FAL: Y cuando desperté seguía siendo hombre

11/03/2020
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

El 9 de marzo de 2020 se organizaron en México diferentes actividades de apoyo masivo ante la indignante y repudiable oleada de violencia-avasalladora contra la mujer. La acción principal después de la conmemoración del Día Internacional consistió en un paro total de las actividades realizadas por las mujeres. Uno de sus objetivos consiste en invitar a la reflexión de un supuesto basado en la desaparición definitiva de aquellas con quienes convivimos a diario, algunas de ellas sin darnos cuenta (negándolas).

 

Esta idea y el paro como tal se debaten, situación que seguirá sin duda alguna; sin embargo, en el ejercicio de reflexión que se nos fue encomendado a «los hombres» como medida de acompañamiento, en el círculo académico en donde me desempeño, surgieron las siguientes ideas, de las cuales me responsabilizo porque no las escribo desde una generalidad masculina, sino como un hombre con la intención de deconstruir su masculinidad.

 

En mi país es recurrente señalar al pasado como causante de la reproducción de muchos de los vicios que hoy experimentamos, algunos nos acostumbramos por conveniencia a decir que «así me educaron», sin que nos hayamos detenido a cuestionar lo lastimosa que es esa respuesta. De ello deriva mi primera reflexión, por el daño que cause a compañeras de vida (familiares, de sueños, amigas, colegas, estudiantes...), me señalo culpable de muchos de los actos de omisión y de encubrimiento en mi papel de «hombre». Es hora de iniciar a resarcir el daño.

 

Se convierte entonces, en algo urgente la erradicación de mirar el presente cual destino trágico de machismo reproducido a conciencia y/o sin ella, tanto en lo público como en lo privado, al tiempo que se es en primera instancia observador –ojos, oídos, todos los sentidos– orientados a lo que se exige desde el feminismo, que no es nuevo, trae un pasado de larga duración antecesor de las brujas y presente en las manifestaciones mundiales del 8 y 9 de marzo. Tanto tiempo y desde nuestra comunidad ¿no las escuchamos?

 

Es por eso urgente que la historia se reescriba con aquellas voces féminas silenciadas por la complejización de una barbarie que no termina, muy al contrario se moderniza con teléfonos inteligentes para sofisticar actos de dominación sin precedentes. Nos toca hacer y asumir...

 

Quienes no pararon porque su ejercicio de sobrevivencia en un país como el mío, el acompañamiento de quienes pararon no debe pasar desapercibido, sé que no lo hará porque las estrategias se fortalecen y retroalimentan...

https://www.alainet.org/es/articulo/205178
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS