La ley de hidrocarburos debe tener una nueva concepción
01/03/2004
- Opinión
Al comenzar el año, el presidente Carlos Mesa anunció que elevaría,
al Congreso Nacional, a fines de enero, un proyecto de reforma dela
Ley de Hidrocarburos. Comenzando marzo, aún no se conoce tal
proyecto.
El presidente Mesa ha intentado llegar a acuerdos con las
transnacionales que explotan y comercializan los hidrocarburos
bolivianos. Las presiones que han comenzado a provocar estas
empresas –tanto directamente como a través de organismos
internacionales–, han conducido a un atolladero del cual, el
gobierno, no ve una forma de salir.
Por su parte, las organizaciones sociales y los sectores movilizados
en octubre del año pasado, esperan impacientes la modificación de
los contratos relativos al gas, que fue prometida por el gobierno.
Mesa tiene muy pocas alternativas y debe actuar en los días
siguientes.
Difícil decisión
Carlos Mesa fue parte del gobierno anterior. Conceptualmente, fue un
ferviente promotor del modelo neoliberal y, presumiblemente, sigue
considerándolo válido. Las jornadas que protagonizó el pueblo
boliviano en octubre, hasta derrocar al entonces presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada, lo obligaron a asumir compromisos que están en
contra de esa concepción.
La revisión de los contratos con las empresas petroleras
transnacionales es un tema prioritario en la agenda presidencial.
Precisamente por eso, Mesa se apresuró a anunciar la presentación
del proyecto mencionado. De inmediato inició conversaciones con
estas empresas sobre la base de un proyecto que confirmaba el valor
de las regalías (18 %) pagadas al Estado y proponía un impuesto
ascendente que podría llegar al 32 %, conforme a los volúmenes de
explotación.
Las empresas han alargado las consultas y, hace unos días,
anunciaron que están dispuestas a pagar un impuesto que alcance al
5%. El gobierno ha mantenido un cauteloso silencio hasta ahora,
aunque es claro que, si envía su proyecto al Congreso con tales
cifras, provocará una airada reacción popular.
Cifras ocultas
El presidente Mesa creyó hallar, en las petroleras, predisposición
para un rápido acuerdo, pues su proyecto de ley les otorga ventajas.
El magro 18 % que éstas pagan como único tributo al Estado boliviano
se establece sobre el llamado "precio en boca de pozo"; es decir,
los volúmenes de gas que salen del pozo se multiplican por ese
precio y, luego, se calcula el porcentaje de regalías. El proyecto
que el gobierno discute con las petroleras ya no habla de "boca de
pozo", sino de "punto de fiscalización de producción". Hay un tramo
entre uno y otro, que permitiría disminuir los volúmenes de gas para
el cálculo de las regalías.
Capítulos enteros del proyecto están dedicados a la descripción y
forma de cálculo de las regalías, así como de los impuestos a pagar.
Algunos son imposibles de aplicar como el caso de la parte de las
regalías que corresponde al Tesoro General de la Nación (6 %); el
proyecto distribuye el destino de ese monto en cinco sextas partes,
dos sextas partes y una sexta parte, resultando nueve sextas partes,
partición que será revisada. Pero, tales revisiones pueden permitir
negociar reducciones.
Las expectativas
La movilización popular de octubre demandó la recuperación de la
propiedad de los hidrocarburos. El decreto 24806 les otorgó tal
propiedad a las petroleras, desde el momento en que éstos salían del
pozo. Al ser propietarias, las empresas nos venden los hidrocarburos
a precio internacional.
A esta demanda, el gobierno respondió anulando el mencionado
decreto. Sin embargo, como los contratos se basan en esa
disposición, habrá que revisarlos para hacer efectiva la
recuperación de la propiedad por el Estado boliviano. Este paso no
se ha dado y, el Ministro de Hidrocarburos, ha insistido en que los
mismos son irrevisables.
Por otra parte, al haberse recuperado la propiedad, el Estado
boliviano es socio, al menos en igualdad de condiciones, en la
explotación y comercialización de los hidrocarburos. Reconociendo
los contratos existentes, una vez que sean revisados para adecuarlos
a la realidad actual, las regalías que corresponden al Estado deben
ser del 50%.
Hasta ahora, los contratos han sido de entrega total de todas las
operaciones a las transnacionales del petróleo. En las actuales
condiciones YPFB, la empresa estatal, figura como asociado nominal
sin ningún derecho. Es urgente fortalecer a YPFB para que pueda
operar como administrador en todas las operaciones. Ese
fortalecimiento puede darse recuperando fondos de capitalización que
están en manos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP's)
para tal propósito; este es tema del referendum que debe realizarse
hasta junio próximo.
Plazos perentorios
El presidente Mesa debe advertir que se han vencido los plazos. El
debate en el Congreso Nacional sobre la nueva Ley de Hidrocarburos
debe iniciarse ya mismo. De lo contrario, se iniciarán nuevas
movilizaciones populares.
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