Postura de los cristian@s ante la actual situación en Centroamérica
13/07/2004
- Opinión
Es un tanto difícil hablar de este tema en un tiempo tan
reducido, intentaré hacer algo que espero tenga sabor y efecto
espiritual.
Creo necesario aclarar que la reflexión es elaborada desde mi
identidad cristiana, luterana salvadoreña, por ello es desde una
perspectiva que nosotros denominamos Teología de la Vida.
Es importante reflexionar en la postura cristiana en nuestra
región. Ahora lo estamos haciendo en el marco del V Foro
mesoamericano "Construyendo poder popular para la
autodeterminación" actividad que es antesala de las reuniones
que se realizaran en Ecuador.
Suena interesante el nombre que le colocaron pues eso de
construir poder popular es algo muy necesario, tiempo suficiente
se ha perdido en otros esfuerzos que en poco o en nada han
contribuido a la liberación de esta América Latina tan sufrida,
tan golpeada por las políticas neoliberales en estos últimos
años, esperamos en Dios que movimientos como este prefiguren los
nuevos sujetos sociales con los cuales podamos construir el
futuro de nuestros hijos e hijas.
En las actuales circunstancias nosotros por muchos que seamos,
numéricamente somos pocos, al compararnos con los cristianos que
se congregan en las ya famosas megas iglesias, que por su
número y no por su compromiso con el evangelio, se vuelven
importantes sobretodo para los partidos políticos de izquierda y
de derecha, principalmente en las campañas electorales,
lastimosamente la postura de esos cristianos no es la misma
nuestra, pero no olvidemos que tienen postura.
También hay otros cristianos que andan por el camino de
liberación, que no están aquí, ellos también tienen su postura,
con ellos encontramos más coincidencias con toda seguridad, pero
también seguramente hay diferencias, debemos trabajar para
encontrar una postura unificada, no solo porque la situación lo
amerite, sino por que nos lo demanda el evangelio.
Por otra parte América Central gracias a Dios cuenta con gran
cantidad de hombres y mujeres que son activistas políticos y muy
buenos, algunos de ellos son cristianos, su participación en la
lucha no parte de la fe sino de la coincidencia y la simpatía
con X o Y candidato político, o con Y o X movimiento social y
allí los vemos con ojos de alegría cuando andan en los
movimientos sociales defendiendo causas justas, su punto de
partida es otro, coincidimos en aspectos importantes, tienen su
propia reflexión, discurso y postura.
Nosotros somos pocos comparativamente en número, pero somos,
como dijo San Pablo los que seguimos necios y necias con la
"locura de la cruz", la teología de la prosperidad no nos ha
conquistado hasta el momento, gracias a Dios. Seguramente
tenemos nuestras propias deficiencias que hay que revisar
concienzuda y responsablemente, aunque este no es el momento
para hacerlo, es positivo recordar que no nos esta permitido
"dormimos en los laureles" como solemos decir los salvadoreños
cuando hablamos de confiarnos mucho en nuestros aspectos
positivos y nunca revisar los negativos para rectificarlos.
Al reflexionar sobre el tema vino a mi mente la postura de los
profetas del siglo octavo antes de Jesús. Actuaron y hablaron
algunos en el contexto del reino dividido, pero que aún con la
influencia de ese factor encontramos elementos comunes,
mencionare algunos: descomposición política, el culto a Dios
sufría profundas infiltraciones idolatritas, de allí surgió una
religión sincretista, la religiosidad era ritualista, situación
económica prospera que permitía que las clases altas viviesen la
locura del desenfreno que afectaba negativamente al pueblo
pobre, la corrupción entre las clases altas era escandalosa, no
había justicia.
Ante esta situación los profetas actuaron y hablaron con vigor,
algunos de ellos como Miqueas eran de condición humilde,
campesino, pero el Santo Espíritu los hacia moverse, y ese
aspecto fue y continua siendo para la iglesia de Cristo un
aspecto relevante, expresión y postura como influjo del
Espíritu de Dios el cual les proveyó de un lenguaje lacerante e
incisivo, en términos generales llamaron al pueblo a practicar
una religión del corazón, a buscar ante todo establecer la
justicia y misericordia para lo que se imponía resaltar,
recordar y confiar en la justicia que viene de Dios.
