Serie “Bancos contra Pueblos: Los entresijos de una partida amañada”, parte 4
Descenso al vicioso medio de los bancos
29/01/2013
- Opinión
Como leímos en The Economist de fines de 2006: «Después de tener un crecimiento anual del 3,2 % por persona desde el año 2000, la economía mundial está pasando en este momento por su mejor década de todos los tiempos. Si continúa a este ritmo, su crecimiento será mejor que el de los años 1960 y 1970, considerados idílicos. El capitalismo de mercado, el motor que impulsa el grueso de la economía mundial, parece cumplir bien con su función.»[1] Alan Greenspan.
El objetivo número 1 de los gobernantes: evitar un nuevo crash financiero y bancario que podría ser peor que el de septiembre de 2008.[2]
Cómo ya hemos visto en las anteriores partes de este trabajo, los grandes Bancos Centrales (BCE, Banco de Inglaterra, Reserva Federal de Estados Unidos, Banco Nacional de Suiza) prestan masivamente a los bancos con tipos de interés muy bajos con el fin de evitar quiebras.[3] Sin esta línea de crédito ilimitado, una gran parte de los bancos se encontraría en cesación de pagos. Pero también los grandes bancos privados se habrían derrumbado sin la intervención masiva de los Bancos Centrales y de los gobiernos. La enorme cantidad de préstamos concedidos por los Bancos Centrales a los bancos privados desde 2007 supera por lejos la suma de 20 billones de dólares (20.000.000.000.000 US$) Si nos limitamos a la Unión Europea, dentro de las ayudas otorgadas a los bancos por los poderes públicos no sólo encontramos los créditos ilimitados a tipos de interés muy bajos. Durante el período octubre 2008–diciembre 2011, se concedieron también garantías para, en caso de necesidad, asumir las deudas bancarias por un monto de 1,174 billones de euros (1.174.000.000.000 €), o sea, el 9,3 % del PIB de la UE[4] e inyecciones de capitales públicos en el capital de los bancos, en el seno de la UE, por 442.000 millones de euros (el 3,5 % del PIB de la UE). Y además hay que añadir:
- La rebaja de la recaudación fiscal, ya que los bancos declaran pérdidas que les permiten evitar, durante varios años, el pago de impuestos aunque mediante esa práctica obtengan beneficios;[5]
- La decisión de no ejercer ninguna represión real por los numerosos delitos financieros cometidos por los bancos y a pesar de los daños que sus actos hayan causado a la sociedad;[6]
- El rechazo a tomar medidas coercitivas que impongan a las instituciones financieras una verdadera disciplina con el objetivo de evitar la reproducción de las crisis bancarias.[7]
Además, con respecto a la eurozona, los Estados y la Comisión Europea mantienen las disposiciones legales que dan al sector privado el monopolio del crédito destinado al sector público. Pero los bancos privados se financian principalmente desde 2008 mediante los poderes públicos (el BCE y los Bancos Centrales de los Estados miembros de la eurozona que constituyen el Eurosistema) con un tipo de interés extremadamente ventajoso (entre 0,75 % y 1 % en 2012). Con este dinero conceden préstamos a los países europeos de la periferia (España, Portugal, Italia, Grecia, Irlanda y a los países del este miembros de la eurozona) exigiéndoles tipos de interés exorbitantes (entre el 4,5 y el 10 %, y a veces más elevados). Esto es doblemente condenable desde el punto de vista jurídico: los bancos son culpables de un abuso de posición y de un enriquecimiento injustificado (ya que es abusivo por los tipos de interés usurarios aplicados). En la continuación de esta serie, en la parte 7, se analizarán otros delitos y crímenes de los cuales los bancos son responsables, y lo que implica la nulidad de las acreencias que éstos reclaman. Las personas y las sociedades responsables de esos delitos deben ser condenadas, según los casos, a fuertes multas, a trabajos de interés general, a una privación de libertad o a una prohibición del ejercicio de la profesión.
Sería ingenuo pensar que los bancos, beneficiándose de la generosidad de los poderes públicos, retornen a una gestión prudente de los fondos que pusieron a su disposición, tanto los Estados como el público que allí deposita su dinero. Este es uno de los puntos que trataremos en esta parte.
Las crisis forman parte del metabolismo del capitalismo
Una crisis en el sistema capitalista sirve, en cierta forma, para poner las cosas en su sitio: las burbujas especulativas estallan y el precio de los activos[8] se aproxima a su valor real; las empresas menos rentables quiebran y hay destrucción de capital.[9] Las crisis forman parte, en cierto sentido, del metabolismo del capitalismo.
Pero la intervención de los poderes públicos que dan curso a las demandas de los empresarios ha evitado, hasta ahora, «el saneamiento», la purga del sistema capitalista. Las víctimas correspondientes a la mayoría social se cuentan por decenas de millones, mientras que los responsables de la crisis no se plantean seriamente ningún verdadero reordenamiento, las quiebras de las grandes empresas son muy limitadas, los bancos no sanearon sus cuentas y ya se han formado o se están por formar nuevas burbujas especulativas.
La escasa cantidad de quiebras bancarias es atribuible a la ayuda aportada por el BCE y los gobiernos de la UE. Los Estados miembros consideraron que los bancos eran instituciones demasiado grandes para quebrar. En la UE, sólo se liquidaron 7 bancos, entre pequeños y medianos: cuatro daneses, un finlandés-luxemburgués, un irlandés y un británico.[10]
Si no se produce un vuelco radical favorable a la justicia social, la crisis se prolongará durante muchos años por diversas razones: el mantenimiento de una política gubernamental que favorece los intereses de las grandes empresas privadas y que ataca los derechos económicos y sociales de las poblaciones;[11]una demanda pública y privada insuficiente; burbujas especulativas persistentes; el mantenimiento en activo de empresas no rentables, incluso insolventes.
Por todo eso es importante comprender muy bien el papel de los bancos, abriendo sus libros de contabilidad, auditando los presupuestos de los poderes públicos que acuden en su ayuda, desvelando sus actividades, e identificando las razones que les impulsan a actuar de esa manera. A partir de este trabajo de análisis se llega a la conclusión de que es ilegítima la parte de deuda pública que resulta directa o indirectamente de la crisis bancaria y del rescate de los bancos privados.[12] Esa deuda no sirvió al interés general pero permitió a los bancos sacar el máximo provecho sin abandonar sus nefastas políticas. Esa deuda pública constituye el pretexto invocado por los gobiernos para menoscabar los derechos económicos, sociales y políticos de las poblaciones.
Otra conclusión se impone: los bancos deben ser considerados un servicio público de facto, precisamente, por su importancia y el efecto devastador que su gestión capitalista acarrea a la economía. El cometido de la banca (en el sentido de constituir un instrumento para permitir el ahorro y para conceder créditos) es demasiado serio para ser confiado a los banqueros privados, que, por definición, buscan el máximo beneficio para un puñado de grandes propietarios privados (el uno por ciento, como los ha denominado el movimiento Occupy Wall Street). Y visto que utiliza dinero público, que se beneficia de las garantías del Estado y que debe dar un servicio de base fundamental para la sociedad, la banca debe convertirse en un servicio público.
Y esto conduce a dos propuestas radicales: por una parte, obtener la anulación/repudio de la deuda pública ilegítima y lanzar una política de empréstito público que favorezca la justicia social, la mejora de las condiciones de vida, el restablecimiento de los grandes equilibrios ecológicos; y, por otra parte, socializar al sector bancario poniéndolo bajo control ciudadano, ya que debe estar sometido a las reglas de un servicio público,[13] y los ingresos que su actividad genere deben ser utilizados para el bien común. Otras medidas, como la supresión de las políticas de austeridad, son evidentemente indispensables.[14]
Un secreto de los bancos: la caza del «ROE» máximo
Cuando se comienza un análisis de los bancos privados, de su comportamiento como empresas capitalistas que son, de las motivaciones de sus dirigentes y de sus principales accionistas, es importante tener en cuenta la competición hacia el máximo rendimiento de los fondos propios para comprender cómo los grandes accionistas y los dirigentes conciben la función de un banco.
