Argentina después de las PASO

30/08/2019
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¿Qué pasa en Argentina después de las PASO? Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) funcionaron como primera vuelta presidencial. Fue un voto de bronca contra los efectos catastróficos de la gestión neoliberal del presidente Mauricio Macri. Una derrota que impacta toda la región, al cuestionar el carácter ineluctable de un nuevo ciclo de gobiernos derechistas en toda América Latina, que Macri había inaugurado en 2015.

 

Recordemos que el domingo 11 de agosto, contrariamente a lo que esperaban las encuestas, triunfó ampliamente la dupla del Frente de Todos, formada por Alberto Fernández y Cristina Fernández con 47,65%; mientras que la dupla de Cambiemos, del actual presidente Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, obtuvo apenas 32.66%. La alta participación del 75.85% de los electores (25 millones sobre 33 millones inscritos) en las PASO vaticinan la derrota de Macri el 27 de octubre y aseguran el retorno del progresismo peronista al gobierno el 10 de diciembre.

 

Todo indica que Alberto Fernández es un presidente en espera y Argentina vive una confusa transición, de aquí a la primera vuelta oficial del 27 de octubre, el balotaje del 14 de noviembre y la asunción del próximo presidente el 10 de diciembre. Por un lado Mauricio Macri se debate con todos los medios posibles para revertir la situación y pasar al balotaje el 14 de octubre. Por otro, muchos de sus aliados que no creen que pueda ganar, tratan de salvar los muebles tratando de maniatar el próximo presidente.

 

¿Cómo se explica el impacto de las PASO? ¿Ya está rayada la cancha para el 27 de octubre? ¿Por qué se desplomó la popularidad de Macri en solo cuatro años? ¿Es posible una alternancia sin dramas? ¿Cuál progresismo retorna con la dupla Fernández? ¿Cuál es el mensaje internacional de los electores argentinos? Vistazo a las perspectivas en Argentina después de las PASO.

 

¿Cuál Impacto de las PASO?

 

Las verdaderas elecciones son el 27 de octubre, pero, de acuerdo a la experiencia, los resultados de las PASO, ya hacen normalmente imposible la reelección de Macri. Fue un resultado inesperado que provocó un terremoto político en Argentina, al anunciar el retorno del peronismo progresista con la Dupla Fernández-Fernández.

 

Y es que existe consenso en que el desplome del macrismo está ligado a un nuevo fracaso de las políticas neoliberales en la región. Más precisamente, un desencanto por las promesas con las que Macri se hizo elegir en 2015: no llegaron las inversiones; aumentó la deuda y el acuerdo con el FMI no dio resultados. Argentina sufre una recesión económica con alta inflación (50%), con políticas de austeridad que han aumentado la pobreza y las desigualdades sociales. Una versión bis del fracaso del neoliberalismo en 2001.

 

¿Podrá Macri revertir la situación gracias al control de medios sociales y medios de comunicación con su discurso que asocia modernidad y neoliberalismo? Difícil, muy difícil. Primero, Macri le echó la culpa a los electores por el desplome del peso, los bonos y las acciones. Luego anunció medidas paliativas hasta diciembre y cambió de ministro de hacienda. Lo cierto es que se trata de una nueva crisis del modelo neoliberal que exacerba en Argentina la alternancia entre modelo exportador y de desarrollo industrial nacional en Argentina.

 

Las ondas sísmicas del terremoto político argentino repercutieron en toda la región. El muy posible retorno de un gobierno Fernández-Fernández en la tercera economía de América latina, cuestionan el discurso sobre el ineluctable fin de experiencias progresistas en la región y el retorno de gobiernos de derecha. Las ondas sísmicas ya afectan las próximas elecciones uruguayas y bolivianas, los debates en Chile, Brasil y otros países latinoamericanos. Veamos estas aseveraciones más en detalle.

 

¿Está rayada la cancha de las elecciones presidenciales de octubre?

