Un enfoque Norte-Sur sobre el Sistema Financiero Internacional

30/09/2004
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Durante los últimos dos meses, en varios foros e informes de organismos internacionales se ha discutido en profundidad las políticas que debieran hacer más estable al sistema financiero internacional, con dos hechos llamativos: una creciente heterodoxia, y un novedoso inicio de articulación gubernamental Norte- Sur. Durante los 90s, la estabilidad macroeconómica y la liberalización financiera y del mercado de capitales, crearon condiciones atractivas para los bancos extranjeros que buscaban economías de escala y crecimiento en todo el mundo para transformarse en bancos globales. La expectativa de los gobiernos fue que la entrada de la banca extranjera proporcionaría mayor liquidez a las economías, representando una garantía frente al riesgo sistémico. Un reciente estudio de la CEPAL ubica dos grandes etapas de reformas en la región ("Comportamiento paradójico de la banca extranjera en América Latina", Moguillansky, Studart y Vergara, abril 2004): Reformas financieras de "primera generación"(1985- 1995): intentaron aumentar la competitividad y mejorar la eficiencia del sector mediante la liberalización de sus operaciones y la reducción de la intervención del Estado(reducción del sector financiero público y de las reservas obligatorias, junto con la desregulación de las tasas de interés y los mecanismos de crédito dirigido). Estas reformas permitieron a los bancos operar en mercados que anteriormente habían sido zonas vedadas(servicios de factorización y arrendamientos financieros (leasing)y también facilitaron las operaciones en bolsa(el corretaje, los seguros y la gestión de fondos de pensiones). Reformas de "segunda generación" (desde mediados de los 90s, post crisis del "tequila") que requirieron a los bancos: a) un nivel de capital suficiente en proporción con el riesgo que se atribuía a sus activos bancarios; b) una evaluación y valoración de sus carteras de préstamos más cuidadosamente en concordancia con la estructura de dichos riesgos; y c) una información más transparente a los organismos de supervisión, a fin de dar mayor solidez a los sistemas bancarios nacionales. Esto se combinó con la adopción de medidas explícitas para atraer a los bancos internacionales, lo que llevó a la privatización y a procesos de adquisición.1 Con dichas políticas se intentaba enfrentar problemas estructurales del sector bancario regional: bancos concentrados en operaciones bancarias comerciales tradicionales, y mercados de valores poco desarrollados o inexistentes; bajo volumen de crédito en relación con el PIB; financiamiento de largo plazo de planes nacionales de desarrollo concentrado en instituciones gubernamentales, asociado con una concentración de las operaciones bancarias del sector privado en los créditos de corto plazo; sistemas bancarios poco profundos y con cobertura reducida, donde la mayoría de las empresas y familias no podían acceder al crédito o lo hacían en cantidades muy reducidas, con altas tasas de interés y plazos cortos de los préstamos (con amplios márgenes para los bancos). A casi diez años de la primera crisis bancaria en la región la situación no es muy distinta a la de inicios de los noventa ya que paradójicamente, la liberalización financiera y la mayor presencia de la banca extranjera en las economías de la región no cumplieron con las expectativas gubernamentales. Ahora bien, aún y cuando las instituciones han superado "formalmente" el impacto de la crisis ya que operan en los mercados, tienen utilidades y están bien capitalizadas, también es cierto que incumplen con su función más importante que es la de canalizar recursos suficientes en cantidad y a bajas tasas de interés a la inversión productiva de las empresas y al consumo familiar. Hasta 2001, cuando estalló la crisis argentina, los bancos extranjeros crecieron sostenidamente, ganando una cuota importante de los sistemas bancarios nacionales, que iban desde el 34% en Colombia al 90% en México. En la década de 1980, Chile había sido el país con mayor participación de la banca extranjera, pero esto suponía entonces menos del 20% del mercado 2. La rentabilidad de las operaciones de los bancos extranjeros en la región fue creciendo (mayor rendimiento de los activos y del beneficio sobre el capital), así como su participación en el mercado de capitales, sobre todo en la gestión de los fondos de pensiones, uno de los negocios más atractivos para las instituciones financieras. 3 En el citado estudio de la CEPAL se afirma que, a pesar de la naturaleza oligopólica del sector, la competencia actual entre los grandes bancos nacionales y los extranjeros es muy fuerte. No obstante, con pocas excepciones –Chile es una de ellas– la reducción de costos generada por el progreso tecnológico no ha supuesto servicios financieros más baratos para las empresas o los particulares, ni tampoco ha mejorado el acceso de las empresas al crédito 4 . Los bancos extranjeros son más cautos que los nacionales en el otorgamiento de créditos y su respuesta a las crisis es claramente pro cíclica, todo lo cual intensifica los efectos de la restricción monetaria. Por último, la crisis argentina demostró que, no se puede considerar a las sociedades matrices de los bancos internacionales como prestamistas de última instancia; su comportamiento en momentos de crisis ha dependido de la naturaleza de los problemas que los bancos estuvieran enfrentando en el país huésped y del tipo de establecimiento de que se tratara. Lo que fue un hecho es que los Estados tuvieron que enfrentar las operaciones de salvamento para evitar una crisis mayor: en principio, estas se limitaron a las carteras no recuperables, pero a esto le sucedieron las recapitalizaciones bancarias, después las liquidaciones, o las fusiones y adquisiciones por bancos extranjeros. Posteriormente, a fin de evitar crisis futuras, se introdujeron normas de regulación y supervisión bancarias; se exigió más información y transparencia y, en algunos casos, se recurrió a las garantías de depósitos, el caso extremo fue el de México donde con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) la población mexicana asumió una deuda privada 5 . En este escenario, es necesario evaluar las diferentes perspectivas de enfoques y políticas que apuntan a un reordenamiento del Sistema Financiero Mundial a la luz de la experiencia de crisis financieras vividas en los noventa. Por un lado, el FMI insiste en su versión ortodoxa, al solicitar a los gobiernos de América Latina y Caribe, en su reciente informe sobre la "Estabilidad Financiera Mundial", que sigan aplicando reformas y políticas económicas que "aumenten la resistencia "de los sistemas financieros a las turbulencias internas y externas. Según el FMI, "la sabiduría convencional sugiere que el capital debería fluir de mercados maduros abundantes en capital a mercados emergentes con poco capital". Sin embargo- señala el organismo- esto no se produce por las crisis financieras que llevan a los inversores a abandonar los activos en los mercados emergentes. Entre 1994 y 2003, añade el informe, ocurrieron 23 crisis bancarias en países en desarrollo que se prolongaron por un promedio de tres años, con un costo fiscal para resolverlas de 20% del PIB en promedio. Por otro lado, en otros ámbitos se plantean enfoques heterodoxos, que ya formaban parte de las propuestas alternativas desde sectores de la sociedad civil. En su informe sobre ''Las perspectivas de una recuperación sostenida son más sombrías e inciertas que a principios de la década de 1990'', la UNCTAD destaca que la recuperación de la economía mundial observada en el último año conlleva riesgos por su desigual desarrollo y la ausencia de un mecanismo multilateral de regulación de los tipos de cambio y los flujos financieros que acompañen la marcha del comercio internacional. Sin citarlo explícitamente, el informe se expresa en forma crítica con respecto a las políticas adoptadas en la última década por el FMI: "hay falta de coherencia en los consejos que animan a los países en desarrollo a realizar una rápida liberalización financiera, y al mismo tiempo apoyarse cada vez más en inversiones que mejoren la productividad con el fin de aumentar su competitividad'', dado que la ''volatilidad'' en los mercados financieros internacionales ''puede reducir la competitividad internacional'' y los incentivos para invertir. ''Los mecanismos del sistema comercial multilateral no abordan los problemas que para la marcha del comercio exterior puede tener el funcionamiento del sistema financiero y monetario. Además, el sistema de gestión de la economía mundial no tiene mecanismos de solución de controversias o vías de recurso que permitan hacer frente a los choques venidos de ese sistema''. Sólo países en desarrollo grandes y competitivos podrían resistir con éxito las presiones de los mercados financieros internacionales por empujar los tipos de cambio en sentido distinto al que desean. A la vez podrían producirse, advierte la UNCTAD, devaluaciones competitivas encadena de los países, para posicionarse mejor como exportadores. En un seminario del Institute for International Economics, John Williamson (conocido como el divulgador del "Consenso de Washington") recomendó "aplicar controles selectivos sobre movimientos de ingreso de capitales a las economías para evitar sobre valuaciones