El Che en el corazón de los guayaquileños

27/04/2018
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Carlos “Calica” Ferrer fue el amigo de infancia del joven argentino Ernesto Guevara de la Serna, recién graduado de doctor, que en 1953 lo acompañó en su segundo viaje por América Latina pasando por Guayaquil, que concluiría en 1956 en la Sierra Maestra de Cuba, para graduarse de guerrillero. Calica en su testimonio de vida, afirmó: “En Guayaquil empezó de a poco a dejar de ser Ernesto para convertirse en el Che”.

 

El deslumbramiento del Che, fue su vínculo con una generación política y cultural de guayaquileños y con la geografía urbana tropical de la ciudad-puerto de Guayaquil. Presento entonces, todas las letras todas, que dan fe de lo afirmado, como registro bibliográfico de los que escribieron y estuvieron con el Che Guevara, recorriendo la genealogía emblemática de sitios, familias y personajes políticos del Guayaquil de mitad del siglo XX; como testimonio y prueba de vida, del nacimiento político de un personaje de la historia universal, llamado El Che.

 

Y, al final concluiré citando a malquerientes del corazón solidario de Guayaquil, que nos pone de cara a la defensa urgente del Che.

 

PACO IGNACIO TALBO IIi, “Ernesto Guevara también conocido como el CHE”. Editorial El Planeta. México. Febrero 2014.

 

Talbo II, dimensiona el carácter del Che Guevara, al destacar que su padre, el constructor civil Ernesto Guevara Lynch, de joven fue expulsado del colegio por haber abofeteado a su compañero de clase - que sería eterno candidato al premio Nobel de Literatura - Jorge Luis Borges, luego que este hizo de “soplón” cuando lo denunció ante su maestro diciéndole “Señor este chico no me deja estudiar”. Su madre Celia de La Serna por testimonio de su sobrina relata que fue la primera mujer que se cortó el pelo a la altura de la nuca al estilo garçon, además fumaba y cruzaba las piernas en público; era la “avanzada feminista de Buenos Aires”. Paco Ignacio Talbo II desfilando por los círculos del destino, también se regodea en las coincidencias asombrosas con el nacimiento del Che ocurrido prematuramente durante un viaje de sus padres a la ciudad de Córdova, donde al ser inscrito en el Registro Civil, resultaron de testigos otros viajeros de profesión: el taxista brasileño que los condujo al Registro Civil y su tío Raúl, marino de profesión; para completar los destinos cercanos, Ernesto El Che nació un día igual al de José Carlos Mariátegui marxista peruano y de José Maceo, revolucionario cubano que junto con José Martí, mantuvieron una estrecha relación con Eloy Alfaro expresidente del Ecuador y líder liberal radical, por la “independencia de Cuba y la refundación de Ecuador”. ii

 

CARLOS FERRER iii. “El segundo viaje del Che”. Publicación de Pagina/12. Noviembre 27 de 2005. https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-59716-2005-11-27.html Consultado el 19 de abril de 2018.

 

“…. En Ecuador, Ernesto encontró por fin lo que estaba buscando sin saber a lo largo de todo el viaje. Su destino de trotamundos empezaría allí a encontrar un sentido y una dirección. Ya soñaba con soluciones para lo que había visto y experimentado. En Guayaquil empezó de a poco a dejar de ser Ernesto para convertirse en el Che. Hoy sé que allí fue donde empezaron a separarse nuestros destinos.


Pero nada de eso sabíamos cuando cruzamos la frontera peruano-ecuatoriana en la localidad de Aguas Verdes. Teníamos preocupaciones más inmediatas, como eludir las bandas de asaltantes que pululaban cerca del puente que debíamos cruzar para llegar al puesto fronterizo ecuatoriano, Huaquillas. Como en otras tantas ocasiones, en tierra ecuatoriana, el sellado del pasaporte era algo más que un trámite burocrático, siempre había objeciones, te hacían todo tipo de preguntas. No éramos turistas, éramos caminantes jóvenes con muy poco respaldo de visas y de divisas. Así que, otra vez, a contestar de dónde venimos, adónde vamos, por qué, con qué dinero. Volvimos a aplicar los consejos de aquel español viajero pero a la inversa que en Perú. Para congraciarnos comentábamos que allá nos habían tratado bastante mal –que no era cierto–y terminamos ganando la simpatía de los ecuatorianos. Nos dieron un rincón donde dormir y nos convidaron algo para comer y tomar. “Un día perdido en cuanto a viaje, aprovechado por Calica para tomar cerveza de arriba”, escribió Ernesto aburrido en su diario. No dice que fueron muchas las cervezas, porque él tuvo que abstenerse debido al asma que lo empezaba a jaquear nuevamente. El calor y los mosquitos nos avisaban que estábamos en el Trópico, aunque nada de eso nos molestaba especialmente. Nos estamparon el sello de ingreso en los pasaportes el día 28 de septiembre de 1953.


