La verdadera historia de Patrice Derian y Jane Kirkpatrick, el “destino manifiesto” de los EE.UU. y sus continuadores.

24/03/2016
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Los dichos a favor del Imperio

 

Con el anuncio de la visita del presidente Obama a la Argentina, una verdadera campaña propagandística se desató desde los medios hegemónicos Clarín y La Nación, con audaz protagonismo del nuevo secretario de derechos humanos (?) Claudio Avruj, conocidos voceros de la ultraderecha y aún conocidos intelectuales y dirigentes del movimiento de derechos humanos, que han pretendido instalar la idea fuerza que Obama no tiene nada que ver con el apoyo del gobierno de los EE.UU., y aún más, que este apoyo fue solo de una fracción del poder norteamericano ya que hubo otra fracción, Carter, Derian, que no solo no los apoyaron sino que hubieran sido los más importantes apoyos solidarios de la lucha antidictatorial. En algunos casos, el mito Carter-Derian-mejores-amigos-de-la-democracia-argentina se complementa con groseros ataques a Fidel Castro y la revolución Cubana, a la Unión Soviética y el Partido Comunista Argentino. Al escribir estas notas dejamos constancia que esta maniobra no ha recibido la condigna respuesta de quienes se proclaman la izquierda revolucionaria en la Argentina, ni siquiera de quienes se auto proclaman los mejores amigos o herederos de los estigmatizados con el calificativo de “cómplices” de la dictadura.

 

Empecemos por repasar algunos de los dichos por uno de los voceros de la Embajada de los EE.UU., el editor de Clarín Ricardo Kirschbaum: “ Hablando de la Guerra Fría, es interesante repasar el papel que EE. UU. y la ex Unión Soviética tuvieron con la dictadura argentina. No hay duda alguna que la Casa Blanca prohijó el golpe de 1976, al que apoyó sin reservas en la primera época. Todavía se recuerdan las palabras de Henry Kissinger al entonces canciller de Videla, César Guzzetti, en Santiago de Chile: “Lo que tengan que hacer, háganlo rápido”. Se refería a la represión salvaje y brutal que se extendió más que la sugerencia de Kissinger. Ocurre que James Carter ganó la Presidencia en EE.UU. y se convirtió en un grave problema para los militares argentinos. El jefe de la Casa Blanca presionó fuertemente en favor de los derechos humanos. Y Patricia Derian, encargada por Carter para esta tarea, se convirtió en uno de los personajes más odiados por la dictadura. Paradójicamente, la relación de la dictadura con la ex URSS -acusada de promover, con Cuba, el terrorismo- fue intensa. El jefe del Ejército rojo visitó en esos años la Argentina, que se negó a plegarse al boicot cerealero contra Moscú que promovía Carter, entre otras acciones como la de abstenerse en votaciones en la ONU sobre violación de derechos humanos en Cuba. En el plano interno, la cúpula del PC sostenía que el ala “pinochetista” de los militares argentinos presionaba de tal manera que se debía darle margen de acción y apoyo a la dupla de los generales Videla-Viola. Estas conductas políticas deben explicarse en el contexto histórico en que se desarrollaron y no pueden ser ignoradas por ignorantes que manipulan la historia para acomodarla a la coyuntura presente.” [1]

 

Seguiremos el consejo y mediante la contextualización de las políticas de entonces demostraremos las mentiras del escriba de Magnetto.

 

Pero sigamos con Clarín, en un artículo de Sergio Bufano destinado a descalificar al dirigente Carlos Pisone por su rechazo a la visita de Obama a la ex Esma estampa lo siguiente: “Veamos: entre 1977 y 1981 fue Estados Unidos el país que insistió en Naciones Unidas, una y otra vez, para que el organismo internacional enviara una comisión que investigara la existencia de campos de exterminio. El presidente en ese entonces era Jimmy Carter, perteneciente al mismo partido que Obama. No lo logró, porque Cuba y la Unión Soviética se opusieron tenazmente a que se investigara a la dictadura de Videla. Un dato más, en todos los discursos que pronunció Fidel durante esos años, jamás hizo alusión a los crímenes que se estaban cometiendo en Argentina. Como no lo lograba en Naciones Unidas, EE.UU. recurrió a la OEA, organismo en el que Cuba no tenía representación. La moción se aprobó, una delegación visitó Argentina y recibió miles de denuncias de familiares de desaparecidos. Esas denuncias recorrieron los medios de todo el mundo, provocando la indignación de las naciones del planeta. Mientras Cuba permanecía en silencio.”[2]

 

Lo de Bufano hubiera llamado mucho la atención a la dictadura que consideraba públicamente que Fidel y la Revolución Cubana habían armado y preparado la “subversión” que ellos combatían, y era exactamente al revés según el Clarinista, cosas veredes diría el Quijote a su amigo Sancho.