El concepto ROE (Return on Equity o rendimiento sobre fondos propios) constituye una clave para entender ese funcionamiento. Desde los años 1990 hasta la crisis que comenzó en 2007-2008, se observa una competición hacia un ROE máximo: era habitual el 15 % pero algunos bancos obtenían entre el 25 y el 30 %. En 2007, el ROE subía hasta el 15 % en la eurozona, el 17 % en el Reino Unido y el 19 % en Estados Unidos.[15] Tomemos, por ejemplo, dos grandes bancos de Estados Unidos: el Goldman Sachs y el Morgan Stanley (el quinto y el sexto, respectivamente, de ese país). Estos dos bancos alcanzaron un ROE del 30 % en 1999-2000, justo en el momento del estallido de la burbuja Internet y de la quiebra de Enron en 2001. Desde 2001 hasta 2004, los accionistas de ambos bancos se tuvieron que conformar con un ROE de entre el 12 y el 16 %. Gracias a la política de sostén indefectible a los bancos y al «gran negocio» desarrollada por la FED y por la administración Bush (con Henry Paulson, ex patrón de Goldman Sachs en el puesto de secretario del Tesoro), el ROE del Goldman Sachs alcanzó de nuevo la cumbre (el 30 %) en 2006-2007, el del Morgan Stanley llegaba a cerca del 25 % en 2006, antes de caer en 2007. Mientras que el Goldman Sachs recomendaba a sus clientes comprar productos estructurados subprime (los famosos CDO —Collateral Debt Obligations—), apostaba por su rebaja desde el año 2007, y como consecuencia su ROE alcanzó el 30 %, en plena crisis bancaria, mientras sus competidores, el Bear Stearn, el Merryll Lynch y el Lehman Brothers iniciaban el descenso a los infiernos. De hecho, esa política del Goldman Sachs fue objeto de una investigación por la SEC (Securities and Exchange Commission, el órgano de control de los bancos de Estados Unidos) y se le obligó a pagar una multa. Luego, en 2008, el ROE del Goldman Sachs cayó al 10 % y el del Morgan Stanley al 0 %. Pero en 2009 el del Goldman Sachs remontó al 20 % y el del Morgan Stanley al 10 % en 2010. Sin embargo, en 2011, el ROE de ambos bancos cayó al 5 %.[16]
Esquemáticamente, los fondos propios de un banco están constituidos por el capital aportado por los accionistas.[17] Hace 25 años, representaban cerca del 8 % del balance del banco. Tomemos por ejemplo un banco que tenía activos que habían alcanzado los 100.000 millones de euros (repartidos en créditos a familias y empresas, en títulos de deuda soberana, en obligaciones de empresas, en comisiones sobre fusiones de empresas o en las salidas a Bolsa, etc.), su capital equivaldría en esa época a 8.000 millones de euros.
Para llegar a un rendimiento sobre fondos propios (ROE) del 15 %, es necesario un beneficio neto de 1.200 millones de euros (o sea el 15 % de 8.000 millones). Obtener tal beneficio neto a partir de activos que se elevan a 100.000 millones de euros parece simple ya que representa el 1,2 % de la suma.
El aumento exponencial del balance de los bancos con el fin de aumentar el ROE
A partir de la mitad de la década de los noventa se desarrollaron muy rápidamente nuevos productos financieros: derivados de diferentes tipos, productos estructurados… Los grandes bancos quieren su cuota de mercado de ese sector en pleno desarrollo. Están convencidos de que si no se lanzan, serán superados y quizás absorbidos por sus competidores. El rendimiento de esos productos es relativamente bajo, en general de menos del 1 %. De pronto, un banco cuyos accionistas quieren que su ROE pase del 20 al 30 % se ve empujado a aumentar de manera exponencial su balance. En el ejemplo precedente, el balance del banco será, por lo tanto, multiplicado por tres en una decena de años para alcanzar los 300.000 millones, mientras que el capital propio no ha aumentado. Representa siempre 8.000 millones, o sea, el 2,66 % del balance. La financiación del crecimiento del balance pasa por el recurso al endeudamiento.
El efecto palanca
El banco en cuestión utilizó el efecto palanca que consiste en recurrir al endeudamiento para aumentar la rentabilidad de los capitales propios.[18] El efecto palanca es de 36 (las deudas representan 36 veces el capital propio). Como la competencia entre los grandes bancos en el mercado de derivados ha aumentado en el transcurso de los años, el rendimiento de esos productos ha bajado: en algunos casos no supera el 0,1 %. Para continuar obteniendo un ROE del 30 % se incita a los bancos a aumentar el volumen de sus activos, en particular en el dominio de los derivados, y a buscar la creación de productos estructurados con un mayor rendimiento, especialmente en el dominio de las subprime aunque, a partir de 2001, los tipos de interés y el rendimiento de derivados fueran a la baja. Pero legalmente, los bancos no pueden tener un capital propio inferior al 2,5 % de su balance (véase parte 6, el acuerdo Basilea 2). Por consiguiente, para obtener ingresos y mantener un ROE elevado, los bancos desarrollan lo que se llama «fuera de balance». Se crean sociedades no bancarias (y por lo tanto no reglamentadas ni controladas) especializadas en derivados. En 2007, el mercado de productos estructurados subprime se desplomaba, los bancos y sus sociedades especializadas tenían pérdidas, a veces superiores a su capital. Pero volvamos a “nuestro” banco, que utiliza un efecto palanca de 36 (deudas) por 1 (fondos propios). Si este banco registrase una pérdida que acarrease un descenso del 3 % del valor de sus activos, sus fondos propios serían engullidos. Y entonces o se declara en quiebra o es comprado por otro banco o por el Estado, o le pide al Estado un plan de recapitalización, o disimula sus pérdidas por un juego de escrituras contables en espera de días mejores en los que retornen los beneficios.
Estos diferentes y paradigmáticos casos sucedieron realmente. En Estados Unidos, al lado del Lehman Brothers (el 4º banco de inversiones)[19] y del Washington Mutual, 400 bancos pequeños y medianos quebraron a partir de 2007. En Bélgica, el Fortis, el principal banco del país, fue comprado por el BNP Paribas en 2008. Y aún en Estados Unidos, el Merrill Lynch fue comprado por el Bank of America y el Bear Stearn por el JP Morgan.