Ese mismo día salimos a dedo para Santa Marta, ya no nos podíamos permitir siquiera el módico precio del ómnibus. La financiación de nuestro viaje hasta Venezuela desde aquí era una incógnita. Con lo del cinturón de castidad ya no alcanzaba para casi nada. En Santa Marta tomamos un barco para Guayaquil. Era un barquito de carga viejo, con un motor quejoso, que llevaba también pasajeros. Nada que ver con un crucero de placer, allí no había ni turistas ni comodidades. El barco llevaba ganado y sobre ese corral improvisado colgaban hamacas donde nos instalamos. Fuimos por el río hasta Puerto Bolívar. Ya era de noche y la precaria embarcación comenzó a navegar por el mar bordeando la costa. Nos dio risa y miedo pensar qué pasaría si dormidos nos caíamos de las hamacas.


–Yo no voy a poder dormir –aseguré.

Déjate de joder, Calica, ¿qué te crees que es esto?, ¿un crucero?

Pero mira si me caigo arriba de las vacas...

Y bueno, se te clavará un cuerno en el traste, más que eso no te va a pasar –

se rió Ernesto y su risa contagiosa hizo otra vez el efecto deseado. Me empecé a reír yo también y me dije bueno, ya estoy jugado, ¡a dormir! Cansancio, sueño, bastante hambre; sumados eran superiores al olor a bosta, los mugidos y el bochinche de las pezuñas sobre el piso metálico del barco. En fin, por lo menos estábamos un poco más cómodos que las vacas. Nos dormimos, no a pata suelto sino a “pata colgada”, como suelo dormirse en una hamaca para conservar el equilibrio.


Recién nos despertamos a la mañana siguiente casi llegando a Guayaquil. “Yo siempre con asma”, acota Ernesto al registrar en el diario el viaje en barco.


Ernesto también le relata a su madre con sorna nuestros días de pequeños comerciantes: “Tu traje, tu obra maestra, la perla de tus sueños murió heroicamente en una compra-venta, y lo mismo sucedió con todas las cosas innecesarias de mi equipaje, que ha disminuido mucho en beneficio de la alcanzada (suspiro) estabilidad económica”. Aguzando la creatividad, a Ernesto se le ocurrió que podríamos usar los fondos del pozo común para comprar un barquito y remontar toda la costa hasta Panamá. Yo me sorprendí pero, como siempre fui un inconsciente y la idea venía de Ernesto, la consideré casi posible y me sumé. Pero Andro y Gualo se mataron de risa y pensaron que era un chiste (aún no lo conocían). “Es en serio, se puede”, insistía tozudamente Ernesto frente a las explicaciones técnicas de los otros que intentaban demostrar que navegar en alta mar era imposible con un barquito de poca monta y ningún conocimiento.


Tres años más tarde, en 1956, Ernesto demostraría que todo era posible: una modesta embarcación, el Granma, logra cruzar el golfo de México hasta Cuba llevando una carga cuatro veces más pesada de la que puede soportar y sobreviviendo a tormentas, desperfectos mecánicos y falta de provisiones. Después de una turbulenta navegación de siete días, los tripulantes, miembros del Movimiento de Liberación 26 de Julio, consiguen desembarcar en territorio cubano. Uno de ellos era Ernesto Guevara, ahora convertido en el Che.…”

 

JESSICA ZAMBRANO ALVARADOiv. “Edificaciones patrimoniales, entre el descuido y el olvido”. Diario El Telégrafo. 20 de diciembre del 2014.

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/cultura/7/edificaciones-patrimoniales-entre-el-descuido-y-el-olvido-infografia . Consultado el 17 de abril de 2018.

 

“… En 1944, en lo que ahora son las gradas que conducen al Barrio Las Peñas, por el Malecón Simón Bolívar, se ubicaba la residencia del psiquiatra Fortunato Safadi y de su esposa, Ana Moreno, ambos militantes del Partido Comunista del Ecuador. Ese fue el lugar al que llegó. (Frecuentó. N.A.) Ernesto Guevara de la Serna, el conocido Che, durante su segunda gira por América Latina en 1953.