y pérdida de competitividad". No obstante, recalcó que los controles serían solo en la entrada y no en la salida, como los aplicados por Chile. En el mismo foro, Guillermo Calvo (economista jefe del BID) alertó sobre la necesidad de desarrollar instituciones y mecanismos que"...permitan una transferencia ordenada de capital del Norte al Sur. Una respuesta sería un banco central para mercados emergentes, para aliviar el ajuste proveyendo liquidez, pero no hay voluntad política para eso". En el marco de las reuniones del Mecanismo de Cooperación e Integración Económica de los Países de Asia Pacífico (APEC) celebradas en Santiago de Chile, el presidente Lagos destacó la urgencia de contar con instrumentos para enfrentar los shocks externos derivados del capital golondrina y eventuales crisis internacionales. En este mismo sentido, los Ministros de Finanzas de las economías de APEC hicieron un llamado a la construcción de sistemas financieros fuertes y a la instrumentación de políticas de liberalización ordenadas en un mundo de flujos de capitales libres y volátiles, donde se requiere de un mayor esfuerzo de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) proveyendo la suficiente liquidez a las economías emergentes en períodos de shocks externos.6 El episodio de mayor relevancia en esta misma dirección, es el encuentro Norte-Sur (entre Brasil, Chile, España y Francia) que acaba de producirse durante la Asamblea General de la ONU. Dichos países impulsan una iniciativa mundial contra el hambre, a través de un informe con propuestas para recaudar los 50 mil millones de dólares anuales necesarios para cumplir con las metas de desarrollo social(al 2010) de la Organización. Dichas propuestas, consideran crear gravámenes al comercio de armas, el transporte marítimo y aéreo, los beneficios de las empresas multinacionales, y a las transacciones financieras 7. Esto último fue fundamentado por el gobierno brasileño en el hecho de que los mercados financieros mueven alrededor de 1.2 billones de dólares al día, por lo que si se destinara ''un porcentaje, aunque sea mínimo'' de esa suma a proyectos de desarrollo, ''se podrían obtener de 17 mil a 30 mil millones de dólares por año, sin causar disturbios en los mercados''. En este escenario, el sindicalismo global ha tomado rápida posición, ante la novedad de la iniciativa en la ONU 8 . Para John Evans, Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva de la OCDE, resulta fundamental "contar con fuentes innovadoras de financiamiento a fin de aumentar los recursos destinados al desarrollo". "Es necesario que la comunidad internacional brinde pleno respaldo a propuestas como la del Servicio Financiero Internacional de Gordon Brown, como parte de un nuevo esfuerzo conjunto. Lo mismo sucede con las innovadoras propuestas planteadas en el informe presentado al Presidente Jacques Chirac para que se tomen nuevas iniciativas internacionales destinadas a dar nuevo impulso a la financiación del desarrollo y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio." Para Guy Ryder, Secretario General de la CIOSL: "Todas las organizaciones del sistema multilateral deben ocuparse de las políticas económicas y laborales internacionales de manera más integrada y sistemática, como fundamento del desarrollo económico y la justicia social," "La importancia del informe de la Comisión Mundial radica en que nos brinda a todos una verdadera ocasión de comenzar de nuevo en lo concerniente a mundialización, con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio". En su preparación del documento de base para el XVI Congreso, ORIT registrará estas propuestas y enfoques, en su tratamiento de las "nuevas capacidades del Estado-Nación". 1 El ritmo y la profundidad de las reformas estuvieron directamente relacionados con la intensidad del efecto de la crisis del "tequila" y la voluntad de las autoridades nacionales de lograr que las instituciones y los mercados volvieran rápidamente a la normalidad. [ ...] durante la segunda mitad del decenio de 1990, en Argentina, Brasil y México se realizaron transformaciones de largo alcance. En la mayoría de los países golpeados por la crisis, la reforma se inició con la reestructuración del sector bancario nacional, acompañado de garantías del Estado y una inyección de liquidez en el sistema, todo lo cual facilitó las fusiones y adquisiciones bancarias. En suma, las reformas de las dos generaciones se complementaron mutuamente para crear un clima propicio a las estrategias de expansión de los bancos internacionales. (CEPAL, op. cit.) 2 Caso extremo, en todo sentido, es el de México que fue el último en liberalizar su sistema y actualmente registra una elevada participación de bancos