Despatriarcalización de la CIDOB

18/07/2012
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La Constitución Política del Estado Plurinacional marca un nuevo sistema de gobierno con “equivalencia de condiciones” entre hombres y mujeres (Art. 11, numeral II)
Garantizando además el ejercicio y participación política en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres (Art. 26 numeral 1)
Entonces la elección democrática interna de las y los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB),  está respaldada por la Constitución Política, que garantiza la igual participación entre hombres y mujeres (Art. 210 Numerales I y II)
Si la descolonización es la revolución indígena y la despatriarcalización la revolución de la mujer indígena, la nueva dirigencia de la CIDOB es producto de una revolución interna, una revolución contra el patriarcado dirigencial indígena.
La elección de Melva Hurtado es el ejercicio de la despatriarcalización, donde una mujer por vez primera, dirigirá la organización de los pueblos indígenas del oriente.
Estos espacios públicos y de dirección fueron tradicionalmente privilegio de los dirigentes varones gracias a preceptos y prejuicios machistas en relación a la participación y ejercicio político de las mujeres, subestimando sus capacidades de dirección y mando.
Entonces el reto de la nueva dirigencia es cambiar la forma de ejercicio de poder y dirección machista visibilizando experiencia y capacidades democráticas de dirección y conducción de las bases con sabiduría y armonía en la búsqueda de la Loma Santa.
La despatriarcalización de la política se inició con la convocatoria a la Asamblea Constituyente, donde participaron más del 30% de mujeres diversas del campo y de la ciudad, junto a sus pares  lucharon por la promulgación de una nueva Constitución Política del Estado.
En el Órgano Ejecutivo el 2010 se tuvo 50% en ministras y 50% ministros. Siendo práctica de cumplimiento constitucional que conviene recuperar a la fecha por su desequilibrio, lo cual debe llamarnos la atención.
En el Órgano Legislativo en sus dos cámaras de senadores y diputados contamos con dos mujeres en las presidencias y un el avance 33%, de representación femenina.
En las elecciones del 16 de octubre de 2011 en el Órgano Judicial  se logro la presencia de la mujer indígena, Cristina Mamani con más de medio millón de votos,  y una composición del 50% de mujeres en los Tribunales y Consejo de la Magistratura, el más alto de América Latina.
Con estos precedentes, el desafío de la CIDOB, es profundizar la democracia interna, la deliberación pública y la decisión por consensos.
NO hay otro camino que la Consulta, como el mejor mecanismo democrático y despatriarcalizador de los pueblos indígenas.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/159669
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