La oscura transparencia
18/05/2003
- Opinión
La descomposición política continúa a todo dar, aunque la Corte de
Apelaciones haya dado un respiro a los acusados por fraude, ilícitos,
irregularidades o como se termine por llamar el delito. Todo
acompañado de la más delirante demagogia y engaño a la opinión
pública. Es así como a uno de los actos más escandalosos dentro de la
llamada modernización del estado, le llaman, y con toda solemnidad, logra un
"acuerdo histórico". Me refiero a la ley que rápidamente está siendo
aprobada sobre financiamiento de los partidos políticos y campañas
electorales.
Cada vez que este Parlamento, que no tiene nada que ver con una
representación plural y democrática, legisla entre gallos y
medianoche, es porque algo oscuro y turbio se traen entre manos. Ya
ocurrió con la ley que le dio fuero presidencial a Pinochet, la que
salvó a la Democracia Cristiana por la mala inscripción de sus
candidatos, cuando se "reajusta" el salario mínimo y, lógico cuando
legislan para ellos mismos, como este caso.
Ante el escándalo de los diputados sorprendidos en coimas y dineros
mal habidos, que ha llevado a tener cinco representantes desaforados
de la Concertación, y uno de RN, no vieron nada mejor que legalizar
este sistema de coimas y, además, premiarse con plata que debemos
aportar todos los chilenas/os. ¡Igual que con los sobresueldos!
Legalizar lo ilegal, fraudulento o inmoral.
Ahora, con este proyecto de ley de financiamiento a los partidos y
campañas están legalizando, ampliando y profundizando el nefasto y
corrupto poder del dinero en la actividad política. Así la política
entra más descaradamente a ser un negocio, ya que los particulares
ricos, grandes empresas y grupos económicos nacionales o extranjeros,
podrán hacer por ley donaciones en dinero por uno o varios candidatos
y así determinar el carácter y papel del parlamento de acuerdo a sus
intereses particulares. Un parlamento para los empresarios. Las
empresas y grupos económicos, o sea, un sector minoritario de la
sociedad, pueden decidir y elegir por anticipado a sus representantes
en el parlamento ¡Y además podrán descontar estas donaciones de sus
utilidades!
Con cuánto irán aportar y a quiénes irán a comprar los grandes
ricachones Luksic, Angellini, Matte, Said, entre otros.
Es tanta la descomposición que pueden tranquilamente legislar para
permitir que las empresas hagan inversiones en política y financien a
determinados partidos y candidatos. Si quisieran hacer donaciones
para que la política sea una actividad que se conozca, se divulgue,
tendrían que aportar a un Fondo Común que ayude a abrir espacios
plurales, pero soñar no cuesta nada y el negocio es negocio.
Se agrega a este escándalo el hecho del financiamiento público, plata
de todos los chilenos/as para la actividad política. No, mil veces
no. La política es un acto conciente, voluntario y no puede ser
estimulada o institucionalizada a través del incentivo de aportes
fiscales. Cual sea la cantidad que implique aportar a cada partido o
candidato debe ser destinada a más trabajo, aunque sea en 2, 3 o 4
comunas de las más pobres, que se traduzca en pan, leche, frazadas
para esos hogares.
Un cálculo inicial me dice que el aporte del Estado a una campaña
parlamentaria permitiría crear más de 15 mil empleos con el salario
mínimo por un año. ¡Cómo puede gastarse dinero con el nivel de
pobreza, cesantía, trabajo precario que tenemos en nuestro país! Y el
invierno recién comienza y viene duro.
Dónde está el límite a los gastos electorales si una campaña de
diputados o senadores puede llegar a más de 1.000 millones de pesos,
Y no se garantiza una real fiscalización de estos gastos.
Y dice textual este proyecto de ley que quién se excede en los gastos
deben pagar una multa. Tremendo castigo para los que pueden gastar
millones. Lo que tendría que ocurrir en una país democrático con un
Parlamento con sentido de decencia es que quienes transgreden la ley
deben ser inhabilitados de inmediato. ¡Pero cómo no, si van a ser
elegidos para legislar y llegan al parlamento transgrediendo leyes!
Todo va a seguir igual, si no peor. El puterío político legalizado,
los candidatos puestos en vitrinas del barrio rojo de Amsterdam, a
venderse a los señores del dinero.
Todo no pasa de ser un volador de luces, la demagogia más obscena.
¡No hay ni transparencia, ni límite a los gastos electorales, ni
austeridad, habrá más negociado político, más gastos y además ahora
tenemos que aportar nosotras/os y permitir que las empresas inviertan
en la política y Parlamento, y pueden descontar la inversión del pago
de sus utilidades o sea, las subsidie el estado!
O sea, el Estado pagará por partida doble para cumplir con el cuoteo
político, el negocio político del gobierno con la UDI, y de la
Concertación con la derecha. Y todo dentro de la mantención del
sistema político ideado e impuesto por la dictadura de Pinochet.
Sistema político para mantener el modelo económico y que tiene como
base la defensa de la Constitución del 80 y del sistema binominal.
Y este Parlamento binominal, con algunos designados y vitalicios
legislan para ellos, para su reproducción.
¡Claro, hay que ser demócratas y defender la Constitución y las leyes
aunque estas sean ilegítimas en su contenido y origen! Es el
continuismo e impunidad en todos los planos. Estos son los grandes
logros y la unidad nacional que pretenden celebrar el 21 de mayo y
septiembre próximo.
A lo menos, si hubiesen tenido un mínimo de vergüenza después de
tanta coima y corrupción debieran haber puesto drástica fiscalización
a los gastos electorales en sus montos y orígenes, prohibir las
donaciones de empresas y grupos económicos y dar a conocer
públicamente de dónde provienen los dineros de candidatos y partidos,
y jugarse contra la discriminación y la democratización de los medios
de comunicación, generando equitativos espacios en la televisión,
estableciendo ambientes plurales de debates e información política.
Pero lo de fondo, es que nadie de los que se reparten y comparten el
poder ha puesto siquiera en discusión el antidemocrático sistema
binominal y de senadores designados y vitalicios. Para transparentar
el sistema electoral, para dar igualdad a los ciudadanos, para una
auténtica modernización de la actividad política, el mínimo
requerimiento democrático, es obligatorio terminar con el sistema
electoral binominal y dar renacimiento a la a la pluralidad y a
espacios iguales en los medios de comunicación.
Después de este nuevo escándalo, a quién le queda duda que las dos
derechas gobiernan mano a mano preparando el recambio en la Moneda.
Nosotras/os, partidos políticos y movimientos sociales a la calle.
Ahí haremos un auténtico parlamento democrático y popular, porque
felizmente no tenemos otro camino. Un viraje profundo en la política
de alternativa al neoliberalismo nos lleva a alejarnos de la vieja
institucionalidad y crear desde una potente organización y
sindicalización, el único factor de cambios democráticos.
19 de Mayo del 2003
* Gladys Marín. Presidenta del Partido Comunista de Chile.
https://www.alainet.org/es/active/3755
Del mismo autor
- Violación de los derechos humanos y modelo neoliberal 29/07/2003
- La dignidad y la unidad, muralla contra la impunidad 08/07/2003
- No estamos en venta 12/06/2003
- La oscura transparencia 18/05/2003
- La guerra continua 04/05/2003
- Más IVA: Nuevo golpe a los trabajadores 03/05/2003
- Todo el dolor y la ira del mundo 06/04/2003