En el marco de las ideas antes mencionadas creo que para tomar
postura no podemos hacerlo sino tenemos claro nuestro punto de
partida y ese considero es el punto esencial: este es la fe en
el Dios de la vida, en ese del que nos habla Juan el evangelista
al decirnos En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres (1.4) refiriéndose a Jesús, y él, Jesús nos dice más
adelante en el mismo evangelio …yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia (10.10) Sabemos de
que lo que encontramos en los anales históricos de nuestros
antepasados, lo que hemos experimentado y lo que se nos ofrece
en los Tratados de Libre Comercio, en el PPP y todos estos
esfuerzos de globalizar una ideología y un modelo que no están
concebidos, no han sido pensados para mejorar la vida de las
mayorías empobrecidas, sino más bien opuestos a la vida, y
aunque sus privatizaciones y formulas socioeconómicas ya esta
dando fuertes indicios de inoperancia y de estar al servicio del
Dios de la muerte, gobiernos y grupos de poder económicos
continúan con sus planes de consolidarlos a como de lugar, muy a
pesar de los costos de vida humana o de otras especies que ello
pueda producir.
Voz profética. Esta es una poderosa herramienta que Dios le ha
dado a su iglesia para poder construir un mundo más justo,
sociedades que tengan al Dios de Jesús en su corazón. Como
cristian@s centroamericanos, naturalmente latinoamericanos, creo
personalmente que no simplemente debemos oponernos a las
argucias de los poderosos a nivel mundial y regional, argucias
para consolidar planes que traerán muerte, claro que nos
oponemos, el evangelio nos llama a ser opositores a todo aquello
que atente contra la vida, nos llama a alzar nuestra voz
profética. Pero considero que en las actuales circunstancias en
que vivimos nuestra voz profética debe siempre y sobretodo hoy,
recordar mínimamente dos aspectos, ambos tienen que ver con lo
ético que tanto se esta trabajando por los cientistas sociales y
también por la Teología de la Liberación en los últimos años.
En este orden de ideas, los lideres cristianos estamos llamad@s
en primer lugar a que nuestro actuar y hablar parta, surja de la
fe, y que esto provenga además de una ética sólida, que de
testimonio de que tenemos calidad moral para cuestionar,
desenmascarar el pecado y que estos dos aspectos fe y ética,
sean acompañados de un tercer elemento, una profunda razón
teológica, porque un discurso que se precie de profético sin
solidez teológica y ética de quien lo pronuncia se queda en
arenga política, no en un llamado de la Palabra, creo
humildemente que ese puede ser un camino por el cual podríamos
transitar a fin de vayamos construyendo una Postura Política
Evangélica con fe vigorosa y ética incuestionable.
Los dos aspectos que deseo mencionar:
(1) tenemos que revisarnos para poder así desarrollar una voz
profética que cuente con un sustento claro de iglesia y de fe no
ritualista sino de fe eficaz. En este sentido está muy bien y es
nuestro deber denunciar la realidad injusta en que vivimos la
cual seguramente empeorara con todos estos tratados, necesitamos
hacer un corte radical con todo lo que sea injusto, corrupto,
opresivo, comenzando por nuestras comunidades, congregaciones
para poder así contar con calidad ética, para que nuestra voz
profética tenga más fuerza tanto dentro como fuera de nuestras
iglesias.
(2). Sabemos que la voz profética tiene un segundo componente:
debemos constituirnos en anunciador@s de buenas noticias, de
compartir la buena nueva con otros y otras, eso estamos llamad@s
ha hacerlo todo el tiempo, pero sobretodo en los tiempos más
difíciles debemos practicar más la oración, los ejercicios
espirituales y solicitar la ayuda de nuestro Dios, porque solo
así podremos vencer a los demonios que están al servicio del
Dios de la muerte. Si hacemos únicamente la denuncia
probablemente seremos buenos activistas sociales y esta bien,
pero se supone que nosotros somos cristian@s, somos iglesia,
somos cuerpo de Cristo en la historia.
Pasando a otro aspecto. Por lo menos en El Salvador, no se si en
otros países del área, algunos cristianos se ha comenzado a
preguntar no únicamente ¿cuál es nuestra postura sino también
cual es nuestra propuesta ante la situación actual? Tenemos una
postura, entonces cuál es nuestra propuesta. Yo creo que
mínimamente hay que considerar dos aspectos para tratar de
balbucear una respuesta a esta interrogante:
Compromiso desde la fe. Quizás suene repetitivo, pero creo
necesario decirlo, estamos comprometid@s con la transformación
de esta realidad que lo que más produce es la muerte. En este
sentido sabemos que desde la fe no hay recetas sociales y
políticas concretas pero si encontramos claramente los valores
del evangelio: Amor, justicia, perdón, esperanza, libertad,
fraternidad, cruz y resurrección. Todo ello regado, abonado con
la sangre de nuestros mártires con la que debemos de continuar
fieles y consecuentes.