extranjeros en el mismo: 90 por ciento en los bancos, 77 por ciento en las Siefores y 53 por ciento en las afianzadoras. Esto significa tener un sistema de créditos y de pagos en el cual el Estado prácticamente no puede incidir mediante las acciones de política económica. Suárez Dávila, ex subsecretario de Hacienda, advierte que "ninguna de las 15 economías más grandes del mundo tiene un sistema financiero altamente extranjerizado. Ahí perdimos un instrumento de desarrollo, pues todos los demás países, de distintas orientaciones políticas, tienen un sistema bancario en manos de sus nacionales o tienen sistemas mixtos". La reconfiguración del sistema bancario se presentó como la posibilidad de operar en un mercado con mayor oferta de créditos y menores tasas de interés, pero eso no ha ocurrido. Por el contrario, hoy las ganancias que estos grandes grupos financieros obtienen en México son incluso más importantes que en sus matrices(La Jornada, 13 de septiembre del 2003). El propio gobernador del Banco Central de México, Guillermo Ortiz, afirmó que, entre las 15 principales economías del mundo, México es el país que ha cedido en mayor medida el control de su sistema de pagos. Comparativamente, el porcentaje de activos controlados por bancos extranjeros es de 21% en Estados Unidos, en Canadá y Japón de 6%, de 10 en Corea, y de 16% en Australia. En Europa dicha relación es de: Alemania 5% , Reino Unido 52% , Francia e Italia 5%, España, 8%, Holanda 8%, Suiza 8%, Bélgica 23% , y Suecia 8% (La Jornada, abril 204). 3 Según la CEPAL, la crisis argentina marcó claramente un punto de inflexión en la estrategia de expansión de esos bancos, dependiendo del peso que tenía América Latina y en concreto Argentina, en las actividades totales de cada banco. En un extremo se encuentran los bancos españoles, cuyos intereses en la región representaban entre un 26% y un 29% del total de sus activos. En el otro extremo están los bancos que sólo se expandieron en la gestión de la tesorería o segmentos de las empresas bancarias. En una posición intermedia está Citigroup, cuya diversificación en todo el mundo impidió que se viera gravemente afectado por el deterioro de las condiciones regionales, a pesar de sus intereses nada desdeñables en la región (7% de los activos totales). En muchos casos, los bancos extranjeros subestimaron la competencia nacional (Brasil es un buen ejemplo de ello). 4 Los bancos que operan en México, la gran mayoría de capital extranjero, cobran aquí comisiones por sus servicios que llegan a multiplicar por 10 el precio para las transacciones similares que realizan en los países donde se asientan las casas matrices de las instituciones, de acuerdo con un reporte entregado por el gobernador del banco central de México, Guillermo Ortiz Martínez, el cual consideró ''preocupante'' la elevación de las comisiones bancarias a los usuarios del sistema financiero. En una comparecencia con los integrantes de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado, el funcionario planteó que antes de junio el organismo tendrá un diagnóstico completo sobre el mecanismo de comisiones, en un principio sobre las interbancarias -que son las que se cobran los bancos entre sí por operaciones como pago con tarjeta o uso de cajeros automáticos- para revisar las propuestas orientadas a reducirlas. Pero también, la institución hará valer las facultades que tiene por ley para intervenir en la fijación del precio de los servicios bancarios . La comisión anual promedio por uso de tarjeta de crédito es en México de 540 pesos. En Estados Unidos, la sede de Citigroup, propietario de Banamex, es de 204 pesos. En Canadá, país de origen de Scotiabank, propietario del antiguo banco Inverlat, de 220 pesos, y en el Reino Unido, sede del HSBC, actual dueño del ex Bital, de 55 pesos. Otros datos entregados por Guillermo Ortiz a los legisladores están relacionados con los precios y tarifas de los bancos extranjeros que operan en México y el cobro por un servicio similar en el país de origen. Es el caso de la tarjeta de crédito clásica. Los usuarios de Banamex deben pagar un costo anual total por el servicio de 84.70 por ciento del saldo. Este porcentaje está integrado por la tasa de interés, las comisiones anual o por sobregiro, costo de retiro en cajero, entre otros aspectos. Para un instrumento similar, Citibank -el banco de Citigroup, dueño de Banamex- cobra en Estados Unidos 8.99 por ciento al año. El mismo caso para España. Por una tarjeta de crédito clásica, los usuarios mexicanos de Bancomer llegan a pagar anualmente 80.06 por ciento por el servicio, desglosado en comisión anual, tasa de interés y gastos por uso de cajeros. En tanto, los usuarios de BBVA -propietaria de