 

Y traigamos al inefable Claudio Avruj, de larga trayectoria como dirigente sionista y del gobierno porteño de Macri (del que jamás se le escuchó decir una palabra sobre el genocidio hasta sus patéticas palabras del primero de marzo donde condenó “la violencia institucional y la violencia política” y no el golpe, el terrorismo de estado y la impunidad de quienes lo gestaron).

 

En el portal Diario 24.com se puede leer: “A pocos días de la llegada de Barack Obama, la consejera para la Seguridad Nacional de la Casa Blanca anunció que darían respuesta al pedido de los organismos de derechos humanos respecto a la desclasificación de documentos vinculados con la última dictadura. En este marco Claudio Avruj señaló que “podemos llegar a conocer cosas que no sabemos”. En esta línea sostuvo que “Estados Unidos tuvo dos actitudes diferentes en las presidencias de Ford y Carter”. “Por suerte existió un presidente como Carter interesado en descubrir lo ocurrido en la dictadura y empezar a dar luz de lo que estaba sucediendo en la Argentina, colaborando para que den testimonio los responsables de las cúpulas militares argentinas”, detalló. Por su parte remarcó que de esta manera se “ratifica la lucha por los derechos humanos”. “La gestión del gobierno argentino es para ponderar porque escuchó el pedido de Estela de Carlotto”, dijo en diálogo con Bien Temprano, por AM 950 Belgrano y añadió: “Cuando las demandas son justas y razonables el gobierno tiene que escucharlas y actuar en consecuencia”. “El gesto de Obama es fundamental para saber qué nos pasó durante la dictadura”, comentó Avruj y concluyó: “Hay una expectativa muy alta con la visita de Obama y marca una nueva forma de ver la política del gobierno argentino”.”

 

Y en un comunicado oficial Abuelas coincide con Avruj en el tema de los archivos y la relación Obama Carter: “Las Abuelas de Plaza de Mayo celebramos que el presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, a través de la consejera para la Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Susan Rice, haya comunicado la decisión de desclasificar los archivos que desde hace décadas venimos solicitando y gestionando a través de los distintos gobiernos argentinos. Es un gesto de gran humanidad que en vísperas de su visita a nuestro país en el marco de los 40 años del último golpe de Estado cívico militar –en el que el Estado norteamericano estuvo tan implicado- el gobierno estadounidense manifieste la voluntad de dar respuesta a los familiares y víctimas de los crímenes cometidos en aquella dictadura implantada entre 1976 y 1983. De esta forma, el presidente Obama profundiza la primera desclasificación realizada durante el gobierno de Bill Clinton -que brindó importantes pruebas para los juicios de lesa humanidad que se desarrollan en todo el país-; y recupera la mejor tradición de solidaridad con nuestro pueblo inaugurada por el ex presidente Jimmy Carter”[3]

 

Razones del genocidio argentino

 

En la negativa del Poder Judicial a calificar los crímenes de la Triple A y las Fuerzas Armadas desde finales de 1973 hasta los finales del gobierno militar de Galtieri (algunos prisioneros de la Esma estuvieron bajo control represivo hasta muy entrado el año 1984) como genocidio hay mucho más que razones jurídicas.

 

El concepto mismo de Genocidio, concebido por un abogado judeo polaco, Joseph Lemkin, en medio del dominio nazi sobre la Europa ocupada para dar cuenta de un fenómeno nuevo, pretendía señalar que no solo se destruía un grupo nacional, se borraba su identidad sino que se buscaba implantar una nueva, la del dominador. Todo genocidio importa la destrucción de un grupo nacional para reorganizar radicalmente la sociedad preexistente. En sus reflexiones Lemkin comprende que la desaparición del grupo de judíos de Varsovia no solo afecta a los judíos, sino al conjunto de polacos. Polonia no sería la misma sin la participación cultural, científica, política de los judíos así como la Argentina que sobrevivió a la dictadura ya no sería la misma de antes. Digo, la del Cordobazo y la Reforma Universitaria, la del Grito de Alcorta y las huelgas con toma de fábricas de los 60, la de Berni, Cortazar, Urondo y Gelman.

