Los indígenas en el poder
22/12/2005
- Opinión
No es poco el espanto que provoca en Europa y Estados Unidos el
triunfo del indígena aymara Evo Morales. Acostumbrado durante siglos a
tener como interlocutores de Latinoamérica a representantes de las
oligarquías blancas, Occidente ve con recelo y desconfianza, no exenta
de racismo, el ascenso al poder de las mayorías excluidas de nativos y
mestizas. Han tenido que transcurrir cinco siglos para que los
indígenas pudieran recobrar el poder perdido en el siglo XVI. Ha
tenido que concluir la Guerra Fría, para que la gente pudiera votar
sin miedo al cuartelazo, la cárcel o la muerte.
Evo Morales es la antípoda del gobernante medio latinoamericano. No
habla inglés, sino español y aymara. No ha estudiado en ninguna
universidad extranjera, pues la única vez que salió de Bolivia, lo
hizo como emigrante a Argentina. Es campesino hijo de campesinos, con
escasos estudios de secundaria y su militancia política empezó cuando
las políticas ordenadas por Estados Unidos amenazaron a los suyos con
el hambre. Se lanzó al activismo luego de ver cómo la Policía
antinarcóticos quemaba vivo a un pobre cultivador de coca. Contará
luego que su dilema había sido organizarse o dejarse morir.
En el ínterin, los gobiernos neoliberales continuaban su subasta de
siglos de las riquezas y recursos naturales del país, el último de
ellos los yacimientos de gas. El malestar creciente encontraba
inspiración y lecciones en el vecindario. Ecuador, donde costaba más
elegir un presidente que destituirlo; Argentina, derrumbaba de forma
atroz por una minoría desnacionalizada. En especial Venezuela, donde
el ex militar Hugo Chávez, mestizo de origen humilde, ganaba
elecciones, sorteaba golpes de Estado y ponía en marcha un programa de
reformas cuyo destinatario principal era el “perraje”, término
despectivo usado por la oligarquía para referirse al pobreterío
venezolano. La izquierda renacía y tomaba el gobierno también en Chile,
Argentina, Brasil y Uruguay.
La sorpresa no ha sido el triunfo de don Evo, como lo llama ya la
derecha, sino la contundencia del mismo, pues ningún presidente, en
las últimas décadas, ha derrotado por una diferencia tan abrumadora a
su oponente. Por eso su victoria ha sido recibida como el inicio de
una nueva era, que pondrá fin al Estado oligárquico y posibilitará la
reorganización de Bolivia desde la inclusión de la mayoría indígena,
excluida durante 500 años del reparto de la riqueza, del goce real de
derechos y del gobierno del Estado.
El triunfo del MAS confirma y da un espaldarazo rotundo al proceso de
cambios que vive Sudamérica. Bolivia, previsiblemente, se integrará en
el Mercosur, estrechará vínculos con Venezuela y Cuba y potenciará a
los movimientos indígenas y de izquierda en Perú y Ecuador. Otra
consecuencia directa será reducir la presencia de EEUU en el país,
debilitar aún más su proyecto de ALCA y desmantelar su política hacia
la coca, cultivo tradicional indígena que dejará de ser perseguido,
pues su destrucción, además de demostrarse inútil como política
antidrogas, ha arruinado al campesinado boliviano.
Los otros grandes afectados, las multinacionales del petróleo, están
en una grave disyuntiva: aceptar las nuevas reglas o retirarse del
jugoso mercado boliviano. Poco margen tendrán y más lograrán si
aceptan el nuevo marco. Venezuela y Argentina ya habían adelantado
medidas dirigidas a poner fin al expolio de recursos. Bolivia hará
otro tanto. Como ha declarado Evo, las empresas extranjeras podrán
seguir haciendo negocios, siempre que acepten que el grueso de
beneficios debe servir al país.
Evo Morales agrega Bolivia al nuevo mapa político regional. No será el
último Estado. Latinoamérica avanza en la dirección de reducir
colonialismo, neocolonialismo y dependencia. Las acciones de Repsol
han bajado, las del pueblo boliviano han subido. Una buena noticia
para Bolivia y los latinoamericanos.
- Augusto Zamora, profesor de Derecho Internacional Público y
Relaciones Internacionales de la UAM, Agencia de Información
Solidaria www.infosolidaria.org
https://www.alainet.org/es/active/10259?language=es
Del mismo autor
- Estado gendarme 09/08/2009
- El fin del sueño imperial de Bush 17/11/2006
- 11-S, cinco años después: El fracaso de Bush 07/09/2006
- Detener a Israel 16/07/2006
- Entre dos izquierdas 19/06/2006
- Los indígenas en el poder 22/12/2005
- Ponerle vallas al hambre 13/09/2005
- Elecciones como espectáculo 16/11/2004
- Haití como evidencia 25/02/2004
Clasificado en
Clasificado en:
![Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS](https://www.alainet.org/misc/feed.png)