Santos y la Tercera Vía
06/07/2014
- Opinión
En Colombia, en el último proceso electoral, disputaron dos proyectos o dos estrategias con fuerte impacto para América Latina. Una encabezada por Santos con su proyecto de paz para hacer buenos negocios y postulando una integración abierta, como alianza no de países sino de mercados capitalistas emergentes, con la propuesta de Alianza Pacífico, pero participando en UNASUR-CELAC como tapón para que las mismas no avancen. El otro proyecto, el de Zuluaga-Uribe, era terminar con el proceso de paz, continuando y profundizando la guerra, las bases militares yanquis y el plan de integración ALCA, es decir, América Latina como patio trasero.
"Con paz podemos llevar la Tercera Vía aquí, en Colombia, a su máximo potencial" dijo Santos, reelegido para el período 2014-2018, al asegurar que seguirá promoviendo la equidad y el desarrollo sostenible. "Necesitamos que esa paz sea rápida. El mandato que a mí me dieron los electores, y yo lo interpreto también como una señal para las FARC y el ELN, es que necesitamos rápidamente firmar ese compromiso" remató el mandatario, quien escribió en 1999 junto a Blair el libro 'La Tercera Vía: una alternativa para Colombia'.
Para la Cumbre de Cartagena, Santos convocó a cinco ex mandatarios, entre ellos al de Estado Unidos, Bill Clinton, y al ex ministro del Reino Unido, Tony Blair; de Chile Ricardo Lagos, de Brasil Fernando Henrique Cardoso y de España Felipe González, para el relanzamiento de la llamada Tercera Vía.
Esta corriente se presenta como alternativa contra los extremos políticos y dice buscar establecer un camino intermedio entre las doctrinas de izquierda y de derecha (Chávez-Evo-Fidel o Uribe-Bush.) Se define en la frase “mercado hasta donde sea posible y Estado hasta donde sea necesario”, que se enmarca en un modelo económico mixto. Si bien se la quiere presentar como algo moderno y progresista, en definitiva es neoliberalismo (que en términos ideológicos se nutre y tiene como referente al pensador posmoderno y contemporáneo Anthony Gideens).
Para situarnos en términos materiales, esta Vía es impulsada por las grandes redes financieras, los grandes fondos de inversión, las trasnacionales y sus cadenas globales.
Uno de sus invitados, Bill Clinton, es un fiel representante de la city financiera de Wall Street. En su mandato propuso la creación G20 y el multilateralismo unipolar en contraposición al G8 y al viejo unipolarismo de posguerra, aprobó además la derogación de la ley Glass-Steagall que regulaba las entidades financieras, permitiendo así el avance de los fondos especulativos (esta ley había sido sancionada en 1933 después de la crisis y dividía la banca comercial de la banca financiera). También fue invitado y participó el ex ministro del Reino Unido, Tony Blair, quien junto a Gordon Brown representan a la Citys de Londres.
Lo que vemos conformarse es el gran bloque angloamericano que tiene como proyecto político estratégico la recolonización Global con un estado red global, con su propia moneda, y cuyos proyectos más importantes en curso son la Transpacífica (TPP), la Transatlántica (ATCI) y La Alianza Pacífico (AP).
Esta vía tiene fuerte incidencia en países de Latinoamérica, sobre todo en el gobierno de Chile donde, ya en declaraciones del canciller Heraldo Muñoz, entregó varias luces respecto del tono que marcará la política exterior del gobierno de Michelle Bachelet (“Latinoamérica es prioridad”) pero avanzó diciendo que el Mercosur y la Alianza Pacífico no son incompatibles. En Costa Rica la Tercera Vía es muy fuerte y está arraigada como política de estado. En Uruguay (aún cuando el Frente Amplio nunca adhirió), no ha sido descartada y ha logrado cierta penetración entre sus filas.
Si bien los sectores populares necesitamos y coincidimos en que se debe avanzar en el proceso de paz en Colombia, observamos y nos alerta que la Tercera Vía se quiera instalar en un momento de relativa debilidad para algunos gobiernos (con los intentos de golpe y desestabilización en Venezuela y Argentina) y de estancamiento de los proyectos de integración soberana.
La Tercera Vía viene a convidar a distintos países de Latinoamérica para ingresar al capitalismo global como mercados emergentes y contener así las propuestas nacionales y populares con sus mecanismos de integración soberana (ALBA, UNASUR, Mercosur Ampliado y CELAC).
La noticia alentadora es que mientras se realizaba la cumbre de la Tercera Vía en Cartagena, Colombia, en Bolivia en el departamento de Cochabamba, con representantes de 22 países del mundo, se realizaba el Encuentro Sindical Internacional Antiimperialista. Allí presentaron la tesis política que postula una nueva alternativa de lucha contra el capitalismo y el colonialismo, plantearon que la lucha de clases sigue más vigente que nunca y la necesidad de construcción de un proyecto alternativo que haga frente a la crisis del capitalismo, que sólo puede venir de los sectores populares y trabajadores organizados.
Río Cuarto 02/07/14
Carlos Rang
Especialista en Estudios Latinoamericanos
Docente Universidad Nacional de Río Cuarto
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