 

Obama viene a resignificar el 24 de marzo, a reinstalar la idea que fue un exceso en una lucha justa contra el comunismo, que hubo una guerra entre dos contendientes más o menos iguales de perversos, “guerra sucia” dice para decir que no hubo plan de exterminio planificado por los mandos de las Fuerzas Armadas en coordinación con el Comando Sur del Ejercito de los EE.UU., su gobierno y sus agencias de inteligencia. Un plan de exterminio de un grupo nacional integrado por todos los que luchaban por una solución popular y antimperialista de la crisis del modelo capitalista basado en el mercado interno (ya para esos años en crisis por las luchas obreras y populares que ponían en duda la cuota de ganancia media y hasta la misma supervivencia del capitalismo argentino. Y no solo para eliminar el desafío que se había construido en un largo ciclo de luchas que al menos arrancan con las luchas de resistencia al golpe gorila del 55, crecen con el impacto del triunfo de la revolución cubana en el 59 y obligan al propio Perón a regresar al país para frenar el prestigio de la Patria Socialista en las jóvenes generaciones de peronistas y militantes de la izquierda marxista en sus más variadas formas de existencia.

 

Lejos de la simplificación que ahora se pretende reinstalar el Genocidio argentino tiene tres dimensiones: es el capítulo nacional de una Operación Continental de Contrainsurgencia diseñado y ejecutado por el Imperialismo norteamericano cuyo primer episodio se puede pensar en el golpe contra Jacobo Arbenz en la Guatemala de 1954 en lo que sería un modelo clásico de intervención de la CIA en los procesos latinoamericanos que se repetiría en el Brasil de 1964, la Argentina de 1966, el Pinochetazo de 1973 en Chile, la Bordaberrización del Uruguay en 1974 y el golpe del 24 de marzo de Videla que de algún modo completa el dominio militar sobre casi toda América, quedaría Cuba en su obstinada voluntad de defender su revolución, y alentar las luchas de toda América, mal que le cueste al señor Bufano. Como hemos dicho, también es el modo de eliminar un desafío al poder local y al dominio imperial por parte de un conjunto de fuerzas sociales y políticas, algunas de las cuales habían optado por la lucha armada, aunque eran ampliamente minoritarias en el conjunto de las fuerzas opositoras[4], en este punto solo quiero marcar la diferencia que hay entre el modo de reprimir de los golpes anteriores (1930/1945/1955/1962/1966) y el del 76 que es la distancia que hay entre debilitar y exterminar, entre los miles de preso políticos y torturados de todas las dictaduras y los treinta mil desaparecidos, los miles de presos políticos, exiliados, cesanteados y obligados al exilio interno de la última de Videla. Y last but no least el acto fundacional de lo que sería el modelo neoliberal del capitalismo argentino con los cambios brutales al interior de las clases subalternas (precarización de los trabajadores, perdida de la homogeneidad relativa, empobrecimiento y pérdida de derechos sociales históricos, etc.) y de las clases dominantes (predominio y concentración del sector más subordinado al capital internacional y las estrategias imperiales de dominación).

 

El genocidio tuvo estas razones y fue perpetrado por un bloque de poder donde confluían los empresarios locales, las agencias gubernamentales y las empresas de los EE.UU. y las cúpulas de la Iglesia, los partidos políticos tradicionales y casi toda la industria de la comunicación de entonces.

 

En un excelente artículo, Néstor Kohan repasa uno a uno los sectores verdaderamente cómplices de la dictadura [5]: el gobierno de los EE.UU.; los grupos económicos, los dirigentes de los partidos políticos tradicionales, la burocracia sindical, etc.; pero en ningún caso nombra a Fidel, la URSS o el partido Comunista. Refiriéndose al mito de que fue una acción solo militar escribe Néstor: “Fue sólo un golpe militar, de tres generales borrachos y cuatro sargentos violadores”. No señor, no señora. Según un informe que el diario La Nación, vocero orgánico de la dictadura y de todo extremismo de derecha hasta el día de hoy, publica en aquella época nefasta, basado en un estudio de la propia inteligencia militar de la SIDE de 1978, en el cual se informa que los 23 gobernadores militares de la dictadura militar contaban con un 35% de intendentes de la Unión Cívica Radical [UCR] (310 intendentes); 20% del Partido Justicialista [PJ] (169 intendentes); 12% del Partido Demócrata Progresista [PDP] (109 intendentes); 10% del MID – liderado por Frondizi y Frigerio (94 intendentes); 9% Fuerza Federalista Popular – liderado por Manrique (78 intendentes); Partidos Conservadores provinciales 8% (72 intendentes); Neoperonistas 3% (23 intendentes); Demócrata Cristianos [DC, fuerza dirigida por el Vaticano] 2% (16 intendentes); Partido Intransigente de Oscar Alende 0.5% (4 intendentes). [Véase Diario La Nación, 25 de marzo de 1979, sección “Semana política”, titulada “La participación Civil” ]. Si a eso le sumamos la activa participación de la burocracia sindical (todavía hoy con juicios pendientes por complicidad en los secuestros de comisiones internas, como en la empresa Mercedes Benz o Ford) y el apoyo de las altas jerarquías eclesiásticas a la dictadura… el golpe está armado desde una estrategia político-militar, pero acompañada de un apoyo y sustento también financiero, civil, mediático y eclesiástico. Su finalidad fue reordenar de raíz el capitalismo argentino.