 

En diciembre una encuesta publicada por Perfil revelaba que el 79% de los líderes de opinión crían que en 2019 ganaba Cambiemos. En las PASO, los electores lanzaron un mensaje de bronca contra el gobierno saliente difícil de desdeñar.

 

 

Es efectivo que las PASO cumplieron con dejar fuera de las elecciones del 27 de octubre a cuatro coaliciones o partidos que no fueron capaces de obtener más del 1,5% de los votos, evitando la cacofonía de candidaturas sin posibilidades. Quedaron solo seis duplas para la primera vuelta del 27 de octubre. Ese era el objetivo normal de ese ejercicio instalado en 2009.

 

Sin embargo estas PASO fueron especiales: Como ya cada uno de los partidos habían determinado sus candidatos las PASO del 11 de agosto, fueron en realidad la primera vuelta efectiva. Por ello, si la tendencia de las PASO se mantiene, la dupla Fernández-Fernández, ganaría fácilmente en la primera vuelta. En efecto, la ley Argentina fija 45% de los votos, o bien, 40% y un avance de diez puntos sobre el candidato que llegue segundo, el límite para ganar la elección en la primera vuelta.

 

Ese escenario se refuerza al constatar la polarización del voto en estas PASO: Más del 80% de ellos electores centró su preferencia entre macrismo y fernandismo (En 2015, las dos primeras mayorías sumaban 65.26%). Además, los cuatro millones, de diferencia entre Fernández y Macri, disminuyen el impacto de un trasvasije de votos de derecha hacia Macri o, de una participación electoral aún más importante que el 75% de las PASO. El repunte de Macri solo puede depender de errores del fernandismo, que la vasta coalición se enrede en sus contradicciones. Es teóricamente posible que técnicas electorales, como las de la campaña de la nueva derecha argentina en 2015, puedan lograrlo, pero difícil.

 

¿Se desplomó el sueño neoliberal de cambiar Argentina?

 

La popularidad de Macri y la llamada nueva derecha, se desplomó en solo dos años. En 2017, la victoria en las legislativas, les permitía confirmar que avanzaban en el camino de “cambiar a Argentina para siempre” con “un gobierno de veinte años” de políticas neoliberales pragmáticas (BBC)

 

Las encuestas mantenían ese escenario hasta la víspera de las PASO: perder en agosto, conseguir pasar al balotaje en octubre y ganar en noviembre. El sueño se desplomó estrepitosamente. El macrismo perdió a nivel nacional y en 22 de las 23 provincias. Sólo ganó en Córdoba y en la ciudad autónoma de Buenos Aires.

 

En la provincia más populosa, Buenos Aires, perdió la principal carta del macrismo, María Eugenia Vidal. La dupla del Frente de Todos encabezada por Axel Kicillof, obtuvo 49.34%. En los sectores más pobres, como Merlo y Moreno, la diferencia fue de 40 puntos de porcentaje. En la provincia de Santiago del Estero, la diferencia fue de 75.55% contra 13.85% para el macrismo.

 

Hay consenso en que el resultado de las PASO fue un voto de bronca contra la gestión económica de Macri.

 

El Washington Post recogía un análisis que afirmaba que el mal manejo de la economía por Macri abriría la puerta a un impensado regreso de Cristina Kirchner al poder. Después de las PASO, ya no caben dudas a los observadores: El Financial Times afirmó que “A Macri se le acabó el tiempo”. Bloomberg expresó el temor de que Argentina caiga en default, no pago de la deuda.

 

Muchos, temen un “vacío de poder” porque, pese a su victoria Alberto Fernández, sigue siendo solo un candidato y Macri sigue siendo presidente, aunque esté en el purgatorio. La economía, es la responsable y Macri, “el empresario nacido para ganar” es criticado por quienes le adulaban ayer.

 

¿El FMI y la crisis en Argentina : Du déjà Vu ?

