Sin pensamiento crítico…
26/11/2012
- Opinión
“Lanz sostiene que el ejercicio del poder popular constituyente,
por ahora, es una idea-fuerza que, aunada a una nueva manera
de entender la idea de revolución, no deja de ser incómoda
para el poder constituido”.
Magaldy Téllez: Izquierda, p.42
Sin pensamiento crítico no hay ningún chance de salir del marasmo que impide hoy que la voluntad política de cambio entronque con un torrente teórico él mismo revolucionado. Sin pensamiento crítico no hay forma de salir del entrampamiento de una intencionalidad de cambio guiada por anacronismos epistemológicos, por dogmatismos ideológicos y mentalidades decimonónicas que son todas ellas reaccionarias. No se trata del viejo cuento de aplicar una “práctica” que irá segregando “teoría” espontáneamente. Tampoco se trata del elitismo de encargar “teoría” a unos sabios que vendrán a iluminar “la oscuridad de las masas”. Ese antiguo modo de encarar el gordo problema de sacudir los nichos ideológicos de la vieja izquierda, desbaratando al mismo tiempo las prácticas que les son inherentes, es justamente uno de los atascos más severos que enfrentamos hoy para hacer y consolidar cambios de sentido profundos.
Forjar un pensamiento crítico (para mi gusto: posmoderno) es ante todo hacerse de una sensibilidad teórico-política que vaya al encuentro de los movimientos subterráneos que están cambiando de hecho el viejo paisaje del espacio público: poniendo patas arriba las falacias de la “representación”, de la “participación”, de la gestión política. Ese es el músculo cultural que puede alimentar una nueva reflexión teórica que sintonice efectivamente con los cambios verdaderos de los viejos aparatos de Estado. El mundo entero está cruzado por este dinamismo constituyente que no puede encapsularse en los formatos de la vieja institucionalidad: partidos, sindicatos, parlamentos, etc. Con la vieja “caja de herramientas” no se pueden leer estos procesos. La izquierda tradicional, instalada mentalmente en la conserjería del capitalismo de Estado, no puede (y no quiere) encarar una ruptura radical con la lógica de la dominación
Los debates intelectuales son para eso: para intentar reconocer colectivamente dónde están los atascos, cuáles podrían ser las vías de abordaje para hacer avanzar la discusión. Hay que reconocer que muchísima gente está aportando para abrir esas brechas (es justo lo que está contenido en el reciente libro Izquierda) que anda por allí levantando polvaredas, las mismas que levantó aquel Seminario crítico promovido por los amigos del “Centro Internacional Miranda” donde la burocracia más ignorante hizo el ridículo.
Estimular el pensamiento crítico no es embadurnar con jaleas ideológicas (tipo Dietrich), o con enlatados a la cubana o la china lo que en el comienzo está mal pensado. Por fortuna los movimientos político-intelectuales se abren paso por su propia fortaleza (obstáculos más, obstáculos menos) Afortunadamente hasta en los bloques más cerrados termina llegando algún aire de innovación (sin exagerar: pregúntele al amigo Javier Biardeau sobre sus quijotescas batallas teóricas en los predios de los aparatos oficiales) Estimular el pensamiento crítico consiste en formar parte de las agendas más avanzadas que están moviéndose en todo el mundo y en todos los campos; poder leer críticamente todas esas aportaciones al calor del dinamismo de los acontecimientos; construir agendas comunes que crean comunidades intelectuales con vocación plural, con auténtico espíritu de búsqueda, sin estar de sabiondo dándole consejos al otro; cultivar el arte de escuchar, sobre manera, cuando lo que se plantea no es lo que yo pienso. Ello habla de una sensibilidad que está o no está. Hay trayectos intelectuales que no ayudan mucho en el andar de estos senderos, marcas ideológicas vividas en muchos casos traumáticamente.
Ya es bastante hacerse cargo de las implicaciones de lo que no hay, de lo que está faltando. Nadie tiene respuestas anticipadas en el bolsillo. Hay colegas más equipados que otros para procesar estos asuntos, es natural. Lo que importa es acompañar toda iniciativa que vaya en ese horizonte de creación colectiva…esa es nuestra apuesta.
https://www.alainet.org/es/articulo/162848?language=en
Del mismo autor
- La gobernanza se construye 07/03/2013
- Religión y política: ¡Peligro! 25/02/2013
- Por una izquierda subversiva 18/02/2013
- La salud de Chávez 09/12/2012
- Sin pensamiento crítico… 26/11/2012
- Redes: partido, movimientos, comunidades 12/11/2012
- Pensar desde la izquierda 06/11/2012
- Rebelión en la izquierda 06/11/2012
- Lo más difícil es transformar 10/06/2012
- La izquierda de Pepe Mujica 03/06/2012