 

Los EE.UU. y la noción del “destino manifiesto”

 

En 1630 un colono inglés, pastor puritano para más datos, escribía “Ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por un designio especial del cielo como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ella. En este caso tendrán derecho a entablar, legalmente, una guerra con ellos así como a someterlos.”. Era el modo de justificar la ocupación violenta de las tierras y el asesinato a mansalva de los pueblos originarios de América del Norte. Aun cuando en 1776, junto con la independencia de las trece colonias británicas se emitiría una declaración humanitaria que proclamaba la igualdad de los hombres, la nueva nación asumió el legado del destino manifiesto como valor constitutivo de su identidad y de sus políticas de desarrollo. En 1846 se proclamaría la famosa doctrina Monroe “América para los americanos”, o sea para ellos. En 1848 comenzaría la expansión sobre México al que terminarían robando la mitad del territorio. En 1898 avanzarían sobre Cuba, Filipinas y Puerto Rico. En 1902 impondrían la sanción Platt a Cuba para convertirla en una colonia, de nuevo tipo, con apariencia de independencia formal pero sujeta en todo a los EE.UU. hasta la revolución de 1959. En 1915 invaden Haití por vez primera y seguirían con Nicaragua, Guatemala y el resto de Centro América. Pero no podían avanzar sobre el sur de las Américas, como escribía un diplomático norteamericano sobre la declaración de la Independencia del 9 de julio de 1816: El gobierno de estas provincias es demasiado sumiso a Gran Bretaña para merecer el reconocimiento de los Estados Unidos como potencia independiente”. La oportunidad de avanzar recién vendría con el declive del Imperio Británico con el fin de la segunda guerra mundial; y allí comienza la historia del genocidio argentino. Con el golpe de 1954 contra Arbenz se pondría en marcha la seguidilla de golpes y acciones desestabilizadoras (no todas triunfantes, todavía les duele la derrota de Playa Girón en 1961 ante las tropas de la Revolución Cubana comandadas personalmente por Fidel) que desembocarían en nuestro Genocidio.

 

No fue un exceso de la CIA o un delirio de Kissinger, fue la expresión del “destino manifiesto” en un momento histórico muy concreto, de dura confrontación con las fuerzas revolucionarias del mundo que le habían propinado dos derrotas excepcionales como la Cubana y la Vietnamita y donde los propios analistas del Pentágono ponían en dudas el triunfo de Occidente. Al servicio de tal Operación Continental de Contrainsurgencia el Imperio puso todas sus fuerzas: el gobierno de los EE.UU. con sus fuerzas armadas y sus poderosas agencias de Inteligencia, sus empresas trasnacionales con sus vínculos y relaciones al interior del país en todas las esferas de la vida social, y sus relaciones de poder en las organizaciones internacionales como la ONU, la OEA y otras. Hay un episodio, menor si se quiere, que me contaron los trabajadores de la Ford que sobrevivieron al secuestro y la tortura. En un momento del 77, el directorio de la Ford Argentina le escribe al embajador de los EE.UU. en el país para quejarse porque habían pedido que “desaparecieran” una cantidad de trabajadores y los grupos de tareas de Institutos Militares (con asiento en Campo de Mayo) habían secuestrado el doble. No solo eran los gobernantes o agentes de inteligencia, todo el Imperio Norteamericano, incluyendo sus empresarios, se involucraron de manera directa, personal y decisiva en el Genocidio. Todo lo demás es anécdota menor.

