Cinco zonas estratégicas de seguridad

21/01/2013
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El Diario Oficial de la Federación publica los 12 acuerdos aprobados en la II Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública (17/XII/2012). Entre los acuerdos presentados por el presidente Enrique Peña Nieto destaca el eje de la nueva estrategia de seguridad y prevención del delito, que divide al país en cinco instancias de coordinación regional.
 
La creación de cinco zonas estratégicas, propone llevar adelante el nuevo paradigma de seguridad, la coordinación. Se pretende elaborar y “aterrizar” la política nacional de seguridad, a partir de las regiones, atendiendo a su especificidad, prioridad y recursos asignados.
 
Se reconoce que la estructura militar y naval organizada en 12 regiones militares (Secretaría de la Defensa Nacional) y en siete zonas navales (Secretaría de Marina), no coincide con las cinco regiones creadas; se advierte que no son obsoletas.
 
En las cinco regiones se destinará un delegado de la Sedena, de Semar, de la Secretaría de Gobernación y de la Procuraduría General de la República.
 
La nueva estrategia de seguridad, divide al país en cinco regiones estratégicas:
 
a) Noroeste: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.
 
b) Noreste: Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas.
 
c) Occidente: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas.
 
d) Centro: Distrito Federal, estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala.
 
e) Sureste: Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
 
Destaca en la nueva estrategia de seguridad y prevención del delito, que por primera vez en la historia de México se sustente con un carácter geopolítico y geoestratégico al país en cinco regiones.
 
Se superan de esta manera, los criterios tradicionales en base a delimitaciones geográficas de entidades y su simple agregación, para pasar a la visión de la región y su eje de vertebración nacional.
 
La delimitación en regiones estratégicas permite la elaboración de políticas en materia de seguridad y homologarlas.
 
Lo más importante, permite que el paradigma de la nueva seguridad, o sea, la coordinación, se establezca desde la base, las regiones.
 
Definida la coordinación regional, se establecen recursos, conforme a planes estratégicos y operativos concretos.
 
Si bien las regiones están constituidas por cinco o siete estados, sus formaciones socio-históricas, físico-geográficas, como condiciones específicas de seguridad son cualitativamente diferentes.
 
Esto es válido tanto al interior de las regiones, como entre las regiones colindantes o en el conjunto de ellas. El establecimiento de cinco regiones no es una camisa de fuerza; en las colindancias de regiones y fronteras impera el principio de coordinación y el de acciones indispensables.
 
Si partimos del análisis de las cinco regiones, en el caso del sureste encontraremos aspectos relevantes, es la Puerta del Sol de México. Veremos cómo comprende los estados tradicionales desde la Península de Yucatán, pasando por Chiapas-Oaxaca y Tabasco-Veracruz. Destaca el hecho de Guerrero, que en esta regionalización de seguridad se ha incorporado al Centro. Obedece a la necesidad de evitar la creación de un eje insurgente que articule Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero.
 
Es la única región del país que está rodeada de dos mares, el Golfo de México y el Océano Pacífico. Esto significa que cuenta con un paso estratégico como lo es el Istmo de Tehuantepec.
 
Dotada la región de una impresionante cantidad de recursos estratégicos, concentra la mayoría de etnias y de pobreza extrema. Por el contrario, es la región con menos infraestructura y producción industrial y de equipamiento para el desarrollo de ciencia y tecnología para transformar y darle valor agregado a las materias primas. Paso obligado para el ingreso de migrantes de Centro y Suramérica. A la vez de rutas de armas, narcotráfico y mercado de prostitución internacional.
 
La región Centro se constituye por el Distrito Federal, estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala; entidades que están conurbadas con el DF, Edomex, Hidalgo y con una fuerte influencia Morelos, Cuernavaca-Cuautla. Con un papel relevante-estratégico Puebla-Tlaxcala.
 
La incorporación de Guerrero al Centro con propósitos de elevar su desarrollo y a la par desagregarlo de la región Sureste, de Oaxaca, para reducir su conflictividad e interconexión con Michoacán. Es el retorno al modelo del “marquesado”.
 
Concentra el conocimiento técnico-científico de México, pero de manera desorganizada, por ser el mayor centro poblacional del país y contar con el mayor número de instituciones educativas y de investigación superior, público-privadas.
 