 

Según el libro “Las Peñas, historia de una identidad perdida”, del historiador Fernando Jurado Noboa, su hospedaje en este lugar se produce por la conexión con Cristóbal Garcés Larrea durante la visita de Guevara al Café Costa, frecuentado en la época por poetas, pintores y escritores. Durante su estadía hizo de pediatra gratuito y visitaba con frecuencia las casas de vecinos, como Enrique Gil Gilbert. Además, fue parte de la relación que tenían los guayaquileños con el río Guayas, donde fue fotografiado bañándose por Miguel Rogelio Jordán, archivo que figura en el libro de José Guerra, otro testigo de su visita. La casa donde se hospedó el Che se cayó deteriorada por el descuido…”

 

DIARIO EL TELÉGRAFO v. “El Che Guevara en Guayaquil”. 03 de octubre de 20011 -00:00

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/el-che-guevara-en-guayaquil

Consultado el 18 abril 2018

 

“… Con su amigo Carlos Ferrer (Calica) arribaron a nuestro país el 27 de septiembre y llegaron a Guayaquil el 2 de octubre de 1953. Habían salido de su país el 7 de julio de ese mismo año, con la intención de recorrer nuevamente algunos países de nuestra América.

 

Según testimonios de la época, el Che Guevara se hospedó en el barrio de Las Peñas, en la primera casa subiendo la explanada, signada con el N.- 199, en una habitación de madera con vista al rio Guayas, en donde funcionaba una pensión administrada por la Sra. María Luisa de Espín.

 

En esta ciudad se encuentra con tres compatriotas, estudiantes de Derecho de la Universidad de La Plata que partían para Guatemala: Andrews Andro Herrero, Eduardo (Gualo) García y César Valdospinos. Y, también con el joven abogado Jorge Maldonado Renella. Este le conecta con sus amigos Fortunato Safadi E., médico psiquiatra y su esposa Ana Moreno de Safadi. Los tres militantes del Partido Comunista del Ecuador. Se entabla entre ellos una gran amistad y con otros intelectuales progresistas…”

 

 

JORGE BARONA vi: “Un recorrido, 61 años después por los pasos de Ernesto “El Che” Guevara en Guayaquil”. ANDES Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Suramérica. 27 de septiembre de 2014. http://www.andes.info.ec/es/noticias/recorrido-61-anos-despues-pasos-ernesto-che-guevara-guayaquil-1a-parte.html. Consultado el 17 de abril de 2018.

 

“… Guevara se hospedó en el barrio Las Peñas, en una casa de madera y caña signada con el Nº 199, en una habitación con vista al Río Guayas, en donde funcionaba una vieja pensión por la cual, se dice, pagaba 5 sucres (moneda de la época) la noche…”

 

Escalinatas ocupan hoy el espacio donde estuvo la casa donde vivió por 43 días el Che Guevara.

“… Guerra describe al Che como una persona sencilla, atenta y muy culta. Descuidado en su forma de vestir, Guevara pasaba la mayor parte del tiempo leyendo libros, jugando ajedrez o asomado en las viejas ventanas de la pensión o La Planchada del Fortín viendo el majestuoso río Guayas.

 

Durante su estadía entabló amistad con el abogado Jorge Maldonado Renella, quien a su vez lo presentó a sus amigos Fortunato Safadi, médico psiquiatra, y su esposa Ana Moreno, todos militantes del Partido Comunista del Ecuador. Con ellos hablaba más de ciencia que de política, escribe el cronista Guerra. El propio Ernesto Guevara confirma su estadía en Guayaquil en su diario de su segundo viaje por América. “… Al día siguiente emprendimos la marcha hacia Santa Marta (Colombia), donde tomamos un barco que nos llevó por el río hasta Puerto Bolívar (provincia de El Oro), y tras toda la noche de navegación llegamos por la mañana a Guayaquil, yo siempre con asma”.

 

Poco pude conocer -escribe Guevara-, ya que la historia de viaje de los muchachos que partían para Guatemala, uno con el gordo (Ricardo) Rojo, nos absorbió. Posteriormente conocí a un muchacho, Maldonado (Jorge Maldonado Renella), que me conectó con gente médica, el doctor Safadi (Fortunato Safadi), psiquiatra y bolche (bolchevique), como su amigo Maldonado”.

