Hace cuatro años, en todo el mundo los lectores de periódicos matutinos se despertaron conmocionados con la noticia de que 58 chinos habían muerto asfixiados en el interior de un barco con destino a Gran Bretaña, a donde se dirigían clandestinamente. Este episodio refleja como ningún otro el dramatismo que rodea a la migración por trabajo, casi siempre envuelta en todo tipo de discriminación y precariedad laboral. Pero, en México, no es ninguna noticia que al menos un/a migrante al día esté muriendo en la frontera norte. Tampoco lo es el registro de 2 mil 200 muertes desde el inicio de la Operación Guardián, de los cuales 700 nunca fueron identificados y sus cuerpos yacen en fosas comunes estadounidenses. Cada año, 150 mil menores intentan emigrar al vecino país, 60 mil de los cuales no lo consiguen. De esta cifra, 50 mil viajaron solo/as o fueron encargados por sus padres a las redes de polleros que abundan en el país. Muchos "se perdieron en el camino". En los últimos dos años, se ha hecho frecuente la publicación de estadísticas sobre el tamaño que están alcanzando las remesas de inmigrantes a su países, otra manifestación aguda de cómo el "mercado laboral" en los países no desarrollados se ha expandido hacia fuera de sus fronteras. En el 2002, la OIT decidió incluir en el orden del dìa de la 92 reunión, que comenzará la próxima semana en Ginebra, una discusión general sobre los trabajadores migrantes, basada en un enfoque integrado en el que se aborden las siguientes cuestiones: la migración internacional de mano de obra en la era de la globalización, las políticas y estructuras para una migración por razones de empleo ordenada, y las mejoras en la protección de los trabajadores migrantes a través de la elaboración de normas. En alianza con OIT, a través de ACTRAV, el sindicalismo del Cono Sur acaba de realizar un encuentro subregional especializado en el tema (en Buenos Aires, 11 y 13 de mayo), bajo loa denominación de "Buenas Prácticas para la Libre Circulación de Trabajadores en el MERCOSUR", en el marco del proyecto OIT-AECI (España), con la asistencia de representantes de CGT y CTA de Argentina, CGT y CUT de Brasil, CAT y CUT de Chile, CGT, CNT y CUT de Paraguay, y PIT-CNT de Uruguay. La ORIT también estuvo presente como observadora. MERCOSUR es el área de regionalismo latinoamericano donde más avances ha habido últimamente en relación al tema migratorio, a partir de acuerdos migratorios firmados a fines del 2002, que ahora deben ser ratificados por los gobiernos, y otros acuerdos sobre la creación de la "Visa MERCOSUR· y un mecanismo para el ·"ejercicio profesional temporario" Las principales conclusiones alcanzadas, que dan un buen marco para similares consensos sindicales en otras subregiones, se refieren en especial a la posición sindical ante las políticas estatales, con el siguiente contenido: 1. Considerar que la libre circulación de las trabajadoras y los trabajadores constituye un principio esencial para profundizar y consolidar el proceso de integración regional, al proteger "cuatro libertades": de no emigrar, emigrar, inmigrar y retornar. 2. Conformar un ámbito institucional tripartito regional de gestión de migraciones, así como fortalecer el rol de los poderes públicos del Estado en las políticas de garantías de los derechos de los trabajadores migrantes, instando a que se creen áreas específicas sobre migraciones laborales dentro de los Ministerios de Trabajo, Interior y Educación. 3. Establecer igualdad de oportunidades y trato desde la perspectiva de género, como de la educación y formación profesional, asumiendo su rol los estados y garantizando acceso irrestricto. 4. Garantizar la existencia efectiva de negociaciones colectivas nacionales y regionales que incluyan cláusulas referidas a la libre circulación de trabajadores y sus condiciones de trabajo. 5. Incluir en los acuerdos extraregionales del MERCOSUR y de sus países miembros plenos y asociados, la situación de los trabajadores mercosureños y los que han emigrado a otros países, en especial EEUU, Canadá, Europa, Australia y Japón. También se propone encarar el tema migratorio de una forma estructural, mediante la disminución de las asimetrías territoriales, económicas y sociales, tendiendo a la construcción de corredores productivos basados en la complementariedad económica y los beneficios que otorgan los aglomerados territoriales considerando principalmente la situación de empleo en las zonas fronterizas. La reunión no escapó tampoco al tema del desarrollo organizativo "interno" al sindicalismo. Este tema está claramente presente en la estrategia y práctica de organizaciones como la AFL-CIO y la CNTD domicana, pero merece extenderse a todas las organizaciones de países de inmigración/emigración. Por ello, las conclusiones son muy útiles, al plantear que el sindicalismo: 1. tenga un papel especial en controlar e impulsar estos procesos, pudiendo recurrir a los mecanismos de denuncias ante la Comisión Socio Laboral del MERCOSUR. 2. desarrolle una campaña de esclarecimiento, difusión y sensibilización sobre la libertad de circulación de los trabajadores, dirigida a los trabajadores, actores sociales y la sociedad en general. 3. promueva la adecuación de sus estructuras para representar mejor a los trabajadores migrantes en situación regular e irregular, en especial creando ámbitos y programas orientados a la problemática migratoria, analizando la posibilidad de acuerdos intersindicales entre las centrales de los países de origen y destino estableciendo mecanismos de conexión con las organizaciones relacionadas con la protección de los derechos de los migrantes. Organizaciones sindicales como la propia ORIT y UNI Américas han comenzado este año en la región una difusión permanente de este tema, para tratar de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores migrantes. En particular, ORIT incorporará a su propuesta estratégica para el XVI Congreso una serie de contenidos inspirados en estas conclusiones, para su mejor aprovechamiento en todas las subregiones.