VIH/sida: Trabajadoras sexuales no son responsables de propagación

07/08/2008
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México


Alejandra Gil, representante de un grupo de trabajadoras sexuales de la ciudad de México, denuncia que las autoridades de salud de algunos de los Estados del país las someten a exámenes humillantes para detectar si viven con infecciones de transmisión sexual, lo mas grave, afirmó, es que no son ginecólogos quienes las revisan, sino médicos veterinarios.

 

Nos dan trato de bestias, asevera esta mujer activista. Esa misma denuncia la realizó hace unos días en la reunión que las organizaciones de la sociedad civil sostuvieron con Felipe Calderón, presidente de México.

 

Por su parte Elena Reynaga, fundadora de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), aseveró que desaparecer o negar el trabajo sexual no contribuirá a frenar la epidemia de VIH.

 

Ambas activistas, al igual que lo han hecho otras trabajadoras sexuales a lo largo de esta XII Conferencia Internacional sobre el Sida, aseveran que son ellas quienes pueden contribuir al control de esta epidemia, ya que existe un alto número de estas mujeres que, además de ejercer su oficio, aprovechan para capacitar a sus compañeras más jóvenes e incluso a los clientes, a quienes les exigen usar condón.

 

Informaron que este grupo tiene bajas tasas de infección del VIH, gracias a que reconocen su cuerpo como herramienta de trabajo, y como tal lo protegen.

 

Por ejemplo, tanto en Jamaica como Honduras, países donde la tasa entre mujeres que viven con el virus es alta, solo el 9 por ciento de este sector de la población vive con el VIH. En Brasil y México es del 0.5 y en Argentina del 2.5 por ciento.

 

Por otro lado, es necesario tener en cuenta que las trabajadoras sexuales seropositivas pertenecen a clases sociales desprotegidas que, por lo general, no tienen acceso a los métodos de barrera como el condón femenino y masculino.

 

En diversas ponencias de esta conferencia se ha reconocido la relación entre pobreza, trabajo sexual y prevalencia del virus.

 

Reynaga se congratuló de que por primera vez en un evento internacional de tal magnitud existan espacios específicos para debatir sobre la situación de quienes ejercen trabajo sexual.

 

Relató que en Zambia las trabajadoras sexuales son azotadas, en Camboya y Congo, detenidas por meses, torturadas y violadas por la policía y militares que las liberan tras pagar altas sumas de dinero. En 2007 se registraron 34 asesinatos de trabajadoras sexuales, que siguen sin resolverse, afirmó.

 

También dijo que la ayuda económica para detener la propagación del VIH que aportan las agencias internacionales nunca llega a ellas, y cuando lo hace es mediante programas creados desde el escritorio, por personas que no conocen sus necesidades. Reynaga, al igual que lo han hecho otras trabajadoras sexuales a lo largo de la conferencia, demandó tenerlas en cuenta en la toma de decisiones.

 

Según ONUSIDA, una de cada tres trabajadoras sexuales que vive con VIH no recibe tratamiento antirretroviral, ni prevención contra el VIH.

 

Fuente: Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y Caribe

www.redsemlac.net

www.redsemlac-cuba.net
https://www.alainet.org/es/articulo/129144
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