Cinco escenarios de la última semana

Boletín informativo terrenal

21/12/2008
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El “zapatazo” a Bush convertido en hazaña, Dick Cheney defiende torturas y guerras y un nuevo paso ruso hacia Latinoamérica, entre lo más sobresaliente.

Pese a que el 2008 agoniza, el mundo sigue girando. Junto a él, los hechos noticiosos continúan su rumbo. Como cada semana, APM escoge arbitrariamente cinco de los hechos más rutilantes.

En este breve camino, se cruzarán el derrumbe de los precios del petróleo con las secuelas de la invasión a Irak. El presidente de Estados Unidos eludiendo zapatazos y su vicepresidente intentando justificar lo injustificable. El gigante euroasiático buscando contrarrestar la influencia estadounidense. También se observará como un frágil gobierno abre sus puertas a las intervenciones extranjeras. Al fin y al cabo, todo tendrá que ver con todo.

1. Un zapatazo de despedida

Evidentemente, es muy difícil para un periodista ser ídolo popular en este mundo que habitamos. Quien lo intente, ciertamente ha tomado el camino equivocado. Mucho más fácil sería conseguirlo siendo estrella de Hollywood, deportista, músico o político. Entonces, si un periodista lo logra, será forjando grandes méritos.

Muntazer al Zaidi, periodista iraquí de la cadena de TV Al Bagdadia, parece haberlo logrado. Hasta el domingo 14 de diciembre de 2008, Zaidi era un perfecto desconocido. Sin embargo, luego de asistir a la conferencia de prensa del presidente estadounidense George Walker Bush, ya no será un corresponsal más.

Cuando Bush estaba a punto de finalizar su rueda de prensa de despedida de Irak, Zaidi se aflojó los cordones de sus zapatos y no lo dudo. “Este es un beso de despedida, ¡perro!”, le gritó y, enseguida, le lanzó su calzado derecho.

Sin darle tiempo a la seguridad, el periodista iraquí arrojó su zapato izquierdo y le gruñó a Bush que “esto es por las viudas, los huérfanos y todos los muertos en Irak”. En el mundo árabe, lanzarle a alguien los zapatos es una señal de extremo desprecio.

A fin de cuentas, -para lamento de algunos- Zaidi mostró pocas dotes de puntería.

Bush, atónito, intentaba esquivar los zapatazos. A su lado, el premier iraquí, Nuri al Maliki, se esforzaba por detener los proyectiles, rememorando sus épocas de guardameta en las canchas de fútbol de Abu Gharaq, su lugar de nacimiento.

Luego de esta escena, Muntazer al Zaidi fue detenido. Horas más tarde, se supo que fue ferozmente golpeado. Al mismo tiempo, se convertía en ídolo popular. Miles de personas salieron a las calles en Irak a pedir su liberación y recrear sus zapatazos.

Zaidi aún sigue en prisión y, quizás, pese largo tiempo en esa condición. El responsable de la invasión, de miles de muertes y de devastar Irak, regresó a Estados Unidos sonriente.

En definitiva, Bush tenía razón. En Irak se esconden armas de destrucción masiva. Los iraquíes las usan para proteger sus pies.

2. Vía libre para atacar a los piratas

El pasado martes 16, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió, por unanimidad, autorizar el uso de “todas las medidas necesarias” para combatir a los piratas somalíes.

Es decir, cualquier país que cuente con la autorización del frágil gobierno somalí, podrá atacar a los piratas no sólo por el mar, sino también por tierra y aire.

La resolución del Consejo de Seguridad fue elaborada por Estados Unidos, país que puso especial énfasis en la cuestión. Para Washington, la convulsionada Somalia es lugar de acción de “grupos terroristas”.

A partir de ahora, las tropas estadounidenses tienen vía libre para atacar a los piratas en el territorio somalí. No obstante, se sabe que las tropas estadounidenses son muy proclives a entender a su modo las medidas.

En ese escenario, no habrán de sorprender futuros “daños colaterales” o algún exceso en las atribuciones de los marines. No sería nada nuevo.

3- Cheney ya no oculta nada

A pocos días del fin de la administración Bush en Estados Unidos, sus máximos exponentes parecen haber entrado en período de catarsis. Primero fue el presidente, George W, quien se disculpó por haber dicho algunas cosas de más. Días después, aseguró que lo que más lamenta de su gobierno “es el error de inteligencia en Irak”.

Ahora le tocó el turno al vicepresidente, Dick Cheney. Sin embargo, el halcón lejos estuvo de haber limpiado o purificado los recuerdos que alteran su conciencia. Lo que hizo fue justificarlos.

Para Cheney, el método de tortura conocido como submarino, “ha sido notablemente exitoso”. Una vez más, la llamada “guerra contra el terrorismo” lo justifica todo.

