Foro Social Mundial de Belén do Pará: La hora de las alternativas

29/01/2009
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Es la oportunidad de que el Foro se recicle y se sitúe a la izquierda en la entrada del nuevo siglo. América Latina ha avanzado significativamente en esta dirección

El Foro Social Mundial surgió como alternativa al Foro Económico de Davos, en el auge del neoliberalismo en el mundo. Primero hubo manifestaciones anti-Davos, en Suiza, hasta que los movimientos de resistencia al neoliberalismo – de acuerdo a la propuesta de Bernard Cassen - se propusieron organizar un Foro Social Mundial, antagónico al de Davos.

Porto Alegre fue elegida como sede, por estar en la periferia del capitalismo – víctima preferencial de las políticas neoliberales -, en América Latina – donde se desarrollaban luchas importantes de resistencia, como la de los zapatistas, del Movimiento de los Sin Tierra, de los movimientos indígenas en Bolivia y Ecuador, entre muchos otros –, en Brasil, por la importancia que la izquierda brasilera pasó a tener – con fuerzas como el PT, la CUT, el MST, entre otras – y en Porto Alegre, por las políticas de presupuesto participativo.

Los foros se caracterizaron por la afirmación de “Otro mundo es posible”, frente al intento del “pensamiento único”, del “Consenso de Washington” y del “fin de la Historia”, de que las alternativas políticas dejarían de tener vigencia frente a un modelo, que se pretendía inevitable, de “ajustes fiscales”. La adhesión de muchas fuerzas políticas – de derecha primero, después de nacionalistas y socialdemócratas – al mismo modelo, podría inducir a la confirmación de esa vía única.

El FSM se oponía frontalmente a esta interpretación reduccionista, proponiéndose agrupar a todas las fuerzas de oposición al neoliberalismo – cuya amplitud había sido confirmada por las manifestaciones contra la OMC, comenzando por Seattle y extendiéndose después por muchas otras ciudades -, intercambiar experiencias y coordinar sus luchas.

En una primera etapa, se trató de las luchas de resistencia a la “libre circulación del capital”, a la dictadura de la economía sobre la esfera social, al mundo unipolar imperial estadounidense, a la devastación ambiental, al monopolio privado de los medios – entre tantas otras luchas. Las movilizaciones contra la guerra de Irak fueron el punto más alto de esta etapa –aunque las ONGs, predominantes en la organización de los Foros se resistieran siempre a la inclusión del tema de la guerra y de la paz en la agenda principal de los encuentros.

Las sucesivas crisis neoliberales – de la mexicana a la argentina, pasando por la asiática, por la rusa, por la brasilera – llevaron al agotamiento del modelo neoliberal y comenzaron a surgir gobiernos electos en esta ola – comenzando por el de Hugo Chávez, en 1988, seguido por una impresionante sucesión de presidentes latinoamericanos - Lula, Kirchner, Tabaré, Evo, Rafael Correa, Fernando Lugo - que expresaban la disputa por la hegemonía, que pasaba a colocarse como central en la lucha contra el neoliberalismo.

Los Foros pasaron a tener que enfrentar nuevos dilemas: ¿que actitud tomar frente a esos gobiernos que pasaron a representar la avanzada en la lucha contra el neoliberalismo y por la construcción de alternativas a ese modelo? No estaban preparados, porque se habían organizado para la fase de resistencia, limitando su acción a una supuesta “sociedad civil”, excluyendo la esfera política – y, con ella, a los partidos, el Estado, los gobiernos, la estrategia. En ese marco, los Foros fueron girando en falso, dejando de ser el punto mas alto en la lucha antineoliberal, transferido para gobiernos de mayor o menor ruptura con ese modelo.

El próximo Foro, significativamente realizado en la América Latina – el eslabón mas débil en la cadena neoliberal – tiene la posibilidad de superar esa carencia y redefinir su esfera de actuación – tanto en relación a restablecer, de otra forma, las relaciones entre la esfera social y la política, única forma de disputar una nueva hegemonía, de luchar realmente por la construcción de “otro mundo posible”, como en la lucha contra las guerras imperiales estadounidenses. Su escenario latinoamericano favorece la fuerte marca continental que debe tener, con análisis y balance de los 10 años transcurridos desde la elección del primer gobierno alternativo en el continente.

Por eso, serán temas centrales en el Foro de Belén do Pará, una nueva arquitectura financiera mundial, la definición de plataformas post-neoliberales, la construcción de procesos de paz justos en los epicentros de la “guerra infinita” – Irak, Afganistán, Palestina, Colombia -, el avance en la organización de la prensa pública alternativa, los caminos de la lucha por un mundo multipolar – entre tantos otros. Es el momento de la construcción de alternativas concretas al neoliberalismo – a nivel mundial, regional y local. Es la oportunidad de que el Foro se recicle y se coloque a la altura del gran desafío de situarse a la izquierda en la entrada del nuevo siglo. América Latina ha avanzado significativamente en esta dirección. Resta al FSM aceptar el desafío y reinsertarse claramente en la construcción del “otro mundo posible”, que ya comenzó, en este lado del mundo, justamente donde el FSM eligió como su sede privilegiada.

- Emir Sader es sociólogo, director del Laboratorio de Políticas Públicas y actual Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Publicado en www.cartamaior.com.br  el 25 de Diciembre de 2008.

http://www.lpp-buenosaires.net/puntodevista/pdv26/pdv_26.htm

https://www.alainet.org/es/articulo/132068
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