“Democracia para Amador”

25/03/2012
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“Tras el fracaso de las economías del socialismo realmente existente;
tras el fracaso, más oculto pero más tenaz, del capitalismo; tras el
fracaso de las formas de capitalismo de Estado; tras el fracaso de las
economías postsocialistas, la única vía es reinventar zapatos, caminos,
mapas, carretas, y recuperar razones para ponerse de nuevo en marcha”.
Juan Carlos Monedero: El gobierno de las palabras, p. 281
 
 
¿Quiere usted un ejemplo vivo de la decadencia del pensamiento? Es muy fácil: observe con detenimiento lo dicho y hecho por el trío de expresidentes que desfilaron por la banca privada en plan de consejeros sobre la democracia. En verdad, con un mínimo de perspicacia, nadie estaría esperando genialidades intelectuales de estos venerables personajes. Alguien podría suponer que estos señores acomodaron sus discursos para portarse de forma políticamente correcta ante el tenor de los anfitriones. Pero no hace falta esta interpretación tan alada. Lo dicho corresponde demasiado fielmente a lo que bulle en la cabeza fatigada de estos políticos. Allí nunca ha habido pensamiento (salvo en los lejanos tiempos en los que Fernando E. Cardozo aparecía en las fotos de familia de los dependentólogos). Nada de raro pues esta colección de lugares comunes sin el más mínimo esfuerzo por agregar aunque fuera un matiz de originalidad.
 
Respecto a la jugada publicitaria, nada de pecaminoso que un banquero busque por allí los modos de legitimar su posicionamiento en el mercado de la opinión pública. Respecto a los invitados, sin pena ni gloria. Si usted le borra el crédito de “expresidentes”, allí no queda nada. Ya sabemos que pensar y ser presidente no van necesariamente juntos. Es más bien raro que un personaje de estos tenga algo interesante que decir (pregúntele a R. Reagan, a M. Thatcher, a Busch, a Fox, a Jaime Lusinchi, a Pinochet, a A. Uribe, a Asnar, a Fujimori. a Sarkozy o a Berlusconi) Una brevísima lista del bochorno intelectual que acompaña impúdicamente a una más larga constelación de nulidades que, no obstante, pueden desfilar por el mundo con grandes honores y prosopopeyas.
 
En el caso que nos ocupa hay una nota un poco más vergonzante: se trata de personas que actúan bajo el manto del “socialismo” o en los paraguas de la “izquierda”. De nuevo, un palmario ejemplo de la vaciedad de esas palabras. Basta una rápida mirada a sus gobiernos para constatar el patetismo de administradores de la crisis del capitalismo sin ningún rastro que recuerde alguna vocación—aunque lejana—de transformación de la sociedad. Los señores González, Cardozo y Lago, representan netamente a un tipo de izquierda liberal que se postró inocuamente ante la fatalidad del capitalismo. El saldo neto de su tránsito en funciones de gobierno es francamente calamitoso (sobre manera, de cara a las pretensiones de un referente “socialista” o cosa parecida)
 
Pero todavía podría quedar el consuelo de personas que son portadores de una reflexión teórico-política que insinúa alguna novedad, alguna gracia discursiva. Pues nada de nada. Lo que vemos es un aplanamiento de la reflexión, trivialidades dichas con voz de autoridad, pajudeces que a cualquier estudiante de primer año de ciencias políticas, le daría pena. ¿Hay necesidad de exponerse de esta manera?
 
Mucho más digno es pasar su retiro en el anonimato, sin hacer estos tristes papelones. La audacia del señor Asnar, por ejemplo, de dictar cátedra en universidades fantasmas, es el colmo del ridículo. Basta un mínimo de precaución personal para que no falte el decoro y el sentido de las proporciones. Estos señores han de tener otros méritos con los cuales vivir su jubilación sin sobresaltos. ¿A qué viene esta pretensión de dar consejos? La maniobra de un montaje para atacar al gobierno es muy burda. Se puede hacer de muchas maneras, sin necesidad de ser marionetas de los poderes fácticos. A partir de allí flaquea la autoridad moral, que sumada a la completa falta de probidad intelectual, nos coloca en la evidencia de un show publicitario sin destino.
 
La derecha tiene de dónde agarrarse, por qué entonces estos desatinos. Pídanle consejos a Fernando Savater.
 
https://www.alainet.org/es/active/53654
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