 

Otra prueba del paso de Guevara por la urbe porteña es la única fotografía que publicó Guerra en su libro y que la realizó Miguel Jordán. En ella se ve al joven médico argentino sin camisa, con los ojos cerrados y recostado sobre una pequeña embarcación con los brazos extendidos. Guerra recuerda que esa foto se captó luego de que Guevara sufriera un ataque de asma -mal que padecía el revolucionario- luego de bañarse en el río Guayas.

 

La cantante de tangos Carmen Rivas, quien es citada en el libro, fue otra de las personas que hizo amistad con el Che. La artista cuenta que él la iba a escuchar por las noches en radio El Mundo, en ese entonces ubicada en lo que es actualmente el edificio San Francisco 300 (9 de Octubre y Córdova)…”

 


KETTY ROMO LEROUX G.vii “El Che Guevara en Guayaquil”. Diario El Telégrafo. Lunes 22 de diciembre del 2014. http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/el-che-guevara-en-guayaquil.html. Consultado el 14 de abril del 2018.

 

“… Su coterráneo García le sugirió que desistiera de su viaje a Venezuela, a lo cual accedió. Utilizando un pasaje que le consiguió la hermana de un amigo en una naviera, irónicamente propiedad de la United Fruit, el 28 de octubre salió a Panamá, rumbo a Guatemala, donde existía el gobierno nacionalista-revolucionario del Capitán del Ejército Jacobo Arbenz, amenazado por una inminente invasión dirigida desde Washington. ...”

 

Otros testimonios imprescindibles de este registro bibliográfico y urbano del Che en Guayaquil y que dan fe de lo vivido, fueron mis conversaciones con amigos entrañables del Che: Anita Moreno de Safadi y Jaime Galarza Zavala.

 

Era una vajilla especial, seguramente de su tiempo que vivió en Europa y con ella la costumbre muy propia del muchas familias de Guayaquil de la década de los cincuenta, de las tertulias con tazas de chocolate o café, el queso criollo, los dulces, la mantequilla, el pan tostado; comentaba Anita Moreno de Safadi viii– revolucionaria guayaquileña, desafiliada del Partido Comunista e internacionalista, fallecida en 1983. Las tertulias con Ernesto Guevara, de Anita y su compañero Fortunato Safadi, en la casa de ellos en el barrio de Las Peñas, estaban acompañadas en ocasiones con esa vajilla. Las mismas que me enseñó y utilizó para tomar chocolate a principios de la década de los ochenta en su departamento en Urdesa, recordando anécdotas del Che y también de los desafíos de los pueblos como el Palestino, con el cual nos unía con la líder ecuatoriana-palestina Mariam Touma Abuhayar recientemente fallecida, integrados al Comité Ecuatoriano de Solidaridad con el Pueblo Palestino.

 

También Jaime Galarza Zavala ix, destacado revolucionario y escritor ecuatoriano; mientras viajábamos a una Conferencia Mundial por la Paz Justa y cuando dirigió en el 2016 la investigación en que participe para el libro “Bases Militares Norteamericanas en el mundo - capítulo Ecuador”; me narraba con la atracción de su palabra testimonial y su hablar pausado, las anécdotas con el Che en la Habana ejerciendo el Ministerio de Industrias, preguntando siempre por sus amigos de Guayaquil, Fortunato Safadi y Anita Moreno; cuando el pasaporte ecuatoriano contenía una peculiar advertencia “Pasaporte valido para todos los países del mundo, excepto Cuba”; el Che con anécdotas de sensibles situaciones e irónicas circunstancias, comentaba la movilidad internacional de revolucionarios en las fronteras de la clandestinidad total y el liderazgo público universal.

 

Esta es la bibliografía del Che en el corazón de Guayaquil. Pero es imprescindible concluir para reflexionar para la acción presente de defensa del argentino/cubano El Che, con la cita obligada de malquerientes de la historia solidaria de Guayaquil con apellidos y familias migrantes de todo el mundo, como las catalanas/libanesas Nebot/Saadi, las italianas Caputti/Tabachi, las palestinas Dahik, las libanesas/alemana Mahuad/Witt, las venezolanas Febres Cordero.

 

JAIME NEBOT SAADI. Socialcristiano. Alcalde de Guayaquil. “Un sondeo técnico decidirá retiro del busto al Che Guevara en Guayaquil”. Diario El Universo. Miércoles, 18 de abril, 2018 – 13h36. https://www.eluniverso.com/guayaquil/2018/04/18/nota/6720474/sondeo-tecnico-decidira-retiro-busto-che-guevara-guayaquil. Consultado el 19 de abril del 2018.

