Acuerdo tripartito mundial para impulsar modelo económico incluyente

19/04/2007
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Como impulsamos un sindicalismo político en el sentido exacto del término, no puede haber nada que afecte positiva o negativamente al país, que sea indiferente a los trabajadores. Por tal motivo, dada la complejidad económica mundial, he retomado algunos criterios en la perspectiva de alertar sobre lo pertinente y viabilizar algunas salidas.

Según cálculos de Naciones Unidas, en el 2006 la economía mundial creció un 3.8%, siguiendo con el desempeño registrado desde el año 2003. Los países en desarrollo, con China e India a la cabeza, se destacaron al crecer un 6.5% en promedio en el mismo año.

El crecimiento promedio anual en los países menos adelantados alcanzó casi el 7% el año pasado. La economía de Estados Unidos, creció 3.2% y también se recuperó el crecimiento en Europa y Japón, que antes había sido lento.

Estas tendencias son notables a la luz de las perturbaciones derivadas del aumento de los precios del petróleo, las guerras de Afganistán e Iraq, el terrorismo internacional y el fracaso de las negociaciones comerciales multilaterales.

Pero las cifras del 2006 contrastan con las perspectivas de crecimiento para el 2007 que apuntan a un debilitamiento.

El informe de la ONU, titulado “situación y perspectivas para la economía mundial 2007, advierte un mercado de bienes raíces más débil socavará el crecimiento en Estados Unidos y en consecuencia la expansión económica mundial disminuirá, puesto que ningún otro país está listo para ser el principal motor de crecimiento.

Con una disminución del crecimiento económico mundial, las necesidades financieras de Estados Unidos, podrían provocar una caída drástica de la confianza de los inversionistas en el futuro de los activos estadounidenses, lo que precipitaría una acelerada depreciación del dólar.

El informe señala que las políticas económicas nacionales y los mecanismos multilaterales existentes no están diseñados para mitigar efectivamente el riesgo de una desaceleración mundial o para abordar los desequilibrios.

Por supuesto que ningún gobierno puede por sí solo soportar todos los costos de las políticas que se necesitan para corregir los desequilibrios mundiales. Esta situación exige acordar de conjunto políticas que ayuden a reducir el riesgo de un menor crecimiento en las principales economías.

Esta alarmante situación tiene incidencia continental y nacional, pero en última instancia, seremos los trabajadores quienes asumiremos el golpe precarizando nuestros ingresos.

Ya el FMI prevé que el crecimiento de los países andinos, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, disminuirá en el 2007 y 2008 a consecuencia de la situación económica mundial. Así mismo, dicho organismo llamó a tomar difíciles decisiones políticas, que el sindicalismo conoce con precisión, razón por la que es imperativo articular acciones mundiales para impedirlas.

En países como Perú y Venezuela, que dependen de los ingresos de las exportaciones de materias primas, el FMI señala que se debe ampliar la base fiscal, reducir las exenciones fiscales y mejorar la administración fiscal.

A Ecuador le recomienda “rigidez presupuestaria”; a Venezuela “frenar el gasto gubernamental”. Su PIB será del 6.2%, pero la inflación llegará al 21.6% este año. Recordemos que su PIB en el 2006 fue de 10.3%.

Para que su economía tenga un crecimiento de 2.7 y 2.9 por ciento durante los años 2007 y 2008. En el 2006 fue del 4.2%.

Bolivia mantendrá su crecimiento en el 4.5% en el 2007 y aumentará al 5.3% en el 2008.

Perú tendrá un crecimiento del 6% en el 2007 y 5.5% en el 2008. Venia de tener en el 2006 un PIB de 8%.

Colombia crecerá un 5.5% en el 2007 y un 4.5% en el 2008 frente al 6.8% del 2006.

Teniendo certeza que el crecimiento económico que le sirve a un país es aquel que contribuye a la generación de desarrollo productivo y como consecuencia de ello a mejorar el empleo y el bienestar de la población más pobre, coincidimos en que se hace necesario trabajar por los siguientes puntos:

1) Estimular el crecimiento en Europa, Asia y los principales exportadores de petróleo a fin de compensar el efecto de contracción que tendría sobre la economía mundial el ajuste en Estados Unidos.

2) Realinear los tipos de cambio de manera coordinada para estimular las exportaciones de los países deficitarios y la demanda de importaciones de los que tienen superavit.

3) Reformular el FMI, incluyendo un cambio sustancial del poder de voto para armonizar la influencia de los países en desarrollo con el peso que hoy tienen en la economía mundial.

4) Utilizar esa nueva plataforma para lograr una reforma estructural del sistema monetario internacional, orientado a reducir su dependencia excesiva en el dólar estadounidense como moneda de reserva. Es necesario desarrollar un sistema de reservas en múltiples divisas acordado multilateralmente o incluso, a largo plazo, una moneda mundial basada en los derechos especiales de giro emitidos por el FMI.

Si analizamos a quien le sirvió el crecimiento económico del 2006 encontramos que el gran favorecido fue el sector financiero. Además, así lo corrobora el estudio presentado por el departamento de asuntos monetarios y mercado de capitales del FMI.

El informe de estabilidad financiera mundial reafirma la rentabilidad del sector bancario de América Latina, pero como si fuera poco plantea que el “desafío crítico” se subsanará aumentando las tasas de interés, justificando aumentarlas a 4 por ciento próximamente, lo que significa es mayores dividendos al sector bancario.

Dada la gravedad que tiene la posible caída drástica del dólar y con ella de la economía de Estados Unidos y del mundo, se hace imperativo impulsar un acuerdo tripartito mundial para acordar un modelo económico incluyente que aporte a un crecimiento económico que genere bienestar social y desarrollo productivo. El sindicalismo está presto a ello.

Bogotá, 16 de abril de 2007

- Carlos Rodríguez Díaz es presidente de la CUT.
https://www.alainet.org/es/articulo/120692
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