El bautismo de Nicolás Maduro y el análisis de coyuntura

15/04/2013
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Nicolás Maduro debe sentirse muy orgulloso porque a pesar de esa bárbara campaña imperial opositora accede a nuevos escenarios en el orden nacional e internacional, además asume su nueva responsabilidad institucional con el reconocimiento del liderazgo nacional por cuanto le corresponde dirigir los destinos de la Patria por estos próximos años en exigentes circunstancias históricas,  mas aunando todo a la ausencia orientadora y física del Comandante Chávez.
 
Pero ¿qué hace crecer al nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela? Consideramos que es la envergadura de los enemigos históricos de la Patria que participaron de manera activa contraponiéndose contra el Proyecto de Patria y que no son otros que: el imperio estadounidense, coaligado con toda la contrarrevolución mundial y la cartelización de los portentosos medios de comunicación oligárquicos internacionales con sólidos y férreos nexos con la mediática antinacional, además la oligarquía apátrida y sectores de la población aún confundidos con la prédica oposicionista, contrarrevolucionaria pero de todos modos monitoreados, asesorados y financiados –hoy- por el gobierno de la administración Obama.
 
Ese son los enemigos que verdaderamente enfrentaban la candidatura de Nicolás Maduro y a los que Nicolás Maduro se enfrentaba, puesto que el candidato opositor como mequetrefe que es, no calzaba los puntos como líder antagonista; la candidatura antichavista  estuvo realzada y alentada tan sólo por el antichavismo fanático pero cuyo programa neoliberal fue edulcorado y sin presentación a la sociedad, la MUD carecía de direccionalidad y visión de país puesto que el Imperio estadounidense se reservaba -de seguro de ganar HCR - la conducción del gobierno en Venezuela y su industria petrolera. 
 
Aseveraba y se preguntaba el Dr. Ernesto Che Guevara: ¿Quién dijo que la Revolución es un lecho de rosas?
 
Ahora bien, hay que contar con un método científico de análisis propio de la investigación acción para que con un análisis de la coyuntura seamos lo suficientemente pedagógicos, didácticos, orientadores y lleguemos a conclusiones más allá de apreciaciones emocionales, que no dejan de ser importantes las emociones, pero necesitamos desnudar de un todo las aseveraciones o las críticas que nos tengámonos que hacer, medir su certeza, su pertinencia, su alcance y sus propósitos y el carácter dialéctico de esas consideraciones en la transformación de la realidad y de la consciencia.
 
La elaboración del análisis de coyuntura nos obliga a estudiar los actores, las realidades donde se desenvuelven, las condiciones materiales de vida de la población, las iniciativas propias y las del adversarios, entre otros aspectos ha considerar y que son propios –repetimos- del análisis de coyuntura. 
 
En virtud de lo anterior, no dejar de revisar nada, de cuestionar todo, pero siempre con la madurez, con la estatura y la hidalguía que da la talla de cada quien, sin vedettismo, sin personalismo, para que el quehacer intelectual y práxico individual y colectivo sea una modélica estimulante para acentuar la lucha ideológica, la consolidación de la Revolución Socialista Bolivariana pero a consciencia de los flujos y reflujos que entraña la lucha de clases y las contradicciones.
 
Por lo tanto hay que analizar y evaluar el PSUV. Analizar y evaluar el GPP. Analizar y evaluar los movimientos sociales y sus expectativas a corto y a largo plazo. Analizar y evaluar si la institucionalidad del Estado heredado ha avanzado hacia la conformación de la nueva institucionalidad que entraña un Estado Social, de Justicia y de Derecho o si por el contrario, dicha institucionalidad está anclada aún en el Estado burgués liberal. Además verificar si la institucionalidad actual son espacios de formación socio política para coadyuvar a elevar la consciencia y compromiso con la Revolución Socialista Bolivariana y superar su propia razón de ser con una Institucionalidad propia del gobierno y del Estado bolivariano.
 
Es pertinente evaluar y afinar aún más la política comunicacional que sigue siendo una vulnerabilidad por lo dispersa e incoherente, además de no estar centrada, ni vinculada con la gestión y obras del gobierno, tanto las realizadas y por realizar.
 
Las políticas públicas han de estar concordadas con los planes estratégicos y estudiar estado por estado y localidad por localidad, generando así prioridades y esas prioridades o todas las políticas públicas han de estar y deben obtener saldo organizado además de la obtención de consciencia programática y la participación protagónica del pueblo.
 
Si realzamos la visión programática colectiva teniendo el texto constitucional como orientador, así como el Plan de la Patria 2013 - 2019 se superpondrá el alcance estratégico y táctico por encima de visiones parceladas, sectarias y concepciones personalistas que tanto daño han hecho en cualquier latitud y a experiencias novísimas.
 
¡Viva Chávez! ¡Viva la Revolución Socialista Bolivariana!
 
Facebook / Gaspar Velásquez Morillo
@gasparvelasquez
 
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