Davos paranoico

17/01/2003
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Sólo algunas horas antes del inicio del Foro Económico Mundial, Suiza refuerza su seguridad, el cantón de Grisón tensa fuerzas a extremos inimaginables y la turística ciudad alpina de Davos vive un verdadero Estado de Sitio interno. El gobierno helvético, calzando el simbólico traje de fajina, acaba de anunciar medidas extraordinarias de seguridad área y terrestre que se aplicarán al mejor estilo prusiano a partir del tercer domingo del mes y hasta el 28 de enero, día de clausura. Durante todo ese tiempo el espacio aéreo de Davos estará cerrado y controlado militarmente, tal como lo acaba de anunciar el Gobierno. Cualquier artefacto sospechoso -desde un avión militar hasta un simple vuelo Delta, sin motor, de tipo deportivo- podrá ser derribado por una defensa aérea pomposamente desplegada. Al sistema de control aéreo *Florida* se le ha sumado un dispositivo de radar táctico de tipo TAFLIR, 24 horas sobre 24, instalado entre las montañas circundantes. La *policía aérea* intervendrá, si lo considera necesario, en refuerzo del dispositivo de defensa tierra- aire con todo tipo de aviones y helicópteros. Escenario "idílico" para recibir a los dos mil prominentes jefes y cuadros de la economía y las finanzas mundiales, así como algunas decenas de presidentes, ministros y jerarcas políticos de allá y de acá. Más militares que participantes Si por el cielo de Davos ni siquiera los pájaros podrán volar, por las rutas, vías férreas y caminos de acceso al centro turístico los dispositivos de control harán recordar las mejores horas de la Argentina de Videla o el Chile de Pinochet. Según cifras oficiales, centenares de policías llegados de todo el país, más de 1500 soldados y no menos de 300 efectivos destinados a la protección de edificios, custodiarán los alrededores del Centro de Convenciones. Superando la ecuación de un efectivo militar-policial por cada participante al Foro Económico Mundial, este enorme aparato desplegado en la tranquila y neutral Suiza, le costará al contribuyente helvético algo así como 10 millones de dólares. Cincuenta veces más que el gasto de seguridad de 1998 (¡cuando apenas se destinaban 200 mil dólares!). Momento en que todavía el hoy pujante movimiento *alter mondialista* - a favor de otra mudialización - no había entrado en escena en el espacio internacional. Dispositivo de defensa nacional que no se limitará a la pequeña comarca anfitriona del Foro Económico. En las ciudades de Zürich y de Berna (a más de 200 kilómetros de Davos por tren), la fuerzas policiales están ya en estado de alerta. Además, los principales puestos fronterizos de todo el país han visto reforzar los controles militares y más de 150 militantes -algunos de ciudadanía europea- no podrán ni asomar las narices al centro alpino. Criminalizar la protesta social Para justificar semejante maquinaria de seguridad, las autoridades helvéticas hablan de todo un poco. Mezclan intencionalmente argumentos dispares y hacen un licuado entre riesgos y pretextos. Terrorismo internacional; 11 de septiembre; manifestaciones anti- mundialistas; protestas callejeras; Génova y Seattle... aparecen más o menos explícitamente en la retórica oficial. Abierta o encubiertamente se tensan las fuerzas para *criminalizar* de antemano la movilización ciudadana convocada para el 25 de enero. Momento en que centenas de manifestantes han anticipado que llegarán a Davos para denunciar la actual lógica mundial, promovida, diagramada, ejecutada y aplicada por muchos de los que se reúnen , del otro lado del muro policial, en los salones del Foro Económico Mundial. A la base de la protesta *anti-Davos* se encuentra la Plataforma de Olten, que nuclea a varias decenas de organizaciones políticas (incluso partidos parlamentarios); sociales; sindicales y no- gubernamentales. Movimientos asociativos, femeninos y juveniles; grupos autónomos y ecologistas. Un amplio entramado del tejido social helvético que ha venido -incluso- negociando con las autoridades locales y nacionales las modalidades de la manifestación. A pesar de esas negociaciones que se vienen dando desde hace meses, a la hora de la verdad, la postura oficial es de más apriete de tuerca; de nuevas medidas de control; de arrinconar a los que quieren decir "no a Davos". Un complejo estire y encoge que pone a la defensiva al movimiento contestatario, enrarece el clima político y penaliza, de antemano, a los que se oponen a la *fortaleza davoniana* . Triste libreto de una paranoia del poder que cierra el espacio aéreo... por las dudas. Temeroso de que, tal vez, "otro vuelo es posible".
https://www.alainet.org/es/articulo/106840
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