El caso del Northen Rock
En el Reino Unido, el Northen Rock fue en su origen un banco cooperativo, que en 1997 cambió sus estatutos, adoptando una estrategia agresiva en el ámbito inmobiliario. Entre 1997 y su caída en 2007, había tenido un crecimiento del 23 % anual y había conseguido convertirse en el 5º banco hipotecario británico, en el que el 90 % de los préstamos estaban concentrados en el sector inmobiliario. Para financiar su desarrollo, marginalizó como medio de financiación los depósitos de los clientes y comenzó a depender de los préstamos a corto plazo. Se arriesgó a fondo con el efecto palanca, que superó la proporción de 90 a 1. El 13 de septiembre de 2007, el Northen Rock pidió auxilio al Banco de Inglaterra, esto provocó el pánico entre sus clientes que se precipitaron a retirar sus depósitos. Pero no fue eso lo que ocasionó su caída, sino la decisión de los grandes acreedores privados de cerrar el grifo de su financiación día a día, lo que ya había condenado al Northen Rock varios meses antes de septiembre de 2007. Finalmente ese banco fue nacionalizado en 2008.[20]
El Deutsche Bank acusado de estafa por tres ex empleados
Un caso mucho menos conocido es el del Deutsche Bank (DB), el principal banco a escala mundial, de acuerdo con el volumen de su balance (véase más adelante). Es una perfecta ilustración de un caso paradigmático que consiste en esconder una pérdida con el fin de evitar una intervención de los poderes públicos y una fuga de los inversores que provocaría una caída brutal de las acciones. Los hechos pasaron en 2009.[21] Según tres antiguos empleados que denunciaron estos hechos en 2010-2011 ante la SEC, el Deutsche Bank habría escondido una pérdida de 12.000 millones de dólares producida en el mercado de derivados de Estados Unidos. Si el Deutsche Bank hubiera asentado esta pérdida en su balance de 2009, su capital se habría reducido en un 25 %, lo que habría exigido un pedido de rescate (bail out) a las autoridades alemanas (que en esa época exigían a los bancos alemanes que su capital representara el 8 % de sus activos). En lugar de reconocer la pérdida, llevó a cabo una gran campaña de comunicación para hacer remontar el valor de sus acciones en la Bolsa. Anunció un beneficio (antes de impuestos) de 1.800 millones de euros para el primer trimestre de 2009. Los tres empleados denunciaron los hechos sin haberse consultado previamente. Eric Ben-Artzi era risk manager en el DB y fue despedido tres días después de haber denunciado el engaño a la SEC. Ben-Artzi comenzó un proceso contra el DB por despido improcedente. El segundo denunciante, Mattew Simpson, abandonó el DB por voluntad propia con una indemnización de 900.000 dólares. El tercer acusador prefiere permanecer en el anonimato. La SEC se sintió muy molesta con este asunto, ya que Robert Khuzami, uno de sus principales responsables actuales, era consejero general en Estados Unidos del Deutsche Bank entre 2004 y 2009, o sea, en el momento de los hechos. En cuanto a Dick Walter, quien es ahora consejero general en Estados Unidos del Deutsche Bank, en aquella época ocupaba el puesto que en la actualidad ocupa Robert Khuzami. Lo que prueba que no hay que centrarse solamente en la influencia —bien real— del Goldman Sachs. El Deutsche Bank y otros grandes bancos tienen un papel determinante sobre las decisiones de los gobiernos y autoridades de control, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Evolución del balance y de las actividades de los bancos desde los años 1990
En el caso teórico descrito más arriba, se afirma que el volumen de los balances de los bancos, teniendo en cuenta tanto el pasivo (las deudas) como el activo (los bienes y los productos bancarios que generan ingresos) aumentó fuertemente entre los años 1990 y el estallido de la crisis en 2007-2008. Según el FMI,[22] los activos bancarios mundiales tuvieron un aumento de cerca del 140 % entre 2002 y 2007, pasando de 40 a 97 billones de dólares (de 40.000.000.000.000 a 97.000.000.000.000 US$). Entre 2007 y 2011, aumentaron aún más y alcanzaron los 105 billones de dólares (115.000.000.000.000 US$).[23] Aunque el discurso oficial de los banqueros y de los gobiernos afirma que los bancos procedieron a una limpieza de sus activos y a una estricta cura de adelgazamiento, eso no es lo que ocurrió en la realidad. El volumen de los activos sólo comenzó a disminuir hace muy poco tiempo y de manera totalmente marginal. Según el FMI, entre el tercer trimestre de 2011 y el segundo trimestre de 2012, los bancos europeos redujeron sus activos (sin contar los derivados) solamente el 2 %.[24]
El Informe Liikanen, que lleva el nombre del presidente del grupo de expertos encargados por el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Michel Barnier de formular propuestas para la reforma del sector bancario de la Unión Europea, ofrece una serie de informaciones muy interesantes sobre los bancos de la UE.[25]
Según este informe, en Francia, los activos de la Société Générale (8º banco europeo y 3º francés) pasaron de 410.000 millones de euros en 1990 (durante el lanzamiento del euro) a cerca de 1,2 billones (1.200.000.000.000) en 2008: es decir un aumento del 300 % en 10 años. En 2010, los activos continuaban en cerca de 1,2 billones de euros.[26] En Alemania, los activos del Commerzbank (15º banco europeo y 2º banco alemán) pasaron de 380.000 a 850.000 millones de euros entre 1990 y 2009.
Si se considera al conjunto del sector bancario europeo, los activos pasaron de 25 billones de euros en 2001 a 43 billones en 2008 (25.000.000.000.000 a 43.000.000.000.000 €), ¡o sea 3,5 veces el PIB de la UE![27] Las deudas de los bancos evolucionaron de la misma manera.
El crecimiento del balance consistió, con respecto al pasivo, en aumentar el recurso al endeudamiento para financiarse y, con respecto al activo, por un fuerte aumento de los créditos inmobiliarios en algunos casos; pero para la mayoría de los grandes bancos se debió a una explosión de la actividad de trading, que cubre especialmente la compra de derivados y de productos estructurados. La emisión de los Asset Backed Securities[28] fue masivamente monopolizado por los bancos estadounidenses,[29] aunque los bancos europeos también se lanzaron en esa especulación. Compraban ABS endeudándose a corto plazo, mientras que esos productos estructurados vencen a largo plazo. El efecto palanca funcionaba a fondo. Para protegerse de riesgos, los bancos compraban derivados de crédito[30] y otros tipos de derivados que, supuestamente, los protegían de los riesgos del cambio, ligados a los tipos de interés, etc. La quiebra del Lehman Brothers y el rescate in extremis de la AIG (la mayor aseguradora del mundo) en septiembre de 2008 mostraron que los emisores de derivados no tenían los medios para asumir los riesgos que deberían cubrir. El volumen total de productos derivados[31] literalmente explotó, pasando de 100 billones de dólares en 1998 a 750 billones en 2007 (de 100.000.000.000.000 a 750.000.000.000.000 US).[32]
Los bancos europeos no basaron su crecimiento en los depósitos de los clientes (que crecieron de forma modesta), sino en el endeudamiento a través del mercado interbancario, ante el BCE o ante los Money Market Funds (MMF).[33]
¿Qué son los Money Market Funds?
Los MMF son sociedades financieras, en Estados Unidos y en Europa, con un control muy débil y muy poco sometidas a las normas. En la prensa especializada, son consideradas como formando parte del shadow banking.[34] La administración Obama proyecta poner a punto una reglamentación ya que, en caso de quiebra de un MMF, hay un riesgo certero de tener que utilizar dineros públicos para su rescate. Esto provoca una gran preocupación, dado que los fondos que gestionan son considerables y que su margen de beneficio cayó con fuerza después de 2008. En 2012, los MMF de Estados Unidos gestionaban 2,7 billones de dólares de fondos, en neto descenso con respecto a los 3,8 billones de 2008. Los MMK prestan a muy corto plazo, a menudo en forma diaria. Entre los principales fondos se encuentra el Prime Money Market Fund, creado por el principal banco de Estados Unidos, el J.P.Morgan, que gestiona 115.000 millones de dólares. El Wells Fargo, el 4º banco estadounidense, gestiona un MMF de 24.000 millones de dólares. El Goldman Sachs, el 5º banco, controla un MMF de 25.000 millones de dólares. En el mercado de los MMF que prestan euros, volvemos a encontrar sociedades estadounidenses: el J.P.Morgan (18.000 millones de euros), el Black Rock (11.500 millones de euros, el Goldman Sachs (10.000 millones de euros), y europeos, principalmente el BNP Paribas (7.400 millones de euros) y el Deutsche Bank (11.300 millones de euros). Algunos MMF operan con libras esterlinas. Michel Barnier anunció que quería reglamentar el sector, pero quedará seguramente en el ámbito de las declaraciones de intención.[35]
El balance de los bancos no fue sometido a ninguna cura de adelgazamiento desde 2007-2008
Los autores del Informe Liikanen dicen, en concreto, que dada la severidad de la crisis, tendríamos que haber esperado una rápida reestructuración del sector bancario con una reducción de los balances de los bancos y el cierre de las firmas más débiles. Pero eso no se produjo, el volumen de activos no disminuyó tras el estallido de la crisis en 2009.[36] En efecto, mientras que el volumen de sus activos alcanzaba los 43 billones de euros en 2008 (43.000.000.000.000 €), en 2011 subió hasta los 45 billones de euros 45.000.000.000.000 €). Dado que el PIB europeo se redujo ligeramente, los activos (y las deudas) de los bancos europeos representaban el 370 % del PIB europeo en 2011.
Entre 2007 y 2011, los activos del Deutsche Bank aumentaron el 12,4 %, los del HSBC el 22,2 %, los del BNP Paribas el 16 %, los del Crédit Agricole el 22 %, los del Barclays el 12 %, los del Santander el 37,1 %, los del banco sueco Nordea el 84,1 %, los del Commerzbank el 7,3 %, los de Intesa el 11,6 %, los del BBVA el 19,1 %. De los 18 principales bancos europeos, solamente 3 tuvieron una reducción de sus activos: el Royal Bank of Scotland (–28 %); el principal banco neerlandés, el ING (–3,3 %) y el principal banco italiano, el Unicredit (–9,3 %).[37]
¿Por qué los bancos no redujeron sus balances?
No lo hicieron porque ninguna autoridad los obligó y, además, el BCE, la FED y otros los colmaron de liquidez. Los bancos continúan jugando ampliamente con el efecto palanca. Más aún, en la zona euro, el BCE incita a los bancos a comprar más títulos de deuda pública.