De la misma forma, tiene el aparato de planeación y decisión del país, en lo político-financiero y en decisiones estratégicas de inteligencia y seguridad. A la par que el sistema de servicios y de producción y toma de decisiones en esta materia.
 
La región Occidente es la que menos homogeneidad y desarrollo relativo posee. Cuenta con parte de la zona minera nacional, la gran riqueza minera histórica ha sido producida en esta región.
 
De la misma manera su dinámica en torno a la violencia, presenta fuertes contrastes y disparidades. Pero las entidades que registran una dinámica de mayor violencia, afectan y contaminan las fronteras vecinales. No obstante, su lecho histórico formativo, les genera una dinámica de integración y complementación muy prometedora, para contrarrestar violencia y su base la pobreza.
 
La región Occidente es la principal zona expulsora de población. Los estados que la integran compiten por obtener el primer sitio en la obtención de remesas y por ser los mayores contribuyentes a la formación de riqueza en Estados Unidos. El equilibrio entre expulsión y oportunidades de vida, no ha sido potenciado con cadenas productivas y de bienestar social.
 
La región Noreste concentra la mayor violencia en la frontera estadunidense, lo que ha afectado a la mayor infraestructura productiva de México y frenado su crecimiento, a la par que ha visto desmantelar la inversión realizada por el Estado.
 
El Noreste como el Sureste cuenta con recursos energéticos, localizados en la Cuenca de Burgos. Pero de igual forma que en la región sureste, la población del Noreste se mantiene marginada de la riqueza generada por los energéticos. Particularmente los mineros del carbón que aportan la mayor producción.
 
La industria minero-siderúrgica avanza como ha avanzado la economía del país, en reversa. Por ello, no alimenta la producción de maquinaria y equipo para reindustrializar al país; los equipos tecnológicamente son atrasados y la productividad y competitividad no se puede elevar con reducción del salario, sólo invirtiendo y reconvirtiendo la planta tecnológica productiva con retro ingeniería e innovaciones aportadas por nuestros técnicos y científicos.
 
Por último o en primer término, contamos con la región Noroeste. Destaca desde luego la otra península de México, la de California y el rico Mar de Cortés. La producción minera es pródiga, tanto en minerales como en metales preciosos como estratégicos. Pero igual que en los energéticos del Sur y Noreste, la población sólo ve pasar la riqueza frente a sus casas, mientras las oportunidades se van, la pobreza permanece y el desarrollo no se logra.
 
Son las entidades que han aportado los dirigentes más afamados de los cárteles mexicanos. Desde que el país ingresó al libre mercado, la producción nacional se extendió del Triángulo de Oro, por todo la vertiente del Pacífico hasta Chiapas, para atender la gigantesca demanda que se amplió no sólo en el mercado estadunidense sino en el europeo y otros mercados potenciales de Asia.
 
La “pequeña” Colombia, Sinaloa, prospera; se convirtió en potencia productora-importadora-exportadora. Afamado como el jefe de la corporación del ramo más exitoso por la revista de los más ricos del mundo, se ha impuesto al diseño de un grupo extrafronterizo, favorecido por el valor estratégico-financiero de su mercancía para la recuperación de la economía de lo que fue la primera potencia.
 
La planeación de la estrategia de seguridad en las cinco regiones definidas por el Consejo Nacional de Seguridad, requiere para dar los resultados esperados en materia de disminución de la violencia y seguridad para la población, de la vertebración con otras acciones de los tres niveles de gobierno.
 
A la par que recuperar la convivencia democrática en paz, se requiere incrementar los niveles de vida de la población. El enfoque regional, lo hace factible en la medida que aterriza lo decidido a nivel central, tanto por el gobierno federal, estatal y municipal. La participación de la población en el programa de seguridad como en el de la producción y el del bienestar social compartido, se requiere no sólo de las élites sino de los expertos, así como de productores sociales del campo y la ciudad.
 
La decisión del presidente Enrique Peña Nieto de poner en marcha las cinco regiones de seguridad, es un paso decisivo para colocar al alcance de la gente la tranquilidad.
 
Rodolfo Sánchez Mena / Juegos de poder
 
Fuente: Forum en línea
 
https://www.alainet.org/es/active/61086
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