La otra cara del “fracking”
09/06/2014
- Opinión
Conectando las Historias a lo largo de las Líneas de Suministro de Nuestro Sistema Económico Global
Hoy en día, mucha gente ha oído hablar de la fracturación hidráulica o el “fracking”—la peligrosa industria de la perforación e inyección a alta presión de líquidos cargados de químicos en el suelo para fracturar las profundas rocas de esquisto liberando así el gas natural o el petróleo debajo de ellos. Los cerca de 4 millones de galones de agua y 40,000 galones de productos químicos utilizados para cada trabajo de fracturación han causado la ira de las comunidades en muchas partes de América del Norte donde se están explotando los pozos de gas y petróleo. Mientras los intereses empresariales afirman que la industria de fracking traerá beneficios económicos por las grandes cantidades de hidrocarburos antes inaccesibles que el proceso puede extraer, muchas ciudades y estados en los Estados Unidos han tratado de prohibir legalmente el fracking en sus comunidades debido a la contaminación del aire, las aguas subterráneas y otros efectos de la salud que causa esa industria.
Pero, ¿quién quiere escuchar otro ataque en contra del fracking? La realidad que viven las comunidades rodeadas por los proyectos de fracking ha sido bien documentada y puesta en el centro del debate público. Sin embargo, debido a nuestro sistema económico globalizado y sus infinitamente largas y complejas líneas de suministro, las comunidades directamente afectadas por el fracking suelen ser solo una parte de los afectados.
Más de 600 productos químicos y otros minerales se utilizan para el líquido de fracturación, entre ellos carcinógenos conocidos tales como el uranio, mercurio y plomo. La Ley de Política Energética de los Estados Unidos, sin embargo, permite a las empresas a mantener en secreto la identidad de los productos químicos que utilizan en sus operaciones de fracturación hidráulica volviéndolo casi imposible saber el origen de los componentes de ese liquido químico que se filtra en el agua subterránea. También mantiene oculta los desastrosos efectos de la extracción de estas sustancias químicas en pequeñas comunidades alrededor del mundo. Esta ley sigue fielmente uno de los principios rectores de nuestra civilización industrial—que el productor y el consumidor deberían tener nada que ver entre sí.
Una de las muchas sustancias que componen ese líquido que usan las empresas de fracking es la barita, un mineral de naturaleza densa y pesada que se usa como agente de carga. En el Altiplano maya al norte de Guatemala, una fuente preciada de barita de alto grado se oculta dentro del bosque comunal y las tierras de pastoreo del pueblo maya Ixil. Actualmente, esa barita sigue enterrada debajo de los gigantescos árboles del bosque nublado y debajo de las vacas y ovejas que se pastorean las mujeres y los niños. La barita sigue allí porque el pueblo Ixil ha defendido decididamente sus tierras comunales durante los últimos 30 años a pesar de los repetidos intentos de las empresas, en cohortes con el gobierno de Guatemala, para implementar una enorme mina a cielo abierto.
En las últimas semanas, Double Crown Resources, una compañía de exploración y desarrollo de recursos naturales de América del Norte, ha comprado los derechos a la propuesta mina y ha declarado con insolencia que la extracción de minerales se iniciará a finales de este año. Diez mil toneladas métricas anuales de barita extraída de 9 kilómetros cuadrados de bosques comunales y tierras de pastoreo se proyectan exportar a una planta de refinación en Nueva Orleans antes de ser vendida a las compañías de petróleo y gas multinacionales para las operaciones de fracking en todo el mundo.
Aunque es imposible saber con precisión donde se terminará la barita que se espera extraer de las tierras comunales del pueblo maya ixil, consideramos que la firme resistencia y oposición a la mina de barita del pueblo Ixil ofrece una oportunidad única para conectar los lazos sueltos entre la producción y el consumo que se ocultan entre las complejidades de nuestro sistema económico global. Además, se presenta una oportunidad para juntar a los grupos de oposición en diferentes comunidades afectadas a lo largo de las líneas de suministro de nuestro sistema económico. Al presentar brevemente la historia y algunos de los posibles efectos de la mina de barita en territorio Ixil de Guatemala, espero inspirar a las comunidades involucradas en las luchas particulares contra una operación específica de fracturación hidráulica en los Estados Unidos a ampliar su resistencia convenciéndose de la necesidad de formar alianzas con otros grupos y comunidades afectadas indirectamente por la industria de fracking.
