La guerra continua
04/05/2003
- Opinión
La guerra de EE.UU. contra Irak, declarada arbitrariamente, sin tener
adversario, fue y es una guerra inventada. Inventada para justificar
y desarrollar la política general, la estrategia global
norteamericana, de guerras preventivas y prolongadas como la forma de
dominar al mundo.
La invasión de Irak fue una notificación a todos los pueblos del
mundo de lo que será capaz EE.UU. para defender intereses de
transnacionales, comerciantes de armamentos y la nueva concepción
dictatorial y totalitaria del poder. Irak no era una amenaza para
EE.UU. ni para la humanidad. Los resultados de la invasión son
claros. La Comisión de Inspectores de la ONU había demostrado que
Irak no poseía armas de destrucción masiva, ni relación entre el 11
de septiembre e Irak. Pese a ello y pisoteando a la ONU, EE.UU.
desató la guerra.
El carácter imperialista de esta política, de asumirse como la
superpotencia autopredestinada a salvar al mundo, está dada en
documentos oficiales de EE.UU. de antes del 11 de septiembre de 2001
y en forma posterior.
Documentos anteriores me refiero a Santa Fe IV, documento redactado
por el equipo de asesores de Bush y que fija las líneas de la
estrategia norteamericana para América Latina para la primera década
de este siglo. Ahí se habla de la necesidad que el ciudadano medio
norteamericano visualice bien "la amenaza" que se ha vuelto "difusa"
luego del derrumbe de la URSS (por lo tanto crear la amenaza); a
señalar a China como peligro principal, así como también de "los
aspectos religiosos y culturales del Islam, el hinduismo y de todas
las otras particularidades tribales emponzoñadas"; y "los principales
elementos geoestratégicos que siguen siendo importantes para la
seguridad de EE.UU." en relación a América Latina y que van desde el
control de los estrechos Atlánticos a "que los recursos naturales del
hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades
nacionales". Una "Doctrina Monroe" si quieren.
Y los documentos posteriores de Bush, el discurso del 20 de
septiembre de 2001, ante el Congreso norteamericano donde señala:
"Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea necesaria", y más
adelante: "Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que
tomar una decisión: o está con nosotros o está con el terrorismo."
Y en el discurso que pronunció con motivo del 200 aniversario de la
Academia Militar de West Point el 1º de junio de 2002 señala, entre
otras cosas: "Nuestra seguridad requerirá que transformemos a la
fuerza militar que ustedes dirigirán en una fuerza militar que debe
estar lista para atacar inmediatamente en cualquier oscuro rincón del
mundo, (...) que estemos listo para el ataque preventivo cuando sea
necesario defender nuestra libertad y defender nuestras vidas.
"Debemos descubrir células terroristas en 60 o más países.
(...)
"Estamos ante un conflicto entre el bien y el mal. (...) No creamos
un problemas sino que revelamos un problema. Y dirigiremos al mundo
en la lucha contra el problema."
Y el 28 de enero, ante el Congreso, Bush dice: "Vamos a consultar,
pero que no haya mal entendidos. Si Saddam Hussein no se desarma
plenamente, por la seguridad de nuestro pueblo y por la paz del mundo
encabezaremos una coalición para desarmarlo."
Todos estos conceptos develan el carácter fascista de la política de
EE.UU. que pretende dominar el mundo militar, económica e
ideológicamente. ¡La cultura superior, la raza elegida!. Hitler
arrasó con pueblos enteros, culturas, instaló los hornos crematorios,
persiguió a grupos humanos por ideologías, creencias religiosas,
orígenes étnicos. ¡Crímenes contra la humanidad!. Bush lo hace peor,
con más tecnología, con armas más brutales de exterminio, con más
poder comunicacional para manipular la información, los sentimientos,
actitudes y valores. Vivimos momentos muy graves y nadie tiene
derecho a ignorarlos
Y en este tiempo gobiernos cobardes, olvidando los silencios
cómplices y las colaboraciones que ayudaron al holocausto de la
Segunda Guerra Mundial, se suman a la política norteamericana.
La guerra no ha terminado porque la política imperialista no ha
terminado y al revés está en plena realización.