 

Patrice Derian y Jane Kirkpatrick

 

En 1977, el presidente Carter nombró a Patrice Derian como Secretaria para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios quien asumió un rol activo en receptar las denuncias argentinas y potenciarlas. En 1977 viajó a la Argentina y se entrevistó con Massera y otros altos jefes militares. Por su labor el Congreso de los EE.UU. suspendió la venta de armas y restringió algunos acuerdos bilaterales, también aportó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, viajara al país a pedido de los organismos y fuerzas políticas, entre las que destacaron el partido Comunista y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre de lo cual puedo dar testimonio personal ya que no solo viajé de Rosario a Buenos Aires para dar testimonio sobre mis secuestros sino que trabajé junto a otros compañeros y camaradas en organizar el viaje de decenas de víctimas y familiares a presentar testimonio ante la CIDH a pesar de los aprietes represivos contra la Liga entre los que se contó un allanamiento del local de la calle Corrientes al 1785 y el secuestro de los archivos de la Liga. La labor de Derian finalizó en 1981.

 

¿Cuáles fueron las razones que llevaron al gobierno de los EE.UU., que había gestado y perpetrado el ciclo de golpes de estado que ya denunciamos, a crear esta Secretaría y respaldar algunas de estas acciones? Contextualicemos como pedía el escriba de Clarín. Contextualicemos.

 

En primer lugar, porque los EE.UU. se encuentran en shock por la repulsa popular a la guerra de Vietnam, de la cual salieron derrotados en 1973 y necesitan contener la oleada de reclamos que no cesa en los campus universitarios y el crecimiento del movimiento contra el racismo que ha dado lugar a fenómenos sociales como el surgimiento de una fuerza revolucionarizada de masas como las Panteras Negras.

 

En segundo lugar porque desde el golpe pinochetista de 1973 y del nuestro de 1976 una oleada de exiliados políticos ha recorrido Europa y los propios EE.UU. alimentando un inédito movimiento de solidaridad con las víctimas de las dictaduras que han ido creando un clima cada vez más hostil hacia el stablishment de los EE.UU. y sus principales figuras como Henry Kissinger o las empresas como ITT que actuaron desfachatadamente en el golpe chileno.

 

Y en tercer lugar porque los “think tanks” que siguen de cerca los procesos en la Unión Soviética y los países del llamado “campo socialista” apuntan a un punto débil que estos procesos tienen: el poder popular se ha licuado, la democracia socialista se ha estrechado, la guerra fría ha creado un clima de intolerancia que bien puede ser aprovechado por una potencia que desde su “destino manifiesto” no ha dejado de presentarse como el campeón de la democracia y los derechos humanos.

 

Más allá de las motivaciones personales de Patrice Derian, su labor debe inscribirse en esta triple perspectiva funcional a la estrategia imperialista sin perder de vista que las dictaduras militares se caracterizaron por la creación de toda clase de espacios clandestinos por lo que debe relativizarse la verdadera eficacia de las medidas de suspensión o sanción puesto que lo que se interrumpía por una vía llegaba por otra y lo indiscutible que a las Fuerzas Armadas en Operaciones contrainsurgentes nunca le faltaron ni municiones ni combustible para mover sus vehículos, casualmente yankees en su inmensa mayoría.

 

Y es llamativo que al resaltar la labor de Derian pocos se acuerden de Jane Kirkpatric, nombrada embajadora de los EE.UU. ante la ONU en 1980, adquiriendo gran influencia en la política exterior del Imperio y autora de lo que se conoció como doctrina Kirkpatrick la que ella misma resumió brutalmente los gobiernos autoritarios tradicionales son menos represivos que las autocracias revolucionarias”. O lo que es lo mismo: sostendremos a todas las dictaduras anticomunistas y combatiremos cualquier gobierno que pretenda el menor nivel de autonomía de nuestro dominio.

 

Derian también tuvo una estrecha relación con la Argentina y se presume que fue ella la que indujo al General Galtieri a invadir las Islas Malvinas convencido de que los EE.UU. lo apoyarían por su rol en la lucha contra el comunismo, que la dictadura ya había extendido a la guerra contrarrevolucionaria en El Salvador y Nicaragua por medio del Batallón 601, especialista en Inteligencia Militar.

 

Pretender que la acción de Patrice Derian estaba disociada de la labor general del gobierno de los EE.UU., que siempre se movió bajo el paradigma que conocemos como Doctrina Kirkpatrick, es al menos una ingenuidad. Y en la mayoría de los casos un fraude intelectual de proporciones gigantescas encaminado a resignificar la historia del Genocidio con patrañas contra Fidel, la Unión Soviética y el partido Comunista que no necesitan de la defensa de nadie.

