Venezuela lideriza la sustentabilidad de la región
- Opinión
“Petrocaribe trasciende lo meramente energético y ha extendido su accionar a un área prioritaria: el desarrollo social.”
Rafael Ramírez
Todos sabemos que vivimos tiempos de cambios. Tenemos el enorme privilegio de ver en vivo, en pocos años, más que muchas generaciones pasadas durante toda una vida, mientras conocían el resto por lecturas, narraciones o relatos.
El Imperio Romano tardó más de tres siglos en imponerse y casi cinco en extinguirse.
Seguramente por eso, Venezuela es mencionada hoy más que nunca antes en la prensa internacional. Y ahora que nos observan como centro de independencia económica, acechan cualquier espacio que consideren punto de ataque para enfilar sus baterías con un sólo propósito: controlar nuestras reservas de hidrocarburos.
Y en su afán especulativo, dejan fallas que evidencian que no se oponen en forma positiva buscando mejoras, sino para “ablandar” opiniones y convencer indecisos.
Por ejemplo, critican “el creciente déficit gubernamental, a cubrir ahora con más impuestos”, donde se observa la misma contradicción: según sus propios postulados, “Venezuela debería salir de la condición de Estado monoproductor para no depender exclusivamente de la venta de hidrocarburos” y el sistema económico estatal del Norte, alabado por ellos, está basado precisamente en impuestos.
Señalan que “especialistas estiman que la recaudación fiscal y el IVA, crecientes cargas en el venezolano, son utilizadas por el Gobierno al no poder recaudar, de la renta petrolera, el ingreso necesario para sostener la pesada carga de un Presupuesto sobreestimado” y que “a medida que la actividad privada se va cercando, se van cerrando y expropiando empresas, esa capacidad del sector privado para pagar impuestos se vé mermada”. Es su formato de solicitud de mayores libertades económicas para luego devolver en impuestos sólo una parte.
Y nuestra empresa estatal petrolera tampoco puede escaparse. Al fin y al cabo, es el motor de los cambios que pudieran asegurar, para nuestra región, el camino hacia un desarrollo sustentable, independiente de las ayudas, tratados y limosnas que recibimos desde hace 500 años.
Por eso, las agencias internacionales destacan que “Standard and Poor” rebajó de categoría el índice crediticio empresarial de PDVSA. Afirman que “aunque aún tiene buena liquidez, se nota deterioro en sus pagos y en el cumplimiento de sus obligaciones financieras”.
VI Cumbre Petrocaribe
Eso y más, leemos desde el anuncio de la reunión en San Cristóbal y Nieves. El mismo día de la llegada de los Ministros a la amistosa isla caribeña, alguien aquí utilizó sus mayores letras para escribir: “Petroregaladera”. Me provocó llamar a la redacción del diario para preguntarles como denominábamos al último cuarto del Siglo XX, cuando llegamos a vender petróleo, tan barato, que ganaba más el dueño del tanquero que lo transportaba desde nuestros puertos a los países compradores.
“Un club de deudores”, señaló otro. Y ¿nó es eso precisamente lo que sus amos quieren? ¿Nó es para eso que existen sus Tratados de Libre Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional?. Si no les debiéramos, estimado amigo ¿quién pagaría lo que escribes?.
Leímos: “Diplomacia petrolera venezolana”, citando supuestos “expertos residenciados en Miami” quienes afirman que “desde el punto de vista político, la reunión con los países caribeños influirá en la soberanía de esos países quienes pudieran verse presionados, en ciertas circunstancias, a dar su voto a organismos internacionales u otras instituciones, aún en su contra, para favorecer a Venezuela”.
Las posteriores declaraciones de los gobernantes de los países amigos y lo que oímos a sus pobladores expresar esperanzados en los beneficios que nos traerá a todos esta unión energética y económica que adelante décadas hacia la verdadera independencia, desdice totalmente las opiniones contrarias.
PetroCaribe está aquí, en la mente, en el corazón y en los brazos de los trabajadores de esta región, que tiene todo lo necesario para autosustentar su desarrollo.
Costo del barril
Los medios manipulan el incremento de los costos de producción, tratando de señalar sólo el porcentaje por unidad de medida.