La invasión de Irak, de un pueblo al cual no habían dejado de
bombardear y de bloquear durante 10 años, fue sólo el brutal pretexto
para instalarse plenamente en la zona, imponiendo de nuevo el
colonialismo. Que el objetivo era el petróleo, eso era lo más obvio.
Pero el objetivo antes que nada era y es político e ideológico.
La guerra continúa porque EE.UU. con prepotencia inaceptable pretende
extenderla a otros países y regiones. Amenaza a Siria, al Líbano,
monta provocaciones contra Cuba y desconoce todo papel de Naciones
Unidas. Y ahora ya en una carrera local de dominio, y de no permitir
ninguna competencia o contrapeso amenaza a Francia con aquello que
tendrá que sufrir las consecuencias de no haberse sumado a su guerra
en Irak. La guerra continúa porque continúa la muerte en Palestina,
no se devuelven los territorios ocupados y no se reconoce como un
Estado soberano e independiente.
La guerra no ha terminado desgraciadamente para la humanidad porque
el peligro es real y de hoy: EE.UU. pisoteando los principios y
legalidad internacional y principios elementales como la soberanía y
autodeterminación de los pueblos ha decidido instaurar un Nuevo Orden
Mundial donde todos los pueblos y naciones debemos ser vasallos de
los EE.UU. Esto no lo permitiremos jamás y nos levantaremos en una
batalla múltiple por nuestra independencia, nuestra identidad,
nuestra cultura y una integración soberana y humanista a nivel
mundial.
No podemos olvidar que pese a toda la superioridad militar, EE.UU. no
pudo cumplir sus planes de forma relámpago como predijo y se tuvo que
enfrentar a cuatro semanas de heroica resistencia que nos llenaron de
esperanzas. Alientan y conmueven los actos de resistencia del pueblo
iraquí que de más en más se enfrentan desarmados a las tropas yanquis
gritándoles que se vayan, que ellos determinarán como se van a
gobernar. En esta demanda se unen los que estuvieron con Sadam
Hussein y los que fueron sus opositores. Esto señala que la
resistencia recién se inicia y que en ese país, como en todos los
países árabes, se dará una batalla decidida contra la ocupación
yanqui. Que será probablemente larga y cruenta, que tiene como único
responsable a la potencia invasora, sus aliados y cómplices y que
terminará con la victoria de los pueblos árabes.
Ha llegado el momento de crear a todo nivel un gran frente mundial
contra la política imperialista y militarista de los EE.UU.,
asumiéndola como parte fundamental de la lucha contra el
neoliberalismo y la globalización capitalista. Quienes tendrán que
sostener este frente tendrán que ser los pueblos que hemos sido
capaces de crear el gran Movimiento Mundial contra la guerra y
teniendo como referencia el Foro Social Mundial de Porto Alegre y el
Foro Social Europeo realizado en Florencia y todas las iniciativas
mundiales y regionales que han sido capaces de articular y coordinar
las fuerzas sociales y políticas progresistas y revolucionarias en el
mundo. El movimiento político y social contra la guerra forma parte
de la lucha contra el sistema, tiene un sentido global y debe
difundir ideas y conocimientos que muestren que los que sustentan el
neoliberalismo promueven la guerra como mecanismo de imposición,
dominación y solución a la crisis del sistema.
Mientras persista la doctrina fascista – expresión de los grupos más
reaccionarios del capital financiero – no habrá paz en el mundo.
Tenemos que enfrentarnos a una política de dominación totalitaria,
pero a esta se ha opuesto y se sigue oponiendo la gran resistencia al
neoliberalismo, globalización capitalista y la guerra. Grandes
victorias ha logrado este movimiento mundial como es poner en acción
a los pueblos y por sobre todo conciencia política de rechazo a la
guerra. El próximo Primero de Mayo, la base norteamericana de Vieques
será desmantelada y eso se debe exclusivamente a la lucha decidida, a
decenas de ocupaciones, manifestaciones del pueblo portorriqueño.
Entramos a una nueva etapa de la lucha por la democracia, entramos a
ella concientes de los nuevos peligros para toda la humanidad, pero
concientes también de que los cambios son inevitables, nada permanece
inmutable y la doctrina de Bush será derrotada.
Santiago, 5 de mayo de 2003
* Gladys Marín. Presidenta del Partido Comunista de Chile
https://www.alainet.org/es/articulo/107454
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