La historia de la mina de barita en las comunidades ixiles de Guatemala no es una historia única. Más bien, es una historia que se repite en la mayoría de las comunidades rurales y agrarias afectadas por la llegada de empresas transnacionales mineras y energéticas codiciando su la riqueza de sus territorios. El engaño y la mentira, la arrogancia del paternalismo, y el lenguaje orwelliano que disfraza agendas ocultas serán reconocidos y comprendidos por las pequeñas comunidades alrededor del mundo. Estos paralelos en las historias son otro motivo para conectar los movimientos locales de resistencia a lo largo de las líneas de producción-consumo-eliminación de nuestra economía global.
El Director de Operaciones de la empresa Couble Crown Resources, Antonio Castillo, declaró recientemente en un comunicado de prensa que "a través de la investigación de mercado durante el año pasado nos dimos cuenta de que (la mina en Guatemala) fue una fuente muy preciada de barita de alta calidad." Siendo que la propuesta mina de barita se encuentra a muchos kilómetros de la carretera en medio de un bosque comunal de las arrinconadas comunidades maya Ixil, ¿qué tipo de "investigación de mercado" utilizó la empresa?
Double Crown compró los derechos a la mina propuesta de otra empresa llamada Geominas S.A. En febrero de 2010, Jorge Luis Avalos, dueño de Geominas S.A. con quien Double Crown se ha asociado, fue detenido por las comunidades mayas ixiles alrededor del sitio de la mina por entrar ilegalmente y sin anunciarse en su tierra comunal. Después de debatir con los líderes comunitarios, el Sr. Avalos firmó un acta reconociendo que las comunidades ixiles no estaban de acuerdo con la mina propuesta y prometiendo que la empresa minera jamás nunca regresaría. Entrando a escondidas en el bosque comunal del pueblo maya ixil para juntar información es de hecho una novedosa forma de "investigación de mercado.”
En el mismo comunicado de prensa, Castillo comenta que "tenemos la esperanza de que los ingresos generados a partir de la revitalización de la industria de la minería en Guatemala puede cambiar la vida de la gente del lugar que viven en necesidad.” El comunicado de prensa no menciona, por supuesto, que nadie del pueblo Ixil pidió a la empresa que llegara para cambiar sus vidas. El concepto mismo de la necesidad o la pobreza, no sólo es un concepto occidental, pero también se utiliza descaradamente y vergonzosamente como excusa para justificar la inversión extranjera como un medio para "modernizar" y mejorar las áreas supuestamente atrasados, rurales y agrarias. En Guatemala, la excusa de la pobreza se utiliza comúnmente como una justificación para los proyectos de mega-minería, y la calificación de Castillo de que "la gente local" vive en "necesidad" parece seguir ese patrón. Aunque el estilo de vida tradicional de los agricultores maya Ixiles no parezca como la vida occidental, la mayoría viven vidas de dignidad ligadas a sus tierras ancestrales y su cosmovisión propia.
Double Crown Resources cree que "los funcionarios empresariales y gubernamentales guatemaltecas podrán aprovechar de un nuevo flujo de ingresos de largo plazo y de alto valor para crear o mejorar los servicios sociales... incluyendo la salud, la educación, las comunicaciones, los avances tecnológicos y mucho más." Esta ingenua esperanza pasa por alto la realidad de la corrupción rampante que define Guatemala donde el 1-5% de las regalías dadas por la industria minera casi nunca llega a la gente. La compañía tiene razón al decir que los funcionarios empresariales y gubernamentales “podrán aprovechar" del capital que inyectará la empresa minera, pero se olvidan de mencionar que el pueblo maya ixil que vive alrededor de la mina no recibirá otra cosa que la degradación ambiental que seguramente va a destruir los recursos que sustentan su tradicional vida agraria y forestal.
