La larga campaña mediática de los grandes medios -televisivo, radial, escrito y digital-, iniciado inmediatamente después de la elección de Fernando Lugo como presidente de la República, en agosto del 2008, tuvo su clímax el pasado 22 de junio con la deposición de aquel, arropado con un juicio político en el Congreso que contó, en forma uniforme, con el voto de todos los partidos –PLRA, Unace, ANR y Patria Querida- que sustentan el modelo de gobierno oligárquico.

 

 

La lectura que se sostiene en este artículo de lo ocurrido con la deposición de Lugo es la del Consenso Oligárquico: una eficiente articulación de los sectores de poder real (agroganaderos, importadores, banqueros, pequeños industriales, grupos económicos al margen de la ley, la cúpula d ela Iglesia Católica) con los partidos con representación mayoritaria en el Parlamento. Una articulación concitada por la masacre de Curuguaty, aquel 15 de junio, pero planeada mucho antes de este hecho. Esta articulación es palpable en el rápido (7 días a partir del hecho desencadenante) acuerdo político y en la disciplinada votación en el Congreso por la deposición de Lugo.

 

 

Si decimos que el clímax mediático se produjo el día de la deposición del gobierno anterior, es porque antes hubo una larga y agitada tarea de preparación para ese clímax. Nos referimos a la campaña mediática que comenzó el mismo día en que Lugo fue electo presidente, el 20 de abril de 2008; una campaña que tuvo matices, intensidades diferentes, treguas breves y actores mediáticos que tuvieron actuaciones que fueron de lo radical anti a lo “neutral”.

 

No será posible en este artículo describir las actuaciones de cada medio, con las incontables publicaciones que arrojaron en la campaña mediática. Si será posible describir sus ejes, y cómo actuaron algunos de los actores más importantes.

 

 

De las publicaciones periodísticas anti Lugo se pueden sacar dos ejes discursivos que atravesaron la campaña mediática: a) La “inseguridad ciudadana” por la proliferación de “invasores” de tierras, “guerrilleros-terroristas” y “comunistas” b) La vinculación política de Lugo con los grupos que generan “inseguridad” a la “ciudadanía”. Se publicaron muchos supuestos –y algunos ciertos- hechos de corrupción del gobierno, así como su supuesta ineficiencia para resolver los problemas sociales del país, pero no fueron estos los que movieron el engranaje del libreto mediático. El libreto fue “un gobierno comunista” que “protege a “invasores” de tierra, a “campesinos haraganes” y a “guerrilleros” del EPP.

 

Pondré dos ejemplos temáticos, centrales, de la campaña referida. Uno es la “protección política” que Lugo daba a los “carperos” (la organización campesina de la Liga Nacional de Carperos) para sus “invasiones”. Montado sobre las ocupaciones de tierra de los campesinos sin tierra de esta organización, presentaron a Lugo – y a todos sus aliados de izquierdas- como una amenaza “real” a la propiedad privada de -por extensión- todos los ciudadanos del país. El resultado de esta campaña puntual fue la consagración connotativa-peyorativa de la palabra “Carpero”, y Lugo era eso.

 

El otro ejemplo es el Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP). Igual que en el caso de los “carperos”, las publicaciones sobre los supuestos vínculos de Lugo con el EPP fueron incontables; publicaciones en los que se sugería, acusaba o se dudaba de la relación de Lugo con los “guerrilleros” del EPP.  La coronación de esta campaña puntual asoció al ex presidente con el EPP.

 

 

De los actores mediáticos, citaré a tres porque dibujan perfiles que caracterizaron el abordaje informativo de los medios ante la deposición de Lugo:

 

ABC Color fue el actor más radical anti Lugo. Sus tapas informativas y sus editoriales eran acusaciones directas contra el gobierno. Así, ABC se convirtió en la voz “panfletaria” del libreto mediático; voz que no dejaba duda de su posición anti, sin cuidar el juego de la mediación, en la que el medio juega a la “neutralidad” distanciándose del hecho o actor de que/quien se informa. Como prueba de la fidelidad a esta línea, este diario, en uno de sus editoriales de la semana del Golpe de junio, exige, en nombre de la “ciudadanía”, que “Lugo debe ser sometido a juicio político”.

 

Los medios del Grupo Vierci jugaron un papel que intercambio la clara oposición y lo “neutral” en su abordaje informativo. El diario Ultima Hora, el Canal 4 y la Radio Monumental desarrollaron líneas editoriales e informativas entre la abierta oposición y el juego de distancia “objetiva” ante el gobierno Lugo. Pero, aunque menos claro que el discurso de ABC, sus publicaciones fueron del lado de los que hicieron el Golpe.

 

Radio Caritas mostro el clásico perfil de la “neutralidad” periodística; el del juego de la mediación en donde el medio es apenas una “intermediación” entre la sociedad y los actores políticos en pugna; una intermediación en la que muestra, como un “espejo”, lo que hacen los actores, sin involucrarse. Su función (expresada principalmente en su programa informativo matinal) fue la de “mostrar la realidad” contando simplemente lo que pasaba, “sin ponerse a favor ni en contra” de los sectores en disputa. Este juego de la “neutralidad” periodística  no es sino otra forma más de tomar posición en la batalla, puesto que ningún medio está fuera de la realidad en la se desata la batalla.

 

 

Expuestos, en líneas generales, la campaña mediática, el escenario político, los actores y sus abordajes periodísticos, cabe concluir en este artículo que los medios masivos comerciales –no los comunitarios, los alternativos ni los estatales- cumplieron un activo papel de legalización –no legitimar, porque no pudieron hacerlo- y de justificación del Gobierno de Federico Franco; y contrariamente, justificaron la expulsión de un cuerpo extraño del viejo Estado Oligárquico.  Cumplieron este papel porque ellos, los medios, son parte de la estructura de poder oligárquico del país, puesto que sus dueños se benefician de esa estructura.

 

Fuente: este artículo fue publicado en la última edición de la Revista “Acción”, editado por el Centro de EstudioParaguayo Antonio Guash (Cepag)