Elecciones como espectáculo
16/11/2004
- Opinión
No se tiene siempre la oportunidad de experimentar pasmo ante
fenómenos mediáticos como el vivido con las elecciones en EEUU,
convertidas en caso de laboratorio. El despliegue informativo
rayó lo esperpéntico, sin que se adujeran razones objetivas
sobre el derroche de recursos. EEUU es, ciertamente, el país más
poderoso del mundo, sobre todo en términos militares. Dicho eso,
es preciso entrar a matizaciones si se quiere tener una idea
cabal del poder norteamericano, más allá de la propaganda y el
miedo.
Como unidad política, EEUU es el país económicamente más fuerte,
pero la Unión Europea es la mayor potencia económica y comercial
del mundo y la única que tiene clara su área de expansión. Desde
una posición geográfica privilegiada, abarca el continente
europeo, Asia Menor y África, con una extensa lista de países
ansiosos de sumarse a su prosperidad. EEUU, en cambio, está
resignado a enterrar su proyecto de Área de Libre Comercio de
las Américas, ante la oposición regional y el avance de las
fuerzas de izquierda, que se ha visto fortalecido con el triunfo
del Frente Amplio en Uruguay y los de Chávez en Venezuela.
China es la economía en mayor expansión y su mercado interno
apenas comienza a despertar. Su poder económico y comercial hace
temblar a las economías desarrolladas y de su capacidad de
influir en el escenario internacional dan medida los 250.000
millones de dólares que tiene depositados en EEUU. Sin
aspavientos ni parafernalias militaristas, avanza a paso firme
como gran potencia, rindiendo los mercados a golpe de
competitividad.
EEUU es, además, el país más endeudado del mundo y la reelección
de Bush hará, si no hay cambios dramáticos, más crónico ese
endeudamiento. La norteamericana es una economía dependiente de
los recursos externos que pueda captar, lo que la hace frágil a
los vaivenes de los mercados financieros. La guerra en Iraq está
devorando enormes recursos y la soledad imperial ha impedido que
otros países poderosos le ayuden con los gastos. Aunque la
derecha republicana sostenga que EEUU puede endeudarse hasta el
infinito, nadie ha logrado resolver de esa manera el dilema de
Samuelson de cañones o mantequilla.
La inquietud mundial por EEUU no es económica o comercial, ni
siquiera política. Lo que preocupa es su inmenso poder militar,
porque la humanidad se ha dado cuenta de que está manejado con
criterios irresponsables y guiado por iluminados políticos.
Desde la desaparición de la URSS, EEUU ha lanzado tres guerras
de agresión y ha desestabilizado regiones enteras del planeta,
con centenares de miles de víctimas. En marzo de 2004, la
británica BBC efectuó una encuesta mundial sobre las grandes
amenazas a la humanidad. El 52 por ciento de encuestados
respondió que la mayor amenaza era la política exterior de EEUU.
Una mayoría similar era la que apoyaba a Kerry, visto como la
alternativa sensata. Una mayoría de norteamericanos piensa
distinto, lo que no debe extrañar en un país donde la Asociación
Nacional del Rifle tiene tanto poder que da miedo a los
partidos. Para meditar.
Augusto Zamora R.
Profesor de Derecho Internacional y RR.II. en la Universidad
Autónoma de Madrid. Agencia de Información Solidaria
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