 

Fracasó la gestión económica de Macri, causando una catástrofe social. En 2015 con un PIB de 2.5%, parecía retornar el crecimiento en Argentina. Pero, la ausencia de inversiones extranjeras, pese a la apertura indiscriminada al mercado internacional y el pago a los fondos buitres, Argentina cayó en recesión en 2018: El PIB cayó a -2,5%; la inflación subió al 47%; la apertura indiscriminada a las importaciones sepultó la industria productiva.

 

 

El hoy renunciado Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, negoció un acuerdo standby de 56.300 millones de dólares con el FMI. El mayor de su historia a un solo país. Un apoyo manifiesto a Macri, acompañado de las tradicionales condicionantes de fuertes ajustes del gasto fiscal. Pero fracasaron los cuatro objetivos del FMI: No hubo recuperación económica, el PIB bajo en 1.7% desde la firma del acuerdo; en lugar de disminuir, la inflación aumentó al 53.9%; No disminuyó la deuda pública, subió en 29% del PIB y; finalmente, tampoco generó empleo, el desempleo aumentó al 10.1% y la pobreza al 32%.

 

Alberto Fernández acusó que los desembolsos del FMI sirvieron para compensar por la fuga de capitales argentinos: 27.000 millones de dólares por Activos externos de libre disponibilidad y 9.200 millones de dólares en capitales golondrina, especulativos.

 

Según Mark Waisbrot, la derrota de Macri fue porque los electores compararon la asociación FMI/recesión; con mejoras de las condiciones de vida bajo el Kirchnerismo.

 

El resultado de las PASO confirma la inaceptabilidad social del Plan del FMI. Queda en el limbo, el último desembolso de 5.400 millones de dólares del FMI, previsto en septiembre. Desde ya, el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, pidió “reperfilar los vencimientos de la deuda con el FMI”. En neolengua, repetida por La Nación. Más real es decir que “Macri se despide declarando default de la deuda.

 

¿La unidad del frente de todos, un factor de victoria?

 

Desgraciadamente para Macri las PASO, anticipan el retorno de “un gobierno progresista en Argentina”. Los resultados son un voto de castigo, “capitalizado por la fórmula Fernández-Fernández.” (Farid Reyes).

 

El Frente de Todos, una amplia coalición de 19 partidos, compuesto de varias corrientes peronistas, sectores del radicalismo, comunistas, humanistas, bolivarianos, cooperativistas, municipalistas y movimientos sociales de base. Tolcachier destaca el carácter integrador y transversal del Frente de todos. Ello explica su triunfo arrollador según Joaquín Múgica en Infobae. Recordemos la victoria de Macri en las legislativas de 2017 fue con 40% de los votos.

 

 

Su victoria en 2019, dependía de la división de sectores peronistas, en ruptura y disputa con el Kirchnerismo. No le sirvió a Macri, romper con su enemistad tradicional con el peronismo y terminar adosándose como vicepresidente al peronista senador Miguel Ángel Pichetto, asociado a Carlos Menem y en ruptura oportunista con el kirchnerismo. Pero Macri no consiguió dividir el peronismo. La unidad peronista en el Frente de Todos fue más fuerte, presentando una alternativa política frente al fracaso de la gestión de Mauricio Macri.

 

El acercamiento en 2018 de Cristina Fernández con Alberto Fernández, el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner, y su decisión de cederle la presidencia, fueron un factor clave para romper con que: “Con Cristina no alcanza, sin Cristina, no se puede.” (La Nación, 2018). A ello se suma la reconciliación con Sergio Massa del Frente Renovador para cimentar la unidad peronista.

 

El paso al lado de Cristina Fernández, descolocó completamente la campaña de Macri a la presidencia (Gambina). Una estrategia de lawfare, guerra jurídica, empleada exitosamente por la derecha en Brasil y otros países para eliminar adversarios progresistas populares. Como en el caso de Lula, revelado por el Independent., las acusaciones contra Cristina Fernández no han podido ser demostradas.