Por último, la compañía presumidamente afirma que "la barita de Guatemala es de la mejor calidad del mundo y ahora vamos a tener los derechos exclusivos a 100% del mineral procedentes de la explotación minera (del sitio).” Double Crown Resources ha estado en la región Maya Ixil de Guatemala por unos meses. El pueblo maya ixil de los pueblos de Salquil y Vicalamá han estado utilizando sus bosques y tierras de pastoreo comunal durante los últimos 2.500 años. No obstante, Double Crown parece creer y afirmar que una licencia de extracción firmado por los funcionarios del gobierno de Guatemala prevalece sobre los derechos del pueblo Maya Ixil sobre las tierras que han habitado y cuidado durante incontables generaciones. El hecho de que la licencia fue firmada sin ningún tipo de consentimiento libre, previo e informado con el pueblo maya ixil ya se ha vuelto la norma con el Estado de Guatemala que tiene poco respeto por el derecho internacional.
Las comunidades afectadas por fracking en América del Norte, a pesar del fuerte poder de cabildeo que tienen las corporaciones de gas y petróleo, por lo general tienen al menos algún tipo de recurso legal para defenderse. El reciente caso de una familia en Texas que ganó una demanda de tres millones de dólares contra una empresa de fracking debido a la contaminación de sus tierras es un ejemplo que sería inimaginable en países como Guatemala, donde los intereses de las empresas mineras y energéticas multinacionales están protegidos hasta por la intervención militar.
Una resistencia unificada y coherente en contra de la industria fracking debería expandirse más allá de los efectos inmediatos sentidas por las comunidades donde fracking ocurre. Se debe llegar a forjar alianzas con otras comunidades vulnerables de todo el mundo que se ven afectadas por la extracción de muchas de las materias primas utilizadas en la industria de fracturación hidráulico. Juntos, las comunidades afectadas por los diferentes aspectos de la industria de fracking pueden unirse para formar una lucha común contra una industria que causa daño a lo largo de las líneas de suministro de nuestro sistema económico global.
Hoy en día, mucha gente ha oído hablar de la fracturación hidráulica o el “fracking”—la peligrosa industria de la perforación e inyección a alta presión de líquidos cargados de químicos en el suelo para fracturar las profundas rocas de esquisto liberando así el gas natural o el petróleo debajo de ellos. Los cerca de 4 millones de galones de agua y 40,000 galones de productos químicos utilizados para cada trabajo de fracturación han causado la ira de las comunidades en muchas partes de América del Norte donde se están explotando los pozos de gas y petróleo. Mientras los intereses empresariales afirman que la industria de fracking traerá beneficios económicos por las grandes cantidades de hidrocarburos antes inaccesibles que el proceso puede extraer, muchas ciudades y estados en los Estados Unidos han tratado de prohibir legalmente el fracking en sus comunidades debido a la contaminación del aire, las aguas subterráneas y otros efectos de la salud que causa esa industria.
Pero, ¿quién quiere escuchar otro ataque en contra del fracking? La realidad que viven las comunidades rodeadas por los proyectos de fracking ha sido bien documentada y puesta en el centro del debate público. Sin embargo, debido a nuestro sistema económico globalizado y sus infinitamente largas y complejas líneas de suministro, las comunidades directamente afectadas por el fracking suelen ser solo una parte de los afectados.
Más de 600 productos químicos y otros minerales se utilizan para el líquido de fracturación, entre ellos carcinógenos conocidos tales como el uranio, mercurio y plomo. La Ley de Política Energética de los Estados Unidos, sin embargo, permite a las empresas a mantener en secreto la identidad de los productos químicos que utilizan en sus operaciones de fracturación hidráulica volviéndolo casi imposible saber el origen de los componentes de ese liquido químico que se filtra en el agua subterránea. También mantiene oculta los desastrosos efectos de la extracción de estas sustancias químicas en pequeñas comunidades alrededor del mundo. Esta ley sigue fielmente uno de los principios rectores de nuestra civilización industrial—que el productor y el consumidor deberían tener nada que ver entre sí.
