Qué terror el contraterrorismo!

10/07/2012
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Tomó forma lo que la opinión pública presagiaba: el frente contra el terrorismo. Liderado por el expresidente Uribe y lo más granado de la derecha del país adquirió cuerpo con el denominado Puro Centro Democrático. Que, como lo planteara la Revista Semana, no es puro porque está José Obdulio Gaviria ni de centro por integrarlo el exministro Londoño ni democrático por dirigirlo Uribe. El enganche para justificarlo son las acciones sobredimensionadas de la guerrilla. Extremas en un departamento como el Cauca, pero no el contenido real de su alcance militar.
 
Una gran mayoría de la ciudadanía del país rechaza la violencia que se vive en todos los rincones. Por supuesto, está en contra de acciones terroristas. Pero, sabemos que cuando hay referencias a ellas solo se hace a una parte pequeña de su expresión. Ha hecho carrera, desde el primer gobierno de Uribe, asociar terrorismo con las acciones de las FARC. Toda la historia política anterior y contemporánea del terrorismo narco y paramilitar fue borrada de plano, alineándose con Bush en la cruzada internacional emprendida en esa dirección. Las AUC tuvieron un trato suave con una ley de Justicia y Paz hecha a su medida para que se mantuvieran a lo largo y ancho del país. Todavía no se sabe cuánto de ello se debió a una forma de retornar favores por haber ayudado en las campañas que le permitieron acceder a la primera magistratura del Estado.
 
Mantener en alto en la opinión pública que el centro de la política hoy es la seguridad, y, dentro de ella, la lucha contra las FARC, no hace más que ocultar la esencia derechista que la alimenta, el personalismo que la impulsa y el desconocimiento de las múltiples violencias que nos desangran. Asistimos a un claro mesianismo, a través de un caudillismo que raya en posturas históricamente superadas. Plantear, explícitamente, como lo hizo José Obdulio Gaviria; que el candidato a la presidencia para las próximas elecciones debe tener la humildad de admitir que si sale electo quien dirigirá el país será Uribe, muestra el talante de los objetivos que pretenden alcanzar.
 
Tendencia que va en contravía de lo que ha vivido América Latina en las últimas tres décadas. Mientras Guatemala y El Salvador lograron acuerdos de paz que condujeron a la desmovilización de las guerrillas, este movimiento atiza el militarismo bajo la creencia de que solo será su eliminación la que conducirá a la paz. El militarismo del Cono Sur fue superado con una reinvención de la Democracia, y este movimiento estimula una ampliación del poder militar y de la impunidad de sus acciones, como el de los “falsos positivos”. O el de los llamados de organizaciones de oficiales retirados a la renuncia del gobierno y a la creación de uno de facto. Con ello van de la mano el desconocimiento de los poderes legislativo y judicial, la existencia de los partidos, la participación ciudadana, la defensa de los Derechos Humanos, la movilización social, los derechos de huelga y movilización. En fin, qué terror el contraterrorismo!
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/159454
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