Los bancos europeos tratan, de forma moderada, de deshacerse de una parte de los activos tóxicos que perjudican sus balances. Cuando venden productos tóxicos por debajo de su precio de compra (tal como queda contabilizado en sus balances), deben reducir el valor de sus activos. Y, por supuesto, si borran activos dudosos deben hacer lo mismo. Pero lo que liquidan representa bien poco con respecto a su balance, ya que la cantidad de basura a eliminar es gigantesca. En la práctica, los bancos dudan en vender algunos productos dudosos porque el precio que pueden obtener es muy bajo, y quieren esperar a que el precio aumente para hacerlo. Pero este aumento puede no producirse y finalmente, al vencimiento del contrato, será necesario verificar una pérdida que puede llegar a ser considerable.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la FED ha comprado una cantidad muy importante de activos tóxicos: cerca de 40.000 millones de dólares todos los meses de 2012. En la eurozona, el BCE acepta desde fines de 2011 que los bancos depositen como colaterales (es decir en garantía) activos con mucho riesgo, tóxicos, en contrapartida por los créditos que les concede. El BCE decidió, de esta manera, a comienzos de diciembre de 2011, suavizar los criterios de elegibilidad de algunos activos aceptados como colaterales —los ABS y las acreencias bancarias (credit claims) —.[38] El BCE acoge así en su balance una parte de los desperdicios que los bancos privados sufrían por eliminar de sus balances.[39]
Algunos datos sobre los bancos de la UE[40]
Los diez mayores bancos europeos tienen cada uno activos por más de 1 billón de euros:
- Un alemán: el Deutsche Bank con 2,164 billones de euros de activos (2.164.000.000.000 €), que representan el 84 % del PIB alemán. Tiene 101.000 empleados.
- Cuatro británicos: el HSBC con 1,968 billones de euros de activos o sea el 120 % del PIB británico, tiene 288.000 empleados; el Barclays con 1,871 billones de activos, o sea el 114 % del PIB y 141.000 empleados; el Royal Bank of Scotland (RBS) con 1,08 billones, o sea el 110 % del PIB y 147.000 empleados; el Lloyds Banking Group con 1,162 billones, o sea el 70,7 % del PIB y 99.000 empleados.
- Cuatro franceses: el BNP Paribas con 1,965 billones de euros de activos, o sea el 99,9 % del PIB francés, tiene 198.000 empleados; el Crédit Agricole con 1,880 billones, o sea el 95,4 % del PIB y 162.000 empleados; la Société Générale con, 1,181 billones, o sea el 60 % del PIB y 160.000 empleados; el BPCE con 1,138 billones, o sea el 58 % del PIB y 117.000 empleados.
- Un español: el Santander con 1,275 billones de euros de activos, o sea el 118 % del PIB español y 193.000 empleados.
Hace diez años ningún gran banco tenía un volumen de activos superior al PIB de su país de origen. En la mayor parte de la UE, la concentración bancaria aumentó. Entre 1997 y 2010, en Bélgica, los cinco bancos más grandes pasaron de una cuota de mercado del 52 % al 75 %, en Francia del 40 al 45 %, en Grecia del 55 al 70 %, en Irlanda del 40 al 57 %, en Alemania del 17 al 33 %.[41]
De los mayores 30 bancos a nivel mundial, 15 eran europeos en 2011.
Seis bancos europeos son más grandes que el JP Morgan, el banco más importante de Estados Unidos.[42] Además, hay tres bancos europeos que son particularmente conflictivos para Wall Street en particular y para Estados Unidos en general: se trata del Deutsche Bank, del Crédit Suisse y del Barclays. Entre los tres poseen el 23 % del mercado de la deuda de Estados Unidos. En el mercado de fusiones/absorciones, el Crédit Suisse, el DB y el Barclays se sitúan en el 4º, 5º y 6 lugar justo después del Goldman Sachs, del JP Morgan y del Morgan Stanley.[43]
Los mayores 20 bancos europeos se reservan el 50 % del pastel
En la UE, contamos 8.000 bancos que se pueden clasificar en tres categorías: la primera, compuesta de cerca de 4.000 pequeñas cooperativas bancarias con menos de 1.000 millones de euros de activos; la segunda, compuesta de bancos que tienen entre 1.000 millones y 100.000 millones de euros de activos; la tercera, de bancos con activos entre 100.000 millones y 2,2 billones (2.200.000.000.000) de euros.
Los 20 más grandes, o sea, el 0,25 % del número total, se reservan el 50 % del pastel: entre todos poseen activos por 23 billones de euros.
En general, los bancos pequeños son más sólidos y prestan proporcionalmente mucho más a las familias y a las empresas de la economía real que los grandes bancos. Los pequeños también presentan riesgos, pero menores, debido a su tamaño reducido. Una serie de estudios muestran que las pequeñas cooperativas bancarias y los bancos de ahorro son más eficaces, más seguros y más útiles que los grandes bancos.[44] Pueden ayudar a sus clientes y financiar inversiones locales útiles. En algunos casos, esto es todavía más cierto cuando intervienen los poderes públicos.[45] Según el informe Liikanen, Austria, Alemania, Finlandia y los Países Bajos tienen las cooperativas bancarias y los bancos de ahorro más eficaces de Europa
Los grandes bancos son «universales»
El banco universal (llamado también banco generalista) representa un gran conjunto financiero que agrupa y ejerce los diferentes rubros del banco minorista, del banco de financiación e inversiones y del banco de gestión de activos. Este conjunto interviene en el territorio nacional pero también en el extranjero mediante sus filiales. Un riesgo importante de este modelo bancario consiste en que las pérdidas originadas por las actividades de riesgo del banco de financiación y de inversiones reviertan en el banco minorista y se ponga en peligro los depósitos de los pequeños ahorradores. Es el caso de los mayores bancos europeos.
El apetito de los grandes bancos por los derivados
Según la ISDA (International Swaps and Derivatives Association), el organismo privado que reúne a los bancos que venden derivados, el 94 % de los quinientos principales bancos del mundo utilizan derivados (en orden de importancia: derivados sobre riesgos cambiarios, sobre tipos de interés, sobre materias primas y CDS): el 80 % de los derivados son producidos y comercializados por los bancos, o sea, es un mercado cautivo de los bancos. Los hedge funds (algunos con origen bancario) pesan muy poco al lado de los bancos en el mercado de derivados, ya que su volumen no supera los 2 billones de dólares (2.000.000.000.000 US$), lo que es totalmente marginal comparado con los 100 billones de dólares (100.000.000.000.000 US$) en manos de los bancos (a los que hay que agregar los 67 billones correspondientes al shadowbanking). Una aplastante mayoría de derivados escapa hasta ahora al control puesto que se intercambian en el mercado OTC (over-the-counter) con negociación directa entre las partes.
El trading rey
La mitad de los activos del Deutsche Bank y del Royal Bank of Scotland es utilizada para efectuar trading. Esta práctica representa un 40 % en el caso del BNP Paribas y del Barclays.
¿Qué es el trading?
La actividad de trading consiste en que un banco toma posiciones (en compra o venta) en diferentes mercados financieros: acciones, tipos de interés, divisas, mercados de derivados, de futuros u opciones sobre esos instrumentos, mercados de futuros de materias primas y de productos agrícolas (incluidos los alimentos), mercado inmobiliario. El trading es claramente una actividad especulativa ya que se trata de aprovechar los movimientos de precio a corto plazo que sus actuaciones contribuyen ampliamente a provocar. Las compras o las ventas no se efectúan para luego utilizar ese bien o producto comprado sino simplemente para obtener un beneficio. Estas actividades originaron la crisis alimentaria de 2008-2009, cuando los bancos y los zinzin (inversores institucionales) se retiraron repentina y masivamente del sector inmobiliario en pleno marasmo de los productos estructurados ligados a las subprime y desplazaron sus operaciones de trading hacia el mercado de commodities,[46] en especial de cereales.[47] Así mismo, esa práctica especulativa provocó en la misma época y por las mismas razones un aumento enorme y repentino de los precios del petróleo en julio de 2008, seguido de una brutal caída algunos meses más tarde. Una parte del trading se declara en el balance del banco, otra parte —con frecuencia la más importante— se realiza fuera de balance en los mercados OTC.
Para cuatro de estos bancos (Barclays, BNP Paribas, Deutsche Bank y Royal Bank of Scotland) los derivados que poseen representan en valor nocional (es decir, el que cubre el riesgo) más de 20 veces sus activos[48] y más de 300 veces sus fondos propios en sentido estricto. ¡Recordemos que el mercado de derivados no está reglamentado y por lo tanto tampoco está controlado! Para el Royal Scotland Bank, los derivados representan 30 veces sus activos, 28 veces para el Deutsche Bank y el Barclays, 25 veces para el BNP Paribas y 7 veces para el BPCE.
