Detrás de la insolencia de las petroleras
19/09/2004
- Opinión
De pronto, Repsol endureció el gesto y amenazó, al gobierno y a
los parlamentarios, declarando que podía provocar con un
conflicto internacional, si se atrevían a tocar una sola coma de
los contratos que les permite mantener el mejor negocio que han
hecho en cualquier parte del mundo. Resulta curioso que, hace
apenas una semana, los personeros de esta misma empresa
declararon estar dispuestos a ajustar su contrato a la nueva Ley
de Hidrocarburos.
Con la decisión de Repsol de amoldarse a las nuevas condiciones
jurídicas y los principios de acuerdo con el gobierno brasileño
(en consecuencia, Petrobras), el presidente Carlos Mesa
consideraba superado el escollo más difícil en su relación con
las empresas petroleras. Las otras empresas, con inversiones
menores en el país, estaban en protesta a través de la Cámara de
Hidrocarburos, pero era evidente que se verían obligadas a
llegar a algún tipo de acuerdo.
La alineación de Repsol a la posición de las otras empresas, ha
cambiado la situación. Es más: la embajada de España en Bolivia
ha dado a entender que, el gobierno de Zapatero, respalda la
postura de esa empresa.
Mensajes sugestivos
La elaboración de la nueva Ley de Hidrocarburos avanzaba a paso
acelerado en la Comisión de Desarrollo Económico de la Cámara de
Diputados. Esta comisión está presidida por el diputado del MAS
Santos Ramírez. Sus 17 miembros pertenecen a todas las bancadas
y habían logrado un consenso importante, pese a que además de
los titulares se habían adscrito una quincena de diputados. Por
otra parte, el proyecto que finalmente presentó el presidente
Mesa al Congreso Nacional, difería en muchos aspectos del texto
que se preparaba en la comisión, pero coincidía en aspectos tan
importantes como la recuperación de la propiedad de los
hidrocarburos y la refundación de YPFB como empresa con
capacidad de actuar en todas las etapas de comercialización.
Entonces, desde la Cámara de Senadores –donde se asienta el
sector más derechista de los partidos tradicionales- se reclamó
hacer un trabajo conjunto. Teniendo en cuenta que surgirían
dificultades en el tratamiento, se aceptó la integración de los
senadores, entendiendo que de todos modos había que lidiar con
esas fuerzas.
Las discrepancias no se hicieron esperar. El senador del MIR
Hugo Carvajal, a quien se le encargó una de las cuatro
subcomisiones, promovió una invitación a las empresas
petroleras, pese a la opinión contraria del presidente de la
comisión. Desde el primer momento, Carvajal, dejó en claro su
coincidencia con los reclamos de las petroleras y, de hecho,
alentó las posiciones inflexibles que exhibió la Cámara de
Hidrocarburos en la sesión que presidió.
Las amenazas del representante de Repsol no tuvieron respuesta
por parte del gobierno. Al contrario, hubo una tímida
declaración anunciando que acudiría a la ONU en demanda de ayuda
para impedir que se concretaran tales amenazas; vale decir: el
gobierno reconoció un supuesto derecho de la transnacional
petrolera para utilizar el recurso de un juicio en tribunal
internacional en el que hará "valer sus derechos".
Esto nos lleva a una primera conclusión: las petroleras han
anunciado que no permitirán un cambio del modelo neoliberal. ¿En
qué basan sus expectativas?
Movidas subversivas
Once meses después de derrocado Gonzalo Sánchez de Lozada, se
han dado pasos importantes en la reorganización: reforma de la
Constitución Política del Estado, referéndum obligatorio sobre
política energética y, ahora, nueva ley de hidrocarburos.
Sancionada esta ley, implementada con la adecuación de todos los
contratos a las nuevas reglas del juego, habrían casi
desaparecido las posibilidades de retornar al esquema
neoliberal.
Resulta curioso que, en estas circunstancias, varios canales
privados de televisión –incluso PAT, del cual es propietario el
presidente Carlos Mesa-, emitieron un corto mensaje de Sánchez
de Lozada. Sin nada importante que decir, se limitó a mostrar
una imagen de estadista. Inmediatamente, en el MNR se produce
una conmoción de tal magnitud que provoca una restauración de
los "mandos gonistas" (así llamados los dirigentes afectos al
derrocado presidente). Simultáneamente, de esa estructura
reaparecida, salen anuncios de cerrada oposición al juicio de
responsabilidades que debe instaurarse por los sangrientos
sucesos de octubre.
Podrían apuntarse otros hechos que confirman la nueva situación,
como insubordinaciones en los mandos policiales y proclamas de
comités cívicos a favor de las transnacionales petroleras;
empero, lo señalado hasta aquí parece ser más que suficiente. La
derecha neoliberal se ha rearmado y, con mucha confianza en su
fuerza, está lanzando retos insolentes.
Acciones populares
Entusiasmado por el avance tenido hasta aquí, el pueblo se ha
lanzado a la campaña para las elecciones municipales de
diciembre. Este es el momento aprovechado por el neoliberalismo.
Pero este mismo entusiasmo puede ser aprovechado para organizar
la movilización en contra de la conjura neoliberal. Habrá que
vencer, una vez más, a nuestros enemigos.
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