Carta abierta para que alguien se la lea a don Pedro Sabat

14/01/2012
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Señor Pedro Sabat
 
 Alcalde de la Comuna de Ñuñoa.
 
 Excelencia, no, no se asuste por el trato. Sucede que hace años publiqué una novela, y en ella, los habitantes de un pequeño pueblo amazónico llamaban “su excelencia” a un alcalde de características fisonómicas, antropomórficas e intelectuales muy similares a las suyas. Ahora sé que para crear ese personaje usted fue mi inspiración, y así lo reconoceré cada vez que me pregunten de dónde salió ese gordo vil de la novela.
 
 Excelencia, es bueno que sepa de su proyección mundial, porque hace unos días la noticia de que un alcalde chileno, usted, se permitía tratar de putas a las alumnas del Internado Nacional Femenino dio la vuelta al mundo, y las redes sociales se encargaron de informar con profusión de su insolente patanada.
 
Sabemos también que usted pertenece a un partido llamado Renovación Nacional, y miles de personas se preguntan qué espera ese partido para renovarse de usted, que no merece el cargo de alcalde ni de pertenecer a una agrupación política que, pese a representar lo más rancio de la sociedad chilena, lo más añejo de los nostálgicos de la dictadura, lo más lejano a la idea del proceder democrático, sin embargo de todo eso, no puede contar con una esperpento de su calaña entre sus filas.
 
 Excelencia: una puta es una mujer que ofrece servicios sexuales a cambio de dinero o bienes comerciables, y las alumnas del Internado Nacional Femenino están muy lejos de tal característica y, si usted desde su cargo lo afirma, estamos entonces frente a un dilema: o lo demuestra o deja el cargo, porque la acusación además de atentar contra el honor y la dignidad humana de las alumnas es de tal gravedad que obliga a una investigación al respecto.
 
 Excelencia, es usted un sujeto de extrañas manías; recordamos por ejemplo cuando pedía la expulsión de Chile de Fernando Bielza, y lo hacía desde la manía persecutoria amparada en la impunidad absoluta en la que se formó. Pero ahora esa impunidad no le sirve pues su insulto a las alumnas del Internado Nacional Femenino no ha quedado ni quedará impune, por más que a algún genio de la lengua al servicio del gobierno se la haya ocurrido prohibir las palabras dictadura y cerdo. Usted ha actuado conforme a las costumbres aprendidas de la dictadura, y nada podrá evitar que su nombre se asocie a resonancias porcinas.
 
 Finalmente, excelencia, le sugiero que vea las fotos de la protesta organizada por las alumnas, profesores y familiares. Las fotos también han dado vuelta al mundo y su fama de insolente, estulto, bobo, mentecato, majadero, se agiganta. Vea la sana alegría de esas chicas y procure gruñir una disculpa sincera.
 
 Luis Sepúlveda.
 
 14 de enero de 2012
 
https://www.alainet.org/es/articulo/155270
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