Los grandes bancos, en el transcurso de los años 1990 y 2000 se arriesgaron en forma creciente, especialmente por el desarrollo del trading. Eso supuso un fuerte descenso del porcentaje de los ingresos fijos (los ingresos por los créditos a clientes, por los títulos de la deuda pública o por la deuda de las empresas privadas) en el conjunto de sus ingresos. En el caso del Barclays y del Deutsche Bank, entre 1993 y 1996, los créditos representaban la mitad de los activos de esos bancos. En 2007-2008 sólo representaban una décima parte de sus activos. Los depósitos de los clientes (familias, empresas, poderes públicos, instituciones financieras) representan menos del 30 % del pasivo en el caso del BNP Paribas, el Deutsche Bank, el Barclays y la Société Générale.
Los bancos prestan menos a las familias y a las empresas no financieras que lo que éstas prestan a los bancos
En general, los bancos conceden menos préstamos a las familias y a las empresas no financieras que lo que éstas les prestan mediante sus depósitos. Eso es lo que muestran los datos concernientes al peso de los depósitos de las familias y de las empresas no financieras (excluidos los depósitos de las empresas financieras) en la financiación (es decir las deudas de los bancos) en 2011: 41 % para Bélgica, 23 % para Francia, 28 % para el Reino Unido, 36 % para Alemania.[49]
Frente a eso, en los activos, la parte de los créditos a las empresas no financieras (ENF) y a las familias es netamente minoritaria: para Bélgica es el 10 % a las ENF y el 9 % a las familias; para el Reino Unido, el 5 % a las ENF y el 15 % a las familias; para Francia, el 10 % a las ENF y el 12 % a las familias; para Alemania, el 10 % a las ENF y el 17 % a las familias; para España, el 23 % a las ENF y el 22 % a las familias.[50]
Los préstamos de los bancos a las familias y a las empresas no financieras constituyen una parte minoritaria de sus activos
De media, la parte de los préstamos que los bancos europeos (tomados en su conjunto) conceden a las familias y a las empresas no financieras representa el 28 % de sus activos y el resto está constituido por acreencias diversas, ABS… y deudas soberanas.[51] Y todo eso sin tener en cuenta la parte en la sombra, o sea fuera de balance, el famosos shadow banking system.
Los diez mayores bancos europeos son también los que reciben más ayuda de los poderes públicos
Los diez mayores bancos europeos recibieron, sólo ellos, más de la mitad de la ayuda pública bajo forma de capitalización y de garantías que, entre 2008 y 2011, se elevó a 1,620 billones de euros (1.620.000.000.000) (el 13 % del PIB de la UE).
Los grandes bancos trabajan a la sombra.
Los grandes bancos europeos, como también ocurre con los de otros continentes, tratan de que sus actividades sean lo más opacas posibles, creando una multitud de sociedades. En un número significativo de casos, se trata de más de mil entidades legales diferentes para un solo banco. Además del hecho de dificultar el trabajo de los controladores, estas múltiples sociedades tienen, en la mayoría de los casos, su sede en paraísos fiscales con el fin de pagar lo menos posible en impuestos,[52] para blanquear el dinero negro y para permitir a sus clientes de fortuna escapar de la fiscalidad.
A vueltas con el ROE
Según el Informe Liikanen,[53] en 2011 los fondos propios sólo representaban entre el 2 y el 8 % de los activos de los grandes bancos. En el caso del Deutsche Bank, representan apenas un poco más del 2 %. En el caso del ING y del Nordea (Suecia) representan un poco menos del 4 %. Para el BNP Paribas, el Crédit Agricole, el BCPE, la Société Générale y el Barclays representan cerca del 4 %. En el caso de los bancos españoles Santander y BBVA, los italianos Intesa Sanpaolo y Unicredit, e incluso en el belga KBC, cerca del 6 %.[54]
Hagamos un pequeño ejercicio práctico para tener una idea aproximada del rendimiento de los fondos propios en 2012 para los bancos de una serie de países claves. Al hacer este ejercicio debemos tener presente lo que se explicó anteriormente, en la parte «El mundo secreto de los bancos».
El FMI publicó el beneficio de los bancos en porcentaje del total de sus activos a comienzos del año 2012 para una serie de países. Este beneficio es muy bajo y en algunos casos como Grecia o Irlanda es negativo:
Grecia
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-0,4 %
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Irlanda
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-0,8 %
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Italia
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0,4 %
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Portugal
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0,3 %
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España
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0,2 %
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Austria
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0,4 %
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Francia
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0,2 %
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Alemania
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0,2 %
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Países Bajos
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0,4 %
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Reino Unido
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0,0 %
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Dinamarca
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0,1 %
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Suiza
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0,2 %
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Suecia
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0,6 %
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Estados Unidos
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0,8 %.
|
Si nos limitamos al análisis de esta tabla tendremos la impresión de que los accionistas de los bancos europeos obtienen bien poco de su capital. Pero profundicemos un poco más y tratemos de hacernos una idea del ROE. Consideremos el Deutsche Bank, que, según el Informe Liikanen, tenía activos que llegaban a los 2,164 billones de dólares y partamos del principio de que su beneficio corresponde a la media publicada por el FMI para Alemania, o sea, del 0.2 %. Así que esto produce un beneficio de 4.330 millones de euros. Siempre según el Informe Liikanen, los fondos propios del Deutsche Bank en 2011 equivalían al 2 % de esos activos,[55] o sea 43.300 millones. Por lo tanto, el ROE en este caso se establece en el 10 %, lo que demuestra la verdadera situación de los bancos en esta época de crisis.
Apliquemos el mismo razonamiento al BNP Paribas. Sabiendo que sus activos alcanzaban los 1,965 billones de euros en 2011, un beneficio del 0,2 % (o sea, 3.930 millones de euros) daría un ROE del 5 %. En efecto, los fondos propios del BNP Paribas representaban en 2011, según el Informe Liikanen, cerca del 4 % de los activos (alrededor de 78.600 millones de euros).
Con el fin de completar estas informaciones, agradeceremos a todas/todos que tuvieran acceso a los datos de uno o varios bancos europeos concernientes a sus ROE que nos pasaran la información escribiendo a info@cadtm.org
Un último punto a señalar: el cálculo de los activos está sujeto a manipulación por parte de los bancos, así como el cálculo de los fondos propios y de otros elementos del balance, puesto que deben presentar ratios más estrictas en el marco de Basilea 3 (véase la parte 6 de esta serie)
Conclusión
Para que se pueda lograr una solución alternativa a la gestión capitalista de la crisis, es indispensable entender el papel de los bancos y de revelar su parte oscura. Esto permitirá reforzar la acción ciudadana y, especialmente, las iniciativas de auditoría que se están desarrollando en Europa (España, Grecia, Portugal, Francia, Bélgica, Italia…) y en otras partes del mundo.[56]
Los bancos han perdido buena parte de su legitimidad pero pueden contar con los gobiernos y los grandes medios de comunicación para que los sostengan, cueste lo que costare. Los bancos privados y los gobiernos que favorecieron la desreglamentación financiera radical iniciada en los años 1980-1990 son los responsables del desastre. Las decisiones actuales prolongan y agravan la situación. Se trata de una nueva crisis mayor del sistema capitalista, al lado de tantas otras, como la alimentaria o la ambiental.[57]
Sólo la crisis bancaria ha representado un coste colosal para la sociedad y todavía no terminó. Luc Laeven y Fabián Valencia, dos economistas del FMI, calculan que la pérdida en crecimiento del PIB debido a las crisis bancarias durante el período 1970-2011 se eleva al 33 % (23 % para la zona euro y 31 % para Estados Unidos). Según estos economistas es probable que el coste final sea aún más importante.
Según los mismos autores, en el período 1970-2011, el aumento de la deuda pública en las economías avanzadas debido a las crisis bancarias llegó a un 21 % (20 % en la eurozona y 24 % en Estados Unidos).[58] A pesar de que no es en absoluto la conclusión a la que llegan estos dos autores, se debe considerar esa deuda como claramente ilegítima y rechazar su pago. Además de la necesidad de negar el reembolso de la deuda pública causada por la crisis y el rescate de los bancos como se efectúa actualmente, es necesario optar por una respuesta radical a la política de éstos. Ya que utilizan el dinero público, se benefician de las garantías del Estado y deben ofrecer un servicio básico fundamental a la sociedad, el sector bancario debe ser socializado para convertirse en un servicio público de ahorro y crédito.