 

¿Una alternativa posneoliberal?

 

Otro factor clave de la derrota del macrismo ha sido la movilización popular de sectores organizados, contra las políticas neoliberales del gobierno, según  Luis Varesse. La bronca popular fue canalizada en la votación del Frente de Todos, pero los argentinos han demostrado que la calle juega un rol de espacio de construcción democrática.

 

Sin embargo, hay dudas sobre si Alberto Fernández resistirá las presiones que quieren maniatarlo. Por un lado, busca calmar los mercados internacionales, temerosos por el retorno de un gobierno peronista e insiste en que no declarará default y que  renegociará con el FMI El Financial Times afirma que declaró es él quién gobernará y no Cristina Fernández.

 

Al mismo tiempo, su discurso se inscribe en la lógica de los gobiernos peronistas progresistas. Acusa que el único producto del gobierno Macri fue crear “casi 5 millones de pobres.” Denuncia que el daño que hizo Macri no puede repararse en dos meses con medidas como las adoptadas por Macri ante la caída del peso, de las acciones y bonos. Que son “golpes de efecto electorales” de Macri. El Frente de Todos señala que hasta el 10 de diciembre es Macri el responsable por el caos en que dejará el gobierno. Promete un modelo alternativo al neoliberal de Macri: reactivar la economía impulsando la producción y el empleo.

 

 

Es indudable que el Frente de Todos es progresista y su propuesta es alternativa al neoliberalismo. Pero, debe recordarse que es pluriclasista y hegemonizado por el peronismo. No concita toda la izquierda argentina. Sectores de izquierda critican que busque acuerdos con el FMI; que Fernández se declare un liberal de izquierda, progresista. El candidato presidencial del FIT Unidad, Nicolás del Caño, (Trotskista) cuarta fuerza nacional pese a no alcanzar el 3%, afirma que la crisis no debe pagarla el pueblo trabajador.

 

¿Es Posible Una Alternancia Sin Dramas en Argentina?

 

¿Es posible una alternancia sin dramas en Argentina? Parece difícil. Algunos ya ven a Macri, huyendo en helicóptero, como Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, luego de renunciar en mitad de mandato, en medio de protestas sociales por la crisis económica. Varios insisten que la crisis actual es distinta y dudan que se repita el “corralito” que nadie quiere que se repita (BBC). Lo cierto es que, como afirma Real politik, el macrismo es incapaz “de elaborar una alternativa ganadora.” ¿Se repetirá la maldición, que desde el retorno de la democracia, los únicos que terminan sus mandatos, son los gobiernos peronistas?

 

 

Los partidarios de Macri, mantienen la esperanza de forzar un balotaje. Cambiemos, llama a movilizarse para defender el sistema de gobierno democrático y republicano, contra la vuelta al pasado peronista, “autoritario y populista”. Fontevecchia argumenta que la derecha (o centro derecha) popular de Macri, es distinta de la derecha tradicional del radicalismo, lo que podría revertir el voto en octubre.

 

Otros afirman que es pena perdida: Macri ya perdió las elecciones de octubre, a pesar que las PASO no definan nada. Abogan por una transición ordenada hasta el 10 de diciembre. La Nación, y otros medios, afirman que como la crisis actual difiere de la de 2001, Fernández debe respetar el acuerdo con el FMI. Comuna denuncia que mientras la movilización social exige cambios, la derecha exige cordura y continuidad. Lo cierto es que como reconoce Carlos Melconian ex presidente del Banco Nación, es difícil que se dé una transición pactada entre Macri y Fernández.

 

Con todo, González afirma que como las encuestadoras ya erraron, las PASO advierten a Macri que : “no alcanza con el marketing, la Big Data, los trols, los medios de comunicación a favor y el antagonismo como única bandera”.