Una de las muchas sustancias que componen ese líquido que usan las empresas de fracking es la barita, un mineral de naturaleza densa y pesada que se usa como agente de carga. En el Altiplano maya al norte de Guatemala, una fuente preciada de barita de alto grado se oculta dentro del bosque comunal y las tierras de pastoreo del pueblo maya Ixil. Actualmente, esa barita sigue enterrada debajo de los gigantescos árboles del bosque nublado y debajo de las vacas y ovejas que se pastorean las mujeres y los niños. La barita sigue allí porque el pueblo Ixil ha defendido decididamente sus tierras comunales durante los últimos 30 años a pesar de los repetidos intentos de las empresas, en cohortes con el gobierno de Guatemala, para implementar una enorme mina a cielo abierto.
En las últimas semanas, Double Crown Resources, una compañía de exploración y desarrollo de recursos naturales de América del Norte, ha comprado los derechos a la propuesta mina y ha declarado con insolencia que la extracción de minerales se iniciará a finales de este año. Diez mil toneladas métricas anuales de barita extraída de 9 kilómetros cuadrados de bosques comunales y tierras de pastoreo se proyectan exportar a una planta de refinación en Nueva Orleans antes de ser vendida a las compañías de petróleo y gas multinacionales para las operaciones de fracking en todo el mundo.
Aunque es imposible saber con precisión donde se terminará la barita que se espera extraer de las tierras comunales del pueblo maya ixil, consideramos que la firme resistencia y oposición a la mina de barita del pueblo Ixil ofrece una oportunidad única para conectar los lazos sueltos entre la producción y el consumo que se ocultan entre las complejidades de nuestro sistema económico global. Además, se presenta una oportunidad para juntar a los grupos de oposición en diferentes comunidades afectadas a lo largo de las líneas de suministro de nuestro sistema económico. Al presentar brevemente la historia y algunos de los posibles efectos de la mina de barita en territorio Ixil de Guatemala, espero inspirar a las comunidades involucradas en las luchas particulares contra una operación específica de fracturación hidráulica en los Estados Unidos a ampliar su resistencia convenciéndose de la necesidad de formar alianzas con otros grupos y comunidades afectadas indirectamente por la industria de fracking.
La historia de la mina de barita en las comunidades ixiles de Guatemala no es una historia única. Más bien, es una historia que se repite en la mayoría de las comunidades rurales y agrarias afectadas por la llegada de empresas transnacionales mineras y energéticas codiciando su la riqueza de sus territorios. El engaño y la mentira, la arrogancia del paternalismo, y el lenguaje orwelliano que disfraza agendas ocultas serán reconocidos y comprendidos por las pequeñas comunidades alrededor del mundo. Estos paralelos en las historias son otro motivo para conectar los movimientos locales de resistencia a lo largo de las líneas de producción-consumo-eliminación de nuestra economía global.
El Director de Operaciones de la empresa Couble Crown Resources, Antonio Castillo, declaró recientemente en un comunicado de prensa que "a través de la investigación de mercado durante el año pasado nos dimos cuenta de que (la mina en Guatemala) fue una fuente muy preciada de barita de alta calidad." Siendo que la propuesta mina de barita se encuentra a muchos kilómetros de la carretera en medio de un bosque comunal de las arrinconadas comunidades maya Ixil, ¿qué tipo de "investigación de mercado" utilizó la empresa?
Double Crown compró los derechos a la mina propuesta de otra empresa llamada Geominas S.A. En febrero de 2010, Jorge Luis Avalos, dueño de Geominas S.A. con quien Double Crown se ha asociado, fue detenido por las comunidades mayas ixiles alrededor del sitio de la mina por entrar ilegalmente y sin anunciarse en su tierra comunal. Después de debatir con los líderes comunitarios, el Sr. Avalos firmó un acta reconociendo que las comunidades ixiles no estaban de acuerdo con la mina propuesta y prometiendo que la empresa minera jamás nunca regresaría. Entrando a escondidas en el bosque comunal del pueblo maya ixil para juntar información es de hecho una novedosa forma de "investigación de mercado.”