La parte 5 de la serie analizará los puntos débiles de los bancos en el período actual y la parte 6 explicará por qué las iniciativas de los gobiernos en cuanto a la reglamentación de las actividades bancarias son totalmente inadecuadas.
Epílogo: Una historia puramente imaginada
No es nada fácil ponerse en la piel de los dirigentes de un gran banco, ya sea como gran accionista o como un alto directivo designado, para comprender la visión del business. La gran mayoría de las personas que tienen una cuenta en un banco[59] dificultosamente pueden imaginar cómo actúan los que dirigen ese banco, su manera de pensar y las ventajas que obtienen de todo ello. Comprender en concreto lo que es el rendimiento sobre fondos propios (ROE) es particularmente difícil, ya que numerosos son aquellos que no pueden ni siquiera imaginar lo que esconde la respuesta a esa pregunta.
Tratemos de hacer las cosas más accesibles mediante la comparación entre una familia como tantas otras y los patrones de los grandes bancos, que no son tantos.
Imaginemos el Sr. y la Sra. Fernández en España en 2007, próximos a la cincuentena, que acumularon en 30 años de actividades un ahorro de 100.00 euros (que ellos consideran su capital). Deciden comprarse un inmueble de 500.000 euros que está formado por tres apartamentos. Aportan sus 100.000 euros de fondos propios, o sea el 20 % del precio de la compra. Los Fernández ocuparán uno de los apartamentos y alquilarán los otros dos. Para ello, piden una hipoteca de 400.000 euros a reembolsar en 20 años, con un tipo de interés del 5,12 % anual (supongamos un interés fijo) lo que representa 18.780 euros por año de intereses (la media sobre los primeros cuatro años del préstamo) a los que se ha de añadir 12.898 euros de amortización anual del capital (la media de los cuatro primeros años del préstamo) o sea, 31.678 euros a pagar cada año. Lo que les origina una cuota mensual de 2.639 euros. Y hacen el cálculo siguiente: «Si alquilamos cada apartamento por 1.000 euros mensuales, eso nos aportará 12.000 euros por apartamento, o sea 24.000 por año, sacando los gastos de mantenimiento y otras cargas diversas nos pueden quedar 20.000 euros por año. Por lo tanto tendremos un déficit de 11.678 euros anuales, pero eso corresponde sólo a un 11,7 % del alquiler que hemos estado pagando hasta ahora. Por lo tanto tendremos que reservar una mayor parte de nuestros ingresos para el reembolso del préstamo, pero al final, cuando tengamos 70 años, seremos propietarios de esta casa que nos procura una renta y un día se la podremos legar a nuestros tres hijos.»
Por otro lado, imaginemos que, el mismo año, el banco Cresus decide también comprar el mismo tipo de inmueble que los Fernández. De hecho compra centenares para aumentar su patrimonio inmobiliario en un contexto en el que el precio de las casas aumenta aceleradamente. Un bien inmobiliario de un valor de 500.000 euros puede alcanzar los 600.000 euros dos años más tarde. Por lo tanto, es una buena operación. ¿Cómo financiará el banco su compra? Para ello construye el siguiente esquema: aportará un 4 % de fondo propios, o sea 20.00 euros. Para los 480.000 restantes utilizará 180.00 euros de los depósitos efectuados por los clientes del banco —depósitos de salarios y otros ingresos que el banco no remunera, aunque recibe ese dinero en préstamo y lo utiliza como quiere—. Finalmente financia el saldo de 300.000 euros pidiendo un préstamo en el mercado interbancario a un tipo de interés del 3,26 % (la media de los tipos interbancarios europeos «Euribor» de los años 2007 a 2010). Además del gasto de sus fondos propios de 20.00 euros (que el banco Cresus efectúa sólo una vez, evidentemente) el coste anual de su compra se eleva a 9.780 euros en intereses pagados a otros bancos. Si como los Fernández alquila cada uno de los tres apartamentos a 1.000 euros por mes, deducidos los gastos de mantenimiento, eso le reportará cerca de 30.000 euros por año, de los que habrá que retirar 9.780 euros por los gastos del préstamo. El ingreso neto se elevará a 20.220 euros o sea el 101 % de rendimiento de los fondos propios que aportó al comienzo. Si calculamos el rendimiento con respecto a la inversión total, o sea, 20.220 sobre 500.000 y esto por 100, vemos que es del 4,4 %.
La diferencia de la situación entre la familia Fernández y el banco Cresus salta a la vista. Ya que lo que hace el banco para financiar un bien está muy lejos del alcance de la gente común. En el cerrado mundo de los grandes bancos (recordemos que de los 8.000 bancos de la UE, los 20 mayores disponen de la mitad de los 46 billones de activos), lo que se pide prestado de alguna manera no se reembolsa ya que sólo se pagan los intereses. En efecto, cada vencimiento en el que el capital debe ser reembolsado, los bancos recurren a un nuevo préstamo para reembolsar al precedente. Y esto es inimaginable para la mayoría de la población que pide un préstamo. Hay que añadir que, como lo hemos visto, los bancos no remuneran los depósitos en cuentas corrientes mientras que utilizan el dinero allí depositado. Esta situación se prolongará mientras los grandes bancos tengan un acceso continuo y barato (de preferencia inferior a la tasa de inflación) al crédito. Evidentemente, si los depositantes retiran su dinero o/y si los diversos prestamistas pierden la confianza y cierran el grifo del crédito, el banco se encontrará en cesación de pagos puesto que su jueguito habrá terminado. En ese caso, hay muchas posibilidades de que los poderes públicos intervengan para salvar al banco si consideran que éste es demasiado grande para quebrar (too big to fail)
Hemos imaginado que esta situación se desarrolla en 2007. Viajemos en el tiempo y saltemos cinco años: estamos en 2012. La burbuja inmobiliaria había estallado en España (también en Irlanda y Estados Unidos) y tiene efectos devastadores. Centenares de miles de trabajadores de la construcción se han quedado sin empleo, la actividad económica decae y todos los otros sectores de la economía se ven afectados. El número de desempleados aumenta exponencialmente.[60] El matrimonio Fernández se queda sin trabajo y en la incapacidad de continuar pagando el préstamo hipotecario de 400.000 euros. El banco Filemón (el que había otorgado la hipoteca) se queda con el inmueble.[61]Los Fernández se quedan sin casa y piden a sus hijos que los alojen. El banco vende el inmueble en 300.000 euros, ya que el precio de los inmuebles se ha desplomado. Esta gente había reembolsado en 4 años 75.120 euros de intereses y 51.591 euros del capital pedido.[62] Quedan por lo tanto 348,409 euros de capital a reembolsar. En virtud de las leyes españolas, el banco Filemón exige al matrimonio Fernández, sin empleo y sin casa, 48.409 euros (o sea el capital restante que se debe reembolsar después de liquidar 300.000 euros como producto de la venta).
Ahora, observemos qué le pasa al banco Cresus, que había comprado un bien similar al del matrimonio Fernández. Sin embargo, este banco puede continuar en 2012 con sus operaciones de compra, eso sí con una modificación en su modo de financiación: los otros bancos no quieren prestarle más dinero —los bancos desconfían unos de otros debido a las acreencias dudosas que muchos de ellos poseen—, pero, felizmente, los poderes públicos están allí para ayudarlo, a éste y a otros bancos. El BCE les presta dinero a tipos de interés netamente inferiores a la inflación. Una verdadera felicidad para los banqueros.
¿Y qué hace el banco Cresus? Pues compra el inmueble de los Fernández por la suma de 300.00 euros. Para ello, invierte 18.000 euros de fondos propios (o sea el 6 % del precio del inmueble), utiliza 132.000 euros de los depósitos no remunerados de los clientes, pide 100.000 euros al BCE por 3 años con un tipo de interés del 1 % y 50.000 euros también al BCE pero a corto plazo, con un interés del 0,75 %. El coste anual en intereses para el banco es de 1.375 euros. Luego alquila los tres apartamentos al mismo alquiler que antes y tendrá una entrada de 30.000 euros, que menos los 1.375 de los intereses a pagar, le quedan 28.625 euros. El rendimiento de sus fondos propios (ROE) es del 159 %, el beneficio sobre el total de la inversión del 9,5 %.