Bancomer- en España pagan anualmente 8.73 por ciento si se encuentran en el esquema de pago personalizado; o 24.60 por ciento en el de pago fijo. En México los usuarios de HSBC pagan por una tarjeta de crédito hasta 76.72 por ciento anual. En el Reino Unido el costo se reduce a 15.90 por ciento. También para una tarjeta de crédito clásica, los clientes de Scotiabank Inverlat deben cubrir hasta 76.73 por ciento; en Canadá esta institución cobra 17.90 por ciento de costo total anual. Para un usuario de cuentas de cheques las cosas no le van mejor que a los de tarjeta de crédito. La información entregada por el Banco de México al Senado establece: En Banamex, la cuenta Perfiles (que es la más elemental de las que ofrece) considera que el propietario emita un cheque sin costo, mientras el instrumento similar de Citibank concede la posibilidad de ocho instrumentos sin costo; Banamex realiza un cargo de seis pesos por cheque adicional, pero en Citibank de Estados Unidos no hay cargo (La Jornada, 1 de abril de 2004). 5 Al firmar dicho TLC, México emprendió la apertura del sector financiero a la competencia internacional (aunque en forma diferente para los distintos intermediarios), y eso supuso la participación del capital extranjero en las instituciones bancarias nacionales. Este proceso se desarrolló en dos etapas: hasta 1998 la propiedad extranjera del capital de un banco estuvo limitada al 50%; pero de ahí en adelante ese límite se suprimió y el sector quedó completamente liberalizado. Esta apertura tuvo lugar como parte de una reestructuración general del sector bancario, debilitado gravemente a raíz de la crisis del "tequila" y debido a una amplia cartera de créditos morosos. Para promover la capitalización del sector bancario, el Estado se hizo cargo de la cartera de créditos morosos por un valor de aproximadamente 120.000 millones de dólares. Esto fue gestionado por el FOBAPROA, que posteriormente se convirtió en el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPBAB). Este fondo fue reconocido como deuda pública con garantía del Estado, en el que éste pagaba un interés de aproximadamente 40% por año hasta fines de 2000 –primero a los bancos nacionales y después a los extranjeros. La venta de los bancos nacionales a instituciones bancarias extranjeras supuso grandes volúmenes de divisas. En 2000, el BBVA pagó 1.750 millones de dólares para adquirir Bancomer. Su competidor, el BSCH, compró Serfin en 2001 por 1.560 millones de dólares, y Citigroup pagó 12.500 millones de dólares por el Banco Nacional de México (BANAMEX). El último en entrar, HSBC, pagó 1.140 millones de dólares en agosto de 2002 por el grupo financiero Bital, el cuarto en importancia de los participantes en el sistema financiero mexicano. Como estas cantidades fueron directamente a manos de los antiguos accionistas de los bancos, el proceso no sirvió para reducir la deuda de las instituciones bancarias, la cual tuvo que ser asumida por el Estado para salvaguardar el sistema. Los bancos extranjeros también tuvieron acceso a fondos más baratos que los mencionados anteriormente, pero esto no conllevó una expansión del crédito o costos menores para las empresas mexicanas. El hecho de que los bancos nacionales hubieran sido adquiridos por instituciones extranjeras no alteró su situación de oligopolio o su aversión al riesgo y, en lo fundamental, ellos continuaron dependiendo de los altos rendimientos obtenidos de activos libres de riesgo, como los bonos del Estado. Esto significa que su relación de búsqueda de rentas con el Estado no ha variado. Las utilidades de los bancos crecieron rápidamente después de ser adquiridos por instituciones extranjeras. Aunque los rendimientos de los bonos del Estado disminuyeron considerablemente (por debajo del 10% en 2002), en vez de prestar a las empresas o las familias los bancos elevaron las comisiones que cobraban por sus servicios para mantener su rentabilidad. Esto explica en parte por qué el crédito en México se ha reducido hasta estancarse: el cambio en la propiedad del sector bancario privado no ha estimulado una mayor competencia, y los bancos han adaptado su estrategia a prácticas de asignación de carteras y evaluación del riesgo que desalientan el crédito. La recesión de estos últimos años, agravada por las dudas acerca de si efectivamente se haría cumplir la legislación sobre quiebras, ha dado argumentos sólidos para no variar su comportamiento. 