En el mismo comunicado de prensa, Castillo comenta que "tenemos la esperanza de que los ingresos generados a partir de la revitalización de la industria de la minería en Guatemala puede cambiar la vida de la gente del lugar que viven en necesidad.” El comunicado de prensa no menciona, por supuesto, que nadie del pueblo Ixil pidió a la empresa que llegara para cambiar sus vidas. El concepto mismo de la necesidad o la pobreza, no sólo es un concepto occidental, pero también se utiliza descaradamente y vergonzosamente como excusa para justificar la inversión extranjera como un medio para "modernizar" y mejorar las áreas supuestamente atrasados, rurales y agrarias. En Guatemala, la excusa de la pobreza se utiliza comúnmente como una justificación para los proyectos de mega-minería, y la calificación de Castillo de que "la gente local" vive en "necesidad" parece seguir ese patrón. Aunque el estilo de vida tradicional de los agricultores maya Ixiles no parezca como la vida occidental, la mayoría viven vidas de dignidad ligadas a sus tierras ancestrales y su cosmovisión propia.
Double Crown Resources cree que "los funcionarios empresariales y gubernamentales guatemaltecas podrán aprovechar de un nuevo flujo de ingresos de largo plazo y de alto valor para crear o mejorar los servicios sociales... incluyendo la salud, la educación, las comunicaciones, los avances tecnológicos y mucho más." Esta ingenua esperanza pasa por alto la realidad de la corrupción rampante que define Guatemala donde el 1-5% de las regalías dadas por la industria minera casi nunca llega a la gente. La compañía tiene razón al decir que los funcionarios empresariales y gubernamentales “podrán aprovechar" del capital que inyectará la empresa minera, pero se olvidan de mencionar que el pueblo maya ixil que vive alrededor de la mina no recibirá otra cosa que la degradación ambiental que seguramente va a destruir los recursos que sustentan su tradicional vida agraria y forestal.
Por último, la compañía presumidamente afirma que "la barita de Guatemala es de la mejor calidad del mundo y ahora vamos a tener los derechos exclusivos a 100% del mineral procedentes de la explotación minera (del sitio).” Double Crown Resources ha estado en la región Maya Ixil de Guatemala por unos meses. El pueblo maya ixil de los pueblos de Salquil y Vicalamá han estado utilizando sus bosques y tierras de pastoreo comunal durante los últimos 2.500 años. No obstante, Double Crown parece creer y afirmar que una licencia de extracción firmado por los funcionarios del gobierno de Guatemala prevalece sobre los derechos del pueblo Maya Ixil sobre las tierras que han habitado y cuidado durante incontables generaciones. El hecho de que la licencia fue firmada sin ningún tipo de consentimiento libre, previo e informado con el pueblo maya ixil ya se ha vuelto la norma con el Estado de Guatemala que tiene poco respeto por el derecho internacional.
Las comunidades afectadas por fracking en América del Norte, a pesar del fuerte poder de cabildeo que tienen las corporaciones de gas y petróleo, por lo general tienen al menos algún tipo de recurso legal para defenderse. El reciente caso de una familia en Texas que ganó una demanda de tres millones de dólares contra una empresa de fracking debido a la contaminación de sus tierras es un ejemplo que sería inimaginable en países como Guatemala, donde los intereses de las empresas mineras y energéticas multinacionales están protegidos hasta por la intervención militar.
Una resistencia unificada y coherente en contra de la industria fracking debería expandirse más allá de los efectos inmediatos sentidas por las comunidades donde fracking ocurre. Se debe llegar a forjar alianzas con otras comunidades vulnerables de todo el mundo que se ven afectadas por la extracción de muchas de las materias primas utilizadas en la industria de fracturación hidráulico. Juntos, las comunidades afectadas por los diferentes aspectos de la industria de fracking pueden unirse para formar una lucha común contra una industria que causa daño a lo largo de las líneas de suministro de nuestro sistema económico global.
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