Aunque todo esto es imaginario, no está muy lejos de la realidad ¿no es cierto? (Traducido por Raúl Quiroz y Griselda Pinero)
- Éric Toussaint, profesor de la universidad de Lieja,es presidente del CADTM Bélgica (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org) y miembro del consejo científico de ATTAC Francia. Escribió junto a Daniel Millet: AAA. Audit Annulation Autre politique, Seuil, París, 2012.
[1] Alan Greenspan, presidente de la Reserva federal de Estados Unidos desde 1987 hasta 2006, es gran partidario de la ausencia de control en nombre de la autorregulación de las fuerzas del mercado. The Economist, uno de los principales semanarios financieros, se edita en Londres desde 1843. Desde su aparición siempre tomó partido por el libre comercio. La ceguera de The Economist, compartida por Alan Greenspan, merece que se ponga de relieve al comienzo del presente trabajo. Sobre The Economist, véase http://www.monde-diplomatique.fr/2012/08/ZEVIN/48061. Cita extraída del libro de Alan Greenspan, La era de las turbulencias, Ediciones BSA, Barcelona, 2008.
[2] El autor agradece a Patrick Saurin y Virginie de Romanet por la relectura de algunos pasajes así como a Damien Millet, Danielle Sabai y Brigitte Ponet, que releyeron totalmente esta cuarta parte.
[3] La primera parte de la serie, titulada «2007-2012: 6 años en que los bancos se tambalearon», fue publicada el 17 de diciembre de 2012, véase http://cadtm.org/2007-2012-6-anos-en-que-los-bancos . La segunda parte, titulada «El BCE y la Reserva Federal al servicio de los grandes bancos privados», fue publicada el 23 de diciembre de 2012; véase http://cadtm.org/El-BCE-y-la-Reserva-Federal-al . La tercera parte, titulada «La mayor ofensiva contra los derechos sociales realizada desde la segunda guerra mundial a escala europea», se publicó el 30 de diciembre de 2012, véase http://cadtm.org/La-mayor-ofensiva-contra-los
[4] Comisión Europea, «Ayudas de Estado: los datos confirman la tendencia hacia la disminución y hacia una mejor asignación de las ayudas no ligadas a la crisis», Bruselas, 21 de diciembre de 2012.
[5] Un ejemplo: si en 2008 y en 2009 los bancos declararon pérdidas por un monto de 250 millones de euros, éstos no pagaron impuestos por esos ejercicios. Si en 2010 declaran 100 millones de beneficios y otros 100 millones en 2011, tampoco pagarán impuestos, ya que trasladarán sus pérdidas de los años 2008 y 2009 que son superiores a sus beneficios de 2010 y 2011.
[6] Las autoridades europeas y los gobiernos de la eurozona hasta ahora no han comenzado ninguna acción penal o civil contra los bancos. En el Reino Unido y en Estados Unidos, en la mayor parte de los casos, las autoridades de control establecen acuerdos financieros con los bancos culpables, lo que les permite evitar dictar una condena.
[7] Se verá en la sexta parte que las medidas previstas en el marco de Basilea 3 y aquellas que las autoridades europeas (Comisión, EBA y ESMA) agregaron son claramente insuficientes.
[8] En general, el término «activo» hace referencia a un bien que posee un valor realizable, o que puede generar ingresos. En el caso contrario, se habla de «pasivos», es decir la parte del balance compuesto de recursos de los que dispone una empresa (capitales aportados por los socios, provisiones por riesgos y cargas, deudas) En el caso concreto tratado aquí, los activos son principalmente bienes y títulos que son objeto de una especulación financiera (de la que los bancos son los principales responsables): materias primas y productos agrícolas, títulos de la deuda de empresas privadas (corporate bonds) y de los Estados (deudas soberanas), monedas, bienes inmobiliarios, derivados de varios tipos, etc.
[9] Esto provoca el descenso de la composición orgánica del capital, para retomar la terminología marxista.
[10] Los bancos liquidados son, de Dinamarca: el Fiona Bank, el Roskilde Bank EIK, y el Amagerbanken. De Finlandia y Luxemburgo: el Kaupthing Bank; de Irlanda: el Anglo Irish; del Reino Unido: el Bradford & Bingley.
[11] Un aspecto importante de esta política se desarrollado en la parte 3 de esta serie; «La mayor ofensiva contra los derechos sociales realizada después de la segunda guerra mundial a escala europea», publicada el 30 de diciembre de 2012, http://cadtm.org/La-mayor-ofensiva-contra-los
[12] Por supuesto, existen otras deudas ilegítimas que también es necesario identificar y rechazar su pago.
[13] El sector bancario debería ser completamente público con excepción de un sector cooperativo pequeño con el que podría cohabitar y colaborar.
[14] Damien Millet, Éric Toussaint, «Europa: ¿Qué programa de urgencia frente a la crisis?» 22 de junio de 2012, http://cadtm.org/Europa-Que-programa-de-urgencia.
[15] Patrick Artus, Marie-Paule Virard, La liquidité incontrôlable, Pearson, 2010, p.45.
[16] Los datos sobre el ROE del Goldman Sachs y del Morgan Stanley están sacados del artículo «Leaner and meaner» de Tom Braithwaithe, Financial Times, 1 de octubre de 2012, p. 9.
[17] Son los capitales de los que dispone una empresa, que no es conseguido por préstamos. Los fondos propios están contabilizados en el pasivo de un balance de sociedad. Fuente http://www.lesclesdelabanque.fr/Web/Cles/Content.nsf/LexiqueByTitleWeb/fonds%20propres. Los fondos propios comprenden también las reservas, es decir los beneficios puestos en reserva.
[18] He aquí la definición del «efecto palanca» dada por el Banco de Francia: «El efecto palanca mide el efecto de un recurso más o menos importante en el endeudamiento sobre la rentabilidad financiera, para una rentabilidad dada. Al aceptar un recurso de endeudamiento, los accionistas de una empresa o de una institución financiera esperan una remuneración más importante en beneficios por haber corrido un riesgo suplementario.» Véase http://www.banque-france.fr/fileadmin/user_upload/banque_de_france/publications/Documents_Economiques/documents-et-debats-numero-4-integral.pdf, p. 112.
[19] ElLehman Brothers estaba constituido por 2.985 sociedades interconectadas y estaba presente en 50 países.
[20] Véase Erkki Liikanen (presidente), High-level Expert Group on reforming the structure of the EU banking sector, octubre de 2012, Bruselas, p. 59.
[21] El Financial Times llevó a cabo una encuesta sobre este escándalo y publicó varios artículos bien documentados:«Deutsche Bank accused by ex-staff. Claims up to $12 billion paper losses hidden. Misvaluing alleged to help avoid bailout», 6 de diciembre de 2012 (en primera página y en otra completa, la p.6). Véase también las ediciones de los días 7 y 8-9 de diciembre de 2012.
[22] IMF, Global Financial Stability Report, Restoring Confidence and Progressing on Reforms, octubre de 2012 http://www.imf.org/External/Pubs/FT/GFSR/2012/02/index.htm , p. 82.
[23] Más de la mitad de los activos bancarios mundiales están en manos de los bancos de la UE. Por supuesto, si se añaden los bancos suizos, el porcentaje de bancos europeos aumenta aún más.
[24] IMF, Global Financial Stability Report, Restoring Confidence and Progressing on Reforms, octubre de 2012 http://www.imf.org/External/Pubs/FT/GFSR/2012/02/index.htm , p. 29.
[25] Véase Erkii Liikanen (presidente) «High-level Expert Group on reforming the structure of the EU banking sector», octubre de 2012, Bruselas. Erkii Liikanen es el gobernador del Banco Central de Finlandia. Este grupo de trabajo estaba compuesto por once expertos. Uno de los méritos del informe Liikanen es que confirma por vía oficial el diagnóstico de la bajeza de los bancos, los riesgos asombrosos que decidieron correr para conseguir el beneficio máximo. Como veremos más adelante, este informe no gustó nada a los banqueros. Véase http://ec.europa.eu/internal_market/bank/docs/high-level_expert_group/report_en.pdf. De aquí en adelante este documento será nombrado como el Informe Liikanen.
[26] Informe Liikanen, p. 41.
