En ocasión del Día Mundial del Hábitat 2004: Pronunciamiento
03/10/2004
- Opinión
En el transcurso de los últimos 30 años vimos cómo se pasaba del
olvido total de la ciudad como tema de los discursos, las
preocupaciones e inversiones de los organismos internacionales,
a considerarla, a partir de la caída del muro de Berlín, como
gran y único motor del desarrollo. Tanto así que la II
Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos
(Hábitat II) fue rebautizada como la Cumbre de las Ciudades,
marginándose así, en los hechos, la problemática del hábitat
rural en el que aún hoy vive, en creciente abandono, alrededor
de la mitad de la población mundial.
Con la celebración de este 4 de octubre del 2004 se quiere ir
aún más lejos en la actuación pendular de los organismos
internacionales para considerar a las ciudades como "motores del
desarrollo rural"; cuando, en los hechos, la ciudad ha
significado para la población del campo la gran máquina
succionadora de sus escasos excedentes económicos y el asiento
de los grandes intereses económicos y políticos vinculados a
ellos, que están atrás del empobrecimiento extremo de los
habitantes del campo, de la expoliación y expropiación de sus
recursos naturales, de la privatización de sus saberes
milenarios y, en consecuencia, de su migración masiva hacia las
ciudades y los países industrializados.
¿Se pretende realmente revertir ese proceso a favor de los
habitantes del campo y del mejoramiento de sus precarias
condiciones habitacionales? Habría que decir cómo. En caso
contrario ¿se busca profundizar la penetración de los intereses
de las grandes corporaciones en los cada vez más reducidos y
amenazados espacios de autonomía que aún no controlan? O,
simplemente, ¿se busca hacer conciencia sobre la grave
problemática del campo, sobre la ausencia casi total de derechos
humanos que ahí prevalece, sobre la responsabilidad histórica
que todos tenemos respecto a las condiciones en las que viven
los indígenas, los campesinos y los pequeños agricultores de
Asia, África y América Latina?
En la convocatoria oficial de Naciones Unidas y en los mensajes
del Secretario General y de la Directora Ejecutiva del Programa
Hábitat se destaca la intención de ver campo y ciudad como
partes de un todo. Se describe la diversidad de interacciones
que se dan y que pueden incrementarse y favorecerse mediante
mayores inversiones en infraestructura y comunicaciones, ya que
la debilidad de vínculos se señala como causa principal de la
pobreza y el atraso rural y de impedimento a un intercambio más
favorable para los habitantes del campo.
Estando plenamente de acuerdo con la integralidad de la relación
campo-ciudad y la importancia de la interacción humana HIC no
puede aceptar, sin embargo, que la solución a un problema
estructural de alcances globales se pueda abordar sin un
análisis profundo de sus causas y mediante recomendaciones
basadas en buenas intenciones y sin sustento en lo que realmente
sucede en los países pobres. El campo, en los países
industrializados, está subsidiado y cuenta con apoyos de toda
índole que sistemáticamente le son negados a los habitantes del
campo de los países mal pagados.
La llegada de los caminos, los productos y la interacción con el
mundo desarrollado no ha significado para la mayor parte de
nuestros pueblos más que mayor explotación, despojo de sus
tierras y de sus medios de subsistencia, destrucción de sus
culturas y de sus instituciones tradicionales: negación de sus
derechos humanos más elementales.
Tampoco podemos aceptar que en los tiempos que corren los
organismos internacionales y multilaterales creados para velar
por la equidad y la justicia entre los pueblos favorezcan, como
único camino al desarrollo, la relación directa que hoy se da
entre las grandes corporaciones y las ciudades, sin que medien
ya siquiera los gobiernos nacionales y sin que haya más
preocupación por el campo que su avasallamiento.
Nos preocupa profundamente que hoy se le dé tanto peso al
establecimiento de condiciones de competitividad entre las
ciudades para captar los favores de los inversionistas trans y
multinacionales en detrimento de las inversiones que son
necesarias para mejorar las condiciones de vida en el campo y en
los barrios marginales y precarios de nuestras ciudades.
Aún los programas de mejoramiento barrial y de seguridad, hoy en
boga en las grandes ciudades, parecen responder más al propósito
de dar confianza a los capitales que al de atacar las causas
profundas de la desigualdad creciente que dan origen a la
pobreza extrema, el abandono del campo y la precariedad urbana.
Es por estas razones que HIC no comparte la celebración del Día
del Hábitat en los términos planteados en la convocatoria de
Naciones Unidas y que hace un llamado a sus miembros, aliados y
colaboradores a proseguir con la campaña realizada el año
anterior bajo el lema "derecho a la tierra y a la vivienda
ahora".
Centraremos nuestra diversidad de expresiones en denunciar las
causas e intereses que están atrás de las políticas neoliberales
y de los impactos de la globalización económica sobre el hábitat
popular. También en la difusión más amplia posible de nuestras
propuestas y experiencias que apuntan en un sentido diferente al
del modelo concentrador y excluyente que se nos impone.
Los desalojos masivos en Asia; la carencia de servicios básicos
y de acceso de las mujeres a la tenencia de la tierra en África;
la promoción de instrumentos legales, financieros y de toda
índole que faciliten los procesos de producción y de gestión
social del hábitat en América Latina; la defensa frente a la
privatización creciente de las viviendas y equipamientos
sociales en Europa y Norte América; la denuncia de los impactos
negativos de la guerra y la violencia impuesta sobre las
condiciones en las que habitan millones de familias en el Medio
Oriente, seguirán siendo temas que convoquen y aglutinen, en
este día del hábitat, las diversas reflexiones, manifestaciones
y propuestas de las organizaciones y movimientos sociales, ONG y
otros actores que conforman nuestra coalición.
4 de octubre de 2004
* Enrique Ortiz Flores, Presidente de HIC.
https://www.alainet.org/es/articulo/110668
Del mismo autor
- Habitat 2006 26/09/2006
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