Profundizar en el análisis geo político del conflicto colombiano

15/06/2015
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Posiblemente enfrascados en el desarrollo táctico y local  del conflicto social y armado colombiano, se ha debilitado la visión estratégica global del mismo, a lo cual contribuye el maremágnum caótico del mundo actual, en la fase del desarrollo del Imperialismo global en transición vertiginosa (que  estamos presenciando) de la hegemonía única hacia el multilateralismo.

 

El conflicto interno colombiano, por ser una expresión descarnada y cruda de un cúmulo de contradicciones, geográficas y provinciales, histórico-sociales y económicas, políticas, militares, ideológicas y hasta ético-morales y eclesiales, de cómo se ha desarrollado cruelmente la lucha de clases en la historia colombiana;  puede ser analizado y abstraído como Totalidad contradictoria en movimiento continuo, lo que ha sido siempre la pretensión de los marxistas, o  fraccionadamente tema por tema, como ha sido y continúa siendo, la pretensión ideológica del estructural-funcionalismo del Bloque de Poder Contrainsurgente dominante, que en ningún momento ha intentado  encontrar vínculos complejos, contextos y entretejidos contradictorios que permitan llegar a develar la esencia que dinamiza la Totalidad conflictiva. Para demostrarlo basta con ir al Informe de la Comisión Histórica del conflicto presentado en la Habana (febrero 2015) en donde se ven en esplendor, estos dos tipos de análisis antes anotados.

 

Es obvio que con la apertura de la mesa de la Habana entre el Estado colombiano y las Farc-EP con los 4 acuerdos parciales alcanzados (reforma agraria integral; participación política; solución al problema de las drogas y cultivos ilícitos, más la conformación y el informe de la comisión histórica y el acuerdo sobre la comisión de la Verdad) se dinamizaron tres -3- procesos sociales distintos:

 

  1-El proceso mismo de la mesa de la Habana con el fin de terminar el conflicto. 2- Un proceso muy amplio y democrático de movilización social y Unidad Popular de base en todo el territorio colombiano, para profundizar las reivindicaciones contenidas en los acuerdos y luchar a futuro por una Paz con justicia social democracia y soberanía, y 3, al percibirse un posible acuerdo final del conflicto, se generó proceso de discusión y análisis en la Comunidad Internacional sobre las posibilidades de inversión masiva de compañías trasnacionales (especialmente petroleras, mineras y agro exportadoras) el que denominaron según la jerga neoliberal de moda “post-conflicto”, y que ha sido sintetizado en el Plan de Desarrollo neoliberal recientemente aprobado en Colombia.     

 

Desconocer estas tres dinámicas o ignorar sus mutuas y complejas relaciones para amasarlas en una sola, es lo que tiene al presidente Santos y su equipo de comisionados para la paz al borde de un “ataque de nervios”, cuando confirma que su modelo político para finalizar el conflicto armado, basado en el ojo por ojo mientras se dialoga y con lo cual ha pretendido forzar el resultado de los diálogos en la Habana para finalizar el conflicto, es a todas luces inviable, no solo en Colombia sino en el mundo entero:

 

La volatilización de media centena de muchachos guerrilleros y de un delegado de paz en la Habana en las selvas del mar Pacífico colombiano con bombas desproporcionadas de 250 kilos prohibidas por el DIH , seguida de la obvia respuesta guerrillera de suspender la tregua unilateral que venía (más o menos) funcionando y, los sabotajes y ataques o emboscadas guerrilleras generalizados a los militares con la secuela de destrucción, dolor y muertes, no se puede seguir sosteniendo ante los ojos de nadie. No se necesitan encuestas elaboradas por el departamento  E5 del ejército colombiano, publicadas en Caracol, para demostrar que no es una presión ni de la Farc, ni de la movilización social para que se declare un cese de fuego bilateral, como lo mal interpreta el tahúr militarista experto en jugar “póker sangriento”. Sencillamente esta modalidad perversa y cruel de dialogar y acordar la paz contando cadáveres, llevará al rechazo generalizado de la sociedad y al único resultado posible que es la ruptura del proceso. Ya se verá. 

