Cancún: fracaso de negociaciones e ilegitimidad de la OMC

14/09/2003
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Por segunda vez luego de Seattle, la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), fracasó estrepitosamente en Cancún. Las propuestas de la Agenda de Cancún, centrada en el comercio agrícola y los llamados "nuevos temas" o temas del desarrollo como inversiones, competencia y compras del estado, no fue aceptada, por los países en desarrollo, y la reunión terminó abruptamente y sin acuerdos, evidenciando la crisis de legitimidad de la OMC, y su fracaso como organismo que asegura la negociación de intereses multilaterales Además de la denuncia de los países del llamado Grupo 21, sobre la falta de compromisos de los países ricos para reducir los susidios agrícolas; mas de 70 países en desarrollo expresaron su rechazo a negociar inversiones, reglas de competencia y compras del estado en el marco de la OMC, y demandaron que dicha agenda sea devuelta a la secretaria de la OMC en Ginebra para su clarificación. En síntesis, los países en desarrollo se negaron a negociar mientras no hubiera compromisos claros en el área agrícola, ya que en su estancamiento ven intereses que pueden aparecer en los demás temas. La mayoría de los ministros de Comercio de los 146 países miembros de la OMC expresaron que 4 años después aún no se superan las divergencias de fondo expresadas en Seattle y rechazaron la declaración oficial que ignoraba la posición de los países en desarrollo, y su oposición a negociar agricultura y los "nuevos temas" bajo las actuales condiciones. Otro aspecto polémico del documento, era que extendía por un período indeterminado la llamada "cláusula de paz" que vence a fines de este año, y que impide presentar demandas ante la OMC contra los países industrializados por sus medidas de proteccionismo a la agricultura. Al igual que en Seattle, la contradicción de intereses de las grandes potencias: Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón, con el creciente grupo de países en desarrollo liderados por Brasil, India y China, llamado ahora Grupo de los 21; sumado a la gran presión ejercida por los movimientos sociales, desde el Foro Alternativo y las masivas protestas, terminó por evidenciar la crisis de la OMC y su fracaso para lograr negociaciones multilaterales que beneficien a todos sus miembros. Esperamos tanto el fracaso de las negociaciones en Cancún como la crisis de legitimidad de la OMC, contribuyan a que Chile revise sus negociaciones y acuerdos, especialmente en el área agrícola, de inversiones y servicios antes de hacer una ratificación ciega del tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Y al igual que los demás países del G-21, empiece a tomar decisiones correctas que beneficien a todos los sectores económicos, y no sólo a las grandes exportadoras o a las empresas transnacionales que operan en nuestro país. Finalmente Chile tomo la posición política correcta de integrarse al G-21 en Cancún. Esperamos que esta señal política también se refleje en la sustancia de sus posiciones sobre el desarrollo nacional (agricultura, medio ambiente, industria, empleo) y sobre otros acuerdos internacionales. * Sara Larraín es Directora del Programa Chile Sustentable
https://www.alainet.org/es/articulo/108379?language=es
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