Resistencia y comunicación popular

Cuando el silencio se vuelve legítimo

06/05/2011
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  • Opinión
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Las radios comunitarias de Honduras son la principal forma de resistencia al régimen de Porfirio Lobo, así como el centro fundamental de amenazas y agresiones.
 
“Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa” decía Ernesto Sábato en su obra “La Resistencia”. Tal vez no por su influencia, pero sí por la del régimen dictatorial que les toca vivir, el pueblo hondureño ha decidido no callar.
 
Porfirio Lobo, actual presidente de Honduras, inició su mandato en enero de 2010 luego de que un golpe de Estado derrocara, a fines del año anterior, al mandatario constitucional Manuel Zelaya. Desde ese momento, y fieles al régimen, los periodistas de los medios de comunicación masivos han manipulado la verdad en pos de generar consenso y ayudar a Lobo a mantener su poder.
 
Las radios comunitarias se revelaron como un elemento radical para los sectores en contra del golpe. Conformadas en un gran espacio para hacer oír todas las voces, intentan alcanzar y proteger los derechos de quienes, aún en tiempos de tiranía, favorecen el debate por una democracia ya sofocada. 
En Honduras -país con raíces indígenas y afrodescendientes- las radios comunitarias son un importante aporte a la asimilación cultural: los locutores son libres de hablar la lengua de su pueblo y denunciar la apropiación que se está realizando de sus tierras. Desde el 2009, las radios ampliaron sus acusaciones a temas socio-ambientales y violaciones de derechos humanos, tópicos desafortunados para la gestión de Lobo.
 
Frank La Rue, relator especial para la Libertad de Expresión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestó su “preocupación por el endurecimiento de las medidas adoptadas por el Gobierno de Porfirio Lobo en contra de las radios comunitarias”, resaltó “la importancia del derecho de los ciudadanos a estar plenamente informados sobre las actividades de los funcionarios públicos”, y llamó “al gobierno hondureño a tomar en cuenta la libertad de expresión, particularmente el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”
 
El ataque del régimen a las radios comunitarias comenzó en el plano legislativo. Con la excusa de un alto grado de saturación en la ocupación del espectro radioeléctrico, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) comenzó a amenazar con lasuspensión de permisos y licencias de frecuencias radioeléctricas destinadas a la operación de estaciones de baja potencia.
 
Tomas Gómez Lembreño del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) expresó: “Esta es una amenaza a la libre expresión de los medios de comunicación alternativos. Buscan la forma de cerrar nuestros medios coartando el derecho a la libre expresión, a pesar de que el Convenio 169 de la OIT da esta oportunidad en defensa de nuestras comunidades”.
 
¿Sólo violencia legislativa?
 
Sin dudas, el incendio y la desaparición de los equipos de la radio Faluma Bimetu, fundada para denunciar la construcción de megaproyectos turísticos en la zona caribeña de Honduras, va más allá de un proyecto de ley antidemocrático.
 
En la costa sur del país, donde la Asociación para el Desarrollo de la Península de Zacate Grande (ADEPZA) lleva adelante una lucha contra el empresario multimillonarioMiguel Facussé –quien pretende quitarles a los campesinos más de 5000 hectáreas de tierra- la situación es impunemente similar.
 
A comienzos de 2011, dos personas con uniforme del servicio de medición eléctrico -compañía privada contratada por el Estado- ingresaron a las oficinas de COPINH. De acuerdo con las informaciones difundidas por el Consejo, los supuestos técnicosamenazaron de muerte a integrantes de la organización y cortaron la luz eléctrica, lo cual dejó sin posibilidad de transmisión a las radios comunitarias Guarajambala y la Voz Lenca. 
 
Estas agresiones se suman a la persecución y detención arbitraria de dos corresponsables de la radio comunitaria La Voz de Zacate Grande, ocurridas el 15 de diciembre pasado, por parte de integrantes del Ejército y la Fuerza Nacional. 
 
Ante esta situación, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), está realizando constantes llamados al Estado Hondureño con el objetivo “de que cese todo acto de intimidación y hostigamiento en contra de integrantes de medios comunitarios e independientes, al tiempo que investigue, sancione y repare el daño de forma inmediata”. 
 
La necesidad de crear propuestas comunes en la legislación sobre los medios de comunicación y la posibilidad de compartir material y capacitación, en el marco del proceso emprendido por distintos movimientos sociales, son algunas de las razones que han impulsado el nacimiento de la Red de Radios Comunitarias de Honduras.
 
“Frente a la intensificación de la represión para acallar nuestras voces, se ven fortalecidas nuestras alianzas de radios y medios de comunicación”, expresan los principales impulsores de los proyectos comunitarios. Sin dudas, la criminalización hace vuelve evidente el papel fundamental en la lucha.
 
APM | Agencia Periodística del Mercosur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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