Reconocer nuestras fortalezas, pero también nuestras
limitaciones. Entre nosotros contamos con hombres y mujeres
algunos ya bastante adultos con buenas experiencias y con
jóvenes y señoritas que tienen una entrega fiel al Dios de la
vida. Ambas generaciones se complementan y llenan de riqueza a
esta parte del cuerpo de Cristo que somos nosotros. Además hay
otros hermanos y hermanas que tradicionalmente no han caminado
por los senderos de una teología liberadora, pero que hoy lo
están haciendo, creo que si logramos acercar nuestra postura
con ellos, nos encontraríamos mucho más fortalecidos en todos
los sentidos. A fin de construir una propuesta alternativa a lo
que nos ofrecen los poderosos económicamente, una alternativa
que como dice el lema del quinto foro nos permita construir el
poder popular, lo cual esta relacionado a los nuevos sujetos
sociales de este tiempo y en ese sentido podemos decir que con
la ayuda de Dios y su Santo Espíritu nosotr@s estamos en la
capacidad de compartir nuestros aportes, basándonos en los
valores del evangelio (amor, justicia, perdón, esperanza,
libertad, fraternidad, cruz y resurrección) y unir nuestros
aportes al de los demás, cientistas sociales, partidos
políticos, movimientos civiles, juntos nosotros y ellos podremos
hacer posible una Centroamérica llena de vida, una
Centroamérica en la cual la vibración de la esperanza vuelva a
sentirse con poder de Espíritu.
¿Pero cual es nuestra postura ante la situación actual?
Muchas de las personas que participan en los foros
latinoamericanos tienen postura a partir del compromiso que
tienen en sus sindicatos, partidos políticos, movimientos
sociales, nosotros estamos llamad@s a tener un discurso propio,
no olvidar nuestra naturaleza propia, ambas nos iluminan para
dilucidar cuales son las acciones correctas que debemos orientar
y/o acompañar y como he dicho ya en otras ocasiones, la
naturaleza de iglesia de Cristo es subversiva y es más
revolucionaria y más radical que cualquier otro planteamiento,
pues tiene como futuro el Reino de Dios y su justicia, un
horizonte que va más allá de programas puramente políticos
partidarios.
Teológicamente podemos decir que anduvimos durante algunos años
decepcionados, desesperanzados, no por eso nos vendimos por
treinta monedas de plata, el compromiso continuo pero los golpes
que nos asestaron en los conflictos armados, el incumplimiento
de los acuerdos de paz y la sangre derramada de miles de
nuestros hermanos y hermanas nos afectaron profundamente, hoy
la situación ha cambiado, si ustedes quieren el cambio ha
comenzado a fraguarse, todavía falta, pero la esperanza esta en
pequeñas chispitas diseminada en diversas luchas sociales, allí
es donde se esta construyendo el poder popular, esperamos con fe
el día en que esa chispitas se unan y hagan una fuerte llama,
donde el Espíritu se prefigure. Hoy podemos decir que hay
indicios de que la fuerza del Espíritu se mueve y no siempre
precisamente en la iglesia, o en los partidos políticos de
izquierda pero se mueve, los luchador@s sociales, el movimiento
civil organizado esta dando muestras de ello en nuestros países
en algunos países con un perfil mayor y en otros menor.
Finalmente quisiera recordar que desde nuestros pies bien
puestos en la realidad centroamericana, nuestra mente y corazón
colocados en las manos del Señor (Kyrios) de la historia podemos
afirmar que ni Dios ha cambiado ni los males sociales han
desaparecido, al contrario hoy las estructuras del pecado
locales tienen hermandad con las estructuras del pecado global,
pero a esa afirmación debemos agregar otra, Jesús prometió estar
con nosotros todos los días, en todo momento, hasta el fin de
estas situaciones de dolor y muerte.
El Dios que animó a los profetas no ha cambiado es el mismo que
nos acompaña Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos
Hebreos 13. 8
Es momento de demostrar con radicalidad que tenemos un
compromiso inalterable con el Dios que resucito a Jesucristo
venciendo así al pecado.
* Héctor Fernández es Rector Universidad Luterana
Salvadoreña. Reflexión realizada en el marco del Foro de
Cristianos de Centroamérica.
https://www.alainet.org/es/articulo/110238?language=en
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