6 El presidente Lagos en su discurso de inauguración de la Reunión mencionó que: " Es verdad que la mejor defensa en nuestra economía interna, en términos de la volatilidad, es tener una política fiscal correcta. No hay duda al respecto, pero una buena política fiscal, hasta donde sabemos, no es suficiente. En nuestro caso, durante los noventa introdujimos la regla de que los flujos de capital tenían que permanecer, al menos, un año en Chile. Esta es una regla difícil de entender para muchos de los que están alrededor de esta mesa y con algunos de los países que están hoy en esta mesa, tenemos algunos acuerdos de comercio que para nosotros son muy importantes. Tratamos de acomodar nuestra regla a este tipo de discusión. Pero, déjenme decirles que en el caso de algunas de las instituciones más importantes han reconocido que la regla no existe porque nosotros no creamos en el libre flujo de capitales de un país a otro, sino que se trata de cómo somos capaces de protegernos de los shocks externos, que algunas veces han introducido algún ruido en nuestras economías. Por lo tanto, me parece que hoy muchos concuerdan con que es esencial tener algún tipo de regla que compense la volatilidad en esta área en particular. Aunque hoy no tengamos restricción alguna, dada la situación en Chile y en el mundo, no quiere decir que no sea importante contar con algún tipo de instrumento como para poder abordar el llamado "capital golondrina". Algunas economías APEC de envergadura han tomado en consideración estas posibilidades, me parece que a nivel internacional es extremadamente importante la forma en que lo enfrentemos. Otra área que es igualmente importante, es si seremos capaces de tener algún tipo de financiamiento internacional para poder abordar eventuales crisis internacionales. ¿Es posible tener algún prestamista de último recurso, para cuando nuestras economías constituyan una amenaza para la región? Estas son preguntas de envergadura. No me consta que las abordemos en este encuentro, pero son interrogantes que están vigentes y latentes. Por lo tanto, me parece que es urgente la necesidad de desarrollar mecanismos cuando un país en particular va directo hacia el default. Me parece que hay algo ahí que no funciona bien cuando vamos de un país a otro, países importantes que están enfrentando problemas financieros que son extremadamente difíciles. Me parece que ha llegado el momento de repasar y revisar qué tipo de mejoramiento podemos introducir en nuestras instituciones financieras de gran envergadura. 7 Casi 60 jefes de Estado y de gobierno prometieron asistir a esa reunión, aunque con algunas ausencias notorias como la de Estados Unidos, que ya manifestó su desacuerdo con la idea de crear impuestos internacionales. La iniciativa fue lanzada por Lula a principios de año en Ginebra, junto a sus colegas Ricardo Lagos, de Chile; Jacques Chirac, de Francia, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, a quienes se unió luego el nuevo jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Las metas son: erradicar la pobreza extrema, garantizar un acceso universal a la escolaridad, reducir en dos tercios la mortalidad infantil y detener la propagación del SIDA. Entre los mecanismos propuestos destaca la tasación a las transacciones financieras. Una idea lanzada por Lula es la de gravar el comercio de armas, pero la propuesta generó resistencias tanto en gobiernos como en ongs con el argumento de que ''se trataría de moralizar lo inmoral'', aunque se reconoce la dificultad de aplicar ese gravamen a armas ligeras y evoca la posibilidad de empezar por las armas pesadas. Otra propuesta -de origen británico- es la de crear un mecanismo financiero internacional que permitiría anticipar los desembolsos de ayuda oficial al desarrollo prometidos por los países donantes. El informe del grupo promotor señala también la lucha contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales, ''fenómeno de gran magnitud, que perjudica la recaudación de los gobiernos. De manera frecuente, esa práctica envuelve centros financieros off shore, dado que los agentes buscan la protección de sistemas que combinan una tributación baja o nula con el secreto bancario''. El informe sugiere disminuir las retenciones bancarias a las remesas de inmigrantes, que en algunos casos llegan a 25 por ciento, y las contribuciones voluntarias por tarjetas de crédito. Un aspecto más es el de incentivar las inversiones que consideren aspectos sociales o ambientales, pero diversas ONG desconfían de esas iniciativas, por considerar que pueden convertirse en operaciones de mercadeo 8 Oficina de Prensa de CIOSL, 30 septiembre Oficina de prensa de ORITSUR. Estas informaciones son difundidas por la de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores y no necesariamente reflejan la opinión de la CIOSL-ORIT e-mail oritsur@uninet.com.py agonzalez@cioslorit.org http://www.cioslorit.org
https://www.alainet.org/es/articulo/110643
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