Agronegocio y agricultura familiar

28/11/2005
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Participé, la semana pasada, en el Seminario Internacional sobre Agroecología, en Porto Alegre. Dije que Brasil es la mayor reserva de tierras agrocultivables del mundo. Se saturaron las áreas de Estados Unidos y de Europa. Pueden producir más gracias a sofisticados recursos tecnocientíficos, pero no tienen donde expandirse geográficamente. De ahí el empeño de las naciones ricas de controlar las áreas de los países pobres, incluyendo las semillas genéticamente modificadas (transgénicos). Los alimentos son el arma del futuro. China dispone del 10% del área agrícola del planeta. Carga, sin embargo, el peso de alimentar un 20% de la población mundial y de invertir fuertemente en la preparación del suelo. De los 851 millones de hectáreas (has) en que se divide el territorio brasileño, en 569 millones (un 70% del área) no hay actividad agropecuaria (áreas de la Amazonia y del Pantanal, reservas forestales e indígenas, ciudades, carreteras, presas y ríos). Se incluyen, sin embargo, en esa área, 106 millones de has. de tierras fértiles, casi todas en el cerrado (1), aún por ser explotadas. Eso equivale a la suma de los territorios de Francia y de España. Del 30% restante (282 millones de has.), 220 millones de has. son pastizales (para 170 millones de bueyes y vacas) y para crianza de animales; 40 millones (un 5% del territorio nacional) producen 120 millones de toneladas de granos y la mayor parte de los productos agrícolas; 20 millones producen caña (incentivados por el biocombustible), naranjas, café y otros cultivos permanentes. ¿Cuál es el potencial de la reserva de 106 millones de has. disponibles? Toda la producción de granos de Estados Unidos, ¬ el mayor productor mundial de alimentos, ¬ cabe en 140 millones de has. La diferencia es que allá, ellos alimentan 290 millones de bocas y aquí, somos 180 millones. Por lo tanto, bien explotada esta área, sobre todo a través de una efectiva reforma agraria, produciría para el consumo interno y aún sobraría para exportar. Hay en Brasil 3.895.968 predios rurales con menos de 200 has. Los de mediana propiedad (de 200 a menos de 2.000 has) suman 310.158. Los de extensión mayor a 2.000 has, 32.264, ocupan 132 millones de has., lo que comprueba la permanencia de una de las causas del atraso brasileño: el latifundio. Brasil posee el mayor rebaño comercial bovino; ocupa el primer lugar en la exportación de carne y en la producción de café y naranjas; el segundo lugar en la producción mundial de soja; y el tercero en la de maíz. A pesar de eso, convivimos con la desnutrición de 53,9 millones de personas. Buena parte de nuestra producción agropecuaria es exportada, lo que sobra para el mercado interno. Y eso no es solución, pues sólo 4 empresas brasileñas controlan un 40% de la venta externa de soja, jugo de naranja, pollo y carne. Estamos entre las cinco más injustas distribuciones de renta del planeta. Aquí, el 10% de los más ricos posee un 46,9% de la renta nacional, mientras un 10% de los más pobres sobreviven dividiéndose entre sí un 0,7%. La tajada de los ricos es 67 mayor que la de los pobres. Nuestras exportaciones podrían crecer si los productos de los países ricos no fueran protegidos por subsidios agrícolas. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón gastan, por día, mil millones de dólares en esa forma injusta de proteccionismo. ¿Y saben cuánto destinan por año los tres países juntos a la cooperación agrícola con países pobres? Mil millones de dólares, ¡el valor de un día de subsidio! Como si eso no bastara, los ricos adoptan el sistema de ayuda condicionada. El dinero viene de fuera, es celebrado aquí como inversión en el país pero, de hecho, se trata de capital que nos obliga a comprar productos de quienes nos prestan. Y por lo general, ellos son un 40% más caros que el precio medio del mercado. El perjuicio a los países pobres es de 5 mil a 7 mil millones al año. Según la ONU, de cada dólar donado por Italia a Etiopía, 14 centavos retornan a las empresas italianas a través de la venta de productos y servicios. Un estudio de la Fundação Instituto de Pesquisas Econômicas - Fipe/Usp, divulgado en octubre, comprueba que en Brasil, la agricultura familiar tiene más importancia económica que el agronegocio. Según el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), de las 4,9 millones de propiedades rurales existentes en el país, 4,1 millones dependen de la mano de obra familiar, responsable por un 38% de la producción agropecuaria del país. El campo emplea 17,9 millones de personas. Las propiedades de hasta 50 has. absorben un 86% de los trabajadores rurales. De cada 10 trabajadores rurales, 8 están en la producción familiar. La mediana propiedad absorbe un 10,2% y el latifundio, un 2,5%. De los alimentos que llegan a la mesa de los brasileños, más del 60% provienen de la agricultura familiar. Ella produce casi un 70% del fréjol, un 84% de la yuca, un 58% de los cerdos, un 54% del ganado lechero, un 49% del maíz, y un 40% de las aves y huevos. En la producción de carne vacuna, la pequeña propiedad rural contribuye con un 62,3%; la mediana, con un 26,4%; la gran propiedad, con un 11,2%. La producción lechera depende de la ganadería familiar en un 71,5%. El latifundio produce sólo un 1,9%. Las medianas responden por un 26,6%. El grueso de la producción agropecuaria del país depende de las pequeñas y medianas propiedades. Sin embargo, el mayor volumen de crédito aún es absorbido por las grandes propiedades. Los productos de exportación están exentos de Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS) en la producción, comercialización e importación de insumos agrícolas. He ahí la prueba de cómo el Estado brasileño y, a remolque, el gobierno, aún son rehenes del gran capital. - Frei Betto es escritor, autor, en asociación con Luiz Fernando Veríssimo y otros, de “El Desafío Ético” (Garamond), entre otros libros. (Traducción: ALAI) (1) NDLR: Ubicado en el corazón de Brasil, el cerrado es uno de los ecosistemas más antiguos del continente americano y ocupa una extensión de 2 millones de kilómetros cuadrados, igual al área de Europa occidental.
https://www.alainet.org/es/articulo/113635
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