excelencia académica y de clara adscripción político-ideológica a las que envían a sus hijos. A modo de anécdota cuando personalmente no calificaba ni para ser Ayudante de 2° en la UBA, era Profesor Titular en dos “Universidades” Privadas.
Las grandes fortunas de los nuevos ricos no les fueron regaladas como las millones de hectáreas a la oligarquía. Incluso muchos de sus representantes tienen orígenes humildes. El origen de sus fortunas está fuertemente basado en décadas de explotación de la mano de obra apropiándose de cuotas crecientes de plusvalía aprovechando las políticas salariales de dictaduras y gobiernos democráticos cómplices. Como si esto no fuera suficiente han sido grandes proveedores del Estado, adjudicatarios de políticas públicas y receptores de enormes subsidios directos e indirectos y beneficiarios privilegiados, aunque griten lo contrario, de la inflación y los incrementos descomunales de precios de los cuales son sus formadores. También participan en fantásticos negociados, compran complicidades y evaden magnitudes inconmensurables de impuestos. Permanentemente intentan influir sobre la cultura nacional imponiendo pautas de consumo y culturales y nuevas costumbres. Son crueles, despiadados, egoístas y capaces de entregar la Bandera Nacional en aras de un buen negocio.
Por estas razones y por muchas otras causas que podríamos detallar, es importante estudiar e investigar la riqueza. Cuando logremos comprenderla e introducir cambios, incluso dentro del propio sistema capitalista, la Argentina será un país más igualitario, se cumplirá el sueño de pobreza cero, habrá una mejor distribución de la riqueza, se terminará con el déficit fiscal, existirá un verdadero desarrollo económico, social y territorial, la inflación y los precios serán un tema del pasado y la Argentina se acercará más a lo que siempre debió ser.
Una advertencia final: si algunos colegas se deciden a estudiar la “Riqueza en Argentina” y hacer públicos sus resultados vayan aprendiendo de generaciones anteriores como es vivir en la clandestinidad.
Luis A. Yanes / Geógrafo
Profesor Titular de Análisis Espacial.
Departamento de Geografía. UBA.
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