 

El Péndulo Argentino y la Voz de la Calle

 

Tras el fracaso de la experiencia neoliberal de la nueva derecha está el conflicto tradicional entre una Argentina agrícola dominada por la oligarquía internacionalizada y la Argentina industrial urbana que desde 1946 sustenta el peronismo y que copta tradicionalmente los movimientos sociales y sectores de izquierda.

 

Un péndulo que refleja el conflicto político entre dos burguesías incapaces de reconciliarse. Recordemos las tesis sobre la actualidad de la estructura productiva desequilibrada de Argentina de Marcelo Diamand: oscilación pendular entre dos corrientes antagónicas: “la corriente expansionista o popular y la ortodoxia o el liberalismo económico”. Un movimiento pendular de actualidad según Mauricio Centurión. La falta de dólares y la relación entre el campo y la industria que no crea divisas y la acción del capital financiero y energético explicaría la crisis actual, según Javier Martin.

 

 

Esa oscilación pendular “explica la elección de Macri, el fracaso de su política económica y el desafío de las elecciones presidenciales de 2019”, escribía Renaud Lambert en el Monde Diplomatique en enero pasado. Se trata de un conflicto que creemos que cristaliza en el siglo veintiuno entre neoliberalismo y progresismo peronista.

 

Las PASO mostraron la importancia de la movilización social y la persistencia de importantes movimientos populares, sociales, nuevos y tradicionales, en la definición electoral de las PASO. Ello, a diferencia de otros países, como Chile, donde el retorno de gobiernos civiles se acompañó de la desarticulación de los movimientos sociales. (Ver, entre otros: Tomás Moulian, Marcelo Solervicens)

 

Lo cierto es que más allá de la derrota de Macri y las insuficiencias del progresismo peronista, según varios, la movilización social se hace presente en las calles y el voto bronca en las urnas. Ello sería un factor de presión respecto a posibles pactos con el FMI y abandono de promesas sociales del Frente de Todos.

 

¿Cuál es el mensaje internacional de los electores argentinos?

 

La derrota de Macri lanzó un mensaje anti neoliberal. Por un lado, el sociólogo brasileño Emir Sader, califica los resultados como “fracaso del primer intento de restauración neoliberal.” Por otro, el periodista Carlos A. Villalba agrega que da una lección sobre la importancia de aglutinar todas las fuerzas anti-neoliberales. Lo cierto es que el resultado de las PASO justifica que Atilio Borón pueda cuestionar a: ¿Quién decía que el ciclo progresista había concluido?

 

Ello hace que no pueda esperarse una transición ordenada en Argentina, porque: “Una Argentina con una política exterior independiente y soberanista no entra en el cálculo imperial contra Venezuela, Nicaragua y Cuba” (Luis Varesse).

 

En efecto, Trump sigue apoyando a Macri, a pesar de su resultado en las PASO. Bolsonaro ya amenazó que Brasil abandonará el Mercosur si los “delincuentes de izquierda” llegan al poder. Su ministro de Hacienda, Paulo Guedes, afirmó “desde cuando Brasil necesita Argentina para crecer”. Por su parte, el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, afirmó que “la vuelta de una opción populista no es conveniente ni para Argentina ni para Brasil.”

 

En Uruguay puede favorecer la reelección del Frente Amplio, al recordar los efectos de los experimentos neoliberales. En Bolivia la derrota del neoliberal Macri, se transformó en argumento de campaña para la reelección del presidente Evo Morales, que “no quiere para Bolivia lo que pasa en Argentina

 

En Chile, la derrota de Macri, el presidente que prometió Tiempos Mejores, se distancia de Macri, su alter ego por años. Patricio López, afirma que es porque teme que la recesión le pase la cuenta, como en Argentina y los sueños de sucesivos gobiernos derechistas no se realicen.

 

Luego de la victoria de AMLO en México, las PASO envían un mensaje esperanzador para los progresistas y la izquierda en la región.

 

http://marcelosolervicens.org/2019/08/argentina-despues-de-las-paso/#more-1647

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201880
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