¿Por qué se estudia tanto a los pobres?
29/11/2005
- Opinión
Nunca los ricos han estudiado tanto a los pobres como ahora. Gran
parte del dinero que los países ricos nos prestan es para realizar
estudios cada vez más caros para estudiar a los pobres.
Ahora sabemos donde están los pobres, cuántos son, cuáles son sus
características, cuánto pesan, cuál es su talla, qué comen y qué no
comen, cuántas son mujeres y cuántos son hombres, cuántos son niños y
cuántas son niñas, cuáles son sus principales enfermedades y
cuáles son causas de muerte, cuál es el pensamiento de los pobres,
qué necesitan los pobres, cuántos pobres tiene cada país, cómo
afectan los fenómenos naturales a los pobres, cuántas vitaminas les
faltan a los pobres, etc. Se hacen concursos de fotografía y los gana
quien mejor capta el drama de la pobreza: un niño hambriento, unos
buitres comiéndose a una niña que todavía no había muerto, un río
contaminado matando a los campesinos del lugar, etc... El país más
pobre, más desnutrido, más analfabeta, más enfermo, obtiene estímulos
y hasta premios por parte de organismos de beneficencia.
Se estudia todo, menos el origen de la pobreza. Y cuando se habla del
origen de la pobreza se señalan de nuevo las características de la
pobreza. Se dice que los pobres son pobres porque son analfabetas,
porque están desnutridos, porque no tienen ingresos. Aunque en
realidad todo eso no es más que la consecuencia de ser pobre.
Las instituciones financieras internacionales proponen políticas para
los pobres. Ayuda en alimentos, comprada a las corporaciones que no
saben qué hacer con sus excedentes alimentarios. Los gobiernos montan
programas para entregar un vaso de leche y una galleta para los más
pobres.
Pero resulta que los pobres producen gran parte de la riqueza
generada por el mundo entero. En Nicaragua, los productores de maíz y
frijol son pobres. Los criadores de ganado vacuno y gallinas son
pobres, los productores de huevos son pobres. Los transportistas son
pobres. Las cooperativas de crédito y los pequeños comerciantes son
pobres. Las mujeres que cuidan a los niños y gracias a las cuales los
niños sobreviven son pobres. Los productores de hortalizas son
pobres. Los trabajadores de las zonas francas que enriquecen a las
grandes corporaciones son pobres. Producen la riqueza, pero los
grandes empresarios les drenan a través del mercado todos sus
excedentes.
Por qué entonces los estudiamos como pobres y no como productores. Si
los estudiáramos como productores, las recomendaciones serían otras,
las políticas propuestas para detener el empobrecimiento serían
otras. Si estudiáramos por qué siguen siendo pobres, a pesar de que
generan gran parte de la riqueza, otro gallo les cantaría. Serían
considerados como sujetos de crecimiento y de desarrollo.
¿Qué pasaría si a los empresarios de los países empobrecidos los
estudiáramos a partir de sus calamidades? Si habláramos de la
cantidad de millones de empresas que quiebran todos los días. Si
habláramos de los préstamos, las hipotecas, los embargos, las
subastas, los rescates bancarios que el estado ofrece a los
empresarios, las dobles contabilidades, los fraudes, el tráfico de
influencia, la coima y la corrupción de la empresa privada nacional y
de las grandes corporaciones internacionales, la contaminación del
medio ambiente por los desechos de las empresas irresponsables, la
sobreexplotación de los recursos humanos y naturales, la evasión de
impuestos, etc. El resultado sería que nadie apostaría a la empresa
privada como sujeto de desarrollo, no habría subsidio, no habría
incentivos fiscales, ni préstamos con bajos intereses.
Deberíamos, pues, cambiar las cosas. Estudiar a los pequeños
productores como el gran potencial que tienen nuestros países, buscar
cómo detener su empobrecimiento. Invertir en el mundo de los pequeños
productores, en tecnología, educación, caminos, centros de salud,
electricidad, etc, tal como se hace con los ricos empresarios.