 

La Revolución Cubana no solo inspiró a la inmensa mayoría de los revolucionarios argentinos de todas las tradiciones, no solo aportó a la formación política y combativa de cientos y miles de ellos sino que su embajador en Buenos Aires fue atacado por la Triple A en 1975 y varios de sus funcionarios cubanos y de sus empleados argentinos, desaparecidos por los grupos de tareas tal como se probó en el juicio por la causa Orletti, el centro clandestinos de Floresta al servicio de la Operación Cóndor.

 

Es sabido que el Partido Comunista realizó una profunda reflexión sobre el periodo dictatorial del cual yo mismo he escrito un extenso texto[6], pero esa discusión siempre fue sobre la falta de eficacia de las políticas desplegadas que impidieron acumular el heroísmo de su militancia, el aporte inmenso de la estructura partidaria a la lucha por los derechos humanos dentro y fuera del país en ese periodo y nunca se pudo comprobar colaboración alguna del Partido Comunista como la que denuncia Kohan sobre casi todos los otros partidos con representación parlamentaria de entonces.

 

Y sobre la Unión Soviética, se puede discutir si en los organismos internacionales fue más o menos explícita en la condena a la dictadura pero nadie vio jamás a un militar soviético en algún centro clandestino o alguna empresa estatal soviética aprovecharse del Plan Martínez de Hoz, más bien todo lo contrario, el proceso que impulsó la dictadura aumentó la concentración en manos de los grupos económicos norteamericanos, enemigos mortales de la URSS de entonces.

 

Más allá o más acá de errores, inconsecuencias o limitaciones, no estuvo en la izquierda argentina[7] o los gobiernos encabezados por los partidos Comunistas el respaldo, legitimación, financiación y aprovechamiento del golpe genocida sino en el Imperio y sus socios locales subordinados, empresarios, políticos, intelectuales, etc.

 

Y quienes continúan a Derian y a Kirckpatric?

 

Si existe una aparente contradicción entre Patrice Derian y Jane Kirkpatrick, sobre la cual se construye todo el discurso justificatorio de la bondad de Obama, supuesto continuador de las políticas de defensa de los derechos humanos de Carter/Derian, esta se resuelve en la comprensión que ambas, Derian y Kirkpatrick, encarnaban dos formas distintas de cumplir el mandato fundacional del Imperio: expandir por el mundo los valores y concepciones de los padres fundadores de los EE.UU., pues ese es el “destino manifiesto” con que Dios eligió al pueblo del norte.

 

Y no estamos chicaneando, una larga serie de políticos contemporáneos, comenzando por el republicano Trump, insisten en que sus planteos están inspirados en el mismo Dios, cuestión que incide en la creciente tensión entre el Vaticano y la ultra derecha norteamericana.

 

Derian creía que era con gestiones, apoyando a las fuerzas amigas del Tercer Mundo para que no cuestionen el capitalismo sino que luchen por mejorarlo (como diría años después el documento estratégico Santa Fe IV al señalar que había dos clases de organismos de derechos humanos, y que, por supuesto, había que apoyar a los que inscribían, e inscriben sus esfuerzos en la mejora del capitalismo) que se lograría expandir los valores de la democracia y los derechos humanos que les son propios.

 

Kirkpatrick, por el contrario, creía que en un mundo en guerra (no importa si Fría o Caliente) no había lugar para sensiblerías y había que apoyar sin vacilaciones ni cuestionamientos a sus aliados, sean como sean. Tal como había dicho años atrás Franklin Delano Roosevelt (también demócrata con fama de humanitario) “Somoza será un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta”.

 

Obama encarna al mismo tiempo la tradición Kirckpatrick, que derivó en el Acta Patriota del 2001, que borró todo compromiso con la democracia y la idea de la igualdad entre las personas y su consecuencia lógica, la Guerra contra el Terrorismo que los ha llevado a invadir o intervenir de todas las maneras posibles, una y otra vez Libia, Siria, Afganistán, Irak, Irán, Honduras, Paraguay, Colombia, Venezuela para no nombrar el interminable acoso contra Cuba, nada de lo cual interrumpió Obama a pesar de sus promesas electorales, inspiradas cierto en la tradición Carter Derian, pero solo de palabra.

 

Para ir concluyendo digamos que la historia es clara, en las políticas reales, los EE.UU. se movieron mucho más en razón de la doctrina Kirkpatrick que por el discurso de Patrice Derian, y eso ha sido probado en sede judicial en los juicios por la Operación Cóndor de la Argentina y otros países, así como por infinitos investigadores de la cual prefiero citar a la compañera Stella Calloni que ha dedicado largos años a rastrear el accionar clandestino y subversivo de las agencias de los EE.UU.

