18 de diciembre de 2003 - Día Internacional del Migrante

09/12/2003
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"Cuando el extranjero habite con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis. Como a uno de vosotros tratareis al extranjero que habite entre vosotros, y lo amaras como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto"(Levítico 19:33-34) Por las migraciones los hombres y mujeres poblaron la tierra y marcaron el camino a través de su trabajo para el aprovechamiento y transformación de la misma. Reconstruir la historia de las migraciones significa reconstruir la historia de la humanidad. Aludimos a cuantos viven, casi en constante camino, la experiencia de la radicación humana y social, el abandono de su tierra y la angustia hacia un destino desconocido, soñado o esperado. Sabemos que la situación de los migrantes en el mundo se está haciendo cada vez más precaria. A menudo, la violencia (como sucede en Colombia) obliga a poblaciones enteras a abandonar su tierra para escapar con vida. Muchas veces es la miseria y la carencia de perspectivas de desarrollo las que impulsan a individuos y familias enteras hacia el destierro para buscar medios de subsistencia en otros países. El fenómeno de la migración está estrechamente vinculado con el desarrollo. No podemos disociar el lugar en donde vivimos de las oportunidades de vida. La migración en la actualidad esta acompañando el proceso mismo de la globalización, y crece en la medida que la globalización va ocupando más espacio. La solidaridad con el extranjero (especialmente el más pobre y necesitado) no sólo constituye un compromiso humano de hospitalidad, sino que también brota de las enseñanzas de Jesús: "Como yo los he amado, así ámense también ustedes los unos a los otros" (Jn. 13, 34). Se trata, en primer lugar, de reconocer al migrante los derechos propios de todo ser humano, de tal manera que toda persona sea respetada y se eliminen las discriminaciones que humillan la dignidad humana. A los medios de comunicación les pedimos que favorezcan la justa valoración y mayor comprensión de los problemas de los desarraigados, eliminando prejuicios y reacciones emotivas, de tal manera que comprometan a todos los habitantes en la vía de una justa integración. Llamamos a nuestra sociedad a sensibilizarse ante la realidad que sufren los inmigrantes en Uruguay; porque muchos de nuestros familiares también están en tierra extranjera y entonces debemos tratar al otro / a la otra como queremos que traten a nuestros familiares. Pedimos a nuestros gobernantes que reglamenten la ley Nº 17.107 que aprobó la "Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares". El "Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana" ("SEDHU") quiere compartir este día, especialmente con los migrantes que hoy viven en Uruguay y con todos los uruguayos que emigraron y están emigrando de nuestro país. * "Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana" ("SEDHU") Fundación integrada por Iglesia Anglicana en el Uruguay, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, Arzobispado de Montevideo de la Iglesia Católica Romana, Asociación Cristiana de Jóvenes, "CIPFE" (Centro Franciscano) y la Iglesia Evangélica Metodista en el Uruguay (Miembro Fraternal)
https://www.alainet.org/es/articulo/108932
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