 

De pronto la reparación exigida por Manuel Marulanda al inicio de los diálogos del Caguán, sobre “los marranos y otras aves de corral” que le mataron otros bombardeos desproporcionados y parecidos a los actuales con  bombas de Napalm made in USA, y los destrozos causados por 16 mil soldados aero-trasportados al “tomar” en 1964, la república comunista de Marquetalia, cada día que pasa, adquiere mayor valor agregado y nos dan algunas otras pistas de análisis. Veamos:

 

Colombia tiene 4 características geográficas que lo han convertido en un lugar excepcional dentro de la actual etapa del imperialismo global y que le dan aún más valor: 1 – Su proyección sobre el mar Caribe donde se llevan a cabo en varios Estados de la región interesantes dinámicas democráticas, progresistas y aún anti imperialistas; el diferendo con Nicaragua forma parte de esto. 2- Su proyección sobre el mar Pacifico en el norte del continente suramericano, que desde finales del siglo pasado pusieron al país en contacto con esa región de rápido crecimiento económico tanto en el continente americano como asiático e incluso Australia, lo que ha sido utilizado por el presidente Santos para amarrar diplomáticamente al país con una “alianza” económica y política de naciones americanas del pacifico (especialmente con Méjico, Perú y Chile) y que dada las características abiertamente neoliberales de sus gobiernos, está siendo utilizada por el Departamento de Estado norteamericano como ariete contra el proceso integracionista y bolivariano de países suramericanos, en concreto contra Venezuela. 3- Su proyección andino- amazónica, donde la selva amazónica, la llanura orinóquica y la cadena montañosa que las rodea, poseen una inconmensurable riqueza minera, petrolera, agrícola y genética animal, vegetal y humana, etc, que las compañías trasnacionales necesitan urgentemente como materia prima para sus mercados y para continuar en la búsqueda del incremento del valor capitalista en la etapa actual del imperialismo global

 

Y 4, su extensa frontera con el rico país petrolero de Venezuela, declarado en marzo pasado por el presidente de los EEUU “riesgo para la seguridad nacional de los EE UU” y, donde se está librando una enconada guerra de desestabilización promovida, según lo denuncia el presidente venezolano, por un eje trasnacional reaccionario intervencionista y antidemocrático  Madrid-Miami-Bogotá, analizado en mi anterior artículo “la clave está en Venezuela” (1), al cual se le pueden añadir los últimos acontecimientos protagonizados por el presidente colombiano en apoyo personal abierto y violatorio de la confianza diplomática colombo venezolana, al comprometer a todo el pueblo colombiano en las acciones “intervencionistas y desestabilizadoras” del expresidente español Felipe González en Caracas, poderoso vocero del “Orden Jurídico global” impuesto por las compañías trasnacionales analizadas para evadir, en los países donde operan, sus obligaciones sociales, medioambientales y laborales con un derecho “duro”, imperativo, coercitivo, sancionador y plenamente eficaz, frente al derecho internacional, frágil y carente de mecanismos jurídicos eficaces en estas materias, que le permite afirmar al profesor Uharte Pozas en su reciente investigación que, “el capital y las trasnacionales no tienen fronteras ni patrias, pero sus víctimas sí”. (2)

 

De manera pues que, Santos está atrapado en una doble dinámica de la cual muy posiblemente no podrá salir triunfante a menos que actué con criterio propio (diferente al de sus asesores de guerra yanquis, ingleses  e israelíes) que lo empujan a desarrollar la guerra contrainsurgente hasta cuando “todo esté acordado” y que parece ser su estrategia militar;  y por otro lado, no se libere de las presiones de ese “Orden Jurídico” que las compañías transnacionales han establecido para la sociedad colombiana en un hipotético “post conflicto”, el cual ha quedado plasmado en el Plan neoliberal de Desarrollo recientemente aprobado y que desde ya ha abierto el proceso de resistencia y movilización social de grandes proporciones, para lo cual hay que trabajar como BURROS .

 

Pueda ser que finalmente Santos en su viaje a Europa, en algún momento de lucidez entienda que no es “solamente” el cese de fuego bilateral que se ha impuesto como una necesidad externa y objetiva al proceso de la Habana, sino que hay más cosas y procesos sociales de por medio, que aunque escapan a sus cálculos planos e inmediatistas de tahúr que espera matar una carta de 50 muertos con otra de 100, existen objetivamente como procesos con desarrollos autónomos, por fuera de su intelecto. !Pueda ser!

 

Notas

 

(1)http://anncol.eu/index.php/opinion/item/728-alberto-pinzon-sanchez  

 

(2) Luis Miguel Uharte Pozas Las multinacionales en el Siglo XXI Impactos múltiples. Editorial 2015 y más. Bilbao País Vasco    

 

Fuente image:  Internet  

https://www.alainet.org/es/articulo/170410
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