 

Y de las fundaciones. Dice Stella en un trabajo conjunto con Alcira Argumedo “Además del control oligopólico privado de los medios de comunicación masiva -primero agencias de noticias, radio y cine; más tarde la poderosa televisión- otros instrumentos son los planes de acción psicológica.
Para esto Estados Unidos necesitaba obtener análisis de situaciones a partir de investigaciones de carácter socio-político, que eran básicos para implementar las doctrinas de contra-insurgencia. Y a tal fin diseñó un trabajo de cooptación de intelectuales o universitarios progresistas, cuyas investigaciones les permitirían diseñar políticas precisas para legitimar su hegemonía ideológico-cultural. También en los últimos tiempos se conocieron nombres de intelectuales comprometidos en trabajos aparentemente culturales que eran pagados y utilizados por los organismos de inteligencia estadounidenses. Es en este tipo de tareas que una serie de fundaciones filantrópicas cumplen un papel esencial, otorgando becas, subsidios y generosos financiamientos.”
[8]

 

Por toda América Latina estas fundaciones han desparramado millones de dólares buscando cooptar intelectuales que les provean de los conocimientos que buscan al tiempo que comienzan a modelarlos en lo que se conoce como el “pensamiento becario”, aquel pensamiento que se va adaptando a lo que se espera de él, y comienza a producir una reflexión más y más cercana al pensamiento que el dominador quiere que hasta los dominados reproduzcan. Frank Fannon llegó a decir que no hay día en que el colonizado no sueñe con el lugar del colonizador, y eso no es fruto de la casualidad o de las puras condiciones de vida, sino de una construcción cultural donde estos “pensadores progresistas pero moderados” juegan un papel fundamental.

 

Cierto es que en la Argentina desde el fin de la dictadura ha sido el Estado el encargado de “financiar” a algunos organismos de derechos humanos con la consabida pérdida de autonomía que hemos analizado en otras oportunidades, por ejemplo en la crisis de la Fundación de la Asociación Madres[9].

 

Pero no podemos dejar de señalar que si hay una organización, el Centro de Estudios Legales y Sociales que no ha dejado de percibir cuantiosas donaciones por parte de Fundaciones como la Ford, la National Endowment for Democracy conocida como NED, o la fundación del complejo farmacéutico Merck, uno de los más poderosos del mundo. El monto de lo reconocido por el Cels de las “donaciones” recibidas es asombroso: entre 2003 y 2012 es de casi 10 millones de dólares según consta en el cuadro de su web oficial que reproducimos

2003 519.590 USD; 2004 531.259 USD; 2005 646.518 USD;

2006 647.104 USD; 2007 813.577 USD; 2008 969.666 USD

2009 963.223 USD; 2010 1.241.052 USD; 2011 1.692.751 USD;

2012 1.946.864 USD [10]

 

Y en la misma página se reconoce que en el 2003, el 94% de los ingresos eran de Fundaciones y Organizaciones Internacionales, los aportes y donaciones personales apenas llegaba al 4% de lo ingresado.

 

La Fundación Ford es bien conocida por su labor articulada con la CIA tal como lo denuncia el biólogo argentino Daniel Goldstein citado en el artículo de Calloni Argumedo que ya señalamos: “la Fundación Ford es (…) un organismo paragubernamental destinado a formular la táctica de contrainsurgencia civil para las dos Américas. La Fundación Ford se ha convertido en realidad en una nueva agencia de inteligencia destinada a los problemas sociales de los pueblos neocoloniales”.

 

Y basta señalar que la NED fue denunciada por el investigador francés Thierry Meissan como la cara legal de la CIA en un detallado informe que adjuntamos al pie de página donde entre otras perlitas informa que el propio Henry Kissinger es el administrador de la NED, entre otras estrellas de la defensa de los derechos humanos: “El consejo de administración de la NED no es por lo tanto otra cosa que una correa de transmisión del Consejo de Seguridad Nacional. En aras de salvar las apariencias, se decidió que, de manera general, los agentes o ex agentes de la CIA no podían figurar en el consejo de administración. A pesar de lo anterior, las cosas no pueden estar más claras. La mayoría de los altos funcionarios que han desempeñado un papel central en el Consejo de Seguridad Nacional han sido administradores de la NED. En ese caso se encuentran, por ejemplo, Henry Kissinger, Franck Carlucci, Zbigniew Brzezinski y Paul Wolfowitz, personalidades que la Historia no recordará precisamente como idealistas de la democracia sino como estrategas cínicos de la violencia.”