“Yo tenía conocimiento del programa, claro, y estuve implicado en ayudar a aprobar el proceso cuando la CIA vino y quería saber qué podía hacer y qué no”, admitió Cheney, en referencia a las métodos utilizados por los agentes de inteligencia durante los interrogatorios.

En reiteradas oportunidades, Bush y sus principales asesores se cansaron de decir que su país no practica la tortura. Cheney no tuvo reparos en aceptarlo.

Por otro lado, Cheney se mostró en contra de cerrar la cárcel de Guantánamo y aseguró que su país no puede tener un centro de ese tipo en su territorio.

Finalmente, como si fuera poco, Cheney defendió la invasión a Irak. “Creo que tomamos la decisión adecuada, pese a que la estimación original de inteligencia estuvo desviada en algunos de sus principales juicios”, concluyó.

4- Otro pasito ruso

En las últimas semanas, el concepto de multilateralidad ha sido objeto de múltiples análisis. La debacle económica de los mercados estadounidenses y la incapacidad del gobierno de ese país para afrontar la crisis, obliga a los restantes actores del tablero internacional a tomar otros caminos, a tejer otras redes.

En ese escenario, varios países han comenzado a dar pasos importantes. El más claro de los ejemplos, parece ser el de Rusia. El gigante euroasiático ha desplegado su artillería diplomática en todo el mundo. En ese contexto, Moscú mira con especial atención a América Latina.

Hace algunas semanas, el presidente ruso, Dimitri Medvédev, visitó a los presidentes de Perú, Brasil, Venezuela y Cuba. Al mismo tiempo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, realizaba la primera visita oficial de un canciller a Ecuador, con el objetivo de establecer relaciones bilaterales fuertes. Días atrás, la presidenta argentina, Cristina Fernández, visitó a Medvédev en el Kremlin.

Estas citas sirvieron para las firmas de acuerdos en distintas áreas, aunque los principales se establecieron en materia comercial y energética. No obstante, lo más importante de estos acercamientos fueron las coincidencias en cuanto a las posiciones respecto a la situación actual del mundo.

Esta semana se produjeron dos hechos que constituyen otro pasito de Rusia hacia América Latina.

Por un lado, la llegada de una unidad de la Armada rusa a las costas cubanas, luego de su paso por Venezuela y Nicaragua. La visita del destacamento ruso, tiene como objetivo estrechar la cooperación entre las marinas de ambos países y restablecer las relaciones estancadas luego del de la Unión Soviética.

Por otro lado, un nuevo encuentro bilateral de Medvédev. Esta vez, recibió al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. En esa oportunidad, el mandatario ruso reafirmó que pretende “construir relaciones consistentes, amplias y a largo plazo con toda América Latina”.

Entre lo más destacado de la reunión, Medvédev aseguró que Moscú “contempla con interés” una eventual participación en el proyecto de Managua de realizar un nuevo canal que una los océanos Pacífico y Atlántico.

5- Petróleo por el piso

El último de los escenarios remite al pasado martes 16 de diciembre, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió aplicar su tercer rebaja de la oferta en cuatro meses. El objetivo, frenar el desplome del precio del oro negro.

Se trata de la reducción más importante desde 1982, unos 2,2 millones de barriles diarios. No obstante, el precio sigue en caída libre. El viernes último, la cotización en Nueva York se ubicaba por debajo de los 34 dólares el barril.

La OPEP intenta establecer un piso para los precios, que rondaría los 75 dólares. Desde julio pasado, el costo del barril cayó más de 100 dólares, cuando alcanzó su máximo histórico de casi 150 dólares. Sin embargo, las perspectivas no son demasiado alentadoras para los exportadores del hidrocarburo. Las analistas coinciden en que el precio seguirá cayendo.

Por esta situación, la OPEP busca que los grandes productores que no integran el cartel, asuman las mismas políticas. Rusia, Azerbaiján, Omán y Siria apoyaron las medidas tomadas por la organización y anunciaron medidas similares.

Ante esta situación, los países más sedientos de petróleo (Europa, China y Estados Unidos) ya manifestaron su enojo. Uno de los voceros de la Casa Blanca, Tony Fratto, aseguró que los intentos de la OPEP son “imprudentes”.

Por su parte, el premier británico, Gordon Brown, advirtió que la volatilidad de los precios del crudo amenaza a la economía global. Además, pidió crear normas internacionales para que los mercados petroleros sean “más estables y transparentes”.

En definitiva, el oro negro sigue siendo un factor clave en el tablero internacional. Ya quedó demostrado a lo que se puede llegar en la disputa por el control de este recurso.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata,  Argentina.  

http://www.prensamercosur.com.ar


 
https://www.alainet.org/es/articulo/131586
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