El acceso al mercado laboral como parte de los derechos de las humanas

25/07/2010
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La Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y Caribe organizada por la CEPAL culminó con un llamado a centrar el empoderamiento en la esfera económica. Si bien las mujeres hemos avanzado en la inclusión educativa esto no se refleja en el mercado laboral donde seguimos ocupando peores espacios y continuamos signados ambos géneros por una división tradicional de roles: mujeres cuidadoras y varones proveedores. En el documento final se hace por primera vez un pedido de acceso al aborto.
 
El pasado 16 de julio se clausuró en Brasilia la Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y Caribe, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Estos encuentros, celebrados con una periodicidad no superior a los tres años, tienen por objetivo identificar las necesidades de las mujeres a nivel regional, evaluando los planes y acuerdos implementados con el fin de elaborar recomendaciones para el futuro. Para ello el comité directivo trabajó en un informe titulado: ¿Qué estado para qué igualdad? . En él se revisan los logros y desafíos que enfrentan los gobiernos de la región en materia de igualdad de género, observando las interacciones entre el estado, el mercado, y las familias. Interacciones que son construidas mediante políticas públicas, instituciones, leyes, usos y costumbres, y que proporcionan 'las condiciones para renovar o perpetuar las jerarquías sociales y de género'.
 
Así, en la reciente edición y basándose en el informe, la conferencia se centró de manera especial sobre la temática mujer y economía, versando gran parte de sus paneles en torno a la inclusión laboral de las mujeres, y su empoderamiento económico. Desarrollando esta temática, la directora de UNIFEM para América Latina y Caribe, Gladys Acosta, en una entrevista con Inter Press Service explicaba que el informe da protagonismo al empoderamiento económico de las mujeres porque el mercado laboral sigue sin absorber a mujeres que ya están mas preparadas que los hombres. 'El gran logro en educación, sin una consecuente inserción laboral, es como retenerlas en la entrada' afirmó. En este sentido la directiva de UNIFEM señaló como principal obstáculo para el avance laboral de las mujeres al 'uso del tiempo, generado por el concepto de la división sexual del trabajo: los hombres se ocupan de lo público y las mujeres de lo privado. Ellos son proveedores y ellas cuidadoras,' si bien se mostró optimista con el futuro.
 
Esta división la reprodujo el mismo presidente Luiz Inácio Lula da Silva quien, al recibir a una delegación de participantes de la conferencia comentó: 'A través de las mujeres se canalizan mejor los beneficios de los programas sociales', se refería a Minha Casa, Minha Vida o Bolsa Familia ente otros, programas implementados por su gobierno, en los que la titularidad del beneficio va a la mujer: 'porque la mujer sabe cuidar mejor que el hombre.' Durante la misma audiencia colectiva Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, entregó el documento que según sus realizadores/as aborda precisamente un nuevo pacto social de redistribución del trabajo total entre mujeres y hombres, a fin de facilitar el acceso de éstas al mercado laboral como parte de sus derechos humanos. 'Este informe constituye un seguimiento a la propuesta La hora de la igualdad, que presentamos recientemente también en Brasilia' dijo por su parte Bárcena, una propuesta dotada de un enfoque integral de desarrollo centrado en la igualdad, que la CEPAL sugirió como nueva hoja de ruta a los países de América Latina y el Caribe.
 
Consenso de Brasilia y aborto
 
De esta undécima conferencia surge el Consenso de Brasilia, en el que, por primera vez hay una referencia clara al aborto en el capítulo sobre derechos sexuales y reproductivos. Se trata del punto 6.F donde se establece la necesidad de revisar las leyes que prevén medidas punitivas para las mujeres que se someten a un aborto, exigiendo a su vez el acceso a la interrupción del embarazo en condiciones seguras en los supuestos autorizados por ley.
 
Tras reconocer el papel del movimiento de mujeres y feministas en el avance hacia la construcción de igualdad real, el desarrollo de la institucionalidad y de las políticas públicas de género y destacar la importancia de la laicidad del Estado en la eliminación de la discriminación, el documento reafirma la importancia de la paridad para erradicar la exclusión estructural de mujeres, al tiempo que aboga por el reconocimiento del trabajo doméstico y apuesta por una nueva distribución del trabajo. Además subraya la necesidad de garantizar el acceso a la justicia como elemento clave para asegurar el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres.
 
El consenso recuerda la persistencia de algunos desafíos, realizando recomendaciones que abordan el tema de la igualdad en el trabajo y la inclusión laboral, el fortalecimiento de la ciudadanía de las mujeres, su incorporación a las esferas de poder, la inclusión de indígenas y afrodescendientes, y la promoción de la participación política de mujeres jóvenes. El documento se propone así mismo reforzar todas las medidas necesarias para erradicar la violencia contra las mujeres y acabar con la trata.
 
El acceso a las nuevas tecnologías y el apoyo a medios de comunicación igualitarios, democráticos y no discriminatorios; la promoción de salud integral y derechos sexuales y reproductivos; la realización de actividades de capacitación, intercambio y difusión que permitan formular políticas públicas basadas en los datos del observatorio de igualdad de género de LAC y, por último, la promoción de la cooperación internacional y regional para la equidad de género son otras de las recomendaciones que aporta este documento, que corrobora el consenso de Quito, en el que se habló por primera vez de la obligación del reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres por parte de los gobiernos de la región. La próxima conferencia tendrá lugar en República Dominicana.
 
Chile y Haití
 
La cita de Brasilia albergó una conferencia especial dedicada a dos países que han sufrido sendas catástrofes naturales a lo largo de este año. El encuentro llevaba el título Haití y Chile: (re)construir la igualdad. En el panel participó Bárcena, junto a Susana Malcorra , Secretaria General Adjunta de Apoyo a las Actividades en Terreno de las Naciones Unidas, y Marjorie Michel , Ministra de la Condición Femenina y de los Derechos de las Mujeres de Haití.
 
Durante el debate se apuntó a la necesidad de colocar a la mujer en el centro de la reconstrucción de ambos estados. En primer lugar, según aseveraron las panelistas, porque mujeres y niñas han sufrido con particular gravedad las consecuencias de las tragedias. Pero también, advirtieron, estas situaciones constituyen una oportunidad para poner a la mujer en el centro de las tareas de reconstrucción y desarrollo. Belén Sapag, Primera Secretaria de la Misión de Chile ante las Naciones Unidas, destacó que al estar las mujeres más expuestas a la vulnerabilidad 'estas emergencias sirven como oportunidad par visibilizar su situación.'
 
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