Estado represor y Patriot Act

01/05/2015
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*Jóvenes negros, discriminación y crimen

*La política exterior se vuelca al interior

*Acciones de un Estado en descomposición

 

Hacia afuera y hacia adentro. Los gobiernos republicanos de los Bush, padre e hijo, han sido de los peores gobiernos en la historia de los Estados Unidos de América, ¡y vaya si los han tenido! Hacia el exterior las guerras son por los recursos, siguiendo las inercias del pasado estilo guerra fría, pero sobre todo inventando tragedias de “falsa bandera” para justificar invasión de terceros; hacia adentro, los controles a la protesta social que desnudaron a un Estado policiaco, tras los abusos cometidos a expensa de la llamada “Acta Patriótica”.

 

Contra el mundo el uso del ejército, el Pentágono y por extensión la participación de los socios occidentales vía la OTAN; hacia el interior el empleo de la fuerza policiaca y militarizada. La ofensiva contra el enemigo ruso re-creado en el mundo; el asesinato injustificado contra la población negra, principalmente jóvenes, que tiende a extenderse a la sociedad.

 

Porque para la poderosa élite político-económica, la propietaria de sectores como las empresas trasnacionales y los grandes bancos, apoyados ambos por la Reserva Federal, le resulta tan malo el enemigo de afuera como el de adentro.

 

Porque para los ricos no hay otra salida que la represión, la cárcel, el crimen. Nadie quiere invertir recursos para salvar a la economía real. La elite está más preocupada u ocupada en salvarse a sí misma que al Estado, a la economía y menos a la sociedad. Para ellos la salida está en las guerras. En tomar lo ajeno por la fuerza. En llevar a los jóvenes enlistados a combates inútiles a terrenos lejanos, más que trabajar en paz. El arrebato por la fuerza, aún con justificaciones de “falsa bandera”, se ha convertido en práctica común.

 

El evento de falsa bandera del 11/S fue creado para varios fines. Para ir por el petróleo de Irak, y para el cultivo de amapola en Afganistán que se ha desbordado desde la presencia del “ejército de salvación”. La guerra como negocio de las empresas privadas, más el control territorial y del resto de las riquezas naturales.

 

En ese contexto, y so pretexto del “terrorismo”, fue avalada la Acta Patriótica presentada por Bush hijo, violatoria de los derechos constitucionales. Para contrarrestar cualquier reacción interna. La sociedad estadounidense ve aumentar a paso lento pero firme, tanto la amenaza policial como el arribo cada vez “normal” de los carros militares. La represión estatal encaminada como racismo es apenas el pretexto.

 

El Acta Patriótica es una ley “antiterrorista” que atenta contra el pueblo estadounidense y sus derechos civiles, por las facultades otorgadas a los servicios secretos. Los acontecimientos últimos de Ferguson o Baltimore; la contención de las protestas por los crímenes cometidos contra los jóvenes de raza negra, están desatando el desbordamiento de la militarización contra la sociedad.

 

Por eso abundan las detenciones. Por eso se dispersan con gas lacrimógeno y chorros de agua en todos los estados de la “unión” en donde se organizan. La amenaza es contra ciudadanos, negros y blancos; la amenaza es policial. La impunidad por los crímenes de Michael Brown y más reciente de Freddie Gray, sin reporte policial, seguirá desatando la indignación. La sociedad está experimentando la represión en carne propia de su propio Estado. No se trata del presunto desequilibrio del sistema de justicia que describe Hilary Clinton, quien siente la candidatura de los demócratas en su bolso, sino del Estado represor y policial que apunta hacia la militarización.

 

El American way of life ya se acabó. Está quedando en la memoria, como cosa del pasado. Ni siquiera el gobierno de Barack Obama, por el color de su piel, ha sido capaz de atender y menos resolver los problemas del racismo, la discriminación o la ofensiva que está creciendo desde la entrada en vigor del Patriot Act tras el 2001. Todo lo contrario. Las agencias de espionaje como la NSA y la CIA, han tendido más cables con cámaras de vigilancia.

 

Peor todavía. Se han metido en los hogares y alcanzado la privacidad de los usuarios del internet y las redes sociales, con programas como el famoso PRISM, para la vigilancia electrónica a cargo de la NSA de EUA desde el 2007. De amplia penetración. Sabido es que las redes sociales, tipo Facebook o Twitter, o empresas como Microsoft, Google, Apple, sirven o son obligadas a entregar la información al gobierno, o a las agencias.

 

El pretexto para el espionaje sigue siendo el terrorismo. Pero también porque el gobierno no sabe cómo, o precisamente porque sí lo sabe, iniciar a controlar tanto a las empresas para después llegar al acceso del internet mismo. Quiere los ojos puestos en todos lados y en cualquier parte del mundo. De Estado policiaco y militar pretende pasar a Estado autoritario, y represor. Estados Unidos encabeza la lista. Los socios no son ajenos.

 

La sociedad civil opera desde la calle, plazas o ciudades. Los estadounidenses han iniciado acciones. Nadie olvida nunca que por grande y fuerte que sea el aparato policiaco-represor de un Estado, jamás podrá ser más fuerte que la solidaridad y las acciones de la sociedad civil organizada.

 

Eso, y solo esa, es la salvación para que cualquier pueblo o sociedad salga delante. Como lo ha sido durante la caída de los más grandes imperios de la historia. Por lo pronto no debe olvidarse que la represión policiaca y militar es por la inoperancia del gobierno de Obama, hablando de Estados Unidos, y por la falta de respuesta del Estado y de los personajes que controlan ya la cadena de la toma de decisiones.

 

En otras palabras, el Estado está entrando en una fase no solo de desgaste sino de franca descomposición. A la falta de razón siquiera, el uso de la fuerza es el mejor aliado. Lo peor de todo es que el gobierno de EUA tiene los mejores sistemas de espionaje y equipos militares, no para asustar a los manifestantes que protestan en las calles por los asesinatos de jóvenes negros e inocentes de los meses recientes, sino que amenaza contenerlos por la fuerza.

 

La intromisión en la vida de los individuos y su privacidad obedece a las secuelas del Acta Patriótica. Pero Obama sigue con el Nobel de la Paz en casa. Pena ajena. Internamente está aplicando lo que ha hecho afuera, en materia de política exterior. La herencia de los Bush sigue su curso. El pretexto de “falsa bandera” del 11/S está de pie. Avanza la guerra interior. No olvidar que son las acciones de los estados en etapas de desesperación-descomposición.

 

 

- Salvador González Briceño sgonzalez@reportemexico.com.mx

 

https://www.alainet.org/es/articulo/169358?language=en
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