Estudiar quien produce más y más barato, quien contamina más el medio
ambiente, quien está más cerca de las necesidades humanas y quien más
cerca de los desastres humanos, quien paga más impuestos y quien
cuida más a los niños de todo el planeta. Incorporar a las cuentas
nacionales lo que producen esos pequeños productores que nosotros
conocemos como pobres y para quienes el Banco Mundial recomienda el
vaso de leche y la galleta.
Si hiciéramos eso, las cosas comenzarían a ser diferentes.
Lamentablemente, catalogarlos y tratarlos como pobres se ha
convertido un negocio más para las empresas transnacionales que
venden sus excedentes a sus gobiernos para enviarlos al tercer mundo
como ayuda a los pobres. Igual negocio significa para las consultoras
internacionales seguir realizando indefinidamente estudios sobre la
pobreza.
¿Estrategia para los pobres o estrategia para los productores?
El sistema capitalista, basado en la ética de la codicia, las
relaciones de competencia y el objetivo de maximizar la tasa de
ganancia, ha mostrado que a nivel de empresa, nación o sistema
mundial, no puede crecer sin un crecimiento paralelo y simultáneo de
la pobreza.
Es tan grande la brecha entre las ganancias de las corporaciones
mundiales y la población trabajadora en su conjunto, que los agentes
ideológicos del imperio han tenido que aceptar la existencia de una
pobreza creciente y se han dispuesto a desencadenar una cruzada
contra la pobreza. A partir de entonces, los pobres son el sujeto más
estudiado y más alabado que existe en la tierra. Su estrategia reza
así: si la iglesia logró darnos la salvación individual por el amor a
los pobres, nosotros lograremos salvar al sistema pensando en los
pobres, concediendo una limosna a los pobres o incluyéndolos en
nuestras estrategias económicas.
Para la estrategia económica neoliberal, los pobres aparecen ahora
como el sujeto por excelencia del desarrollo y deben ser por tanto el
centro de nuestras atenciones: en nuestras oraciones, en nuestras
recetas económicas, en nuestras cuentas nacionales, en nuestros
programas de crecimiento y reducción de la pobreza, etc. Y lo han
hecho tan bien que todo mundo se lo ha creído, incluyendo los bancos,
las microfinancieras, los consultores, los ONGs, los ministros, los
políticos, y hasta la izquierda.
La verdad es que los pobres, en tanto que pobres, no pueden ser
sujetos de desarrollo. Nunca lo han sido y nunca lo serán. Mucho
menos pensar en que los pobres sean el sujeto dirigente de una nueva
sociedad o de una sociedad alternativa. Como tampoco lo fueron los
esclavos del imperio romano o los siervos de la Edad Media. Los
oprimidos de cualquier sistema, pobres por lo general, pueden
dedicarse a rechazar y cuestionar el mundo que los mantiene en la
pobreza y en la opresión, pero de ahí a que sean el sujeto dirigente
del próximo mundo, no es más que ingenua escatología. Cualquier
susodicha estrategia económica que crea enfrentar el principal
problema del sistema relevando sus síntomas, no estará más que
legitimando sus causas.
Ese mismo error o ese mismo artificio utilizan a veces el discurso de
izquierda, pensando en los trabajadores por el hecho de ser pobres,
sugiriendo que los trabajadores, por ser el sector más pobre del
sistema, sería el sujeto dirigente de la nueva sociedad. No hay que
confundir las cosas. Podemos y debemos estar con los oprimidos y con
sus reivindicaciones, pero eso no quiere decir que los mismos se
mantendrán igual que antes, o que no tendrán que transformarse en
verdaderos sujetos diferentes y alternativos, cosa que se hace en la
lucha y en las escuelas políticas de concientización, pero sobre todo
a través de nuevas relaciones de producción. Cuando Marx pensó en el
socialismo, pensó en "trabajadores gestionando sus empresas", pensó
en "sujetos autogestionarios" o "en productores libremente
asociados". A su vez, Lenin, pensó en "soviets" o concejos de
trabajadores. En el socialismo no habrá obreros subordinados a un
capitalista individual o público, generando plusvalía para otros,
sino trabajadores-productores gestionando las unidades de producción
en forma generalizada.
