Nuestros “amigos” los mineros. Al parecer la minería en el Perú está tratando a toda costa de sacar el mayor provecho con la mejor ganancia, la menor inversión en cuestiones sumamente importantes y en aprovechar las leyes y legisladores de “cuello blanco”.

En los últimos meses, varios textos de nuestros importantes diarios y varios grandes voceros políticos, económicos y miembros de algunos partidos han levantado la voz por nuestros empresarios mineros. Que la renta es muy alta, que las normas son muy estrictas, que el Perú no crecerá sin flexibilizar más las normas laborales, ambientales y administrativas a las mineras.

Ahora, nuestra economía está muy ligada a la Minería sí, porque así la hemos venido estructurando. Si obtenemos mayores ingresos en Minería, esta entra a las arcas del Estado pero, el Estado no es bueno administrando estos fondos. Entonces, el Estado prefiere reducir gasto corriente (sueldos, programas sociales, servicios, etc.). Esto significa, una pegada económica a la mayoría de la población, salvo, la que tiene una mejor situación de ingresos.

Otra opción es mejorar nuestra capacidad tributaria pero, al mismo tiempo generar proyectos de inversión del Estado. En todo este juego económico, hay algunos problemas, primero, el Estado debe mejorar su capacidad de gerenciar y ejecutar gastos. Luego, debe mejorar su capacidad de establecer que este gasto no termine en gran parte en los bolsillos de ladrones de cuello y corbata, pero, algo esencial, se necesita que los ingresos que provienen de la minería, realmente sirvan para un desarrollo sostenible del Perú y la mayoría de peruanos.

Para esto, es importante que la Minería invierta en tecnología, modernización de la forma de producir y que la misma, implique la formación de profesionales de carrera. Al mismo tiempo, implica invertir en mejorar la investigación para adaptar estas tecnologías. De otro lado, es esencial invertir en educación, salud y el cuidado ambiental. Pero, hay un problema, solamente recaudamos el 7% del total de exportaciones [1]. Aunque muchos digan que nuestro impuesto a la renta es excesivo, lo cierto es que es más lo que se va que lo que queda y es más el capital que se va a otros países que lo que están estas empresas obligadas a reinvertir en nuestro país.

Aquí sí, a nuestros amigos mineros no les gusta que comparemos nuestra situación con la de otros países. Nuestros vecinos vienen desarrollando políticas para mejorar su capacidad de producción y también la reinyección de capitales, para lo mismo normar de forma que estos se queden en el país. A nosotros solamente nos interesa el impuesto a la renta al parecer pero, olvidamos que la torta económica es más amplia de lo que se discute en los medios. “No se trata simplemente de crear las condiciones para que lleguen capitales extranjeros, sino para que las inversiones se vuelvan fuentes generadoras de derrames tecnológicos y productivos, de empleo, y para que se orienten hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”; estas fueron importantes palabras de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina durante la presentación el informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2018”.

Ahora, es posible que esto empeore con el tiempo. Los capitales chinos que vienen creciendo en nuestros países son los peores inversores, están desplomando la capacidad ya instalada para explotar nuestros recursos en toda América Latina, pero vienen ganando en el ranking de las peores prácticas de respeto de derechos ambientales, laborales y no son empresarios muy justos, no reinvierten capitales y menos tecnología. ¿Qué hacer con nuestros “amigos” los mineros?

Nota

[1] Jorge Manco Zaconetti. Perú, por una nueva tributación minera. Diario Uno. Domingo 15 de septiembre 2019.

Jorge Arboccó

Antropólogo peruano