La presencia en El Salvador de la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley

16/02/2012
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Recientemente, la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley (ILEA), calificada por muchos como un eufemismo de la antigua Escuela de Las Américas, o en todo caso apéndice de ésta, a través de su vocero Kevin Wetmore, Oficial de Seguridad Diplomática de los Estados Unidos,  hizo saber en suelo salvadoreño a los países de América Latina, o mejor seamos claros y digamos sin rodeos, amenazó con que «Si llegase a pasar algo a los protegidos, la relación con los gobiernos “tendría grandes repercusiones políticas para el país”», refiriéndose y dándole prioridad a delegaciones de los Estados Unidos. Es de notar que los EE.UU exigen inmunidad diplomática para sus guerreros de la sombra y soldados de ocupación, y que no reconocen ningún organismo internacional cuando no les conviene.
 
La Escuela recibe apoyo, o está bajo el mando del Servicio Secreto del Gobierno de los Estados Unidos, para no decir la CIA. Es decir, de quienes entrenaron a los asesinos que practicaron los vuelos de la muerte en Argentina, y al capitán Roberto Leiva que en El Salvador también practicó vuelos de la muerte, lanzando personas vivas y atadas al Pacífico. De los que entrenaron a los otros militares que aparecen involucrados en estos vuelos, según cable de la CIA dado a conocer por el medio digital salvadoreño «La Página»: comandante René Hurtado, capitán Rafael Humberto Palacios y general Juan Rafael Bustillo.
 
La misma clase de personal que entrenó a los militares que asesinaron a Monseñor Óscar Arnulfo Romero, a los padres jesuitas de la Universidad Católica (UCA), a los que cometieron los crímenes en El Mozote, en San Vicente y Cabañas; de quienes entrenaron a los militares que cometieron hechos tan horribles como el que cuenta entre lágrimas la educadora Graciela Colunga, sobreviviente de la masacre de Hualcinga, en Chalatenango. Dice ella que tirada en el suelo le dijo a un soldado que le entregara a un niño herido que tenía, pero él lo agarró del pie y le reventó la cabeza en un árbol.
 
El modelo económico neoliberal está agotado, pero su agonía está produciendo en el mundo una crisis económica de magnitudes astronómicas, Grecia es un ejemplo. Los Estados Unidos ya no son el país hegemónico mundial, pero como son la potencia militar más grande pueden seguir amenazando y tratando de apoderarse de los recursos naturales que ahora le son vitales, y que ellos consideran una cuestión de seguridad nacional.
 
Pues es a eso que se refiere la palabra militarización. A ver si dicho de esta manera el Presidente Funes lo entiende, y en lugar de enredarse en la aparente forma del término militarización, mejor ve en profundidad lo que este significa.
 
Significa establecer una presencia militar y normas tales, que paralicen al pueblo como lo hacen ciertos predadores con sus víctimas. Inmovilizar a nuestros pueblos para que no se defiendan, o por lo menos dejar sentado el principio que les permita cargar contra la población civil opuesta a sus planes de agresión, igual que en Irak, en Libia y como lo están haciendo en Afganistán. En estos países, estemos o no de acuerdo con la fe religiosa de muchos combatientes, no se puede negar que luchan para defender el suelo patrio y expulsar al invasor que quiere adueñarse de sus recursos naturales.
 
A ver si nos entendemos Presidente Funes, con que lo que se ha venido diciendo significa que cuando así lo dispongan los militares salvadoreños por designio del Norte, el que ose defender a la patria será considerado un enemigo.
 
Más claro aún: cuando los Estados Unidos disponga una acción militar contra cualquier país del continente, para robarle sus recursos naturales, tener amarrados a los pueblos hermanos para que no intervengan o, ¡ay! «  Si llegase a pasar algo a los protegidos, la relación con los gobiernos “tendría grandes repercusiones políticas para el país”».
 
 Y por todo eso es importante ahora que la población va a elegir alcaldes y diputados, entender que lo que está en juego es, ser colonia o ser libres; poder acudir para darle la mano al hermano país agredido o sentarse a ver, mientras nos llega el turno de ser agredidos si protestamos por ser colonia.
 
El Salvador no puede regresar al pasado y permitir que quienes gobernaron durante 20 años regresen y sean de nuevo la continuidad de los 60 años de dictadura que comenzó con Martínez en 1932, después se disfrazó de PRUD, luego de PCN, después de ARENA y ahora pretende hacerlo de GANA y de CN (antes PCN).
 
El pueblo no debe esperar que del cielo baje la línea de trabajo político. Si la columna se encuentra empantanada en la pradera, corramos a darle la mano y ayudarle a salir. Hay que participar en el puerta a puerta para ayudar a los indecisos, y formar comités de cuadra, de barrio, de pueblo, de cantón, de fábrica, de escuela, de universidad, de sindicato, de gremio. Que en esos organismos de base se estudie la historia reciente de la patria, para estar claros de lo que tenemos que hacer, y ni siquiera permitir que del extranjero vengan ahora a amenazarnos.
 
El objetivo de los Estados Unidos es claro, crear un cinturón militar en los países del área para poder llevar alegremente sus planes intervencionistas más adelante. El verdadero enemigo de El Salvador también está claro: la derecha nacional y un imperio decadente, y léase bien, el imperio, los que mandan en Wall Street y no los Ocupa Wall Street, ni el resto de la población golpeada por el hambre y la pobreza de ese país, que también son un pueblo hermano que sufre las mismas injusticias.
 
Los salvadoreños deben decir : ¡No a la bota militar extranjera!, ¡No a la derecha nacional!, sea ésta ARENA o GANA, que es lo que en definitiva significa la presencia en El Salvador de la Academia Internacional para el cumplimiento de la Ley (ILEA).
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