Un titular de primera página dice: “PDVSA eleva un 44 por ciento el costo del barril de petróleo venezolano, al subir de US$ 4,93 en el año
Pero ese aumento, en términos reales de ingresos por venta de crudos al exterior, es sólo de $ 2.17 de un promedio de ventas superior a $ 86, lo cual no llega ni siquiera al 3% del precio final. ¡El porcentaje bajó!
Consumo interno
También atacan el proceso de distribución de los derivados necesarios para el transporte y la industria en nuestro territorio: “Paralizado el suministro de gas en cuatro estados”, “Fallas en suministro de gasolina ya son costumbre” y “Estaciones de servicio pueden estar hasta medio día sin producto” porque “PDVSA adolece de suficientes gandolas para cubrir todo el país”.
Habrá que responderles con aquello de “Vás pal cielo y vás llorando”. Ellos han manejado en el exterior. Saben cuanto cuesta llenar un tanque allá. Están conscientes de que aquí les subsidiamos, entre todos, sus horas de manejo al frente de sus camionetotas. Una pésima interpretación de los costos de gasolina mantienen su precio a niveles ridículos. No te quejes, perque, de repente… ¡Nadie sabe!.
Cesta OPEP
Doce naciones hermanas conformamos
Nos acusan de ser los culpables de los altos precios de la gasolina. Pero resulta que
Lo único que hacemos, los suplidores de energía del mundo y para garantizar ingresos justos a cambio de su seguridad de suministro, es promediar esos precios de su mercadeo y establecer límites para ventas mínimas.
Así establecimos, a partir del 1º de Enero de 1987, una cesta de referencia con el promedio aritmético de crudos seleccionados de diferentes países, que no siempre han sido provenientes de los países miembros de
Hoy son once tipos de crudo, todos de nuestros países, donde incluimos a nuestro Bolívar Costa Field 17, para promediarse con los similares restantes de nuestros socios.
Por allá creyeron que nos habían domado, con petróleo a precios irrisorios. Pero
Saberes, bienes y servicios
Objetivo ambicioso, a largo plazo pero con la seguridad de que lo cumpliremos, es obtener, en intercambio justo por nuestra energía, la satisfacción progresiva y total de las necesidades de todos quienes integramos esta Patria.
No es asunto de vender petróleo más caro. Ni siquiera de vender petróleo. Es llevar energía y productos, derivados de nuestros hidrcarburos, a cambio de saberes, bienes y servicios. No es llenar tanqueros de crudo para que nos acrediten dólares en cuentas internacionales. Es recibir aquello que nos haga falta a todos y a cada uno.
Publicaron en son de burla: “República Dominicana anunció un plan para iniciar parte del pago de una deuda acumulada con Venezuela, por unos 1.000 millones de dólares por el suministro de petróleo, con frijoles negros”.
Son incapaces de convertir a ingresos, estos convenios ‘extradólar’ que, como en los casos de médicos y entrenadores con Cuba, vaquillas con Uruguay y tanqueros con Argentina, dejan más al país, por barril vendido, que aquellos históricamente negociados según los precios internacionales del petróleo, siempre fijados en dólares por el mercado neoliberal.
Pero resulta que nosotros comemos caraotas negras y carne, nos enfermamos y practicamos deportes, entre otras cosas. Quisiera ver más intercambios para recibir aquello que nos satisfagan directamente esas “otras cosas”, sin necesidad de pagar peaje por intercambio de divisas extranjeras.
La prensa opositora destaca las noticias sobre “las probadas ventajas del dólar, como divisa preferente, a pesar de la reciente crisis financiera”.
Difunden que “390 instituciones del mundo desestimaron al yen para ser la moneda principal”, “China ratificó su apoyo a la divisa estadounidense”, “el yen podría ganar espacios gradualmente, pero es evidente que el dólar es el sostén del sistema financiero globalizado” y “los funcionarios orientales, tanto chinos como japoneses, no tienen como objetivo reemplazar al dólar”.
Sin embargo, esta misma semana el Presidente del Banco de Cooperación Internacional de Japón se refirió públicamente a la “debilidad, actual y futura, del dólar estadounidense”.
Algún día venderemos más gasolina y menos petróleo, y recibiremos más medicinas, comidas y libros, y menos dólares, libras y euros.
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