 

 

Foto del 30 de octubre del 2012, de la ceremonia del develamiento del busto en honor a Ernesto “Che” Guevara entre la Plaza Colón y las escalinatas del Cerro Santa Ana, en el barrio Las Peñas. En el acto se observa a la entonces asambleísta de Alianza PAIS María Augusta Calle. (Cubierto por la bandera de Cuba, Galo Alvear Dirigente de la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba. N.A.)

 

"… Voy a hacer un sondeo técnico y serio. Si la mayoría de los guayaquileños quieren que se retire el busto del Che Guevara, así lo haremos. Entiendo la coyuntura y las opiniones que esto genera, pero tenemos que tomar decisiones en base a un sentir mayoritario y cumpliendo los procedimientos legales que corresponden al Concejo".

 

"Se acostumbró a matar, pero fue un tipo "valiente y coherente". "Fue un hombre valiente, murió como vivió. Segundo, fue un hombre coherente. No se quedó en Cuba a mamar del Estado cubano; fue a Angola, fue a Bolivia y murió como un hombre equivocado, haciendo equivocadamente lo que creía que tenía que hacer, y muriendo como predicó…"

 

RAFAEL CUESTA CAPUTTI. Ex entrevistador de canales privados de Ecuador. Reporte en el diario público El Telégrafo. “El legado del “Che” Guevara se debate en las redes sociales”. Página 11. Jueves 26 de abril de 2018. El diario El Telégrafo en su edición digital:

 

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/guayaquil/1/legado-cheguevara-debate-redessociales-ecuador. Consultado el jueves 26 de abril de 2018, 06:18:02

“… el “Che” Guevara. Asesinó a periodistas, homosexuales, sacerdotes, civiles…”

”… El creía que los gais eran desadaptados y, por ello, los metía a campos de concentración,…”

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Guayaquil. Ecuador. Jueves 26/abril/2018

fgarzon@gye.satnet.net

 

i PACO IGNACIO TALBO II. (69 años). Periodista, escritor y activista político hispano-mexicano. Premio Ariel al Mejor Guion Cinematográfico.

 

ii REGINO SÁNCHEZ LANDRIAN. Juventud Rebelde, diario de la juventud cubana. “Investigador cubano habla sobre relación entre Eloy Alfaro, Martí y Maceo”. 19 septiembre 2006, 12:33:59. http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2006-09-19/investigador-cubano-habla-sobre-relacion-entre-eloy-alfaro-marti-y-maceo . Consultado el 25 de abril de 2018.

 

iii CARLOS FERRER (CALICA). (88 años). Argentino. Amigo de infancia del Che Guevara. Acompañante del Che Guevara en el segundo viaje por América Latina. Ha publicado el libro “De Ernesto al Che” por el editorial Txalapart. Argentina. 2007.

iv JESSICA ZAMBRANO ALVARADO. Guayaquileña. Experta en Patrimonio Cultural. Articulista del diario El Telégrafo de Ecuador.

 

v DIARIO “EL TELÉGRAFO”. Guayaquil, Ecuador. Decano de la prensa de Ecuador. Fundado en 1884. Primer diario público del Ecuador.

 

vi JORGE BARONA. Guayaquileño. Periodista de Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Sudamérica – ANDES.

 

vii KETTY ROMO LEROUX G. Guayaquileña. Exministra de la Corte Superior de Justicia en Guayaquil/Ecuador. Profesora y presea al Mérito Científico de la Universidad de Guayaquil. Notaria Decimonovena. Articulista y autora de varios libros sobre historia política de Ecuador.

 

viii ANITA MORENO DE SAFADI. Guayaquileña. Dirigente revolucionaria de Ecuador. Participante activa en la Revolución de 1944 conjuntamente con Nela Martínez. Internacionalista, integrante del Movimiento Antinazi, Amnistía Internacional y Comité Ecuatoriano de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Murió en 1983, dos meses antes de un gran acto de reconocimiento del gobierno y pueblo de Cuba.

 

ix JAIME GALARZA ZAVALA. (88 años). Escritor político, poeta y revolucionario destacado de Ecuador. Autor de más de 20 libros como “El Festín del Petróleo; en el 2017 dirigió la investigación del libro “Bases Militares Norteamericanas en el Mundo. Capítulo Ecuador”. Por Actividad Cultural fue galardonado con el Premio Nacional de la República de Ecuador Eugenio Espejo y presea Vicente Rocafuerte por la Asamblea Nacional del Ecuador. Líder del Movimiento Segunda Independencia.

https://www.alainet.org/es/articulo/192544?language=es
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