 

En las páginas del Cels sobre proyectos ejecutados los primeros tres proyectos de los que se da cuenta fueron financiados por la Fundación Ford y la NED: “Proyecto de fortalecimiento institucional Fundación Ford – Chile Fortalecimiento de organizaciones de derechos humanos: Programa de apoyo a organizaciones sociales National Endowment For Democracy (Ned) – Estados Unidos. Derechos humanos en las provincias argentinas y en la región, a través de la consolidación de sus organizaciones de la sociedad civil National Endowment For Democracy (Ned) –Estados Unidos”[11] Y si uno se toma el tiempo de revisar los proyectos y los sponsors se encontrará con sorpresas que la mayoría de los grupos y compañeros que acuden al Cels en procura de ayuda, seguramente ni imagina y que algún día su presidente Horacio Verbitsky, uno de los más enfáticos acusadores de complicidades con la dictadura de los comunistas de Argentina y todo el mundo, debería dar cuenta.

 

Algunos analistas hablan de palomas y halcones en el Pentágono, en estos días se ha fortalecido el mito de la corriente humanitaria Carter Derian y la idea que Obama no pudo realizar sus proyectos humanitarios porque el stablishment se lo impidió. Pamplinas. Opiniones de ignorantes como diría el escriba de Clarín que reclamaba contextualizar que pretende ignorar que Obama es el jefe de un imperio tanto como Macri es el heredero de Martínez de Hoz y de Videla.

 

Por eso tanto amor entre ellos y tanto esfuerzo por disimular su proyecto de sometimiento nacional y de súper explotación social en curso. Pero una vez más se equivocan porque nos subestiman. Como subestiman al pueblo cubano al que pretenden comprar con una docena de hamburguesas y celulares con florcitas.

 

No ignoramos que nuestro pueblo ha sufrido una derrota profunda que ha generado una frustración importante; pero este mismo pueblo supo sobreponerse al terrorismo de estado y reinstalar en la escena nacional las viejas e irresueltas cuestiones de la igualdad, la dignidad y el buen vivir de nuestro pueblo. Más temprano que tarde volveremos a luchar por ellas, y ojala la próxima contemos con las herramientas imprescindibles para dar la pelea en regla: una fuerza política alternativa y una vanguardia que supere el sectarismo y el posibilismo, que se inspire en las mejores tradiciones revolucionarias y se proponga representar en una nueva fuerza todas las banderas y todos los sueños que animaron a tantos miles de revolucionarios desde aquellos años en que se fundó la tradición comunista en la Argentina.

 

Este texto fue escrito para la revista Centenario, http://www.elcentenario.com.ar

 

 [1] http://www.clarin.com/opinion/Obama-EEUU-URSS-dictadura_0_1525647471.html

 

[2] http://www.clarin.com/opinion/Obama-derecho-visitar-ex-ESMA_0_1537046630.html

 

[3] https://www.abuelas.org.ar/noticia/la-desclasificacion-un-triunfo-de-los-organismos-de-derechos-humanos-363

 

[4] un listado minucioso de las organizaciones de todo tipo que el Terrorismo de Estado atacaría se encuentra en el anexo II de Inteligencia del Plan de Operaciones del Ejercito disponible en la pagina 129 del libro Documentos del Estado Terrorista www.jus.gob.ar/media/…/41-anm-documentos_del_estado_terrorista.pdf ,

 

[5] https://www.rebelion.org/noticia.php?id=209683

 

[6] El viraje del partido Comunista http://cronicasdelnuevosiglo.com/2000/11/01/el-viraje/

 

[7] toda la teoría de los dos demonios pretende enrostrar a la izquierda armada la responsabilidad del inicio del conflicto; porque en realidad los Dos Demonios nunca son dos, es la izquierda la culpable de todo, los “represores” fueron forzados al “error”

 

[8] https://seminarioddhh.wordpress.com/2015/03/17/reflexiones/

 

[9] El verdadero debate pendiente en DD.HH., no será el de la autonomía? http://cronicasdelnuevosiglo.com/2011/07/24/el-verdadero-debate-pendiente-en-derechos-humanos-%C2%BFno-sera-el-de-la-autonomia/

 

[10] http://www.cels.org.ar/cels/?info=detalleTpl&ids=9&lang=es&ss=61

 

[11] http://www.cels.org.ar/cels/?info=detalleTpl&ids=9&lang=es&ss=139

 

- José Ernesto Schulman es Secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre

 

23 marzo, 2016

http://cronicasdelnuevosiglo.com/2016/03/23/la-verdadera/

 

https://www.alainet.org/es/articulo/176289
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