Otro punto que hay que tomar en cuenta es que las nuevas relaciones
de producción o la nueva sociedad o los nuevos sujetos económicos,
nacen, según los estudiosos de la transición, en el seno de la vieja
sociedad, tal como también lo pensaba Marx para el socialismo. En el
caso de los obreros, participando en la gestión de las empresas o
autogestionando sus propias empresas; en el caso de los pequeños
productores, asociándose y autogestionando los diferentes eslabones
de la cadena de valor.
En el caso de Nicaragua, la clase obrera se ha reducido
estrepitosamente, igual que las cooperativas de producción nacidas
con la revolución sandinista, pero hay un claro repunte de
cooperativas de servicio que gestionan colectivamente el crédito, la
comercialización y el procesamiento agroindustrial
El fenómeno más significativo en los últimos años es el peso
mayoritario que los pequeños y medianos productores han adquirido
sobre la economía nacional. Son mayoría como pobladores y como
productores, generan la mayor parte de la producción agropecuario, el
valor agregado agropecuario, el empleo agropecuario, la alimentación
nacional y las divisas, tal como se observa en el siguiente cuadro.
Contribución económica de los pequeños y medianos productores (%)
Conceptos Pequeños y Medianos Grandes
Total
_______________________________________________________________
Productores Agropecuarios 96 4
100
Tierra en fincas 70
30 100
PEA Agropecuaria 2004 89
11 100
PIB Agropecuario 60
40 100
Alimentos 60
40 100
Exportaciones Agropecuarias 55 45
100
Granos Básicos (VBP) 78
22 100
Ganadería vacuna (VBP) 65
35 100
Unidades Avícolas 83 17 100
Unidades Porcinas 89
11 100
Fuente: CIPRES; en base a datos del CENAGRO, MAGFOR y Banco Central.
Investigación de próxima aparición.
Cuando hablamos de estos pequeños y medianos productores, nos estamos
refiriendo a productores que acusan las siguientes características:
a) su principal ingreso depende del trabajo familiar (los pequeños) y
del capital material vegetativo (los medianos), b) están motivados
por la satisfacción de las necesidades, c)sobreviven en medio de un
proceso de reproducción simple, d) se encuentran en una situación de
empobrecimiento, ya que se encuentran en los eslabones más bajos de
la cadena de valor, y sólo pueden crecer económicamente si se asocian
y acceden colectivamente a eslabones superiores. El proceso de
organización, implica la posibilidad de constituirse en sujetos
políticos con capacidad para gestionar políticas públicas y moldear
el estado a favor de sus intereses, tal como lo hizo la burguesía
desde sus primeros tiempos.
La tesis ofrecida a discusión, particularmente a los pequeños y
medianos productores, es que estos productores o trabajadores por
cuenta propia, tienen la base económica y el potencial para
convertirse en sujetos económicos de desarrollo, pero no a través de
políticas asistencialistas. Los que entre ellos trabajan como
asalariados en otras fincas, pondrán el acento en su participación en
la gestión de las empresas quienes se dedican principalmente al
trabajo de su finca, deberán organizarse, asociarse, invertir
conjuntamente en el crédito, el procesamiento y la comercialización,
en fin, luchar por la recuperación de sus excedentes que a través del
mercado se les drena permanentemente.
Si esto es así, deberíamos pensar en una verdadera estrategia de
desarrollo, independientemente de que por razones humanitarias y
urgentes nos ocupemos de paliar el hambre y la pobreza de estos
productores y de todos los pobres en general. Si de una estrategia de
desarrollo económico se trata, la misma deberá tomarlos en cuenta
como productores-trabajadores y no como pobres.
https://www.alainet.org/es/articulo/115603
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