El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene (I)

26/05/2010
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La mitología, que es la forma que tiene la historia de contar los hechos de manera poética, dice que Sócrates tomó la cicuta por orden del tribunal que lo condenó por desconocer a los dioses atenienses. Su discípulo Critón, que lo acompañaba le preguntó que encargos deseaba que él cumpliera, Sócrates le pidió que saldara una deuda que mantenía con Asclepio y luego murió. El gran pensador fue sacrificado en honor a los dioses.
 
Casi 25 siglos después Sócrates vuelve a ser sacrificado, pero esta vez el altar está levantado en honor al dios mercado y sus sacerdotes corruptos tienen su templo en las bolsas de valores. El máximo dios FMI dicta ahora medidas - que antes se aplicaron en los países llamados emergentes - pero esta vez a quienes en su momento pidieron a gritos que se aplicaran esas recetas de recesión.
 
Se acusa a Grecia de despilfarrar los fondos públicos, de no respetar el Pacto de Crecimiento y Estabilidad, pero esencialmente todos los miembros de la eurozona -entre ellos Francia y Alemania, que ayudó a redactar las normas- han cometido infracciones de las normas desde el principio.
 
Para unirse a la zona del euro, un país debe cumplir con rigurosos criterios de convergencia diseñados para sincronizar la economía del país en vías de adhesión con la economía de Alemania   - país modelo a seguir-.  Los criterios incluyen un déficit presupuestario inferior al 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), los niveles de deuda pública inferior al 60 por ciento del PIB, una inflación anual que no supere el 1,5 puntos porcentuales por encima del promedio de inflación más bajo de los tres miembros anuales; y un período de prueba de dos años durante el cual la moneda nacional del país adherente debe flotar dentro de un 15 por ciento -más o menos- de  la banda cambiaria.
 
El economista español Vicenç Navarro escribió el artículo “Grecia no es la causa principal en la crisis del euro”, en abril de este año,  en donde describe claramente la otra visión del “problema griego”: “En realidad, la economía griega en los últimos quince años (hasta 2009) había sido altamente exitosa. Su crecimiento económico (medido en el PIB per capita) creció más rápidamente que el promedio de la UE. Es cierto que ahora su déficit es elevado (13% del PIB), y su deuda es también elevada (113%), aunque no mucho más elevada que la deuda que se proyecta para el 2011 para el promedio de los países de la OCDE y mucho menor que la deuda de Japón (192% del PIB). Lo que ha ocurrido en Grecia, y en la mayoría de países de la OCDE, es que la disminución de los ingresos del estado, consecuencia del descenso muy marcado de la actividad económica, ha causado el crecimiento del déficit. Lo que los liberales olvidan es que el problema del déficit se basa más en el déficit de ingresos al estado (impuestos), que en la exuberancia del gasto. Grecia es un país pequeño (que además tiene un fraude fiscal enorme), y el gobierno conservador anterior prefirió más conseguir dinero de los bancos extranjeros que aumentar los impuestos de la gente más pudiente y así corregir el fraude fiscal. El 95% del dinero que consiguió, vendiendo bonos, fue a bancos europeos. En otras palabras, el 95% de la deuda del estado griego la tienen los bancos europeos (y muy en especial los alemanes). Estos bancos compraron los bonos griegos en masa y a precios muy reducidos. Tiene millones de euros en bonos. Estos bonos los tienen asegurados en lo que se llama Credit Defaults Swaps (CDS); lo cual quiere decir que el aseguramiento de los bonos no se basa en su precio real, sino en un precio ficticio, resultado de la especulación. De ahí las campañas de los bancos y de los hedge funds (fondos de carácter especulativo) a fin de inflar el precio de los bonos que generan un interés exorbitante de un 7% por año. Y se están forrando como consecuencia de ellos. De esto, los liberales ni hablan. Pero este crecimiento exuberante de los intereses de los bonos lo tiene que pagar el ciudadano griego a base de ajustarse el cinturón. Y ahí está el Pacto de Estabilidad, el instrumento por antonomasia de rectitud monetaria. Lo que al ciudadano griego se le dice es que tiene que ser más austero, vivir con menos transferencias y servicios públicos y reducir sus beneficios sociales y laborales. Todo ello para que se puedan pagar a los bancos sus escandalosamente altos beneficios bancarios, basados en mera especulación. Y los bancos tienen sus propias agencias de certificación (que están en su bolsillo), que catalogan los bonos de los estados según la voluntad de los gobiernos de seguir las instrucciones de los bancos.”
 
A esta lectura distinta de la crisis se la puede pensar también como la preparación de una gran tragedia griega en donde el guión indica que el euro tiene que morir sacrificado para que el medio hermano dólar pueda vivir.
 
Quizás todo empezó con el pánico de 1907 cuando el banquero J.P. Morgan fue prestamista de última instancia para “salvar” del desastre financiero a Estados Unidos. De común acuerdo con el gobierno se creó un cártel de bancos que dieron origen a la Reserva Federal, un organismo que aparenta ser un órgano gubernamental, pero que de hecho no lo es.
 
Pero esto es una nueva leyenda.
 
- Sergio Peralta, Los Barriales.
https://www.alainet.org/es/articulo/141733

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