Caída de las bolsas mundiales: Échenle la culpa a China

28/02/2007
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Los mercados chinos cayeron un 9 por ciento, arrastrando a sus pares del mundo. Pero ayudaron declaraciones del presidente de la Fed y el atentado fallido contra Dick Cheney.

Como ocurre cíclicamente en la economía mundial desde el año 1929, el pánico mundial cundió a partir de la caída de los valores de una bolsa de valores y contagió a todos los recintos donde se transan papeles por valores millonarios. Esta vez, el mercado culpable fue Shangai, en China, donde se produjo un descenso de 9 por ciento en un día, el más alto en los últimos diez años para la economía asiática. Según la información brindada por medios financieros, el derrumbe se produjo por una ola de venta de acciones por parte de importantes inversores.

¿Por qué a los inversores se les ocurrió salir ayer con premura de los mercados chinos? El movimiento se habría iniciado cuando las autoridades monetarias de la nación más populosa decidieron elevar los encajes bancarios –dinero que las entidades deben mantener inmovilizado- y que los operadores consideraron como indicio de que esa economía va a detener su ritmo de crecimiento, inédito en los últimos 25 años.

La caída de la bolsa de Shangai fue la mayor desde el 18 de febrero de 1997, cuando bajó un 8,9 por ciento, tras la muerte del líder comunista Deng Xiaoping, propulsor de las reformas actuales de mercado.

Pero se debe aclarar que hay al menos dos factores que ayudaron a que el mundo recordase, aunque sea por un momento, el contagio que se inició el “jueves negro” del 24 de octubre de 1929, cuando la Bolsa de Nueva York hizo “crack”, y sumergió al mundo entero en la depresión de los años 30.

El primer factor fueron las declaraciones de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, banco central) con respecto a que la mayor economía mundial se encamina hacia una recesión. Las palabras del titular de la Fed tienen demasiado peso como para no ser “reguladas”, y sus efectos sobre el orbe son casi inmediatos.

El segundo factor que ayudó a difundir este “pánico” fue el atentado frustrado contra el vicepresidente de Estados Unidos en Afganistán. Dick Cheney salió ileso de su visita sorpresa de un atentado en la mayor base norteamericana en ese país, situada en Bagram, en la que había pasado la noche, y que provocó varios muertos.

Dos causas económicas –aunque habría que ver hasta qué punto las transacciones bursátiles revisten el carácter de económicas- y una de raíz política fueron las que se sumaron para provocar un poco de temor. Recordemos que, a diferencia de 1929, ahora existen muchísimos mecanismos para evitar que un “crack” de cualquier bolsa hunda al mundo en una recesión. Pero ayer, los inversores en China perdieron al menos 100 millones de dólares.

El cierre de las operaciones en China resultó en una caída de 8,8 por ciento que sacudió a todos los mercados mundiales. En Europa, Estados Unidos y en América Latina las pizarras terminaron todas hacia abajo. El Dow Jones, el FTSE-100, el Merval, el Bovespa, el IPSA, el CAC 40, el DAX, y todas otras siglas que los mortales oímos en las informaciones financieras coincidieron en caer.

Según un especialista de la BBC, Andrew Walker, en muchas ocasiones los mercados estadounidenses y europeos han caído en respuesta a los mercados asiáticos. En esas oportunidades, el ímpetu hacia la baja venía de Japón, Hong Kong o el sudeste asiático. Esta vez y de forma inusual, la corrida viene de Shangai. El perfil de crecimiento económico chino significa que un comportamiento similar puede esperarse de nuevo en el futuro.

Es fácil echarle la culpa a China, pero hace tiempo que el movimiento de capitales se ha convertido en el auténtico intercambio entre naciones. Los movimientos de dinero –dinero electrónico, ya que no hay circulación de papel moneda- son catorce veces superiores al intercambio de bienes reales (minerales, productos agrícolas, bienes industriales, etc.) y poca regulación existe al respecto. El pánico se inició en Shangai, pero mañana puede comenzar en cualquier mercado del mundo.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/articulo/119747?language=en
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