[27] Estas cifras provienen del Informe Liikanen. Véase también: Damien Millet, Daniel Munevar, Eric Toussaint, «Las cifras de la deuda» 2012, tabla 30 , p. 23, que ofrece datos concordantes a partir de otra fuente: http://cadtm.org/Las-Cifras-de-la-deuda-2012
[28] Los Asset Backed Securities (ABS) son valores mobiliarios (títulos de acreencias) adosados frecuentemente a operaciones de titularización que tienen subyacente activos que son en general créditos. Las operaciones admitidas pueden ser también créditos hipotecarios, préstamos para automóviles, y también pagos por tarjeta de crédito. Los Asset Backed Securities son emitidos en el mercado de capitales y negociables entre los inversores.
[29] Informe Liikanen, gráfico 2.3.4
[30] Derivado de crédito: Producto financiero cuyo subyacente es una acreencia o un título representante de una acreencia (obligación). El fin del derivado de crédito es transferir los riesgos relativos al crédito, sin transferir el propio activo, con el propósito de cubrirse. Una de las formas más corrientes de derivado de crédito es el credit default swap (CDS). Fuente: Banco de Francia
[31] Producto derivado: Instrumento financiero cuyo precio no solamente varía en función de parámetros tales como riesgo, plazo, etc., sino que también depende de la cotización que alcance en el mercado otro activo, al que se denomina subyacente. El inversor que adquiere un derivado apuesta por una determinada evolución de dicho subyacente (al alza o a la baja) en los mercados de valores. Fuente (Banco de España)
[32] Informe Liikanen, gráfico 2.3.5. Hay que señalar que en 2012 el volumen del mercado de derivados OTC de nuevo alcanzó los 750 billones de dólares (véase la parte 2 de esta serie)
[33] Informe Liikanen, gráfico 2.3.6
[34] Shadow Banking o banco en la sombra: actividades fuera de balance realizadas por los bancos. Según el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), el órgano erigido por el foro del G20 a cargo de la estabilidad financiera mundial, el volumen de las actividades del shadow banking ha superado los 67 billones de dólares (67.000.000.000.000 US) -lo que equivale a cerca de la suma del PIB de todos los países del planeta-. Véase Richard Hiault, «Le monde bancaire parallèle pèse 67.000 milliards de dollars», Les Échos, 18 de noviembre de 2012, http://www.lesechos.fr/entreprises-secteurs/finance-marches/actu/0202393973644-le-monde-bancaire-parallele-pese-67-000-milliards-de-dollars-511912.php.
[35] Fuente Financial Times, «EU shadow banking plan rapped», 26 de marzo de 2012; «MMF lose worth in low interest rate world», 10 de septiembre de 2012.
[36] La situación puede variar de un Estado a otro: en algunos países se verifica una disminución de los activos de ciertos bancos que es contrabalanceada por un aumento en otros.
[37] Informe Liikanen, tabla 3.4.1, p. 39.
[38] Véase lo que dice el Banco de Francia a propósito de las decisiones tomadas en diciembre de 2011 por el BCE: «Se amplía nuevamente el abanico de activos aceptados en garantía, con un aumento en paralelo de los descuentos practicados. En principio, se rebaja la calificación mínima para los títulos adosados a activos (asset backed securities—ABS—). Además de los ABS ya elegibles en las operaciones del Eurosistema, aquellos cuyos activos subyacentes comprenden préstamos hipotecarios y préstamos a pequeñas y medianas empresas, serán elegibles bajo reserva de dos calificaciones con una simple A como mínimo durante su emisión así como durante su período de vigencia. Luego, los bancos centrales nacionales estarán autorizados, temporalmente, a aceptar en garantía acreencias privadas suplementarias (es decir préstamos bancarios) respetando los criterios de elegibilidad específicos.» Véase http://www.banque-france.fr/fileadmin/user_upload/banque_de_france/publications/Documents_Economiques/documents-et-debats-numero-4-integral.pdf, p. 68.
[39] Según el Financial Times, la lista de colaterales que el BCE aceptaba en 2012 comprende ¡40.000 productos financieros diferentes! Véase FT, «Collateral damage», 25 de octubre de 2012.
[40] La mayoría de las informaciones de esta sección provienen del Informe Liikanen.
[41] Informe Liikanen, gráfico 2.3.14 para bancos europeos. En Estados Unidos, los grandes bancos aprovecharon la crisis para aumentar su fuerza. En 2012, los cinco principales bancos poseían el 43,7 % de los depósitos contra el 37,1 % en 2007. Los activos de los cuatro principales bancos (JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo) aumentaron un 56 % desde 2007 y alcanzaron los 7,7 billones de dólares. Fuente The Wall Street Journal, 12 de diciembre de 2012.
[42]. Hay que señalar que las autoridades de Estados Unidos no calculan de la misma manera los activos que las autoridades europeas. Los estadounidenses tienden a evaluar a la baja los activos. Sin embargo, no se puede negar que los bancos europeos están todavía más súper dimensionados que sus congéneres estadounidenses.
[43] Véase FT, «New York is a tall order for Europeans», 4 de octubre de 2012, p. 20.
[44] Informe Liikanen, p. 58.
[45] Por supuesto, hay múltiples excepciones ya que muy a menudo los gestores públicos rompen con la lógica original de los bancos públicos. Es el caso de la mayoría de las Cajas de ahorro de España que participaron en la especulación inmobiliaria y de los diferentes Landesbanken de Alemania.
[46] Las commoditiesagrupan el marcado de bienes primarios (productos agrícolas, minerales, metales, metales preciosos, petróleo, gas, etc.). Las commodities, como los otros activos, son el objeto de negociaciones que permiten determinar su precio así como los intercambios en los mercados al contado pero también en los mercados de derivados.
[47] Véase Éric Toussaint, «Volvamos a hablar de las causas de la crisis alimentaria», 28 de octubre de 2008, http://cadtm.org/Volvamos-a-hablar-de-las-causas-de. Los trabajos de los dos relatores sucesivos de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Jean Ziegler y Olivier De Schutter, confirman el papel primordial de la actividad especulativa de las sociedades financieras en la crisis alimentaria.
[48] Informe Liikanen, p. 45, gráfico 3.4.8.
[49] Ibid., gráfico 2.3.8.
[50] Ibid., gráfico 2.3.9.
[51] Informe Liikanen, gráfico 2.3.7.
[52] Ibid., p. 52.
[53] Ibid., p. 47, gráfico 3.4.13.
[54] Nota bene:este párrafo presenta los fondos propios en relación con los activos. Si se compara estos fondos con el pasivo se llega más o menos al mismo resultado, véase para el Barclays y el Deutsche Bank el Informe Liikanen, gráficos 3.4.18 y 3.4.19.
[55] El Deutsche Bank (DB), como otros 26 grandes bancos europeos, debía alcanzar una ratio más elevada de fondos propios «puros», el 4,5 %, en junio de 2012, pero no entramos en ese escenario ya que la manera de calcular la ratio es Tier One (véase más adelante) que es totalmente discutible. De todas maneras, presentamos el cálculo que hicimos para dar una idea esquemática. Para conocer el ROE del BD tendríamos que saber el monto exacto del beneficio y el monto exacto de los fondos propios.
[56] En Brasil, una iniciativa de auditoría ciudadana desarrolla un trabajo dinámico desde hace unos doce años; otras iniciativas de auditoría ciudadana están por comenzar en Túnez, Egipto y en Malí.
[57] Véase Eric Toussaint, La crisis global, Ediciones de Intervención Cultural, El Viejo Topo, Mataró, 2010
[58] Luc Laeveb y Fabián Valencia, «Systemic banking crisis database: an update», IMF Working Paper 12/16, Washington, 2012.
[59] No hay que olvidar que más de 1.000 millones de personas no disponen de una cuenta bancaria y que en los países ricos a centenares de miles de familias se les niega la apertura de una cuenta o su mantenimiento.
[60] En España, el número de familias en las que todos sus miembros están en el paro alcanzó en el cuarto trimestre de 2012 un total de 1.833.700 familias, o sea, más del 10 % de todas las familias de España. Por otra parte la cifra actualizada del paro del cuarto trimestre de 2012 es de 5.965.400 personas o sea el 26,02 % de la población activa (Encuesta de población activa ofrecida por el INE, Instituto Nacional de Estadística)
[61] Entre 2008 y 2012, en España, 350.000 familias fueron expulsadas de sus casas por los acreedores.
[62] Para establecer este cálculo (que es plausible) tomamos en cuenta las condiciones habituales de un crédito hipotecario.
https://www.alainet.org/es/articulo/164290
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